Tú siempre, sigue.

Este Fic se me ocurrió hace dos años, pero no estaba del todo… bien formado. Era una historia corta, creo que lo sigue siendo, pero bueno. Como es de esperar en mi, no va a ser bonito, así que no lo deseen :'D
Espero continuarlo con mayor prioridad cuando termine los capítulos de otro Fic. Y antes de que me corrijan, NO, EL SUMARY NO ESTÁ MAL NI LA PAREJA QUE SEÑALA. Ya llegaré a eso…

South Park no me pertenece, ni sus personajes ni la historia original… solo los utilizo para hacer a Tweek y a Craig queriéndose.

Antes de comenzar…

Pediste que te diera una razón para seguir viviendo. Me has dicho todo lo que puedes abogar en tu defensa y lo que puedes utilizar como argumento. Pues bien, yo también tengo los míos. Por eso es que te lo diré todo… no para llegar a un acuerdo, mucho menos para "ganarte". En lugar de eso, prefiero hacerte entender un poco y quizá… al final tú cambies mi perspectiva

Mi nombre es Craig Tucker, tengo 29 años y soy editor de la revista VOGUE*.

Hace años, cuando cursaba la preparatoria, me invitaron a participar en un juego cruel, inhumano incluso.
Había dejado la secundaria con un 6 y difícilmente me graduaría de la escuela superior. En aquel entonces había abandonado a mis amigos, Clyde y Token, desde que había terminado la primaria. Dejé South Park y no volví hasta que fue hora de inscribirme en la preparatoria. Entonces regresé, con toda mi mala actitud, mis ganas de joder a quien fuera… y con quien fuera. Molestar a otros e ignorar los estudios, hacer enojar a los profesores e intimidar a los "cerebritos" fue el día a día. Me juntaba con tipos de mi calaña, sujetos a los que sabía que no debería acercar a mí.
Entonces un día nació la idea.
Yo no era tonto respecto a ese tema. Las chicas morían por mí y era bastante evidente. Me escribían estúpidas publicaciones en FACEBOOK, me enviaban papelitos ridículos en clase… algunas decían que deseaban que yo les "hiciera algún hijo". No tenia interés particular en nada o nadie… así que solamente me movía por placer.
Fue en esos días, cuando uno del grupo que tenía hizo la sugerencia: una apuesta.
Era simple… todos los días lo veíamos. Yo les dije a ellos que habíamos ido a la misma escuela primaria, que siempre había sido un freak. Peleamos cuando éramos niños, pero ahora lucía como un debilucho más… siempre tan tembloroso, siempre arrinconado contra algún casillero. Me desesperaba lo débil que era.
Tweek Tweak era un flacucho de 17 años… tenía el cabello revuelto todo el tiempo, siempre luciendo como uno de esos cobayos que cuidé cuando Stripes aun vivía. No era demasiado alto, incluso varias mujeres lo eran más, llevaba siempre un estúpido suéter verde o uno color perla. Su aspecto pálido y desprolijo lo hacia lucir mas canijo de lo que realmente era, sus ojos verdes oscuros siempre estaban ocultos bajo ese matorral sobre su cabeza. Además temblaba como un condenado.

Le tenía apatía… completamente opuesto a mí.
Uno del grupo dijo "No podrías tirarte a ese "raro"… apuesto $60"
Entonces se convirtió en un reto personal.

Era un juego… solamente eso.
Acercarme a él fue por mucho, lo más difícil que tuve como reto. Era escurridizo y parecía recordar nuestra pelea… en realidad yo la olvidé con el paso de los años, solo recordaba que había ocurrido. Se escondía o caminaba mas rápido cada vez que me acercaba a él, era un maldito bicho escurridizo. Para adelantar las cosas, tomé algunos días lejos de mi "pandilla" habitual y traté de juntarme de nuevo con los chicos de South Park. Era tan molesto estar con esas personas aburridas… Clyde y Token no habían cambiado mucho, ni siquiera tú o el judío… no se digan Kenny o el culón, que solamente se habían dado un cambio físico… pero en el fondo seguían siendo unos maricas. Lamentablemente no eran idiotas y sospechaban que algo debía estar tramando como para acércame a ellos después de ignorarlos todo el tiempo desde mi regreso.
Pero yo simplemente lo ignoré…

– Hola, Tweek. – Dije sosteniendo la puerta de su casillero, que extrañamente estaba a tan solo dos casilleros del mío. L tembló tanto por el sobresalto que tiró todos los libros sobre el suelo. En verdad me desesperaba.

– ¡Yo, NGH, no me hagas daño, por favor!

– No voy a hacerte nada Tweek… bueno, nada malo… estaba pensando… tu eres bueno en matemáticas y yo necesito ayuda… ¿crees que podrías darme una mano?

El me miró con miedo durante unos segundos de silencio incomodo, pero terminó por aceptar bajito. En verdad, odiaba esa actitud.

Aquella tarde tomé cualquier cuaderno con hojas limpias, me sacudí el cabello y salí de mi casa en dirección de la de Tweek. El vivía no muy lejos de Clyde, así que a pesar de nunca haber ido, llegué bastante pronto. Quien abrió fue su padre, el señor Tweak.

– Buenas tardes… – No me quedaba la faceta de niño bueno, así que respondí a su saludo con un movimiento de cabeza. – ¿Que necesitas?

– Vine a ver a Tweek. – Aun recuerdo como frunció el ceño, mientras me miraba de arriba hacia abajo. Seguramente pensaba que no era una amistad "adecuada" para el cobayo. Estaba completamente en lo cierto.

– ¿Y tu eres…?

– Oh, tu debes ser Craig… pasa, adelante. – La madre de Tweek era otro tema. Siempre era amable conmigo y me ofrecía ese asqueroso café que tanto disfrutaba su familia. Solía recordarme a mi madre antes del divorcio. – Tweek está en su recamara, la segunda habitación de la derecha.

Recuerdo también cuanto se asustó Tweek cuando me vió entrar… seguramente pensaba que había bromeado esa tarde y que no llegaría.

– ¡Craig, viniste! – Temblaba aun más fuerte. – ¡Yo… este!... pasa, siéntate.

Su habitación aun parecía la de un niño. Su ropa estaba regada en un rincón de la recamara, justo al lado de su cama. Me pregunté porque teniendo tanta, era que siempre llevaba los mismos suéteres viejos a la escuela. No había posters o una televisión con alguna consola. Ese era un lugar sencillo y gris.

– Si… eh… traigo una libreta, no se si eso ayude.

Tweek me miraba completamente asustado… en serio, me irritaba… era tan cobarde a la vez que idiota… ¿Cómo se suponía que lo golpearía en su propia casa?
Su padre me mataría, sin dudas.

– Está bien… y… ¿con que parte de las matemáticas tienes especial dificultad?

– No lo sé… eh, encontrar la "x", nunca entiendo esos problemas.

– ¿Encontrar…?, oh, pero Craig… esos son al menos el 96% de los problemas…

– Entonces necesito mucha ayuda…

Y en eso no estaba mintiendo. Las matemáticas, la física, la química o cálculo, no se me daban ni por asomo. Me aburría ver tantos números, me preguntaba: ¿que mierda importa cuanto vale "y"?, ¿eso en que me va a servir en la vida? Sin dudas, prefería el inglés, era sencillo, era práctico y había miles de cosas que aprender al respecto… claro que eso nunca lo decía en voz alta.

Pasamos aquella tarde casi en silencio, solo interrumpíamos ese pacifico sonido cuando Tweek me señalaba algún punto importante. En realidad el si era bastante bueno en eso.

Al terminar la tarde, yo volví a mi casa. Recuerdo la mirada graciosa de su padre que decía: "No vuelvas a mi casa, cretino". Simplemente hice lo que la madre de Tweek me sugirió y "lo ignoré".

Días después de eso, comencé a acercarme mas al grupo de South Park de nuevo. Me seguían aburriendo con sus cosas maricas, pero no me importaba demasiado… porque de esa forma podía pasar mas tiempo con Tweek. Todo era por la apuesta, claro… lo tenía siempre presente.

Tweek era extraño. Aunque siempre temblaba o hablaba a una velocidad en verdad estresante, también tenia momentos en los que podía mantenerse firme. No era un idiota en lo absoluto y, aunque su paranoia "gnómica" estaba cerca de volverme loco, en ocasiones, admito, era divertido escuchar todas las tonterías que se le podían ocurrir, respecto al fin del mundo, el poder del gobierno sobre las personas o los "aliens arranca-penes".
Era honesto… y eso rara vez lo veía en mi mundo.

– ¿Y que te parece si vamos al cine en la tarde?, tengo un par de boletos… – Con el paso de los días, comenzamos a salir mas… lamentablemente…

– Está bien… le diré a Clyde y Token. –…El insistía en que saliéramos en grupo. Aquello estaba demorando demasiado.

– Bueno, Tweek… en realidad… me gustaría más que saliéramos tú y yo… juntos… a solas. – Dije recargándome más junto a su casillero. El cobayo me miró tembloroso, pero finalmente accedió con una extraña sonrisa que muy pocas veces dejaba ver. Algo estaba cambiando.

– Bueno… pero… no se si mi padre me deje, ¡tu sabes!... ya lo conoces.

Cierto. Su padre era el problema. Trataba a Tweek como si fuera una señorita acosada por un pervertido… no estaba equivocado, lo reconozco, pero eso me estaba fastidiando. Estaba jodiendo el plan.

Cuando llegué por Tweek aquella tarde, su padre fue quien me recibió. No estaba nada contento.

– ¿A que cine piensan ir?

– Al de la plaza comercial…

– ¿A que hora empieza la función?

– A las 7…

– ¿Y termina…?

– No lo sé, a las 9, 9:30, quizá…

– ¿Y como van a…? – Por suerte, la madre de Tweek llegó para terminar con el interrogatorio tan pesado. JAMÁS había tenido que padecer a un padre… con las chicas simplemente pasaba por ellas y si algún papá intentaba ponerse "pesado", le daba corte a la chica y me iba de ahí. No tenía porque soportar mierda de nadie.

– Ya basta, Richard… en seguida baja Tweek, Craig. – Esa mujer parecía muy feliz porque su hijo tuviera un amigo "como yo". Incluso, alguna vez llego a decírmelo… me sorprendía como su inocencia le impedía ver que yo era un monstruo. – Espero que se diviertan mucho…

Entonces lo vi… bajando las escaleras con ropa que jamás imaginé apreciar en otro hombre… una playera negra ajustada, una camiseta verde, pero no el que acostumbraba, sino uno mas sobrio, mas atractivo… jeans negros y unos vans del mismo color. Recuerdo haberme quedado con la boca abierta por unos instantes.

– Yo creía que era demasiado… pero mamá… – Comenzó en cuanto caminamos en dirección del centro comercial. Yo no tenia idea de que podía decirle. Estaba bastante confundido.

– Está bien… luces bien, cobaya… – Aun no se cuando pasó… pero en algún momento, comencé a llamar a Tweek de aquella forma. Quizá porque el nunca se quejó al respecto o porque me gustaba la cara que ponía mientras lo hacía. En realidad parecía feliz.

– Yo… gracias.

Estuvimos en silencio por algún tiempo, minutos eternos… entonces el semáforo cambió a rojo y tuvimos que permanecer en aquella esquina, una librería o algo así. Nunca antes me había mostrado interesado en aquel lugar… nunca hasta que Tweek estuvo ahí.
Inconscientemente, estaba mirando en esa dirección.

– Quizá… deberías estudiar para ser escritor o algo… – Me dijo con su vocecilla baja y molesta, pero a la que llegué a acostumbrarme. Lo miré irritado unos segundos, pero de inmediato cambié el semblante cuando vi su cuerpo estremecido y esa característica mirada que rogaba que no le hiciera daño. – Es que… bueno… he leído lo que escribes en la clase de inglés… es muy bueno…

– No es que me guste o nada… – "Eso es para nerds", pensaba. – Mas bien… – Pero esa fue la primera ocasión en que lo admití en voz alta. ––… creo que me gusta mas… "corregirlos"… o algo así… siempre veo errores, detalles o cosas como esa… tu sabes… yo…

Y fue la primera ocasión en que fue el quien sonrió y yo miraba apenado. No me había sentido tan libre en años… y todo había sido por su comentario…

La película… ni siquiera recuerdo cual era… seguramente alguna de acción o algo, porque Tweek no dejó de temblar en toda la función. Lo tomé de la mano por unos instantes, poco antes de darme cuenta de lo marica que eso era. Tweek me miraba extrañado, confundido a veces, pero siempre terminaba por calmar esos temblores y mirarme con los ojos verdes como hojas de algún árbol del bosque, pino quizá… y decirme que se sentía extraño con todo eso.
¿"Extraño"?... yo estaba paralizado. No sabía porqué, pero a partir de aquella tarde no podía dejar de preguntarme una sola cosa en todo el día.

¿Que estará haciendo Tweek ahora?

Me lo preguntaba una y otra vez. En el almuerzo… durante la cena… mientras caminaba a la escuela o cuando estaba a punto de irme a dormir. Quería saberlo todo el tiempo, quería estar seguro de que el volvería… a donde quiera que fuera. Quería saber que estaría bien…

…¿pero eso seguía siendo parte del plan?...

Recuerdo que discutía de vez en cuando con los tipos que mantenía la apuesta. Me recordaban que todo eso era para demostrar… lo que fuera… y que todo aquello se volvía "extraño".
Pero yo ignoraba lo que tenia que decir… asentía cansado y volvía al lado de Tweek.
Me tomé "el juego" demasiado en serio.

En aquel entonces yo vivía como si nada más importara que levantarme de la cama y salir de ahí. Aunque Rubí y yo vivíamos con mi madre y mi padre se había ido de Colorado, las cosas no habían sido mejores. Mi madre se había vuelto religiosa en extremo y de un día para otro, tiraba todo por la borda y salía para encontrarse con no se que clase de sujetos. Rubí era igual o peor que yo… con la diferencia de que sabían en la escuela que todo aquel imbécil que intentara pasarse de listo con la hermana de Craig Tucker, perdería las costillas y el resto de los huesos en un doloroso "accidente".
Por esas razones, yo comencé a pasar más tiempo en casa de Tweek. Su padre se volvía loco del coraje cada vez que me encontraba ahí… quizá eso me empujaba un poco también a volver. Incluso me llegó a amenazar con una escopeta… era gracioso.
La señora Tweak era completamente distinta… me recordaba a mi propia madre antes del divorcio. Era muy amable y siempre se reía de la forma en que yo me expresaba del mundo… creo que me veía como a un niño… y no era molesto en lo absoluto.

Con Tweek… las cosas también eran amenas. El vivía de una manera extraordinaria para mi… siempre tan cerrado, correcto, temeroso… era simplemente distinto a mi persona.
Estar a su lado volvía las cosas mas lentas… el parecía ser quien necesitaba bajar la velocidad… pero era yo quien dejaba de estar agitado a su lado.
Quizá por eso comencé a buscar más y más su compañía.

– ¿Y ya decidiste que carrera estudiar, Craig? – El señor Richard no perdía oportunidad para hacerme sentir idiota… no porque fuera malo… mas bien, porque intuía la maldad en mi.

– No en realidad… no se si quiero ir a la universidad…

– Oh, bueno… Tweek quiere estudiar Trabajo Social, ¿verdad cielo? – Era la primera ocasión en que escuchaba eso. Miré a Tweek, quien agachó su cabeza apenado, para después mirar de reojo a su padre.

– Si, eso es lo que quiero… sería bueno, digo… me gusta ayudar a los demás…

"Ser útil", pensaba… no había algo a lo que yo odiara más. ¿Para que ser útil a los otros si no obtendré nada a cambio?
Nunca entendí esa parte de Tweek. Al menos no mientras fui un adolescente idiota.

Con el paso de los días, la imagen se volvió menos "chocante". Tweek Tweak y Craig Tucker, caminando juntos, platicando, sonriendo, por los pasillos de la preparatoria. Las chicas odiaban a Tweek… los chicos pensaban que me habían dado con una roca en la cabeza. Todo a mi alrededor se volvió una pequeña capa protectora, una burbuja que me alejaba de todas las personas que no estaban en mi interés… solo estábamos los dos, conociéndonos más y más, sorprendiéndome por lo mucho que desconocía antes de él y sorprendiéndolo por todos esos pequeños detalles que yo mismo desconocía de mi. Tweek sacaba lo desastroso y alocado de mí, de ese Craig que jamás decía una sola palabra de más y que solía ser un espectador más de mi propia vida… pero con él comencé a vivirla de verdad.

Pero yo comenzaba a cuestionarme más sobre la apuesta… Porque comencé a no desear haberla hecho y encaminarme por mi mismo en aquel maravilloso recorrido por mi viaje en esta vida… mi vida junto a él.

(*)La revista Vogue es una de las más reconocidas en el ámbito de la moda. Existen distintas versiones, la americana, la francesa, creo que hay una en México y en Inglaterra. Puede que crean que es extraño, pero si alguna vez llegan a comprar alguna, bueno… van a comprender muchas cosas que no se creerían de otro modo ni en mil años, jaja. Aun mas extraño es que en mi escritorio pueden encontrar mangas, revistas de videojuegos y la VOGUE, si alguna vez me sobra algo de dinero jaja.

OK, pudo ser peor… quiero actualizar pronto para profundizar las cosas rápido, pero no se si pueda por estas fechas. De cualquier forma, gracias mucho por leer y ojala y disfruten estas festividades que a todos encantan (particularmente, mi familia no festeja navidad, pero amamos el Año Nuevo).
Cuídense y saludos!
Nos leemos pronto!
By: Roglia15