Día 8. Invierno. AsaNoya.
Nishinoya estornudo sonoramente, era viernes por la noche, en invierno y eso solo significaba una cosa para él:
Ir a casa de Asahi.
A Nishinoya normalmente no le afectaba el invierno en lo más mínimo, era un chico resístete al clima, se atrevía a comer helado en los días más fríos, dejar su cabello mojado al salir de la ducha, pero una semana antes se había enfermado por no llevar chaqueta después del entrenamiento, por lo que hasta ese día aún continuaba un poco enfermo. Pero eso no detendría al gran Nishinoya Yuu, para nada; ahora caminaba tranquilamente junto a su compañero de equipo, el As de Karasuno. Le gustaba Asahi, en todos los sentidos en que te puede gustar una persona y eso era algo que enorgullecía a Nishinoya, aunque el mayor pudiera tener un corazón de vidrio, más frágil que una pluma de pájaro bebe, le gustaba. Por eso, se empeñaba en pasar tiempo con él, después de todo, era el último año de Asahi en Karasuno y cuando entrase a la Universidad, no se podrían ver. Sin embargo, eso no le entristecía para nada, solo le daban más ánimos para estar con el mayor.
-Nishinoya… ¿Seguro que está bien que vayas a mi casa?… Estas enfermo y me preocupa- le dijo Asahi mientras caminaban, Nishinoya lo pensó un momento, su madre se enojaría con el pero eso no era nuevo, así que estaba bien.
-Sí, el frio no me hace mucho, ¡podre estar enfermo pero sigo en buena forma!- Asahi al verlo tan animado como siempre, no puso objeción y solo rio ante su conducta. Noya sonrió al verle, la risa de Asahi era bonita, no como la de una chica, sino más atractiva. Se acercó a él casi sin notarlo, el frio atravesaba la tela, pero eso no le importaba mucho a Nishinoya. Asahi metió sus manos a los bolsillos.
-Hace mucho frio- dijo riendo un poco, Nishinoya le miró fijamente y luego miro sus propias manos, sonrió. Metió su mano al bolsillo de Asahi, sorprendiéndolo, mientras entrelazaba sus dedos, sentía lo frio que estaba y se acercó hasta pegarse a él.
-Me han dicho que soy cálido- le dijo sonriendo y las mejillas de Asahi se incendiaron en rojo. Noya rio al verle.
-Definitivamente lo eres- dijo casi en un susurro.
Cuando llegaron a la casa de Asahi, subieron a la habitación del mayor y prepararon chocolate caliente. Se quedaron viendo películas y partidos de voleibol.
-¿Tienes frio?- le pregunto Noya al ver a Asahi envuelto en mantas. El otro le sonrió amablemente y negó repetidas veces. Noya rio y estornudo casi al mismo tiempo.
-Noya, deberías abrigarte un poco, estas enfermo- Noya tomo un pañuelo y frunció el ceño.
-Estas exagerando, Asahi-san- dijo y volvió a estornudar, Asahi miro sus mantas, se las quito de encima y miro a Noya.
-¿Qué?- Asahi le miro sonriendo.
-Vamos-
-¿Qué?-
-Oh, vamos- Noya le sonrió y se puso junto a él, Asahi le abrazo y coloco las mantas sobre ambos, Noya se acomodó para estar más cómodo en el pecho de Asahi.
-Es cálido, ¿verdad?- Noya subió la mirada, Asahi sonreía dulcemente, le gustaba demasiado, lo suficiente como para animarse a jalarle de la camisa y besarle. Fue únicamente un toque de labios, suave y cálido. Cuando se separó de Asahi, este estaba completamente rojo, sin saber que decir.
-Sí, muy cálido- dijo abrazándole. Sin duda, el invierno era su estación favorita.
