Disclaimer: Harry Potter y sus personajes no me pertenecen. Son propiedad de J.K. Rowling. Sin embargo, esta historia es invención mía. ¡No la tomes sin permiso!

Rated: "M" por escenas subidas de tono.

Advertencias: Algo de OoC, mucho sexo y casi nada de trama.

Dedicado a: Magaly de Snape Rickman ¡Levanta el ánimo guapa!

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"Oh Profesor"

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No, ninguno de los dos tenía la más remota idea de cómo habían llegado a ese punto y a ese lugar, pero sabían que ya no podrían parar hasta llegar al final.

La puerta de pesada madera oscura no hizo ni un mísero sonido cuando ambos pasaron a través de ella hechos un animal feroz que trataba de comerse a sí mismo. Severus Snape tenía entre sus brazos nada más y nada menos que a Hermione Granger, una Gryffindor, la mejor amiga del niño que vivió y salvó al mundo.

Los besos eran urgentes, húmedos y apasionados, parecían querer quitarle el último aliento al otro; las manos de él empezaron a desnudar a la joven que estaba demasiado concentrada en aferrase a su ancha espalda, mientras él caminaba hacia la cama sin despegar sus labios de los de ella. Con un par de pasos ambos cayeron sobre las negras sabanas de seda. La sangre de Hermione corrió hacia sus mejillas cuando se encontró con los hambrientos ojos oscuros de su profesor de Defensa sobre ella, y se sonrojó aun más cuando en un arrebato de pasión Snape le arrancó los botones de la camisa de un cuajo y dejó al descubierto su brassier blanco.

Ella no quería quedarse atrás así que se incorporó en la amplia cama y abrió las piernas, de modo que su profesor se puno acomodar entre ellas para seguir explorando su cintura y cadera mientras ella se enzarzaba en una batalla campal contra las capas de ropa negra que llevaba el hombre. Se estaba frustrando así que en un arranque de valentía, dejó su labor y se apoyó en los hombros del hombre, mordió el lóbulo de su oreja y luego murmuró: 'Nudens Due".

Ambos quedaron completamente desnudos.

Fue toda una sorpresa para Snape que la joven tomara esa resolución, pero inmediatamente decidió tomar ventaja de ello. La besó con voracidad, explorando cada rincón de su boca con su hábil lengua. Luego la recostó con suavidad en la cama y empezó un camino de besos desde su mandíbula hasta el cuello mientras masajeaba los pezones erectos de la joven.

Hermione estaba perdiéndose en una vorágine de sensaciones. Sentía las manos de su profesor por todo su cuerpo, y no podía evitar gemir a cada contacto de las callosas manos del antiguo pocionista con su sensible piel.

Antes de que se pudiese dar cuenta, las manos del hombre abrieron sus piernas con cuidado e inmediatamente sintió que la suave y húmeda lengua de Severus Snape lamía su intimidad. Algo en su interior se agitó salvaje cuando la legua experta del hombre llegó a su hinchado clítoris y empezó a lamer de arriba hacia abajo a un ritmo que la estaba volviendo loca. Cerró los ojos con fuerza y se mordió los labios para no gritar, pero no podía contenerse. El placer que estaba sintiendo la sobrepasaba, le nublaba los sentidos y se estaba llevando su cordura a una parte muy lejana de su cerebro. El ritmo de aquella lengua se intensificó y los músculos vaginales de Hermione se contrajeron de golpe en un poderoso orgasmo.

— ¡OH PROFESOR!- gritó mientras se retorcía en la cama una y otra vez hasta que las olas del orgasmo se aplacaron.

Severus contempló a la joven sonrojada, con las piernas completamente abiertas y sonrió.

— Ahora, Señorita Granger. Vamos a hacer que tenga otro orgasmo…

Ella lo miró con los ojos empañados de placer y le volvió a dedicar una sonrisa de medio lado.

Con magia no verbal ató las manos de la joven con unas cuerdas en el cabecero de la cama, solo en ese momento fue que ella pudo notar que Snape había estado masturbándose mientras le hacía sexo oral, eso hizo que se excitara aun más.

Con delicadeza él rozó la cabeza de su pene contra el clítoris y la entrada de la vagina de la muchacha lo que hizo que ella empezase a gemir de anticipación. El miembro de su profesor era 'bonito', aunque jamás pensó que llegaría a utilizar esas palabras para describir un pene; era grande, grueso, y con una punta deliciosamente rosada. No pudo pensar más pues, el objeto de sus deseos se estaba haciendo espacio en su interior.

Deliciosamente apretada.

Fue el único pensamiento coherente del ex espía mientras se movía dentro y fuera de Hermione Granger. Ella gemía y se retorcía los pechos mientras recibía las –cada vez más salvajes- embestidas.

— ¡POR MERLIN PROFESOR, MÀS FUERTE!- gritaba como posesa mientras abría más y más las piernas para abarcar más la masculinidad de su profesor.

Severus la complació, le sujetó las piernas y las colocó en sus hombros y la penetró con más y más fuerza, hasta que sus propios gemidos se unieron a los gritos de placer de la Leona.

— ¡PROFESOR!- chilló ella e inmediatamente sus músculos vaginales se contrajeron alrededor del pene del hombre, detonando el orgasmo de éste. Ella sonrió satisfecha y cerró los ojos mientras sentía el semen caliente disparándose en su interior.

— Señorita Granger…- oyó que la llamaba el hombre.

— Hm…-murmuró en respuesta sin abrir los ojos.

— ¡GRANGER!- bramó el hombre y ella abrió los ojos con sorpresa, luego los colores subieron a su cara cuando se dio cuenta de todo.

— ¡Que sea la última vez que fantasea despierta en su maestría de pociones!

Mierda. Pensó ella mientras sentía sus bragas completamente empapadas. Y tan real que se sintió.

FIN.