DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen, los tomo prestados de la maravillosa obra de Naoko Takeuchi, las historias aquí presentadas son enteramente mías.
CUENTOS CORTOS DE JUBAAN
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HISTORIA 1
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La Primera Vez
El reloj de pared marca las 13 con 47 minutos en el aula sur de la Preparatoria Jubaan. Primer grado está inmerso en las lecciones obligatorias de inglés. Y ahí, a la altura de la cuarta fila, en la banca que está un poco desvencijada del respaldo, pero que es sin duda la más alejada de la furia de cualquier profesor, se asoman unos parpados lánguidos, al parecer, bastante hartos de cargar sobre ellos dos hileras de copiosas y negruzcas pestañas. El hecho es inminente, la dueña de aquella mirada caerá rendida en los brazos de morfeo y ni una promesa de suspensión por parte del subdirector podrá evitarlo.
Como canción de cuna, la voz cansina de la Miss Brown resuena en las cuatro esquinas del salón de clases. Su acento británico que rara vez los alumnos llegan a comprender sigue sin dar tregua en la tarea de hacerles entender al menos el manejo del Verb To Be.
Serena, está a punto de perderse en los sendos prados de lo que parece ser un sueño adolescente, tal vez aderezado con la última radionovela que escuchó apenas la semana pasada y que le ha llenado la cabeza con expectativas irrisoriamente altas para lo que se supone es el amor. Pero antes de que un ronquido seco la delate, y que la Miss Brown exclame algún improperio en su lengua natal, el timbre de salida alivia los corazones de todos, incluido el de la maestra que después de tantos años al servicio de la docencia también ha encontrado en ese pitido ensordecedor, un sosiego a su frustración.
La rubia sale disparada, apenas alcanza a retacar en su portafolio sin condescendencia alguna la carpeta y las cuantas hojas sueltas que riega cada mañana sobre el pupitre para no verse tan descarada. En su mente, las deliciosas notas azucaradas del pay de limón de su madre comienzan a aguarle la boca, y una energía inexistente apenas unos minutos atrás, le hace emprender la carrera.
Más cuando ella está en el momento preciso de cruzar el umbral hacia la libertad, un par de ojos de un azul zafiro nunca visto en este mundo le atraviesan llameantes, y sin piedad.
Sus piernas no le responden y la ligera abertura de sus labios rosados complementan a la perfección el cuadro de perplejidad que enmarca para ese momento la puerta de entrada y salida.
Serena le observa pasar de largo, reteniendo en su memoria como jamás lo ha hecho con una lección hasta el más mínimo detalle del adonis quinceañero que parece no querer darse cuenta de nada a su alrededor.
"¡Serena!" Escucha a lo lejos, pero su vista sigue clavada en la estatura poco usual y en la desfachatez de la mochila al hombro. "¡Serena!", se enuncia una vez más, tan fuerte y tan cerca a su oreja que el hechizo no puede soportar más.
—¡Molly!, ¿vi-viste?
—Ah, con que ya viste a Seiya, olvídalo chica, ese niño es el delirio de Jubaan.
Hola conejitos, perdón por tenerlos tan en el abandono, prometo que usaré este espacio sólo para desperezar los dedos y retomar el ánimo para mi longfic. Espero que les gusten estas mini entregas que están hechas con todo el kokoro.
Una dedicatoria especial a quien me inspira, a ti, gracias por cruzarte en mi camino. :)
Les mando todo mi amor galáctico.
Su amiga, Andrea Tsukino.
