Los miembros de aquel gremio oscuro habían resultado ser un poco más fuertes de lo que esperaron en primer momento, aunque no dudaban que podrían derrotarlos.

Claro, si lograban salir de allí

Los seis miembros de Sabertooth se hallaban encerrados en jaulas, la estructura de la cárcel era circular. En su centro, había una especie de pelota verdosa rodeada por hilos de colores.

— ¿cómo mierda salimos de aquí? — interrogó Sting con claro fastidio, a su lado, Minerva observaba a su alrededor con el ceño fruncido, tratando de encontrar una respuesta a esa pregunta

—Creo que ya eh visto esa cosa en libros— comentó Rufus, quien compartía celda con Orga —si la maga que manejaba esos hilos de telar es la encargada de la cárcel deberíamos poder abrir las celdas si tocamos eso— señalo el centro de la prisión —con tela—

Varios minutos y muchas prendas después, se estaban quedando sin munición

—bien, ahora si…— Sting hiso ovillo uno de sus guantes antes de lanzarlo, pasó a medio centímetro del objeto —mierda—

— ¿qué nos queda? — interrogó Minerva

—Prácticamente nada— contestó Yukino

Ellas dos eran las únicas que todavía tenían ropa puesta, el resto de los chicos estaba en calzoncillos

—hum… ¿en serio ninguna puede sacarse nada? — interrogó Sting observando a la maga pelinegra, analizando su ropa. Solo le quedaba un short y la polera, diablos

—Sting podría taparse los ojos para no verte y desde estas celdas no podemos verte nada— comentó Rufus con caballerosidad

—pero, Yukino ¿por qué no lo haces tú? — Preguntó Frosh con inocencia —digo, Rogue ya te ha visto desnuda—

El silencio que se formó fue algo sepulcral, los dos mencionados tenían la cara extremadamente roja.

—Rogue, juro que cuando salgamos de aquí te arrancaré las pelotas— el tono de Sting indicaba que no mentía

—no si yo lo hago primero— esa era Minerva

—Dejen algo para mí— Orga no se quedaría afuera

—Y para mí— puto Rufus.

Y Rogue se dijo que no le molestaría quedarse allí, al fin y al cabo, si salía, de todas formas estaba bien pinche muerto.