La música sonaba de fondo. Félix veía a Bridgette, hablando con Claude desde hace una hora o dos. La verdad no tenía idea, solo sabía que había tomado cuatro latas de cerveza e iba por la quinta mientras se encontraba apoyado contra la pared como un completo marginado.
Mirándola, con los ojos entrecerrados como esperando que salgan rayos láseres de sus pupilas.
Ella reía, charlaba y sonría.
En ningún momento a él, al parecer, teniendo ojos para Claude.
Solo para él.
— ¡Estúpida fiesta! —Maldijo. Al sentirse completamente aburrido y completamente molesto por lo que estaba presenciando. Ni siquiera estaba seguro porque había ido y mucho más porque se quedaba.
O quizás si...
Tomó la cerveza de un trago y la abolló con una mano cuando acabo, sin dejar de observarla tan feliz mientras ahora bailaba con Claude. Riendo, mientras le susurraba en la oreja.
— ¡Agh!
Definitivamente Félix estaba harto de observarlos. Dejó la lata de cerveza por ahí y camino hacia ellos sin pensar en realidad lo que iba a hacer ¿Que iba a hacer? En su mente ya estaba preparado para echarle la culpa a la cerveza.
Llegó hasta ellos y sin esperar a que se desocupen o que Claude aparte la mano de la cintura de Bridgette. El mismo la aparto de él, viendo como ella tenía las mejillas sonrojadas y los labios entreabiertos de seguro por el calor que hacia adentro y mucho más si hace minutos se encontraba bailando.
Sus ojos azules brillaban de una manera increíble esa noche. Ella no dijo nada y él no hizo nada para romper el silencio que se había formado. Podía sentir la mirada de Claude, una sonrisa burlona, bailando en sus labios.
Frunció el ceño y posando una mano en su nuca como en su cintura.
La besó.
Ya estaba preparado para echarle la culpa a la cerveza cuando sintió como una sensación vigorizante inundaba sus sentidos al solo sentir sus labios pegados a los suyos. Pasó su lengua en su boca sin importarle ya, la mirada de los curiosos. Profundizándolo y saboreando hasta el lugar más recóndito.
De reojo podía ver como las pupilas de Claude se habían dilatado, su comisura de los labios se levantó mientras invadía la boca de Bridgette sin querer dejarla marchar. Aunque lo hizo cuando la falta de aire se hizo imprescindible.
Sus labios se despegaron de los suyos por unos centímetros y espetó: "Pensé que había un muérdago"
Mientras tanto, sentía las mejillas - no a causa de beber- coloradas. Al segundo se dio media vuelta y se fue alejando de ahí como podía, ya que se chocaba con las múltiples personas que se encontraban en el lugar.
...
"¡Estúpido Claude!"
Exclamó al salir a la calle, ya con su abrigo y su bufanda. Entretanto caminaba hacia su hogar por las frías y oscuras calles de Paris.
— Mierda —Masculló al poco tiempo porque por la causa de Claude -sus celos- había besado a Bridgette, como también por la cerveza que había tomado y el muérdago imaginario...
