DISCLAIMER: Shin Sekai Yori no me pertenece, los personajes originales, tanto como el Plot son autoria de Kishi Yosuuke.

Se dice que el alma de las personas reencarna para resolver sus asuntos pendientes, llámenle karma o destino

Este fanfic está basado en el plot de Kishi Yusuuke ambientando en un futuro no muy lejano. Saki y Satoru han muerto; El hijos de ambos es adulto y ha formado su propia familia, su único hijo Ayumu tiene un absurdo pero sorprendente parecido con el difunto Satoru.
Todo parece repetirse de nuevo, un grupo de 5 niños: tres niñas y dos niños, o al menos hasta que Takuma, un niño recientemente transferido ingresa en sus vidas.


Había pasado tanto tiempo, tanto que el hijo de Saki y Satoru tenía su propia familia, los pueblos se reconstruyeron y la sociedad quizás se hizo un tanto más flexible, un tanto más comprensiva y menos paranoica ante los demonios y demonios del karma; aunque el control sobre potenciales individuos con esas tendencias eran exhaustivamente monitoreados, además de tras varias evaluaciones y deliberaciones secretas se procedía de dos modos: uno con un tratamiento especial para ayudar al individuo en caso de que aun se estuviera a tiempo. Y la segunda y menos agradable: La eliminación y erradicación del sujeto.

Hubo cambios pero no del todo amplios, pero algo era algo, el mundo actual no era tan malo después de todo, los errores del pasado se pagaron con sangre y la vida de tanta gente que quedaría en el olvido de las actuales generaciones y las futuras que se avecinaban. Los oscuros secretos seguirían guardados, aunque ahora podían ser usados y difundidos ya a discreción de las máximas autoridades, después de todo el guardar ese tipo de información en el pasado resulto ser más peligrosa que si se hubiese difundido una parte de manera pertinente.

Ayumu, era el nieto de Saki, quien cumplía sus doce años, sus padres siempre andaban recordándole cuan parecido a su abuelo paterno era, con esos ojos color miel y aquel pelo rubio cenizo. Tal era el parecido que hasta en personalidad era despierto, bromista, curioso. Totalmente inquieto pero bastante talentoso con el Cantus.
Claramente al joven de ojos miel no le gustaba ser comparado con su abuelo que ahora descansaba eternamente, no lo recordaba bien, pero cerca de cuando tenía uno años sus abuelos habían fallecido. Sus muertes fueron pacificas, abandonaron este mundo mientras dormían, la gente decía que pareció como que si uno de los dos al darse cuenta de la muerte del otro decidió seguirlo, falleciendo con un corto intervalo de dos horas entre ambos.

-Quizás no querían sentirse solos….- Fue la respuesta de Ayumu cuando una compañera de clase trajo el tema a flote; tenía un grupo de amigos, todos se habían conocido unos dos años antes y se habían vuelto unidos hasta el día de hoy.

-Eso sería bastante romántico Ayumu~ - Contesto Chika, la niña que había comenzado la conversación hablando de los abuelos muertos de su compañero y amigo, aunque cuando iba añadir algo mas se vio interrumpida por otra niña mas.

-Quizás se amaban tanto que no pudieron separarse incluso a ese punto de sus vidas – comentaba a tiempo que se arreglaba la coleta alta que tenia firmemente atada en sus hebras color vino.

-Yuko.. Eso sonó igualmente romántico – puntualizo la tercera chica del grupo, a quien Yuuta miraba con los ojos grandes, como si nada de lo que sus amigos dijeran tuviera sentido.

-Yo creo es algo inusual, claramente cuando una pareja muere hay un periodo para que la pareja que queda viva muera también… Me pregunto si el Cantus puede influir eso .. – termino por exponer su hipótesis el segundo varón del grupo.

Ayumu sonrió a Yuuta por ese comentario tan inteligente y bastante curioso, mientras que las chicas se ponían a pensarlo detalladamente, después de todo quizás la hipótesis de que el Cantus hubiera tenido que ver en la muerte casi simultánea de la anciana pareja.

Shinobu se levanto de su asiento y negó con la cabeza, ella era la que le había dicho a Yuko sobre cuan romántica había sonado también, ahora mismo se dirigía al baño antes de que llegara el maestro cuando choco inesperadamente con chico que ingresaba al salón, casualmente seguido por el maestro, que la regaño suavemente por no tener cuidado al salir del aula.

Todos fueron a su lugar, Yuko alado de Shinobu a un asiento de distancia sobre la misma fila en la que estaba Ayumu, de igual manera casi en la misma columna que la de este, pero en la segunda fila estaban sentados Chika y Yuuta, mirando la rubia cabellera ceniza de su amigo.

La clase se inicio con la presentación e incorporación de un nuevo alumno: Fukui Takuma.

Takuma era de constitución delgada, ojos verdes casi color turquesa y pelo oscuro algo liso. Cualquiera que hubiera conocido a Aonuma Shun hubiera creído que era un clon de este pero más joven, pero como este había sido borrado de las memorias de quienes le conocieron, era imposible de que alguien lo notara. Y si así fuera el caso la última persona que lo recordaba estaba muerta; quizás era el destino, quizás era el karma que giraba en un círculo vicioso sin querer detenerse.

Habían pasado ya una semana desde que Takuma había llegado a la escuela y le habían integrado al grupo, siendo ahora seis individuos. El chico era listo, amable y sabía que decir en el momento correcto, aunque también era muy inteligente y sorprendentemente hábil manejando su Cantus. En pocos días se había ganado la atención del maestro de clase y claro, le fueron dadas tareas más complejas que a otros, después de todo cada quien iba a su propio ritmo con su habilidad.

- Entonces Takuma… te gusta sentarte alado de Ayumu? – Pregunto Chika con una sonrisa traviesa mientras se apoyaba mejor en la espalda del nuevo integrante, quien simplemente se giro mirándola unos segundos, como si se debatiera en cómo responder aquello.

-Bueno Asahina Ayumu es un chico amable, enérgico y simpático… Es difícil que no me guste sentarme a su lado y tal vez hablo generalizado, pero estoy seguro que la mayoría de nuestros compañeros piensan lo mismo – Los colores se le subieron al rostro a la joven de pelo corto, color naranja que respondía al nombre de Chika.

-Pero le gusta gastarnos bromas pesadas y contarnos cuentos de miedo también – logro aportar Shinobu quien leía un libro bastante grueso, quizás alguna novela o enciclopedia.

-Quizás ese es su encanto no? – Sonrió con suavidad Yuuta quien había un dibujo de arena de Yuko quien se había dormido sobre su banco y parecía disfrutar de la pequeña siesta sin si quiera inmutarse ante las voces de sus amigos.


A/N: Bueno mi excusa para esto es que necesitaba sacarlo de mi cabeza, asi que si les gusto pueden dejar Reviews
La idea creo que queda clara no? Dos almas se vuelven a reencontrar y quizas esta vez las cosas se den de manera que puedan ser felices