Bueno, mi segundo fic de Hetalia que publico aquí! (Que awesome que soy~) Espero que les guste además ya tengo bastante escrito pero estoy abierta a sus sugerencias

Disclaimer: Hetalia no es mío (que mala suerte), si lo fuera aparecería más el awesome Prusia, habría más esparmano, aparecerían los Latinos y el mundo sería más feliz con Francia dando mucho amour!


Después de unos largos rounds, al fin podía dejar desplomado en el ring a su contrincante; estaba cansado pero eso no le impedía levantar los brazos triunfantemente por haber ganado el encuentro, mientras era ayudado a sostenerse por su entrenador. Solo una cosa ocupaba su mente en esos momentos en los que el presentador del encuentro anunciaba que el había ganado por knock-out técnico, solo pensaba en una persona, en una pequeña niña que lo esperaba por más que el volviera a altas horas de la noche de sus interminables peleas…

Después que el publico abandono el club deportivo donde hacia menos de una hora él había salido ganador de la pelea más importante de la noche, el preparaba su bolso para volver a su casa…

-Nos vemos mañana- dijo despidiéndose de su amigo y entrenador con su habitual sonrisa

-Kesesese~ te espero para convencer a mi pequeña schwester que no se inicie en el boxeo, no es nada awesome que mi hermana termine defendiéndome- decía Gilbert

-Para eso estoy yo- dijo el joven de ojos verdes a modo de broma

-¡Hey no te hagas el chistoso! El awesome yo sabe cómo defenderse kesesese~. Nos vemos mañana Toño- su conversación había terminado y el joven alemán de 15 años se despidió del ganador tomando un rumbo distinto al que se dirigía este

Había llegado a la pensión donde él vivía, no era fácil a los 15 años sobrevivir después de la muerte de sus padres, pero gracias a las amables personas que vivían en la pensión y a sus amigos Francis y Gilbert quienes lo ayudaron a conseguir unos pequeños trabajos provisorios y seguir con sus estudios; Antonio Fernández Carriedo llevaba su vida de lo más común. Entro lo más silencioso posible a la cocina que compartía con sus vecinos, no encendió las luces para no molestar a nadie y solo se conformo con la luz del refrigerador abierto por unos segundos como iluminación. Había tomado un tomate, pues era su fruta favorita, y se sentó en la mesa a oscuras a degustar del delicioso fruto rojo. Estaba de lo más relajado comiendo su bocadillo nocturno, cuando las luces de la cocina se encendieron gracias a la nueva inquilina que había llegado hacia un poco más de dos meses a la pensión.

-¿Bastardo no puedes hacer menos ruido cuando llegas de tus idiotas peleas?- dijo la pequeña italiana de 8 años que tenía un extraño rizo en su cabeza

-Lovi~ perdóname, ¿te desperté?- pregunto Antonio al ver a la pequeña bostezar

-Bastardo ¿cuántas veces te dije que no me llames así?- dijo ella algo sonrojada- es mas estoy esperando a que mia mamma llegue del trabajo, no a ver cómo te dejan después de patearte el culo cada fin de semana

-Vale, vale pero ese no es un vocabulario adecuado para una niña tan linda

-¡No digas eso tonto!- dijo la pequeña algo sonrojada, pero después se relajo para pedirle un pequeño favor al español- ¿Me quieres acompañar? Es que hay una ardilla que me molesta en la habitación cuando espero a que mia mamma regrese de su trabajo

Antonio la miro con la mirada triste, la madre de Lovina no era una madre ejemplar y mucho menos su trabajo a altas horas de la noche, dejando a la menor sola en la pensión a la espera de ella. El padre de Lovina vivía con su hermano Feliciano al lado de la casa de Gilbert; y Antonio todavía no podía explicarse el porque el padre de ella no le daba importancia a esa situación. Tal vez por eso o por su forma de ser el con las personas, empezó a tomarle cariño a la pequeña italiana, aunque ella siempre lo insultaba y le propinaba cabezazos más fuertes que los golpes de sus contrincantes, pero algo le decía que muy en el fondo ella también lo quería.

-Lovi~ ¿quieres comer un tomate?- le pregunto para cambiar la conversación

-Primero, dime si esos moretones te duelen mucho, no es que me preocupe pero quiero felicitar a quien te los hizo- dijo tratando de ocultar su preocupación por las lesiones que el joven tenia

-No es nada malo- dijo sonriéndole

Lovina solo callo y en silencio salió de la cocina para buscar una crema calmante de dolores que su madre había comprado hacia unos días atrás, cuando regreso encontró al ojiverdes muy animado y con una sonrisa, parecía que no le importaban los golpes que había recibido.

-¿Te duele?- pregunto ella mientras le pasaba algo de pomada por uno de los moretones de su costado

-Un poco, pero no es nada malo, como ya te había dicho antes- realmente él se sentía hecho un muñeco de trapo pero no quería preocupar a su vecina más de lo que estaba (aunque a ella no le gustara aceptarlo)- Lovi mañana iré a ver a mi amigo Gilbert si quieres puedes acompañarme y puedes ver a tu hermano ya que es vecino de él.

-No tengo ganas de acompañarte para ver a tu stupido amigo, pero quisiera saber si la marimacho patatas de su sorella no le ha hecho daño a mi stupido fratello

-¿Entonces es un sí?- dijo mirándola con su habitual sonrisa

-Si te acompañare solo para saber cómo esta Feliciano- dijo en un pequeño suspiro

Antonio le hizo compañía a Lovina hasta que llego su madre. Al llegar, la mujer solo miro con algo de indiferencia al joven español y se llevo a su hija a la habitación que ellas habitaban. Antonio solo movió sus labios diciendo un silencioso "Hasta mañana Lovi~" en el momento en que Lovina había mirado hacia atrás para ver como el joven quedaba solo en la cocina.

Al día siguiente Antonio aprovecho que la madre de Lovina había salido a hacer unas compras, y llevo a Lovina al club para que pudiera visitar a Feliciano. También vería a su amigo Gilbert y a Elizabeta una chica que también boxeaba y era amiga de Gilbert y de él cuando eran niños. Entre ellos tratarían de convencer a Mónica, la hermana de Gilbert, para que no se iniciara en el boxeo, bueno, tal vez Elizabeta no tanto, le gustaba la idea de tener una compañera en ese asunto.

-A mi no me molesta mucho si Mónica quiera practicar boxeo

-A mi si- dijo Gilbert- la hermana del awesome yo no debe hacerlo, para eso el awesome yo practico boxeo junto con ustedes cuando éramos niños

-¿Tienes miedo de que tu hermanita te golpee tal como lo hacía cuando éramos niños?- dijo riendo la chica de cabellos castaños

-Te dejaba que me golpearas porque sabía que eras una niña, además si lo llegaras a hacer ahora no te dejaría que toques ningún awesome cabello mío

-Pero Gilbert, ninguno de los dos se dio cuenta que era una chica cuando empezó a practicar boxeo con nosotros

-¡Toño no abras la bocota si no es para ayudar a tu awesome amigo!

-¡Hasta Toño reconoce que soy más fuerte que tú!- la chica amaba sacar de sus casillas al joven alemán

Mientras tanto una pequeña de cabellos dorados y ojos celestes llamada Mónica se encontraba mirando la discusión que se formaba entre su hermano y Elizabeta; todavía no podía creer que después de tanto tiempo en conocerla su hermano no había tomado la iniciativa de invitarla a salir. Observando la escena de lejos estaban Feliciano y Lovina, solo conversaban pues hacía tiempo que no se veían y si no era por Antonio que la invitaba a Lovina cada vez que podía era muy difícil para los mellizos reencontrarse.

-Ve~ Toño es muy bueno, te invito para que vinieras a verme

-No es así, el bastardo lo dice porque sabe que preguntas por mí

-¿Por qué nostra mamma no deja que vinieras a visitarme?

-No lo sé y no me importa, lo que si me importa es que esa marimacho patatas no te haga daño

-Ve~ pero Mónica es muy buena conmigo, es muy callada y me mira fijamente que a veces me da miedo pero sé que no lo hace por ser una mala persona

-A eso llamas ser buena persona, piensa un poquito; puede ser que esté planeando matarte por algún ajuste de cuentas que tengas con ella

-Creo que estás viendo muchas películas de mafiosos- Lovina no se había dado cuenta que la alemana había llegado en el momento justo en que ella había dicho eso.

-Chigi! ¡No me hagas daño!- Lovina se escondió detrás de su hermano por temor a que Louise la golpeara- ¡fratello dile que no me haga daño!

La rubia solo suspiro, no sabía que le había hecho a la hermana de su amigo para que la tratara de esa forma. Miro hacia la entrada del club; pudo divisar a una mujer que no aparentaba tener más de unos treinta y algo de años. Esa mujer se acercaba a ellos muy furiosa, hasta daba miedo la forma en que se les acercaba. Mónica no la conocía muy bien pero noto que esa mujer tenía un extraño rizo en su cabello al igual que su amigo…

-Feliciano esa no es tu mutter?

-Ve~ si lo es

-¿Qué? ¿Mamma está aquí?- Lovina al darse cuenta de eso se puso nerviosa

La madre de los mellizos italianos llego y con una mirada asesina hizo que Mónica los dejara solos, después de eso miro con cierta ira a sus dos hijos

-¡Feliciano quiero que regreses con tu padre ahora mismo y tu Lovina es la última vez que te escapas de la pensión!- la mujer sujeto fuerte el brazo de Lovina y comenzó a llevarla arrastrando de regreso a su casa

Las dos salieron del club y caminados unos metros (Lovina iba más bien siendo arrastrada). Antonio las alcanzo para tratar de hacerle ver a la mujer que no era culpa de Lovina y tratar de convencerla para que se quedara unos minutos más con su hermano.

-Señora lo siento pero su hija no tiene la culpa, yo la invite porque sabía que hacía tiempo que no veía a su hermano

-Usted no tiene el derecho de dirigirme la palabra ragazzo stupido! no quiero que te acerques a mia figlia! ¿Además quien te da el derecho de hablar con mia figlia y meterte en su vida?

-Señora creo que podemos hablar más calmadamente, además Lovina quería ver a su hermano

-Por qué crees que vine a buscar a mia figlia? No quiero que este con la misma gentuza con la que se relaciona suo fratello, por lo menos quiero que ella tenga una vida mejor. ¡Si sigues hablando con Lovina te denuncio con la policía por pervertido!

-No mamma! Antonio no tiene la culpa, yo quería ver a mio fratello y le pedí que me trajera cuando no estarás en la pensión

-¡Te callas y en casa te enseñare lo que pasa si vuelves a escaparte junto con este pervertido!

Lovina solo callo y continúo caminando con su madre dejando a Antonio perplejo ante las amenazas de la italiana. Pero las amenazas no querían decir que la pequeña dejara de ver al joven boxeador, pues era la única persona que la ayudaba cuando podía para que viera a Feliciano y era tal vez el único amigo que ella tenía y en que podía confiar, aunque nunca lo reconociera.


Bueno no me maten con la idea; es que se me ocurrió cuando mi papá me invito a ver una pelea de boxeo (no me pregunten por qué le dije que si porque ni yo lo sé) y fue en esos momentos que se me vino esta idea para hacer un esparmano.

Schwester: hermana en alemán

Se acepta de todo: tomatazos, amenazas de la mafia italiana, franceses pervertidos o ingleses cejones (pero muy sexys~), pero lo más importante su sincera opinión para tratar de mejorar esta loca idea.