Disclaimer: Fairy Tail pertenece a Hiro Mashima. "Este conjuntos de drabbles participa en el Reto Especial: 12 días para Navidad del Foro GJM."

Día #1: Calcetines.

Personajes/parejas: Minerva/Yukino.

Extensión: 295 palabras.

Notas: Soy un desastre con patas y por eso vengo a empezar una serie de drabbles de 12 prompts recién ahora, cuando en teoría tengo tiempo límite (pero es que la adrenalina es adictiva -khé). Igual lo hago y justamente por mi falta de tiempo serán drabbles cortos, ya podré suplicar prórroga para sacarme de este aprieto luego (?).

Sí, con puro Sabertooth y puras cosas gays porque el mundo es más bonito así (?).

El título es cutre por mi incapacidad para planificar, también.

[Editado 02/12/2018]

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To you.


I.

Calcetines.


Minerva se contempló los pies con demasiada atención; era extraño, más allá del hecho de estar tanto tiempo mirando sus extremidades como si hubiera algo que ver ahí, el sentimiento que parecía abrirse paso en su pecho, resultaba curioso sentirse tan... ¿boba? Sí, quizás esa era la palabra. Sonrió con el pensamiento, llamando la atención de su compañera.

—¿Sucede algo Señorita? —cuestionó Yukino, mirándola con interés.

Los ojos de Minerva se apartaron de sus pies para proceder a fijarlos en Yukino, sin dar mayor muestra de emociones en el acto.

—No realmente —respondió, recorriendo a la otra con la mirada—, solo pensaba.

Yukino le observó en silencio, asimilando la respuesta, luego acabó por regresar la mirada al frente y seguir en lo suyo, sin darle más relevancia a un asunto que no la tenía. Minerva mantuvo su atención en ella, contemplando cómo se colocaba la parte superior de su pijama, ese que tenía estrellas por todas partes y era de colores vistosos, combinaba con las calcetas que Minerva llevaba en esos momentos, esas ridículas calcetas de lana con estampados bonitos en tonos rosa; eran, en palabras resumidas, horribles. No le extrañaba, los gustos de Yukino solían ser algo extravagantes, pero aún guardaba la esperanza de que, siendo que un regalo se elige pensando en el otro, la maga dejara a un lado sus preferencias cuando le compraba algo. No ocurría y ahora sobre sus pies tenía un par de calcetas bastante desagradables a la vista, por no decir otra cosa.

Lo extraño, lo realmente extraño de todo ese asunto era que por alguna razón no le molestaban realmente. Sí, las porquerías eran horribles, literalmente sonreían más que ella, pero esas porquerías horribles se las había dado Yukino y, viéndolo así, casi tenían algo de agradables.


lalala~ soy un desastre.

Nos leemos.