Capítulo 1:
La Desaparición
La lluvia caía en la Ciudad Satán, ya era tarde, el cielo estaba completamente oscuro, moviéndose entre las oscuras y solitarias calles una figura se hacía presente al lado del cuerpo de un hombre ya demacrado, aquella silueta llevaba en su mano una guadaña, el arma responsable de la muerte de aquel hombre, así como la sombra se hizo presente, desapareció, antes de que alguien la viera allí, la profundidad de las calles junto a la noche ocultaron sus pasos. En ese lugar no había, hubo, ni habrá alguien más, solo un cuerpo, una muerte más…
*-POV Veggita*-
-Hiciste un gran trabajo, ahora te tengo más, ve unas horas a dormir, no se puede perder el tiempo- El poco sentimiento de alegría que sentí tras recibir la felicitación de Dabura, se esfumó cuando acabó la oración. Ya estaba agotada, entreno como puedo para ser todo un demonio, pero las necesidades "mortales" se hacen presentes en estos casos, el cansancio es uno de ellos, el más común.
-pero ya van 2 noches seguidas que no descanso como se debe- le respondí, Sentía que mi cuerpo estaba por ceder, el cansancio extremo que afectaba a los mortales, por lo menos a mi, no me afectaba de igual manera, era solo la mitad de lo que les pasaría a ellos, aun asi, el hecho de no poder dormir empezaba a irritarme.
-Veggita, pequeña Veggita… sabes que no tienes otra opción- vi esa sonrisa retorcida en su rostro, la que ponía cuando sabía que tenía completamente toda la razón, mi cordura podía negarse, claro está, pero mi cuerpo seguiría las ordenes. Él es mi maestro, incluso… incluso es mi padre, por lo que mi parte psicológica también lo obedecería.
-Lo se… sabes que no te desobedecería- un suspiro cansado salió de mi boca mientras Dabura sacaba una especie de foto – ¿Es a él a quien debo matar? ¿No es el dueño de la Corporación Capsula? – Estaba algo confusa, según lo que había investigado de él era una persona amable, no creo que se haya metido con alguien como Dabura. Levanté la vista hacia él que, solo me volvió a sonreír, ese hombre mantiene con secretos, en especial si son sus "clientes" de quien hablamos.
-no necesito que lo mate, tráemelo con vida, tengo que cuadrar asuntos con el- Se dio la vuelta dándome la espalda, fue donde me apresuré a hablar.
Me coloque mi capucha mirando la foto or ultima vez para después guardarla.
–Iré a ver cuál es el terreno del lugar- di media vuelta para salir cuando su voz volvió a escucharse
-Para planear como traerlo supongo…- vaya que me conocía
-claro- Salí del lugar dirigiendo mi paso Hacia Capsule Corp.
Al llegar a la gran empresa me dispuse a entrar, claro que no me dejarían pasar así sin más, la seguridad no sería tonta y menos en un lugar tan lujoso e importante. Tendría que hallar la manera de entrar sin ser vista, puse en juicio cada posibilidad mientras rodeaba la gran mansión, después de ciertos cálculos saque la conclusión de que la forma más fácil de entrar era por el patio, escalar la gran valla que lo cubría no sería tan problemático. Le di la vuelta a la mansión y comencé a subir por la valla, después de cruzar tendría que pasar inadvertida.
Logré cruzar las puertas hasta el interior del local, me escabullí por los largos y solitarios pasillos. He tenido un pequeño problema desde que soy un infante, y es que mi concentración a veces se esfuma al entrar territorios curiosos, ese fue mi error. Estaba tan distraída con los grandes cuadros que adornaban las paredes que, sin querer, a la vuelta de una esquina me encontré con un estorbo… no, más bien, choqué con él.
Frente a mí, parado, con una clara diferencia de altura, un chico de ojos negros me miraba sorprendido. Lo más curioso que noté en los segundos de shock fue su extraño peinado, su cabello azabache salía en extrañas puntas a diferentes lados de su cabeza.
-Lo siento, no te había visto- su mano se extendió frente a mi mientras dibujaba una sonrisa.
-puedo levantarme sola- me incorpore nuevamente rechazando su ayuda de un manotazo.
-oye no te había visto por aquí antes, cómo te llamas?- genial, típica clase de mocosos preguntones. Quise evadir la pregunta desviando mi camino, pero el idiota se atravesó. Debo admitirlo, la diferencia entre ambos cuerpos era demasiada, siendo él más alto y con una apariencia de más musculosa.
-Veggita…- le respondí con resignación
-hola, yo me llamo Goku mucho gusto, que edad tienes?- y sigue preguntando
El tiempo no me daba para seguir con estas estupideces, necesitaba librarme de él antes que alguien más… "inteligente", me viera allí.
-14 y no, no me importa qué edad tengas-
-yo tengo 16, ¿y de dónde eres? ¿Qué te trae por aquí y..- Creo que habla mucho y escucha poco, ya era hora de cortar sus frases, lo empuje a un lado y empecé a correr alejándome, antes de desaparecer por el pasillo le grité una ultima cosa.
-¡ya deja de preguntar tanto mocoso y déjame en paz!-
-ah… ¿dije algo malo?- antes de perderlo de mi rango de visión noté su última expresión. Desanimado y confundido, estupideces humanas.
Después de esa pequeña interrupción, seguí con mi trabajo, explore todo el lugar, y literalmente hice un mapa mental para cuando entrara en acción. Había marcado las salidas, habitaciones, cámaras y demás cosas…los guardias no me preocupaban, eran fáciles de evadir, pero lo que si me inquietaba eran las cámaras… Solo necesitaba encontrar el centro de comandos de estas. Parece que en esas horas eran desactivadas, "13:30" me recordé, quizás era la hora en que iban a almorzar. Sería fácil desconectarlas, y después de dar un par de vueltas encontré la habitación. Estaba vacía, como lo suponía, solo necesitaba noquear al guardia que estuviera en las horas de la noche, desactivar las cámaras y terminar mi trabajo… Si, esta vez sería fácil.
Solo restaba esperar unas horas para acabar allí y descansar por fin, lastimosamente… una piedrita azabache volvió a querer meterse en mi zapato.
Me recosté en un lugar apartado del gran patio a esperar y, para matar dos pájaros de un solo tiro, a descansar un poco, pero mi tranquilidad se fue al caño…
-hola de nuevo- me asusto, ya que "supuestamente" estaba sola, o por lo menos no había mucha gente que se me acercara, todos estaban ocupados trabajando o almorzando, mi presencia era invisible allí. Saca provecho de mi… lastimosa apariencia, ¿Quién se preocuparía por una pequeña niña con carita de ángel? Si, muchos me veían como eso, era una especie de arma de doble filo. –Oye si dije algo que no te gusto la otra vez, lo siento-rodee los ojos, si este mocoso seguía molestándome, sería mi siguiente víctima, ¡mejor aún! ¡Sería la primera!.
-¿qué quieres ahora?-
-bueno yo solo quería hablar contigo- lo vi sentarse a mi lado sosteniendo una sonrisa de naturaleza "amigable", algo que mi parte demonio despreciaba.
-lástima que yo no quiero hablar contigo-
-¿por qué no?-
-Por qué no, no me agradas y cada palabra que sale de tu repugnante boca son solo estupideces para mí- él me miro extrañado
-¿estupideces?-
-¡si! ¿Que no tienes nada mejor que hacer?- se quedó pensativo, ya no parecía que no era muy listo, lo demostraba. No me esperaba que se quedara a pensar en eso, ¿en serio sería tan estúpido como para no saber que hacer?
-la verdad no- Que suerte que estaba acostada, de lo contrario hubiera caído de espaldas ante tanta idiotez. No me quedaría a escuchar más bobadas, me levante lo más rápido que pude y cuando me dispuse a caminar lejos, sentí el tacto de su mano contra mi antebrazo.
–eh?-
-vamos, no te vayas ¿Por qué huyes de mí? ¿Acaso me tienes miedo?- ¿miedo? ¿MI-E-DO? Antes el debería tenerme miedo a mí, hacía nada más unos segundos le confesé mi repulsión hacia su presencia, ¿y el cree que le tengo miedo?
-¡claro que no te tengo miedo!-
-¿entonces por qué siempre te vas?-
-¿que no entiendes que no me agradas?- al parecer ese último comentario le dolió, o al menos eso mostraba su cara, a mi, por el contrario, no me importó.
-¿por qué no te agrado?-
-haces demasiadas preguntas y eres muy irritante, por eso no me agradas- Di un manotazo zafándome por fin, di media vuelta para concluir la conversación y salí de su vista.
La noche por fin hizo acto de presencia, era hora de poner en marcha mi plan. Subí a la planta de arriba, el edificio tenía alrededor de 4 pisos, la habitación de mi víctima estaba en el tercero. Al llegar a su habitación lo vi caminar alrededor de su cama, había alguien más encerrado en el baño, supuse que sería su esposa. Perfecto, no tendría que molestarme en esperar que ella se durmiera.
Usé una de las tácticas que me enseñó Dabura para dejar inconsciente a mi objetivo sin hacer mucho escándalo, no permitiría más retrasos en esto. Me introduje en la habitación con la mayor de las cautelas, me acerque por su espalda y le di un golpe directo en la nuca, a la vez que agarraba el cuerpo para que no hiciera ruido al caer. Vaya que el maldito era pesado, di un resoplido y salí de ahí con mi trabajo casi terminado.
-Oh vaya, lo lograste- El tono usado por el demonio me irritó bastante, era como si no contara con ello, preferí relajarme y dejar el cuerpo aun inconsciente en el suelo
-claro, ¿qué esperabas? ¿Que fallara? Sabes que nunca fallo- me entro el típico aire de orgullo al machacar su tono con mi seguridad.
-que modesta… bien supongo que ya puedes descansar… por el momento no tengo más trabajos para ti- asentí y subí a lo que era supuestamente mi "habitación", me recosté en mi cama y rápidamente me quede dormida.
-*Fin POV Veggita*-
El sol ya se hacia presente en el cielo, la luz segadora entró por una de las ventanas de la Corporacion Capsula, cayendo justamente en la cara de un joven de cabellos azabaches, rayos que, lograron despertarlo.
-mmm maldito sol- se dio la vuelta cubriéndose con la cobija, de pronto tocaron la puerta de su habitación
-¡GOKU! ¡DESPIERTA! ¡A PASADO ALGO TERRIBLE!-
El susodicho se levantó aperezado, con ganas de acabar tales gritos que perturbaban su paz, resignado por los gritos de su amiga Bulma del otro lado de la puerta, rápidamente se dirigió y la abrió.
-¿Qué a sucedido, Bulma…? ¿por qué tanto escándalo?-
-¡MI PADRE A DESAPARECIDO!- En definitiva tal declaración sacudió al chico dejándolo completamente despierto.
-¿Qué? ¿Cómo ha sucedido?-
-no se sabe, nadie lo vio salir y no responde su celular, tampoco dejo alguna nota de que se iba- entró a la habitación sentándose en la cama con las manos en su rostro, estaba desesperada y se notaba que había estado llorando ya. El señor Brief no era alguien que desapareciera así como así, no era su costumbre.- ¿y si le pasó algo? Ay Goku, estoy muy preocupada-
-tranquila, sé que lo encontraremos-
Ver la cara descompuesta de su amiga por la preocupación le ponía los cabellos de punta, Bulma era alguien fuerte, pero cuando se trataba de su familia y sus amigos su preocupación subía como nunca, Goku en ese momento solo podía tratar de tranquilizarla.
-sí, tienes razón, debo tranquilizarme, tendremos que hablar con la comisaría- Goku asiente y después de organizaron, ambos salieron a la comisaría más cercana.
Los policías no estaban muy dispuestos a escuchar más problemas, suficiente tenían con los asesinatos a sangre fría que habia ocurrido pocos días antes, les preocupaba el hecho de no poder encontrar ninguna huella del culpable, y tener a una histérica Bulma les ponía aun pero.
-¡Señor, estamos hablando de una persona muy importante!- les repitió Bulma.
-Señorita, entendemos eso, pero aún no han pasado ni 24 horas de su desaparición, aun no es un caso urgente-
Bulma estaba a punto de responderle con cuatro piedras en la mano por la desesperación, pero ahí estaba su amigo para calmarla.
-Bulma, debes tranquilizarte, ellos saben lo que hacen, tenles paciencia…-
-Si… tienes razón… debo… debo tranquilizarme, el estará bien…-
