Disclaimer: Todos los PERSONAJES/LUGARES/NOMBRES de la serie HARRY POTTER son propiedad de Joanne K. Rowling, Warner Bros, etc.
Especialmente para SELF, pnpotter y alejandra.
Y para todos los que estén dispuestos a leer...
Solo un favor... lleguen hasta el final si las primeras lineas los asusta un poco.
Tu mejor error
Sinopsis
Cuando una mujer feminista, resentida y determinante, se encuentra con un Auror a causa de un error garrafal, el resultado puede ser explosivo. Hr/Gn. UA.
Capitulo 1
Las brujas hablan mal de los magos
Un hombre de unos veinticinco años descendía de carro en frente de una magnífica mansión de rejas negras; su rostro bonito yacía iluminado estratégicamente por el sol del mediodía, increíblemente análoga a un reflector. El viento despeinó sus cabellos azabaches, alborotándolos más y dejando ver su sensual porte. Vestía de traje, y sus ojos verdes resplandecían de impaciencia. Atravesó las rejas negras de la pomposa vivienda, con un gesto en el rostro que denotaba cierta ansiedad. Entró decididamente por las enormes puertas, sin introducir ninguna llave.
Suspiró e hizo una sonrisa atípica; la cara de su amada lo estaba mirando, impasible. Era ella, la que siempre había amado desde un principio. Con solo mirarla su cuerpo se tensaba, se preparaba para saber como era sentirla aquellos ojos marrones chocolate, atravesar sus sentidos sin piedad. Los cabellos pelirrojos, yacían extrañamente atados con un elegante rodete. Ella siempre había tenido buen gusto, desde que supo quiénes eran sus verdaderos padres, siempre había sabido como vestirse, como pertenecer a la alta sociedad del mundo mágico, para ser su mujer… Su carita de muñeca estaba repleta de un tenue pero visible maquillaje, que no tenía éxito en cubrir su expresión de tristeza.
-Siento haberte hecho esperar – se disculpó el joven mirándola con regocijo.- Ya estoy aquí…
-Harry… ¿qué pasó? ¿Pudiste…? – Él la tomó por los hombros, disculpándose con la mirada.- Hablé con ella y… -afirmó, lleno de culpa- Me dijo que no va a…
-No quiero más excusas, Harry.-lo atajó la fémina.– ¿Tienes algo útil para decirme? ¿Has hecho algo por esta relación?
-No, pero…
-Entonces vete… y no me molestes más. ¡Vete con ella, si es lo que deseas!
-¡Yo te amo ti, mi amor! - gimió Harry exageradamente y le tomó la cara con las manos- ¡Jamás te dejaría, Hermione! – la pelirroja apartó la mirada de esos ojos verdes. No soportaba mirarlos demasiado tiempo, podía sucumbir a las risas. No pienses en eso, no pienses en eso… se dijo.
-No me toques… - lo cortó Hermione, intentando sonar convincente- no puedo seguir con lo nuestro, aunque te ame…- recordó algo triste y los ojos se le empañaron automáticamente.
-Hermione…
-¡Tendrás un hijo con esa chica, Harry! – Expuso ella dolida- ¿Cómo crees que me siento sin poder darte nuestro primer hijo? ¡Esto no era lo que soñábamos para nosotros! ¡Entiéndeme!
-Por favor, mi amor, me haré cargo de ese bebé; pero eso no tiene porqué interferir en nuestra relación…yo no quiero nada con Gi…
-¡Te ruego que no la nombres! – se exaltó Hermione.- ¡No nombres a esa desgraciada!
-Escúchame mi amor, escúchame…
-¿No lo entiendes, Harry? – Saltó Hermione, indignada- ¡Ella no descansará hasta vernos separados! ¡Me odia porque tú me amas a mí! – sollozó, restregándose los ojos.
Harry agarró la cara de esa mujer y rozó su nariz con la de ella…
-Te amo Hermione. ¿Acaso no lo entiendes? Debemos luchar por… por… - Hermione intentó no sonreír, pero no pudo. Era un idiota. ¡Un perfecto idiota!
-No tenemos más nada porqué luchar, Harry… ya no… - zanjó nerviosa- Suéltame…
-Te amo… - la besó casi de forma artificial. Entonces, en el medio del beso, Hermione soltó una carcajada.- ¿De qué te ríes, Hermione? – Harry también rió.
-¡Fue tu culpa!
-¡CORTEN, CORTEN! - gritó el director, exasperado.
Las luces bajaron rápidamente y los dos giraron las cabezas; delante de ellos tenían un centenar de cámaras filmadoras. Miles de reflectores los alumbraban. Los pequeños atajos de luz en forma de paraguas, dejaban notar el mejor perfil de ambos con una increíble perfección. El decorado de la mansión parecía ser de cartón. Los iluminadores empezaron a acomodar las luces con la varita, mientras farfullaban comentarios quejosos. La decoradora arregló un cuadro de la pared que estaba a punto de caerse, y movió los almohadones sin que hiciera ninguna falta. Los protagonistas de la escena bufaron ante todo el revuelo...
-¡Fabian te olvidaste la letra! ¡Ha sido deplorable! – opinó el director.
-Lo siento – dijo el muchacho apenado.- Es que Ginevra tiene la culpa, me hizo reír… - ella sonrió y le pegó en el hombro.
-¿Luchemos por…? – Agarró unos papeles y los consultó.- ¡Era luchemos por lo que sentimos, Hermione! - los dos rieron, cómplices.
-Cuando llega el momento de besarte, te pones nerviosa – se defendió Fabian con convicción.-Me pones la trompita… - Ginny lo golpeó nuevamente- ¡Ey! ¡Solo te sugiero que te relajes!
-Si tienes razón… pero yo me pregunto… - miró a todos los empleados con algo de intriga- ¿por qué nos besamos si se trata del primer capítulo? No me habían informado de esto, Henry.
-Estamos grabando una escena del capítulo setenta, Ginny – contestó el director llamado Henry, desde la cabina- Como ya te expliqué y no prestaste la más mínima atención, la historia no tiene un orden cronológico, primero mostramos eso y luego explicamos cómo se llegó hasta allí… ¿entendido? – dijo como si le explicara a un niño que dos más dos es cuatro.
-¡Es realmente absurdo que nos besemos en el primer capítulo! – Exclamó Fabian, leal a Ginny- ¿Quieren grabar una escena de sexo también? ¡Las mediciones de audiencia irán por el subsuelo!
-Yo no tendría ningún problema en grabar algo sexual…– musitó Ginny descaradamente. Fabian rodó los ojos, estaba acostumbrado a sus comentarios algo directos, pero ella solo bromeaba.- Está bien, no te enojes Fab… Deberíamos empezar por…
-La órdenes las doy yo – la cortó el director desde la cabina- Así que Fabian, te ruego que no intervengas para discutir estupideces, y estudies mejor el guión… ¡esto es algo serio! y a ti, Ginny, intenta no reírte si el idiota de tu compañero se olvida la letra… ¡remonta la situación! ¡No tenemos mucho tiempo! ¿Por qué estás tan desconcentrada? ¡Estamos grabando el primer capítulo y…!
-Lo siento, Henry. – dijo Ginny para hacerlo callar. Odiaba los monólogos de Henry Lockhart, tal vez pariente lejano del desmemoriado Gilderoy, pero no se molestaría en preguntárselo. – Lo que pasa que en el contrato no decía nada de que nos íbamos a llamar Harry y Hermione… Eso es lo peor que tiene esta novela…
-Decisiones de los guionistas – se excusó Henry impasiblemente. –No te la agarres conmigo, yo no tengo nada que ver… ¿comprendes? Dedícate hacer tu trabajo y pon lo mejor de ti. Eres una buena actriz, Weasley.
-¡Detesto esos nombres! – Saltó indignada- ¡Y ya se muy bien porqué lo hacen!
-Firmaste el contrato – le recordó Henry. –Debes acatar las normas. Esos son los nombres de los protagonistas que la jefa ha elegido.
-¡Caramba, es una ridiculez! Fabian debería llamarse tal como se llama, ¡Fabian! ¿Suena a nombre de galán no?– replicó Ginny, harta.- y yo bueno… podría llamarme Rose… como mi sobrina… no lo sé…
-Creo que Ginny tiene razón… -masculló Fabian.- Estamos a tiempo de cambiar los guiones… con un simple encantamiento, podríamos…
-¡De ninguna manera! –no fue Henry quién contestó, sino una mujer rubia con aires de diva; había aparecido detrás de la escenografía. Ginny enseguida dedujo que esa ambiciosa mujer, a la cual desgraciadamente conocía muy bien, había escuchado toda la disputa que tuvieron con Henry. Al notar su presencia, los maquilladores fueron a retocar a Ginny y a Fabian, que resoplaron con malhumor por su maldita y exasperante obsecuencia.- Los nombres son geniales, - dijo la mujer con tranquilidad- eso desatará el interés por la ficción en el mundo mágico, demasiado nulo para mi gusto… no llegamos a los sectores importante de nuestra sociedad – agregó con voz de circunstancia- Me extraña que no lo comprendas, Ginevra.
-A mi hermano no le caerá nada bien - zanjó Ginny enojada.- ¿Por qué me pones en esta situación, Rita?
-No viene al caso la opinión de Ronald. – espetó la rubia, descartando con la mano.- Así que deberías acatar las…
Ginny como toda respuesta, cerró los ojos, resignada. Era el primer papel protagonista que conseguía. Para una novela que se trasmitiría por televisión para toda la comunidad mágica. Después de salir de Theater, la escuela de teatro más famosa del su mundo, Ginny participó en varias pruebas, pero siempre le dieron papeles chicos y sin relevancia, casi ni aparecía en escena. Todo ocurrió cuando se encontró con la periodista Rita Skeeter en Las Brujas Hablan mal de los Magos, un famoso pub nocturno de Londres que Ginny solía frecuentar para ahogar las penas de su frustración profesional (y personal también, para qué negarlo). La inescrupulosa Rita, se había transformado en poseedora de una millonaria fortuna, cuando empezó a dedicarse a escribir guiones de ficción; culebrones famosos como El hombre acromántula y Caldero de amor -la cortina musical de ésta última era de la famosa cantante Celestina y Molly Weasley podía considerarse fanática de esa telenovela, entre otros títulos. Ginny había luchado demasiado para llegar hasta ese lugar, y ahora tenía que soportar las reglas impuestas por Skeeter.
-… porque cuando cerramos el trato, te recuerdo que fui yo quién te salvó de tu enorme frustración en aquel bar de mala muerte, en donde te emborrachabas para olvidar tu patética existencia, Ginevra… - culminó hirientemente Rita, con una mirada de suficiencia.
-¿Quieres callarte? – Escupió Ginny- ¡Deja de humillarme!
-Soy tu jefa. – sonrió la periodista, como si eso le diera derecho a todo.
-¡Diablos! ¡Es que hasta tus novelas son amarillitas, Rita! ¿Tanto sacrificio es cambiar los nombres de los protagonistas? ¡Para colmo la villana se llama Ginevra! –Rita carcajeó, divertida con el enojo de la actriz.- ¿Te gusta hacerme quedar mal?
-No eres tan importante, Ginevra Villana. – Se burló.- ¡Triángulo de Amor es la fórmula del éxito! – Exclamó Skeeter con exaltación. A Ginny se le revolvió el estómago; cuando Rita le hizo la propuesta, le había sonado genial el nombre. Debió haber sido la emoción de tener el papel protagonista… pero después de saber que se llamaban Harry y Hermione, su emoción se fue por el inodoro.
-¿A qué te refieres? – preguntó Fabian desorientado.
-¡La gran paradoja! – Rita levantó la mano, resaltando un título invisible- Actúa Ginevra Weasley, ¡la exitosa actriz que ha logrado papeles MUY importantes! – Ironizó y después se dirigió a Fabian – y tú, carita virgen, eres parecido al Elegido… - Fabian la asesinó con la mirada.- Entre paréntesis, una pena que Potter haya decidido no dedicarse a la actuación y bueno, no podemos negar que "La pelirroja" –encomilló las palabras con los dedos- y el Elegido hacen la pareja perfecta – Ginny resolló rotundamente. Las estupideces de Rita no tenían límites-… ¡y la paradoja es que la pelirroja se llama Hermione! ¡Será una bomba!
-Entendimos la metáfora – repuso Ginny de mal modo.- Pero mi hermano cuando vea el estreno de la novela…
-¿Es mi culpa que a tu hermano le guste tu profesión, Ginevra? – rodó los ojos Rita.
-Eso no es asunto tuyo…
-¿A quién le molestará más llamarte Hermione en ficción, Ginevra? – La interrumpió Rita indolente- ¿A ti, o a tu hermano?
-¡Es mi mejor amiga y la madre de mi sobrina! – Le aclaró Ginny exasperada - ¡No tengo nada contra ella! ¡Deja de fantasear con eso!
-Deberías admitir que los nombres de Harry y Hermione juntos te producen repulsión.- dijo Rita regodeándose.
-Pues claro… ¡son como hermanos! ¡Pero a ti te encanta armar revuelo con tus malditos guiones! ¡Y encima, meterme en problemas!
-Baja el tonito, chiquita – la atajó muy tranquila Rita – Soy tu jefa, me debes respeto.
Ginny cerró los ojos, conteniendo las ganas de mandarla a la mierda. Rita creía que todas sus novelas eran ciertas, simplemente deliraba… Encima imaginaba una enemistad inexistente con la madre de su sobrina, quién era su gran amiga junto con Demelza Robins. ¡Solo Rita Skeeter podía pensar que ella y Hermione se odiaban! Qué estupidez.
-¿Podemos empezar de nuevo? – Intervino Henry cansado - ¡Nos quedan horas de grabación y aún no terminamos! Fabian, ubícate en la puerta y entra nuevamente. El principio quedó bien… - Ginny bufó.- ¡Vamos Ginevra! ¡Prepárate para la acción! Triángulo de Amor, Capítulo uno, escena 4, toma 16…
-¡Acción!
La oficina del cuartel de Aurores estaba reunida alrededor de una mesa ovalada. Miles de planos estaban frente a sus ojos. La mayoría de los presentes parecían ser muy jóvenes, más exactamente, Aurores novatos. Harry se había encargado de entrenarlos. Aquellas prácticas, no impedían sus desconcertadas miradas hacia los pergaminos; todos intentaban entender la cantidad de flechas, que indicaban los sinuosos movimientos que harían en la geografía donde se llevaría a cabo una importante misión.
Harry Potter, jefe del cuartel, los miraba severamente… Los novatos expulsaban un perturbado ánimo, como si estuvieran a punto de tener un examen final. La tensión cortaba el aire como enormes cuchillos afilados. Uno de ellos, se secó la transpiración de las manos en los pantalones. Harry Potter solía intimidarlos un poco, no aceptaba errores en cuanto a trabajo se refiere. Era bastante obsesivo en cuanto al área laboral, por no decir insoportable.
A sus veinticinco años, era el soltero más codiciado, según las revistas amarillistas. La mayoría eran dirigidas por Rita Skeeter, aquella periodista que no dudaba en llenarse la boca sobre las aventuras del Elegido, ya sea en materia de trabajo, o en sus experiencias de alcoba. La mitad de todos aquellos jugosos detalles, eran puras patrañas. En realidad, Harry era un desastre con las mujeres. No porque fuera una mala persona, sino porque el sexo opuesto no le interesaba, entonces a veces solía ser irrespetuoso con ellas: las dejaba plantadas, olvidaba las citas, cancelaba a último momento… Eso se debía a que ninguna mujer le interesaba realmente. Para él todas eran unas histéricas, resentidas y esperaban cosas irreales, que solo ocurrían en las telenovelas muggles, en donde el príncipe azul dejaba a la rica y millonaria mujer, para vivir un amor sin igual con la humilde y humillada sirvienta de una enorme mansión. Fantasías y una cascada de estupideces, en opinión del Auror.
Su mayor virtud en cuanto al tema, es que era sincero con sus esporádicas relaciones. Siempre aclaraba que no quería nada serio, ni vincularse sentimentalmente, no pretendía hacer sufrir a ninguna… de hecho, varias le agradecían ese gesto, aunque él lo lamentaba cuando se negaban a que pase algo debido a ello. Muy de vez en cuando, alguna se enamoraba de él; Harry no daba demasiado lugar para que eso suceda... para él, eso sería un error garrafal que no podía darse el lujo de cometer.
Los medios de comunicación no paraban de inventarle romances… Harry se divertía un poco con las teorías de Skeeter y compañía. Ya no le afectaban en lo más mínimo, sean reales o ficticias. Él y sus amigos sabían quién era y con eso le bastaba. Lo que llegara a pensar el resto sobre sus costumbres, era problema de ellos y Harry no se hacía cargo. Era un hombre independiente emocionalmente, amaba su vida solitaria, y la tranquilidad que ésta le confería; no creía en las relaciones "vitalicias". Para él todo tenía un final… solo que a veces, por una necesidad biológica, le tiraba dardos a su soledad, de vez en mes.
Lo más importante para Harry, lo primordial en su vida, su obsesión, pasión, era su trabajo. Perseguir magos peligrosos, apresarlos en Azkaban, darles su merecido a los mortífagos que habían sobrevivido después de la segunda guerra, era lo más importante en su vida. Sentía que había nacido para ello. En los escasos tiempos libres que le otorgaba su absorbente puesto en el cuartel solía visitar a sus amigos, Ron y Hermione, que estaban felizmente casados y tenían como fruto de esa unión a Rose Weasley, de un año y medio.
Suspiró mirando a aquellos novatos. Esperaba que presten atención a sus indicaciones, porque cualquier error, frustraría la investigación y Harry, con lo severo que era, no tendría reparos en mandarlos a limpiar los pisos sin magia.
-Como verán – empezó seriamente.- hemos estado construyendo hipótesis del paradero de Lucius Malfoy. –El silencio era sepulcral, Harry lograba eso con tan solo una mirada.- Parece que están planeando tortura de muggles, por lo que su escondrijo podría hallarse cerca de localidades donde explícitamente estos muggles viven. Después de la accidental muerte de Narcissa a manos de Aurores en la última batalla, es lógico que Lucius quiera vengarse del ministerio complicando las cosas… Quiero que en menos de un mes ese desgraciado esté tras las rejas para que Winzegamont lo pueda enjuiciar. Han muerto cincuenta muggles torturados en la noche pasada, y no voy a permitir que sigan perdiéndose vidas inocentes por esta rata.
-¿Cómo vamos a proceder, señor? – preguntó un Auror nervioso.-
-No tenemos nada seguro.- contestó Harry lamentando la escasa información con la que contaban– Por ende la misión aún no se llevará a cabo. No podemos improvisar con esto… - suspiró- Necesitamos investigación urgente. Lucius es un hombre que no está acostumbrado a operar solo. Siempre necesitó de Voldemort para que le diera órdenes. Según nuestras conjeturas, está acompañado de Crabbe, quién perdió a su hijo en Hogwarts y lo acompañará en esta especie de venganza, y de Goyle, que solo lo hace porque es un maldito imbécil.- algunos sonrieron, pero no se atrevieron a comentar nada.- Mundungus Fletcher ha manifestado que una mujer joven de identidad desconocida los está ayudando y todo…
-¿Mundungus Fletcher, señor? – Interrumpió uno - ¿Vamos a confiar en él para algo tan importante?
-No me interrumpas, Derek. – cortó Harry enojado - Como les decía, todo indica que Theodory Nott también está involucrado porque desapareció hace unos meses y no hay ni rastro de él. Quizá sea su hija quién esté involucrada en esto… pero no tenemos ninguna certeza hasta el momento. – Hizo una pausa - Quiero informes de los cuatro. – Afirmó a Harry tras un lapsus de silencio – De Nott, Crabbe, Goyle y Malfoy…
-Pero señor…- dijo otro auror - ¿cómo haremos recopilar información de ellos? Si desaparecieron sin dejar rastros…
-Es tu trabajo detectar su ubicación – espetó Harry exasperado. Odiaba que no tengan ganas de trabajar. – Pueden empezar vigilando las casas de sus mejores amigos, los que solían frecuentar antes de que empiecen a torturar a los muggles. Quizá ellos lleven al lugar correcto… La esposa de Nott, quizá sea la mujer que los esté ayudando, pueden empezar por ese lado… Draco Malfoy, es otro ejemplo claro... el último rastro de ese hurón, es que estaba en Australia, pero no está confirmado… – Harry hablaba con cierta exasperación, la falta de información sobre el caso llegaba a ser desesperante - Crabbe y Goyle suelen ir a Cabeza de Puerco, tal vez Aberforth Dumbledore pueda decirles algo…
-Ese viejo jamás nos ayudaría, prefiere salvar su pellejo a colaborar con nosotros – musitó el joven.
-Te recuerdo, Dalwish, que fue Aberforth quién nos ayudó a entrar en Hogwarts para buscar el último Horrocrux – dijo Harry con desdén.
-Si, si lo siento señor…– contestó el joven Philip, hijo de John Dalwish y casi tan inútil como él.- No quise decir… - dejó la frase inconclusa.
-Los informes los quiero para mañana a primera hora – todos transpiraron- Y no quiero excusas ni pretextos. Pueden retirarse…
-A trabajar todo el fin de semana – protestó un Auror en voz baja.
-¡Sin comentarios Derek! – saltó Harry impasible.
Los jóvenes salieron uno por uno de la oficina, consternados. Un informe de esas características no era nada fácil, teniendo en cuenta que esos delincuentes venían haciendo de las suyas desde hacía dos meses… y sin dejar rastro de su escurridizo paradero. Harry esperaba que haya sido lo suficientemente severo como para que cumplan con el pedido…de lo contrario, ya tenían listos los baldes y el trapo de piso para empezar a fregar. Después de todo, el cuartel estaba un poco sucio.
Las Brujas hablan mal de los magos, estaba repleto de gente. Ginny y Demelza Robins, una de sus amigas aparte de Hermione, tomaban un líquido azul, bastante fuerte, sentadas en la barra del lugar. La pelirroja vestía unas calzas furiosamente brillosas y una larga chaqueta negra, sin espalda y bastante opaca. Un nudo atado en sus propios cabellos los mantenía unidos hasta la parte superior de su coronilla. El maquillaje era muy visible, y sus labios rojos brillaban. Demelza, en cambio, estaba vestida más informal: unos simples vaqueros y una remera con pronunciado escote… el cabello, que apenas llegaba a sus orejas, lo llevaba suelto, era imposible atarlo.
-¿Quieres quitar esa cara de vinagre? – Le pidió ya cansada.- No puedes estar tan obsesionada con ese idiota…
-¡Odio a los hombres! – masculló Ginny con bronca. Movió su brazo y las pulseras tintinearon con fuerza.
-Somos dos. Pero no te estreses, o te arrugarás antes de los veinticinco.
-¿Puedes creer que no me llamó? –Protestaba- ¡Me dijo que la habíamos pasado genial! ¿Por qué tiene que ser tan frío?
-No esperes que un hombre te llame después de follar – dijo Demelza con resignación.
-Moriré soltera – vaticinó Ginny con disgusto- Ninguno de los inútiles que me rodean sirven para algo… salvo para un algún polvo mediocre… ¡malditos!
-Quizá no te consuele mucho, pero te aseguro que yo también voy a morir soltera. ¿Nos compramos un Hámster para resistirlo? – propuso con una sonrisa.
-No bromees, hablo en serio Demelza. – Ginny se acomodaba las pulseras, que estaban enredadas.
-Y yo también.
-Me dijo que estaría aquí… siempre viene aquí los miércoles – insistía Ginny con la vista fija en su muñeca- ¿Por qué no vino hoy?
-¿Quieres olvidarte de ese idiota? Y deja de mirarte ese tatuaje…
-¿Por qué? ¡Es muy bonito! – Ginny corrió las pulseras y se lo mostró, con cierto orgullo. Era una especie de símbolo del lado interno de su muñeca, en la mano derecha. Bastante grueso y de color negro…- Me gusta tenerlo…
-¡Ni siquiera sabes qué demonio significa! – Objetó Demelza divertida.- ¿Por qué te gusta tanto?
-No lo sé.- se encogió de hombros –tiene linda forma…
-Solo tu eres capaz de hacerte un tatuaje en árabe por la forma, sin saber el significado - su tono era reprobatorio.
-Fue un error, me quise hacer otro, pero el tipo que me lo hizo se confundió.- explicó Ginny.- Y bueno, al final quedé conforme con este. – Sonrió.- Hasta parezco exitosa…- las dos rieron.
-Estás loca Ginny.
-Oliver fue tan dulce el sábado…- Demelza bufó.
-¿Podemos cambiar de tema?
-¡Entiéndeme! Lo hace muy bien… - dijo sugerente Ginny.- Es perfecto… - se relamió.
-¿Puntaje?
-Once. – rieron.
-¿Posiciones?
-El kamasutra entero.
-¡Eres una atorranta! – Las dos rieron con complicidad- Deberías seguir mi ejemplo, una chica pura… - Ginny no le hizo caso.
-Estoy harta de que mis relaciones no duren más que una semana… necesito estabilidad.
-Deberías hacerlos renegar más – opinó su amiga, tomando el líquido azul con el sorbete- No vayas tan rápido a la cama.
-¿Qué pretendes? ¿Qué me haga la santa? –Se sulfuró Ginny- Ya no tenemos quince años… es una estupidez… además, no sé si alguien me gusta hasta no acostarme con él.
-Tienes razón.- concedió Demelza- Hay que degustarlos bien para saberlo…
-Si vas rápido a la cama, eres puta. Si tardas, eres una aburrida. ¿Quién mierda los entiende? ¡Deberían venir con subtítulos!
-No me preguntes a mí. El día que comprenda algo del sexo masculino, serás la primera en enterarte. – le prometió Demelza con sarcasmo.
-Gracias por el apoyo.- Suspiró y revisó su móvil. – Ni una llamada… y el idiota me dijo, "el miércoles te llamo, así coordinamos para vernos…" – lo citó agravando la voz para imitar un tono masculino, de forma burlona- ¡Traidor! Es un…
-¿Tanto te gusta Oliver? – Ginny pareció meditarlo.- ¿O solo insistes con él para consolar a tu soledad?
-Me gusta… me atrae físicamente- contestó Ginny, insegura- Y eso me confunde…
-Te entiendo, es muy follable Wood. –Admitió- Pero, ¿te interesa él como persona? – Ginny rió, le sonaba cursi la pregunta- ¡Te lo pregunto en serio, tonta!
-No lo sé. Es divertido… - rodó los ojos, llena de dudas- En la cama tiene un diez… no me hace pagar las cervezas, es educado…
-¿Te gusta que te mantenga? – se burló Demelza.
-No exageres…Mi situación económica es bastante patética, Demelza. No estoy para hacer obras caritativas ni salir con alguien que…
-No sales con Wood. – La atajó firmemente- Solo follaron en una madrugada de alcohol… deja de fantasear. Te lo digo por tu bien.
-¡Déjame soñar! -dijo Ginny fingiendo enojo.- ¡Necesito creer en el amor!
-Tu no sueñas, deliras.- expulsó Demelza, divertida- Es mejor tener los pies en la tierra, para evitar la desilusión…
-Mis delirios no duran mucho, no te preocupes. Ellos no permiten que lo haga… – La tranquilizó Ginny con amargura.-Quisiera creer en los guiones de las novelas… creo que ser actriz me sugestiona un poco con este asunto… - reflexionó.
-Coincido. Los guiones, son guiones. La vida real es otra cosa… está llena de problemas.- dijo con pesimismo Demelza.
-Me gustaría tener problemas más interesantes.- dejó salir la pelirroja.
-No hay problemas interesantes.
-Si, que dos hombres se peleen por mi cuerpo ardiente… – volvieron a reír.-
-Estás loca… ¿Le contaste a Wood que eres actriz?
-Estábamos borrachos ¿crees que tuvimos tiempo de hablar? – Demelza se encogió de hombros. –Además ya sabes, prefiero no decir a qué me dedico… Oliver tendrá prejuicios con el tema y no quiero que se ponga celoso de Fabian…
-¡Es increíble como te persigues! – rió Demelza.-¡Oliver es un mujeriego! No deberías pensar en algo serio con él… hace casi seis días no te llama…
-¡Hace cuatro días! – corrigió Ginny.
-Es lo mismo… ¡solo fue un polvo!
-Si, pero ¡qué polvo! ¿No? -sonrió lujuriosamente. Demelza negaba con la cabeza.
-Es un mujeriego, no se toma a nadie en serio. – repitió, intentando hacerla entender.
-Y ¿dónde están los hombres que no son mujeriegos? Tendré que casarme con un Troll.
-¿Me lo preguntas a mí? – Dijo Demelza sorprendida- No tengo sexo hace seis meses.
-¿Y yo?
-Hace menos de una semana, no me goces.
-¡Cuando una se acostumbra, es duro resistir la abstinencia! – exclamó Ginny con vehemencia.
-Tú estás sola por decisión…
-De los hombres – aclaró Ginny haciéndola sonreír.- Hablo en serio, qué vida de mierda… siempre estamos solas…
-Tienes razón… - Ginny la miró.
-¿Por qué no le haces caso a tu compañerito de trabajo? – Le sugirió- Por lo menos, para follar de vez en cuando…
-Ya estuve con él, y me aburre. – descartó Demelza.
-¿Por? ¿Por qué no lo frecuentaste más?
-¿Me lo preguntas?- la pelirroja asintió- Willy no viene bien de tamaño- las dos rieron.- Te hablo en serio, te juro que no la sentía en…-Ginny se irguió para atrás, en una carcajada brusca e impulsiva.- Búrlate, hija de puta… ¡fue horrible!
-Lo siento es que… Eres… - volvió a reír con ganas.
-¡Me olvidé de contarte un chisme! – dijo de pronto Demelza.
-¿Cuál?
-Una bomba… -empezó su amiga- Se rumorea en los pasillos de mi departamento que Millicent Bulstrode tiene novio… - Ginny quedó estupefacta.
-¿Ese escreguto tiene novio? – dijo con un hilo de voz.
-Eso no es todo… ¿adivina con quién sale? - dijo Demelza con una sonrisa.
-¿Con quién?
-No te va a gustar – advirtió.
-¡Dilo ya!
-Solo es un rumor, no creas que…
-¡Suéltalo!
-Con tu ex.
-¿Cuál de todos? – dijo Ginny desorientada.
-Con Dean. Dean Thomas… - respondió Demelza.- Cierra la boca, se te caerá la saliva…
-¡No lo puedo creer! ¡No lo puedo creer! – farfulló desquiciada- ¡Ese adefesio tiene novio y nosotras que somos proporcionadas, estamos solas!
-Durísimo – se solidarizó Demelza- Pero eso de que somos proporcionadas…- rodó los ojos.
-¿Qué insinúas? ¿Qué estamos gordas?
-¡No!
-Te juro que esto es un fuerte golpe a mi ego – declaró Ginny, bebiendo más y más alcohol-
-¿Será que las feas tienen suerte?- las dos rieron.
-El problema es este: los lindos, se van con las lindas. Las feas, se van con los feos… y nosotras que estamos el medio nos quedamos sin el pan y sin la torta… - terminó en un tono lastimero- Sinceramente somos patéticas…
-¿Insinúas que Dean es feo?
-He probado cosas mejores.- contestó Ginny, pensando en Wood.
-Tienes razón.
-Hay una mala distribución del azar. A nosotras cupido nos odia, evidentemente…- se quejó presurosa.
-¿Qué tal la grabación de hoy? – Inquirió Demelza, tras una pausa. Ginny frunció el entrecejo- Cambiemos de tema, por favor – dijo después en un tono de ruego- No vine a deprimirme por estar sola…
-Fue pésima – contestó Ginny, accediendo al pedido de su amiga- una bazofia…
-¿Cómo? – Demelza estaba confusa- ¡Si estabas contenta, lograste un papel protagónico!
-Eso fue antes de saber que los dos protagonistas se llamaban Harry y Hermione.
-¿Qué?
-Eso no es todo, la villana se llama Ginevra. ¡Mataré a Rita! – terminó la copa de un solo trago y pidió otra haciéndole una seña al mozo. Demelza carcajeó.- ¡No te rías!
-Tu hermano Ron se pondrá como loco. ¡Con lo celoso que es! – El mozo puso otra copa igual y Ginny revolvió con el psicodélico sorbete.- Bebe más despacio, mujer, te vas a emborrachar… Ah, cierto que lo haces siempre.
-¡Tú también!
-Rita es de lo peor… ¿cómo pudo hacerte algo así?
-No tiene escrúpulos – decía una indignada Ginny- Era de esperarse que algo malo tenía que tener todo esto del protagónico… y más sabiendo que Rita era quién me contrataba… – Demelza asintió.- Espero que Ron no vea la tira…
-Tu hermano no mira televisión. Detesta el dial mágico y el muggle también…- recordó su amiga.- ¿Cómo están las cosas con él?
-Mas o menos, detesta mi profesión. Pero lo aguanta… -se encogió de hombros- Lo hace por celos, ya sabes, exagera demasiado…
-Por cierto, ¿qué fue de la vida de Potter? – preguntó Demelza con curiosidad.
-Ni idea.- dijo Ginny sin darle importancia- Por lo poco que se, es Auror.
-¿Tu hermano no te cuenta de él? – dijo Demelza, perpleja.
-Somos simples conocidos. – explicó Ginny, que parecía aburrida de ese tema de conversación.
-¿Hace mucho que no lo ves?
-Años. Aunque a veces sale en alguna que otra revista… - le contó con desinterés.- Jamás las leo…
-¿Y tiene novia?
-No lo sé…– chascó la lengua, cansada- ¿qué importa lo que haga Harry Potter? Hablemos de algo interesante…
-¡Ey! Está bastante fuerte Harry ¿no? Siempre fue un lindo ejemplar.
-No lo sé, nunca le presté atención – contestó Ginny con indiferencia. Se preguntaba qué podría estar haciendo Oliver Wood como para no haber ido al bar. ¿Por qué no le prestaba atención? ¡Ella estaba dispuesta a todo por él! ¡Desde hacía meses!
-… y según las revistas, es un mujeriego… - comentaba Demelza- Dicen que sale con varias a la vez, pero que nunca tuvo una novia formal… es raro, ¿no?
-¡No tiene nada de raro! – Saltó Ginny impulsivamente- ¡Son todos unos hijos de puta como Oliver! – Demelza bufó. Hacía un esfuerzo descomunal para soportar el hecho de que durante largas horas Oliver Wood sea el delocutario de sus conversaciones, pero siempre la terminaba exasperando la insistencia de su amiga. No había manera que Ginny se distraiga y que deje de pensar en ese imbécil agrandado.- Seguramente el desgraciado traidor está con otra en este momento. ¡Maldito infeliz! Cuando vuelva, ya verá…
-Me imagino, seguro lo sorprendes con un "no", de tu parte. – replicó su amiga irónicamente.
-Es que tú no me entiendes… Oliver porta un cuerpo espectacular… ¿dónde estará? ¿Lo habrán secuestrado los extraterrestres? –Las dos explotaron en una sonora carcajada- Si, seguro es eso… - bebió más alcohol.
-Estás obsesionada con ese tipo. Deberías…
-¿Qué? ¿Qué debo hacer? ¡Dímelo, estoy desorientada! - rogó con un exagerado tono melodramático.
-Mientras esperas que los extraterrestres liberen al buen mozo de Wood, podrías entretenerte con otro.- guiñó un ojo.- Pidamos otro trago y vamos a bailar… ¿te parece?
-Tienes razón. ¡Si! ¡Me olvidaré de él! – Se puso de pie y se tambaleó un poco- ¡Carajo, estoy borracha! Mejor, me hace menos pudorosa…
-¡Borracha eres muy divertida, Ginny! – coincidió Demelza.
-No perdamos más tiempo… hay que explorar la mercadería de este pub. –empezaron a caminar hacia el centro del bar, donde había una pista de baile.- No tengo muchas esperanzas de encontrar algo como Oliver… - se desinfló después Ginny.
-Deja de exagerar, Oliver no fue tu pareja durante cinco años, ¡te acostaste una vez con él!
-Eso me basta para querer hacerlo muchas veces más.- objetó su amiga.
-¡Lo sé! ¡Y te entiendo! Pero no te comportes como si lo amaras…
-¿Cómo que no? ¡Lo amo! – dijo Ginny riendo, el alcohol ingerido la estaba haciendo perder el juicio. Demelza le pegó en el hombro, riendo.
-Amas su aparato reproductor… por aquí… -se metieron en la pista de baile y empezaron a moverse al son de la música- ¡Amo este tema!
-El también me ama a mí…- aclaró Ginny, que seguía pensando en Oliver- ¡Pero aún no lo ha asumido! – Demelza rió.- ¿Sabes qué? ¡Creo que lo voy a llamar! – sacó su móvil.
-¡No! – Demelza se lo quitó de sus manos.- ¡No seas idiota!
-¡Dámelo, necesito decirle algo! – Insistió Ginny enojada- ¡Me va a escuchar ese cerdo aprovechador! ¡Con todo lo que yo le di!
-Deja de agrandar imbéciles…- guardó su teléfono en la cartera- ¡No dejaré que cometas una estupidez! –dijo convencida.
-¡Necesito un novio, Demelza!
-Eres muy zorra para tener novio – Ginny sonrió- ¿Ves? ¡Piensa un poco, no lo llames!
-¡Dame el móvil, te juro que no lo llamare! – mintió.
-No te creo. Eres bastante facilita cuando de Oliver se trata. – Dijo su amiga terminantemente.
-Pero… Oliver… ¡lo extraño! – Planteó con ahínco- ¡Necesito verlo!
-Hace seis meses que lo persigues, ¡ya te quitaste las ganas de acostarte con él! ¡Ahora, a otra cosa! ¡Debes reemplazarlo, está lleno de imbéciles igual que él! – dijo mirando por encima del hombro de Ginny.
-Pero…
-Oye, mira ese grupito de hombres… -la interrumpió Demelza.- Atrás tuyo…- Ginny se volteó- ¡Disimuladamente, tonta!
-¿Cuál te gustó? – preguntó Ginny.
-El castaño…
-A mi el rubio… ¿Has visto su espalda? – decía maravillada.
-¿Por qué no se acercan a nosotras? – se desesperó Demelza.- Sácate el sostén, has algo… - rieron.
-Cálmate… ahora pasan por aquí… sigue bailando.
Las dos empezaron a moverse sensualmente, mientras se lanzaban miradas cómplices. El grupo de chicos pasó delante de ellas… y se pusieron a bailar cerca de ellas, mientras tomaban cerveza y hablaban entre ellos… ni siquiera las miraron. Ginny bufó… ¿eran gays o qué? ¿Tan mal estaban ella y Demelza como para que hagan gala de semejante indiferencia?
Después de estudiarlos con la mirada Demelza tenía una expresión de incredulidad en el rostro. Ginny frunció el entrecejo…
-¿Qué pasa? – Susurró.- Parece que hubieras visto un fantasma…
-¿No te diste cuenta? ¡El rubio!
-¡Ese es mío, no me lo robes! – saltó Ginny, posesiva.
-¿No te diste cuenta? ¡Se trata de Draco Malfoy! – la pelirroja volvió a mirar.
-No puede ser…
-¡Es él!
-¡Lo sé!
-¿Qué hace aquí? – Se preguntó Demelza- Lo último que supe es que se había ido a vivir a Australia…
-¡Está mucho más apuesto! –Exclamó Ginny- ¿Qué comen en Australia? - las dos rieron.
-¡Te gusta Draco Malfoy! – la cargó su amiga.
-¡No!
-¡Si! ¡El enemigo de tu hermano!
-¡Basta! Yo solo dije que…
-Hola chicas – dijo una voz a sus espaldas- ¿Podrían decirme dónde es baño?-Ginny se dio vuelta, sobresaltada. Al verla, Draco Malfoy abrió los ojos, quizá para cerciorarse de la persona que tenía enfrente- Perdón, ¿Ginny Weasley? – Miró a Demelza- ¿Y Demelza Robins?
-La misma – dijo esta última y le tendió la mano. Hincó un codo en las costillas de Ginny para que reaccione, porque lo miraba de forma… voraz.
-Hola Draco – lo saludó con una sonrisa artificial.- ¿Todo en orden?
-Jamás me imaginé que las podría encontrar aquí – dijo Malfoy con sorpresa- ¿Cómo han estado? Mucho tiempo sin vernos… - sonrió.
-Si, pasó mucho tiempo ¿no? – repuso Ginny, nerviosa. ¡Hurón y todo, pero está para matarlo! A besos…
-¿A qué te dedicas? - le preguntó Malfoy, atravesándola con sus ojos grises.
-Trabajo en una tienda de lencería en Callejón Diagon – Demelza contuvo la risa, Ginny jamás le contaba a nadie de su profesión, ya que se sentía muy frustrada con la misma. Draco pareció sorprenderse de aquel empleo, pero no comentó nada- ¿Y tú?
-¿No lo sabías?
-¿Qué es lo que tengo que saber?
-Soy mortífago – Ginny rió, sin amedrentarse.- ¡Era una broma! – Aclaró sin que hiciera ninguna falta- Regresé de Australia hace unos días… estoy de visita, mi amigo es el dueño de este bar…
-¿De verdad? – Se sorprendió Ginny- ¿Y preguntabas donde estaba el baño? – Draco enrojeció.
-Bueno… - dijo cohibido.
-No tienes que explicarme nada – musitó con una sonrisa algo arrogante.- Te acercaste para hablar conmigo… ¿no?
-No es que un par de mis amigos son insoportables… -Esta vez, fue ella quién se puso del color de su pelo- E intentaba liberarme de ellos, están muy borrachos…
-Entiendo – No hay ningún problema, Malfoy, sigue tirando Avada Kedavras a mi ego, pronto lo enterraremos por culpa de la raza masculina.- De todas maneras, estaba bromeando…- Draco sonrió y Ginny aprovechó para cambiar de tema.- Es raro que nunca nos cruzáramos… vengo siempre y nunca te encontré…
-¿Estás borracha? – Inquirió Malfoy, divertido- Te dije que regresé hace unos días…
-¡Oh, lo siento! Si, si estoy un poco borracha… - carcajeó exageradamente-¡qué bueno! Quiero decir, me alegro que estés aquí… -Maldita zorra, deja de coquetearle… se reprendía, pero las palabras le salían solas, no podía reprimirlas.
-Qué simpática te pone el alcohol, Weasley – sonrió él.-¿Quieres tomar algo? - Ginny miró a Demelza, como pidiéndole permiso.
-Ve tranquila. Yo tengo algo que hacer – guiñó un ojo y se retiró.
Malfoy extendió su mano, encantado con la complicidad de Demelza y sacó a bailar a Ginny. Empezaron a moverse… Ginny miraba sus labios. Contrólate, no lo beses, no hagas nada.
No te comportes como una zorra, debes lograr que alguien te tome en serio. ¡Eres una desubicada, si tu familia se enterara! ¡Te estás calentando con un Malfoy! ¿Y si curiosamente, es el amor de mi vida? ¡Aunque sea una historia como la de Romeo y Julieta, debemos luchar por nuestro amor! – las ocurrencias que pensaba la hicieron reír efusivamente.
-¿Tan mal bailo? – se apenó Malfoy, malinterpretando el motivo de su risa.
-¡No, por favor! ¡Solo me acordé de algo gracioso! – se apresuró a decir Ginny. Él sonrió y giró, mientras seguía bailando giró sobre sí mismo… Ginny aprovechó para bajar la mirada.
Sea o no sea el indicado, tiene un culo terrible Ginny… -Sonrió para sí misma cuando se imaginó bajándole los pantalones a Malfoy y hacer de las suyas en el medio la pista…Basta Ginevra, ¿acaso eres un hombre? – Se decía- ¡Solamente piensas en sexo, pervertida! - Draco la hizo dar una vuelta al compás de la canción, de forma brusca- ¡Tomé mucho alcohol, no lo hagas de nuevo! ¿Quieres que vomite mi camisa, Malfoy? Quedaron frente a frente nuevamente, y Draco sin querer rozó su nariz con la de ella.- Bésame gusanito…
-Lo siento, me empujaron.- Ginny negó, descartando el tema.
¡Bésame de una jodida vez y vamos a lo nuestro! ¡Necesito olvidarme de Oliver, infeliz!
Draco agarró su cintura en un movimiento. El ritmo de la canción se tornaba más lento… y sus frentes rozaron.
¡Caramba! ¡Está más comestible que la tarta de melaza de mi madre! O quizá después de un par de copas, todo me parece más sexual de lo que realmente es…
-Draco…- dijo poniendo las manos en su cuello y sonriéndole.- ¿Qué te parece si…?
El la besó con ganas… ¡Y Ginny estaba encantada! Al fin huroncito… Nunca creyó que besar a Draco Malfoy iba a ser tan excitante… pero lo prohibido tenía un sabor encantador, y pensaba disfrutarlo. ¡Ojala Oliver la viera! ¡Sal de mi mente, Oliver, déjame disfrutar!
A pocos pasos de ellos, un chico, detrás de una columna, los fotografiaba desde varios ángulos. Al terminar, bajó la cámara, dejando ver una clara expresión de satisfacción. Su sonrisa en se ensanchó…
El señor Potter estará muy contento… pensó orgulloso de sí mismo Philip Dalwish.
Nota: Suspiro nervioso.. me pone media loca publicar un nuevo fic (?) jajajaj si llegaron hasta acá, es porque al menos logré que lo leyeran entero.
No tengo mucho que decir... solo que, la idea es que no tenga más de 10 capítulos. Pero conmigo nunca se sabe...
Espero sus opiniones, sean cuales sean...
ESPECIALES AGRADECIMIENTOS A ASUKA POTTER. Te quiero Conchuda!
Saludos y abrazos
Joanne
