RESUMEN: -Toma lo que quieras de mí- dije firmemente.

Ella sonrió.

-solo hay una cosa que puedo necesitar de ti, cariño- se acerco hasta mí sin borrar aquella maligna sonrisa.

Sakura era mi perdición y todo cuanto adoraba en esta superficial existencia.

Era mi vida y muerte.

Moriría por la mujer que estaba frente a mí.

Aquella de sonrisa enloquecedora y de belleza exquisita.

Llegó en un segundo hasta mí. Acto seguido acaricio mi cuello.

Sus dientes, lo último que sentí.

PAREJA: sasusaku

Disclaimer/Declaimer: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Kishimoto-san, pero este universo alterno es solo mío.

CAPITULO UNO:

"Negligencia"

Así que ella era la alumna nueva, Sakura Haruno, la estudiante de intercambio. Pero las descripciones de la nueva alumna de mi clase habían quedado cortas.

Era el ser mas bello que hubiera visto en mi vida.

La perfección materializada.

-Hola- hablo con voz alta.

Todo el aula se vio inundada con su voz cantarina, que parecían campañillas o el canto de un gorrión.

-ve a tu asiento- dijo por fin el maestro, que también quedo petrificado, ante la visión perfecta que daba aquella pelirosa.

Camino en silencio hasta la carpeta vacía.

Justo delante de mí.

Estaba frente a mí, hasta la eternidad.


Había pasado una semana, exactamente, desde la incorporación de Sakura Haruno a nuestra clase. Una semana larga, de atmósfera turbadora.

Los ojos de la mayoría de alumnos se posaban sobre la mujer de ojos jade, piel nívea, cabellera rosa y cuerpo de infarto. No solo eran los hombres los que la observaban, las chicas no perdían oportunidad alguna de mirarla, pero aún así no se acercaban a ella; la envidia las carcomía, la pelirosa era hermosa y extremadamente inteligente.

Desafiaba a ley del equilibrio humano.

Era una excepción en la naturaleza.

Las miradas le seguían a donde quiera que fuese; al comedor, a los baños, a la salida, etc. Cualquier lugar que Sakura pisaba era el más concurrido.

Algunos chicos de la escuela se habían animado a hablarle, solo algunos, por que ella lograba perturbar a quien quiera que fuese, alumno o maestro; hombre o mujer. El caso era el mismo. Los chicos que buscaban entablar plática con Sakura terminaban siendo ignorados olímpicamente; no le parecía interesantes, a mi parecer.

Caso contrario ocurría a veces, ella era quien empezaba la conversación con alguien, como ocurrió en el caso de una niña pequeña, que estaba alejada del grupo de su clase y en el de Naruto, el dobe no lo pudo creer cuando ella rió, ante un comentario suyo en la clase de Historia, acto seguido, Sakura le sonrió y se ofreció a ayudarle con el tema. El dobe quedo absorto. Pero quedó rendido ante su encanto, como en el caso de aquella estudiante de primaria.

Sakura tenía un imán que atraía a las personas, que los endulzaba y encantaba; también una fuerza que los repelía. Y yo sentía todo eso por ella. Me enteré, gracias a Naruto, mi mejor amigo, que no paro en averiguar algo sobre Sakura, que tenía una hermana mayor.

La única que vivía con ella.

Una mujer de igual belleza y sensualidad, Ino, era su nombre; pero aquella rubia pertenecía a las ligas mayores y tenía una pareja.

Igual de inalcanzable que su hermana menor.


Hoy me levante temprano de la cama, teníamos clase de deporte a la primera hora; Naruto pasaría hoy por mí.

El dobe no llegó, me hizo esperar por nada, cuando ví el reloj ya eran las 7 de la mañana.

-maldición- gruñí.

Llegaría tarde a la escuela y el entrenador no me permitiría participar hoy en el juego.

Mataría a Naruto, ya pensaría en como hacerlo de camino a la escuela. Se me ocurría distintas maneras de hacerlo, pero, en fin, el dobe nunca dejaría de ser el dobe.

Llegué a el colegio, como era obvio el entrenador me pidió que me sentara en las tribunas del estadio a esperar el fin de la clase.

Gracias a la buena mente del director, las chicas practicaban al otro extremo de la escuela. Sería la única alma en aquel enorme bloque, apartado de mis compañeros y amigos.

Lo mejor seria observar el partido, buscaría a alguien que estuviera fallando para descargar mi furia; pretexto no me faltaba, era el capitán del equipo.

-hola- canto una suave voz a mi espalda.

La melodía me resultaba conocida, como olvidarla.

¿Qué hacía ella aquí?, es más, hablándome de la manera más tranquila posible. Yo era un desconocido, aunque seamos compañeros de clase, nunca habíamos hablado, ni siquiera murmurado un saludo.

-hola- contesté.

Traté de no sonar sorprendido, pero era difícil mantener fachada alguna frente a ella, aún más, cuando me examinaba con aquello extraños ojos jade; parecía tratar de leer mis facciones, ó... mi mente.

Debía dejar de pensar idioteces.

Tomó asiento junto a mí y pude sentir como su aroma inundaba mis pulmones y hacía hervir mi sangre. Si ella estaba aquí, era posible que las demás mujeres de mi clase estuvieran camino al estadio.

Fruncí el seño.

-las chicas no deberían andar por aquí- musite con cierto malestar en mi voz.

-¡oh!- exclamó- no hago deporte, así que vine a ver el fútbol. El resto de las chicas no vendrá- finalizo, respondiendo a la pregunta formulada silenciosamente en mi mente.

-¿el fútbol?- o a los chicos, pensé.

Pero la idea fue descartada de inmediato.

Formo una sonrisa torcida.

-me agrada el fútbol- replico- me fascina la forma obstinada en la que los jugadores persiguen la pelota y tratan de apoderarse de ella. Todos corren, en equipos; solo hay un equipo ganador, pero solo un miembro del mismo se lleva la gloria, una única persona.

Hasta el momento en el que termino de hablar, me di cuenta que había retenido el aire desde que inició su respuesta. No pude evitar mirarla.

Era perfecta. Callada o no.

-interesante- respondí, luego de unos segundos-no se ven a muchas chicas que vengan a observar el juego, la mayoría solo se acerca por...-

Ver a los jugadores- me interrumpió- lo sé. En los baños no se habla de otra cosa que de los futbolistas de la escuela, en especial de ti y de naruto; el resto son solo segundo plano.

-déjame decirte, que pareces una excepción al resto de las muchachas- manifesté en susurros.

Sakura bufó y formo una media sonrisa.

-al parecer te parezco una excepción en todo.

La mire intrigado, es como si de verdad pudiera leer mis pensamientos.

Una extraña corriente recorrió mi nuca.

Debo dejar de leer textos de fantasías, si no, terminare como uno de los personajes.

-parece- repliqué.

Sakura soltó una risotada, que más se asemejo a una suave melodía. Solo la había escuchado reír una vez, en la que ya mencioné y fue por que el dobe de verdad estaba diciendo cosas sin sentido.

-eres más divertido de lo que imagine, sasuke. Hay veces en la que resulta favorable mezclarse con alguien como tú.

Tenía la extraña sensación de que sus palabras iban cargadas de sarcasmo.

Utilizaba una entonación especial para algunas palabras, como cuando pronunció: "gloria" ó "gente como tú". Era extraño, pero lograba encantarte.

-debo irme- dijo cuando el partido había culminado y mis compañeros venían hacia nosotros. Se puso de pie y murmuro un suave adiós.

Me quede sentado, observándola alejarse, poco a poco, con la elegancia propia de ella.

Tenía la sensación de que esto no terminaría pronto.


Estaba saliendo tarde de la escuela. El entrenador me había pedido que fuera a su oficina para arreglar unas cosas; el campeonato estatal se acercaba, y nuestro equipo participaría de él. No preste ni la más mínima atención a lo que Kiminaru-sensei decía. Mi mente se hallaba sumergida en la conversación con Sakura.

Bendita plática. El dobe no me dejo en paz hasta que le contara todo, con lujo de detalles de lo que hablamos, me había estado observando desde el campo y no podía oír nada a tal distancia.

-quizá le gustas, teme- me había dicho el dobe.

Hump, eso no importaba. Solo sería la envidia del resto de alumnos y aún más, de la gente que la había visto en la calle.

-te puedes ir- dijo por fin el entrenador, y en ese momento baje de la nebulosa a tierra firme- asegúrate de llegar puntual al entrenamiento.

-así será- respondí.

Me encaminé a la salida. A estas horas no había ningún alumno en la escuela, solo los conserjes y el personal administrativo.

Pero al llegar al último pasillo, pude divisar una sombra. Era una mujer, una alumna, por que aún llevaba el uniforma. Aquella chica era algo menuda, pero sus curvas se dejaban notar aun en la oscuridad, pero lo que más resaltaba, era su cabellera rosa, amarrada en una coleta.

¿Qué hacía Sakura a esta hora en la escuela?

Aceleré el ritmo de mis pasos. Cuando estuve a unos 5 metros de ella, volteó la mirada hacia mí y sonrió.

Sentí que era el motivo de su espera.

Pare en seco cuando estuve frente a ella, que solo agrando su sonrisa y me miró por unos instantes.

-al fin llegas- me susurró, acercándose a mí- daremos una vuelta- concluyó


N. de la A.

Hola, soy nueva en esta pagina y vengo con este FF. Espero que sea de su agrado y me den algunas recomendaciones, creo que falta algo. Tengo una cuenta en otra web, pero decidí subir mi FF tambien aquí.

Un saludo