Bueno THG no me pertenece y Johanna Mason tampoco, sin embargo los personajes que no aparecen en dicha trilogía son completamente de mi invención al igual que la trama de esta historia.


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Al abrir mis ojos la luz ya entra por la ventanas y se que es por la mañana, el aire es caluroso y se cuela dentro de nuestra cabaña de madera. Al igual que todos los días, me levanto sin hacer ruido y paso por un lado de las camas de mis hermanos pequeños.

La cama de Darian mi hermana de 13 años esta vacía, debe estar acurrucada al lado de mi madre, despertando cada pocos minutos por culpa de las pesadillas que la persiguen cada año. Mi hermana, tan poco egoísta que se preocupa por cada familiar y amigo suyo en vez de preocuparse por si misma, por si acaso es elegida como tributo.

Mike, quien aun tiene solo 4 años, es diferente, el aun duerme plácidamente sin preocuparse por las muertes injustas y crueles de cada año, su inocencia lo resguarda, pero cuando tu nombre comienza a ser elegible en la cosecha a partir de los 12 años, la inocencia de tu infancia no esta destinada a durar.

Después de ponerme mi pantalón, mi chaqueta de cuero y mis botas, salgo por la puerta trasera de mi casa hacia el bosque, donde por lo general el ruido de las hachas golpeando a los arboles, es mas fuerte que cualquier otro sonido, pero hoy no.

Hoy es el día de la cosecha, un día que el Capitolio (la ciudad que gobierna Panem y a sus doce distritos) celebra como si fuera año nuevo o navidad, pero para los habitantes del distrito es un día lúgubre y triste.

Las calles, siempre llenas de trabajadores y niños, hoy están vacías por completo, la cosecha empieza hasta las dos y a las familias les gusta pasar lo que podrían ser sus últimos momentos juntos. Si tu nombre es elegido en la cosecha, estas destinado a ir al capitolio donde te preparan para los Juegos del Hambre, donde los niños tienen que matarse los unos a los otros por diversión de las personas del Capitolio.

Estos juegos son para recordarnos los días Oscuros, cuando los distritos se rebelaron contra el "bondadoso" Capitolio, que para honrar todas aquellas vidas perdidas creo lo Juegos en donde dos niños de cada distrito de entre 12 y 18 años son elegibles para después ir a una arena llena de peligros y trampas escondidas en donde tienen que matarse entre si. Ellos dicen que es para honrar a los muertos, pero nosotros quienes lo vemos como un castigo en vez de un deporte, quienes sufrimos de hambre y perdida, sabemos que estos fueron creados para mantener el horror, la desesperanza y el dolor a flor de piel quitándonos así cualquier deseo de libertad que aun podamos albergar en nuestros corazones.

Llego al bosque y me siento a la sombra de mi árbol favorito, uno frondoso y con un tronco grueso, es el único árbol que no han cortado ya que ninguno es tan grande como este y a la gente de mi Distrito, el Distrito 7 encargado de importar la madera al Capitolio, este árbol les trae buenos recuerdos y se ha convertido en algo así como un monumento.

– Hola Johanna –.

Al voltear hacia la izquierda, como respuesta a mi nombre que viene de esa voz tan familiar y dulce, veo a un chico, el es alto y fornido por su arduo trabajo cortando madera, sus cabellos son completamente negros y no están desordenados como la mayoría del tiempo, si no que están arreglados para la cosecha.

Le hago una seña y palmeo el montón de hojas que esta a mi derecha, para que se siente a mi lado y así lo hace, me sonríe y posa sus tibios labios con sabor a manzana en los míos, el beso me sabe amargo y sus lagrimas dulces.

Hay una creencia en el Distrito 7, se dice que cuando las lagrimas de alguien te saben dulces, es porque estas destinado a estar al lado de esa persona y estarán unidos por un vinculo mas fuerte que cualquier cosa, y las lagrimas de Alonso me saben dulces.

Todos los días nos reunimos aquí para comer y hablar de cosas sin importancia, pero hoy no hablamos, hoy no comemos, solo nos abrazamos en silencio, compartiendo el calor de nuestros cuerpos, abrigándonos el uno al otro y si el dolor amenaza con destruirnos y sentimos que el mundo se derrumba a nuestro alrededor, cayendo así todo el peso sobre nuestros hombros, estamos ahí sosteniéndonos.

Cuando llega la inevitable hora de irnos, el me acompaña a casa sin decir nada, porque no son necesarias las palabras, no en este día cuando el sufrimiento es tangible hasta en el aire y este en vez de darte alivio, se siente pesado y es como si tus pulmones lo rechazaran de golpe cada vez que inhalas. Quiero decir algo, quiero decirle que todo va a estar bien, pero no lo estará, nada mejorara y no puedo llenar ese vacío que hay en su corazón.

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Fue hace dos años casi como un día de cosecha común y corriente, con la diferencia de que no lo era ya que ese año, entre miles de papeletas, estaría por primera vez una con el nombre de la hermana de Alonso. La chiquilla de doce años era hermosa, su cabello era castaño claro y liso, era delgada pero no demasiado y sus ojos, esos bellos ojos chocolates, brillaban de una manera tan especial que te hacían sentir que estar vivo valía la pena.

Quizá brillaban demasiado, como una estrella fugaz, y al igual que una de estas, se había quedado muy poco tiempo. La suerte nunca esta de tu parte, no si eres habitante de alguno de los distritos, ni siquiera si tienes solo una papeleta entre tantas, Madison la pequeña de ojos brillantes era la prueba de ello.

Su nombre había sido mencionado por la escolta del Distrito 7, sus ojos habían perdido algo de su brillo, había estado muy asustada y sus piernas temblaban mientras las lagrimas salían de sus ojos, vi como a Alonso se le descomponía el rostro y se ponía pálido, como si estuviese muerto, vi su dolor y terror en ese momento y aun así no tuve el valor de hacer nada, porque en el Distrito 7 no te ofreces como voluntario, no cuando esa palabra es sinónimo de muerte.

Solo sobrevivió unos pocos días en la arena, su muerte fue la mas cruel de todas, no por ser sanguinaria ni nada parecido, simplemente porque había muerto sola sin nadie que la ayudara, maldije a cada persona del capitolio por no haber tenido el valor de patrocinarle ni siquiera algo de agua y luego me di cuenta de que yo era tan cobarde como ellos, porque pude haber hecho algo, pero aun así, no lo hice y la deje ir directo a su muerte.

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Llego a mi casa, mis hermanos están despiertos y arreglados y mi madre me mira, se que no esta molesta, ella sabe donde he estado y con quien, me sonríe dulcemente y me da un bonito vestido de color marrón y unos zapatos a juego ya que hoy tengo que estar elegante por si acaso termino en el Capitolio.

Me doy un baño con el agua que mi madre ya a calentado en nuestra estufa de leña y después dejo que mi madre arregle mi cabello liso cuando ya estoy metida en ese vestido.

– Te vez muy bonita – dice Darian y me sonríe – todos te notaran hoy –.

Me doy cuenta de que sus ojos aun están hinchados por tanto llorar y reposo mi mano en su mejilla tiernamente.

– A ti también – le digo.

– No es verdad Johanna, nunca nadie nota a las lloricas –.

Sacudo la cabeza en desacuerdo pero ella me ignora saliendo de la casa por delante de mi madre.

La plaza es el lugar mas hermoso del distrito siempre esta adornado con globos y serpentinas, pero esta belleza es opacada por los rostros descompuestos de las familias mas pobres. Todas esas familias, que tienen que pedir teselas y agregar su nombre otra vez mas a la urna por cada una de ellas, niños que tienen mas posibilidades que aquellos que no sufren de hambre en la misma medida.

Nos acomodan por edades llevando a los mas pequeños a la parte de atrás y a los mas grandes hacia delante, intercambio asentimientos con algunos chicos de mi edad ya que no soy realmente agradable como para entablar una conversación y tampoco es como si el humor del distrito se prestara para ello.

Alonso que solo es un año mayor que yo se encuentra con todos los chicos de 17 años, su cuerpo esta tenso, lo noto y su semblante es serio, es así cuando esta frente a una multitud, no demuestra sus emociones, solo conmigo se siente libre para expresar su dolor.

Frente al edificio de justicia hay varias sillas, una es para la escolta de nuestro Distrito, la mujer de cabello azul eléctrico y puntiagudo que creo que se llama Ditriana, la otra es para el alcalde y las que sobran son para nuestros vencedores.

La ceremonia es bastante larga, el alcalde comienza con el discurso de cada año en donde nos cuenta como Panem se levanto de entre las cenizas de un lugar antes llamado Norte América dándonos así 13 distritos y un capitolio, después vinieron los días Oscuros, cuando los distritos se rebelaron contra Panem, pero el Capitolio después de una ardua lucha, derroto a 12 de ellos y eliminó uno, el Distrito 13.

Como recordatorio de la victoria de el Capitolio, se crearon los Juegos del Hambre y cada año hay un vencedor que se vuelve asquerosamente rico y desperdicia su vida en adicciones y vicios, e incluso algunos que se venden a las personas desesperadas y ricas del Capitolio.

Ditriana habla mucho acerca de cómo le gusta estar en ese Distrito, acerca de lo hermosos que son nuestros bosques y lo refrescante que es el aire, pero yo se que se muere por estar en algún distrito con profesionales que tienen al menos un poco mas de probabilidades de salir con vida de la arena.

– Vamos con las jovencitas – dice sonriente y con su tonto acento.

Acomoda su vestido parecido a un arbusto que la hace parecer estúpida y ridícula, para después caminar hacia la urna de las chicas y rebuscar entre tantos papelitos hasta que por fin encuentra uno que al parecer es de su agrado.

Solo puedo pensar en Madison y en sus piernas que flaqueaban, pienso en como quizá las piernas de la niña elegida harán los mismo y como las lagrimas resbalaran por sus mejillas, pero la imagen que mas me atormenta es la del rostro de Alonso cuando su hermana fue elegida. Estoy tan trastornada por esta imagen, que no me queda tiempo de procesar las palabras que salen de los labios de la mujer de cabellos puntiagudos.

No es ninguna niña flacucha de doce años, no es familiar de Alonso, ni mucho menos mi hermana o mi amiga, tampoco es cualquier chica de 16 años que yo conozca.

Es Johanna Mason.

Soy yo.


POR FAVOR DEJEN SU REVIEW ES MUY IMPORTANTE PARA MI QUE DEJEN AUNQUE SEA UN HOLA PUES ES LO QUE ME MOTIVA A SEGUIR ESCRIBIENDO AUNQUE SEA MUY MALA HACIENDOLO.