Sometimes when we touch
Summary: Un príncipe, una plebeya, una ladrona y un caza fortuna se embarcan en la aventura de encontrar una poderosa joya que puede cambiar sus vidas para siempre, cada uno movido por sus propias ambiciones y deseos. UA SxS TxE
Aclaraciones
Narrativas:
Narración en 3era
persona
-Diálogos-
Pensamientos
'Narración
en primera persona por alguno de los personajes'
(Aclaraciones
de las autoras)
-----º-----º-----º----- Cambio de
escena (espacio / tiempo)-----º-----º-----º-----
-----.-----.-----.----- El personaje Sueña o Recuerda -----.-----.-----.-----
Prólogo
"Cuenta la historia, que alrededor del año 1600, no se sabe con exactitud cuando, se forjó un anillo con una pequeña piedrecilla extraída de unas ruinas antiguas.
La joya, delicada y hermosa, había sido creada para un príncipe quien quería dar lo mejor a la mujer a quien pediría en matrimonio. Efectivamente, el anillo llegó a él, y se lo entregó a la mujer que amaba. Meses después, una extraña enfermedad atacó a la familia real, y a la prometida del príncipe. Todos murieron.
El pueblo, asustado porque se tratara de una maldición, decidió que lo mejor seria quemar los cadáveres junto con las pertenencias que llevaban puestas. A excepción del anillo. Si, este pequeño objeto fue tomado por un vendedor, quien al poco tiempo fue atacado por unos bandidos y matado al instante.
Desde entonces, el pequeño objeto comenzó a vagar. Pasando de mano en mano.
Un pequeño rumor empezó a dispersarse. Diciendo que aquel objeto estaba maldito, que atraía las desgracias a quien lo tomara.
Luego de un tiempo, el anillo desapareció y nadie volvió a saber de aquella cosa, o de su actual poseedor.
Muerte, ríos de sangre, odio, tristeza, agonía, eso había dejado de rastro aquella joya. Atrayendo a su próximo poseedor aumentando su codicia, sus deseos de obtenerla. Crear un infierno en vida para el hombre."
Capitulo 1: El anillo de piedra verde
Caminaba tranquilamente por el pueblo mirando los puestos tranquilamente. No pudo evitar que su vista se encontrara con aquello. Aquel hermoso anillo de oro con una piedra color esmeralda incrustada. Atraído por su encanto se acercó a mirarla. Era el mismo color de sus ojos. Era muy bonito, y sería le regalo perfecto para su hermana menor, se acercaba su cumpleaños y no había nada mejor que una joya bonita para la chica más linda del reino. Preguntó con algo de timidez el precio, no tenía demasiado dinero, y sabía que no podían darse esos lujos, necesitaban mucho lo que ganaba con su trabajo.
Se sorprende al oír el bajo costo de aquella curiosa joya, por lo que no duda un instante más y le da al comerciante las monedas pedidas para después guardar el anillo con precaución en el bolsillo de su pantalón. Imaginaba la cara de alegría de su hermana al verla, se lo merecía.
Recorrió apresurado las anchas calles del pueblo hasta llegar a su casa, donde al entrar sintió el delicioso aroma de la comida que la cumpleañera acostumbraba a preparar para esperarlo luego de su trabajo diario.
-Touya?-cuestiona ella desde la cocina interrumpiendo la canción que tarareaba momentos antes.
-Feliz cumpleaños Sakura-agrega él tomando sus manos apartándolas de las verduras que cortaba para luego dejar el pequeño bulto envuelto con papel en las sucias palmas de la joven.
-Que es esto?-musita ella limpiando una de sus manos con el delantal que llevaba puesto para luego correr con suavidad el envoltorio.
No pudo evitar disimular su expresión de sorpresa al ver la pequeña piedra brillar con fuerza en el centro del anillo, era lo más hermoso que alguien le hubiera reglado jamás… se puso de puntas de pie y lo abrazó, esforzándose por reprimir el llanto de alegría que le oprimía el pecho.
-Me alegra que te gustara…-responde el morocho correspondiéndole el abrazo con calidez-.
-Touya… no debiste…-susurra ella separándose de él para volver a mirar su regalo y secarse rápidamente los ojos, avergonzada por sus lágrimas- No tenemos dineros como para darnos estos lujos…
-No pude evitar comprarlo cuando lo vi…-responde él con una sonrisa-
-De verdad… muchas gracias-responde ella para luego levantar la vista y mirarlo, un poco sonrojada por la misma alegría que sentía que la desbordaba.
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Bufó enfadado consigo mismo. No podía tratarse de algo tan difícil, tenía que ser capaz de encontrar aquella famosa reliquia… de eso dependía su felicidad.
Aunque todos le atribuían desgracias a aquél anillo debido a la leyenda con la que cargaba, en su familia no se creía lo mismo… Tenía que recuperarla, su honor y el de sus antepasados dependía de su actuación, y también así que el resto de su vida siguiera como había sido planificada desde antes de su nacimiento. No podía dejar que eso se modificara, su destino era ese y nunca debía desviarse del camino trazado por su apellido.
Suspiró agotado mirando el pueblo al que había llegado, debería encontrar un lugar donde pasar la noche. Comenzó a caminar de nuevo, recorriendo el pueblo. Rápidamente encuentra una posada en la que decide entrar. El lugar parecía viejo, pero cálido. El sitio era dirigido por un joven alto, morocho, quien atendía amablemente a sus clientes. El ambarino dirigió su mirada al joven quien hablaba a alguien que se encontraba internado en la cocina. Luego de tomar aire se acercó a la recepción dispuesto a pedir un lugar donde pasar la noche.
-Ah! Ha llegado al lugar indicado...- Responde el morocho amablemente... –Pasara aquí una noche... bien... enseguida le enseñare su habitación.- Culmina luego de cobrarle una barata cifra de dinero.
-Bien...- Responde el joven con aparente tranquilidad, para luego mirar al morocho decir algo mas a la persona de la cocina, quien termino asomándose para darle algo. Se trataba de una joven de ojos verdes y cabello castaño claro, que parecía dorado con los reflejos de la luz. Era hermosa, bellísima en verdad.
-Sakura, hoy tenemos un cliente...- Comenta el morocho indicándole al ambarino.
Sakura. Su nombre era como el de una hermosa flor. Suspira ensimismado mirándola. La joven lo mira y hace una reverencia para luego sonreírle amablemente.
-Bienvenido. Gracias por haber elegido nuestra humilde posada...- Musita la joven.
Fue una excelente elección. Podría quedarme a vivir. Piensa el joven mirando perdido a la chica, para luego sacudir la cabeza. No! Debía recordar su objetivo. El motivo por el que estaba viajando. Ese anillo. Debía encontrarlo a como de lugar.
No tenía tiempo para encantarse con una joven tan bonita. No tenia que perderse en su cabello. O sus ojos. O su melodiosa voz. O preguntarse en que sabor tendrán sus labios. No debía pensar en la brillante y tersa piel de la chica frente a él, ni en su hermosa y esbelta figura.
-Espero disfrute su estadía... ojalá esté cómodo..- Musita la ojiverde amablemente. Luego de disculparse haciendo una reverencia sale dispuesta a comprar las cosas que necesitaría para preparar el almuerzo.
-Bien, por aquí por favor.- Musita el morocho guiando al ambarino por la posada enseñándole cada sitio, para luego indicarle su habitación. –Aquí es. Cualquier cosa que necesite solo tiene que decírnoslo a mi hermana o a mi. Los dos vamos a estar encantados en ayudarle...- Culmina para luego salir cerrando la puerta, dejando solo al castaño en el cuarto.
El ambarino suspira y luego de dejar sus cosas a un lado, se deja caer sobre la cama mirando el techo.
-Sakura...- Suspira cerrando los ojos. Cuando ella había pasado por su lado, un delicado aroma a cerezos lo había invadido. Una agradable sensación de calidez había recorrido su cuerpo. Luego de un momento, se queda dormido, agradado por esa sensación de calidez.
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-Así que…crees que esa legendaria joya puede curar a mi hija??-cuestiona él enriquecido sujeto desde su trono.
-Estoy seguro de eso…-responde el joven frente a él de cabello azulado y porte elegante, en su cinturón brillaba una larga y ancha espada.
-Pagaría lo que sea por ella…-comenta el rey masajeando sus manos una con la otra- Crees que podrías conseguirla para mi pequeña Tsubame?
-Puedo conseguir lo que sea a cambio de una buena recompensa-asiente con una pequeña sonrisa de satisfacción.
-Muy bien…-el rey asiente y se incorpora poniéndose de pie- Entonces tenemos un trato, Eriol Hiragisawa
Él asiente y luego de hacer una reverencia se retira. Encontrar aquél anillo no debería ser algo tan complicado, sólo se trataba de una joya antigua, seguro debía estar en manos de algún coleccionista a quien no sería difícil hurtársela.
Luego de salir del palacio comenzó a recorrer el pueblo mientras meditaba acerca de cómo buscaría sus primeras pistas, tal vez no sería mala idea comenzar por donde la joya había sido vista por última vez, en un pueblo cercano al que podía acceder cruzando un puente hacia el norte del lugar. Acomodó la bolsa con provisiones que llevaba sobre su hombro y emprendió el viaje hacia allí, llegando a la orilla junto con el anochecer.
Luego de hacer una pequeña fogata y acomodar el abrigo que tenia sobre los hombros se dedico a ver el agua clara correr con tranquilidad sobre el río, no se cansaba de esa vida imprevisible y llena de aventuras que llevaba hacia ya tanto tiempo.
Luego de dar un amplio bostezo y de lanzar unas últimas maderas al fuego encendido se deslizó con suavidad hacia atrás pretendiendo dormir, pero algo frío y afilado se pego a su cuelo amenazando su vida.
Rápidamente miró por su derecha hacia atrás para ver de quien se trataba, pero no pudo distinguir a su atacante puesto que llevaba una larga túnica púrpura y una capucha inclinada hacia delante que le cubría el rostro. No parecía tratarse de un ladrón común, su vestimenta era demasiado elegante y sus manos demasiado suaves, se preguntaba quien lo atacaría así, en medio de la noche viendo que portaba una espada… debía ser cauteloso, aquella persona parecía saber lo que hacía.
Con un rápido movimiento desenvainó su espada para después ponerse en cuclillas frente al agresor, quien se incorporó dispuesto a luchar con él por sus pertenencias.
Luego de un pequeño combate contra su agresor, Eriol logra desarmarlo.
-Bien...- Musita agitado por la pelea... –Quien eres?...- Cuestiona acercando la espada al pecho de su agresor.
-Mmh...- Murmura el atacante.
-Responde!- Ordena el ojiazul para luego amenazarlo con su arma. El sujeto frente a él da unos torpes pasos hacia atrás cayendo de espaldas al suelo, consiguiendo que la capucha se le cayera, dejando de cubrir su rostro, haciendo ver al ojiazul que se trataba de una mujer.
-Maldición...- Susurra la joven apretando las manos contra el suelo para luego mirar a su agresor.
-Una...mujer...- Agrega Eriol sorprendido para luego guardar su espada. No podía negarlo. Aquella mujer era hermosa, la mas hermosa que había visto jamás, y eso que él había conocido muchas mujeres hermosas a lo largo de sus aventuras.
-Mph... felicidades por descubrirlo... te ayudaron?- Cuestiona irónicamente la chica cruzándose de brazos para mirar hacia otro lado.
El ojiazul suspira resignado y luego toma la espada de la joven devolviéndosela.
-No vuelvas a atacarme... pude matarte sabes?- Musita mirándola tomar el arma del mango, para luego guardarla en su funda.
-Mph... da igual...- Responde la muchacha acomodándose su capa.
Eriol se rasca la cabeza sin comprender. Esa joven era extraña, pero sin duda bellísima.
-Bellísima...- Susurra perdido para luego sacudir la cabeza. -Qué querías?- Agrega rápidamente mirando a la joven esperando que le dijera que era lo que quería. Pero ella se mantenía inmutable, al parecer sin intenciones de responderle.
-Hey...- Agrega el ojiazul impacientándose. –Qué buscabas?- Insiste mirándola. Sin embargo, la chica miraba hacia otro lado ignorándolo. –Al menos me dirías tu nombre?- Pide resignado.
-Mmh... Tomoyo...- Musita la joven luego de vacilar.
-Tomoyo...- Susurra asintiendo... –Y... por qué decidiste atacarme?- Agrega moviéndose para tomar sus cosas, a lo que la joven se sobresalta y se prepara para defenderse en caso de que la atacara.
-Asunto mío, niño...- Responde la joven mirándolo molesta.
-Hey! Yo no fui quien te ataco! Fue al revez!!- Se defiende el ojiazul comenzando a molestarse.
-Cállate!- Se queja la chica molesta.
-No!! No me callo!- Decide el ojiazul para luego sujetarla de la mano antes de que la muchacha se marchara–Vas a decirme que era lo que buscabas!-
-Que me dejes en paz! No es tu asunto!-exclama ella soltándose bruscamente para luego volver a poner su capucha- No deberías subestimarme por ser mujer.
-No lo hago-responde él al instante-
-Basta! Ya te dije que…-comienza a decir ella para luego callar repentinamente al oír pasos cercanos-Maldición… Va a ser mejor que me apresure-agrega acomodando bien su capucha para luego comenzar a caminar en dirección al río siendo detenida por el espadachín.
-Quien eres? Porque me atacaste?-vuelve a preguntarle con firmeza, luego mira hacia los costados, ambos habían sido rodeados por un grupo de caballeros. Por sus escudos Eriol pudo identificar que se trataba del ejército real, y al parecer estaba tras esa chica… Ambos estaban en un problema.
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N/A: Bueno! Otro nuevo fan fic jeje este no esta terminado, así que será como breathless que nos demoramos en actualizar, así que no es para gente ansiosa xDD Espero que la temática les guste y los personajes les resulten atractivos!
Eso es todo por ahora, lean el resto de nuestros fan fic que estan mas avanzados.
Ja ne!
Chibi-Chise y Maeryx
