Acto 1: Usa-chan

—Nodoka-chan, Nodoka-chan! —Gritó Yui alegremente traspasando la puerta del consejo.

La presidenta sonrió y agradeció que estuviera sola en aquel salón, pues las visitas de Yui al consejo estudiantil casi siempre significaban un considerable retraso en aquellas que no estuvieran acostumbradas a lidiar con su infinita alegría.

—Eh.. Yui! Que sorpresa, ¿qué haces aquí?

—Es sólo que estoy tan feliz, Nodoka-chan, ¿recuerdas el examen sorpresa que nos hicieron en clase de biología la semana pasada?
—Sí, ¿por?

—Mira esto —dijo Yui muy orgullosa extendiéndole la hoja resuelta.

—Diez de diez, vaya… estoy sorprendida.

—Yo también, me encontré al sensei en el camino al club y me felicitó por mi buen trabajo —dijo Yui tomando las manos de su amiga y saltando de felicidad.

Nodoka le siguió el juego un momento, como estaba acostumbrada, y luego le dijo que tenía que trabajar. Se volvió a su escritorio.

—¿Tainaka-san? —preguntó sorprendida.

—Eh, sí. Vine junto a Yui, ¿no me notaste?

—Creo que no, bueno lo siento. ¿Y qué se te ofrece a ti?

—¿A mí? Pues nada, sólo vine acompañando a Yui.

—Ah… bueno, yo me vuelvo al trabajo.

—Hái, Nodoka-chan, regresemos juntas a casa.

—Bien. Que te vaya bien en el club.

Yui asintió alegremente y salió del consejo acompañada de Ritsu. Nodoka miró el reloj.

—Que raro, ya pasaron quince minutos del fin de la clase… ¿no deberían de estar ya en su club? Que raro…

Las dos amigas se alejaron del consejo y entraron en un aula vacía.

—¿Y?

—Tu distracción fue perfecta. Pude robarle la lista de los clubes que harán la presentación en el festival.

Yui miró preocupada a su amiga.

—Ricchan, estás muy seria.

—No es para menos, no puedo andarme con pequeñeces después de lo que le hicieron a Mio. Bueno, no fue tan grave, pero aún así eso sí que fue caer bajo. No sé quién quiera arruinar nuestra presentación, pero sólo podremos combatirlos cayendo tan bajo como ellos. Ahora veamos, ¿qué motivos podrían tener para hacer algo tan horrible?

—Recuerda lo que nos dijo Sawa-chan, que el director prometió un bono de quince mil yenes para los fondos del club con la mejor presentación.

—Sí, eso es lo obvio. Pero aún así…

La puerta se abrió haciendo que las dos saltaran. Por suerte era solo Mugi.

—¿Cómo sigue Mio?

—Mejor, ya dejó de llorar pero sigue en shock, Azusa-chan está con ella. En serio chicas, eso de arrancarle la cabeza a su conejo de peluche y clavarlo en la puerta del club sí que fue…

—Horrible, pero por suerte no es la verdadera Usa-chan.

—¿Eh?

—En primaria los niños se metían mucho con Mio por su bendito conejo, quitándoselo, colgándolo de algún árbol o cosas así. Pero un día me acordé que yo tenía un conejo igual y se lo regalé a Mio para que usara el conejo ese de señuelo mientras dejaba el verdadero fuera del alcance de los bravucones.

—Ricchan es tan amable y caballerosa!
—Bueno, en realidad… —dijo la otra poniéndose el brazo detrás de la nuca. —En realidad lo hice porque cada vez que tiraban al conejo encima de un árbol o algo así a mí me tocaba ir a recogerlo.

—¿Y no la siguieron molestando?

—Como no era la verdadera Usa-chan, a Mio ya no le molestaba y los niños la dejaban en paz porque ya no valía la pena.

—…

—Bueno, concentrémonos en los hechos. Mugi, lee la lista de eventos.

—Hái! Primero, a las tres y cinco de ayer nos encontramos con miembros del club de la mafia que nos dijeron que fueron contratadas para que Mio-chan no saliera en el festival. No les hicimos caso. El día de hoy a la misma hora encontramos a la Usa-chan falsa, o lo que quedó de ella, a modo de amenaza en la puerta del club. Mio-chan se puso a llorar.

—Pero —dijo Ritsu orgullosa, —no por su amiga de la infancia, sino porque la asustaron de verdad. En serio una de mis mejores ideas…

—Ricchan…

—Gomen, sigue Mugi.

—Bueno, después de eso nos encontramos con la profesora de biología y nos dio nuestros exámenes. Yui-chan dijo que quería enseñárselo a Manabe-san y a ti se te ocurrió lo de robar la lista y aquí estamos.

—Muy bien, lo importante es no dejarse intimidar y mucho menos dejar que intimiden a Mio. No podemos ir con los profesores porque no tenemos pruebas contra nadie y para ellos el club de la mafia es "el club de apreciación de la cultura italiana" así que no podemos hacer nada que vaya por esa dirección… sólo nos queda atrapar al culpable y luego se nos ocurrirá cómo le damos la lección.

—Ricchan, eso se oye difícil.

—Tal vez, pero Mio siempre nos ayuda (si me cobrara yo estaría hasta el cuello de deudas) así que no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras alguien conspira contra ella. —En este punto, Ritsu se había levantado y había comenzado a caminar de un lado a otro. —Otro punto importante es que, conociéndola, no va a querer que hagamos nada por ayudarla…

—¿Por qué?

—Porque cada vez que yo la ayudaba con algún bravucón, digamos que siempre más de alguien terminaba con un hueso roto, y casi nunca era yo; por eso no mucho le gusta mi forma de arreglar las cosas.

Mugi y Yui se miraron con su gotita en la sien.

—Pero volvamos a lo importante: tenemos algunos sospechosos —continuó Ritsu tomando la lista de clubes que le robó a Nodoka.

—¿Quiénes?

—Todos los que harán una presentación: el club de ciencias ocultas, el coro, el club de ceremonia de té, el club de judo, el club de jazz… bueno, todos los clubes de la escuela.

—¿Y por qué tiene que ser un club?

—Por el bono que prometió el director.

Silencio.

—Ahora: mis principales sospechosos son los clubes que tiene una presentación a la misma hora que nosotras: el club de judo, el de ceremonia de té y el propio club de la mafia, que hará una presentación doble de El Padrino uno y dos.

—Yo no dejaría atrás al club de jazz y al coro, a la larga son nuestro elemento también: la música.

Otro silencio.

—Chicas, hay una conspiración en contra nuestra. No quieren que Mio cante con nosotras porque gran parte de nuestra popularidad es gracias a ella; así que no evitan que toquemos pero nos quitan a nuestro mejor miembro. La situación es bastante grave.

—La gran K-Onspiración!

Mugi y Ritsu: PATAPLOF + FACEPALM

—¿Y qué hacemos, Ricchan?

—Mmh… tenemos que esperar a Azusa. Algo así necesita pensarse muy bien y todas tenemos que trabajar para lograr justicia por Mio.

—Ya vine —dijo la kouhai abriendo la puerta de repente haciéndolas a todas saltar. —Mio-senpai se fue a casa. Dice que lo mejor es aceptar la propuesta, Ritsu-senpai, tiene que hablar con ella.

—Déjalo, lo de Mio lo tengo cubierto. Ahora, vámonos ya. No es seguro aquí, cualquiera puede oírnos y hasta que se aclare el misterio, sólo podemos confiar en nosotras. Vámonos!
—¿Y a dónde?

—¿A mi casa?

—No, Ui-chan se fue a estudiar junto con Jun-chan y ella es del club de jazz: un enemigo. Mejor nos vamos a la mía.

Siguieron a la ambarina, la que salió de la escuela bastante decidida.

Alte, ragazze! —dijo una voz en un forzado y malísimo acento italiano.

Se volvieron. Eran dos chicas vestidas con un traje de corte italiano en lugar del uniforme. Miembros del club de la mafia.

¿Avete capito il mesaggio?

—Al fondo a la derecha… —dijo Yui inocentemente.

PLAF—caída de anime.

—Que si captaron el mensaje, Don Haruna les hizo una oferta que no podrán rehusar.

—¿Qué oferta? Sólo vinieron a amenazar a Mio.

—Una oferta única, única. Akiyama-san no canta y todo terminará.

—Con esto estoy segura que ya no cantará.

—No nos subestimes, bambina, sabemos que contigo a su lado, ella va a superar esto. Nuestro cliente fue bien específico en que debemos convencerlas a las dos.

—Adelante, no pueden conmigo.

—Sabemos que no, pero ¿qué no quieres que todo termine para tu amiga?

—El próximo puede ser ese bajo suyo.

—Le digo que deje de traerlo y ya. La verdad no sé en qué estaba pensando trayendo a Usa-chan a la escuela y de paso, dejarlo en la mochila.

—Bueno, tu batería.

—No pueden. Necesitan desmantelarla primero y con el escándalo que van a armar seguro que va a venir a revisar un profesor o el guardia de la noche. Además el salón se queda bajo llave y ya sea forzando la cerradura o rompiendo la ventana harán escándalo. Tengo entendido que Don Haruna no quiere ser expulsada, ¿no? Eso y no creo que ninguna sepa hacer ninguna de esas cosas. Vamos, son sólo unas idiotas que la pasan el día hablando del Padrino. Destrozar un peluche es fácil, pero los instrumentos sólo pueden ser dañados por una mano experimentada

Las dos mafiosas se miraron avergonzadas. "Como lo pensé, no saben ni papa de instrumentos musicales; no se dan cuenta que todo lo que les digo es una tontería".

—¿Crees que esto es el fin?

—Queda poco para el festival, ya nos aseguraremos que Akiyama-san no cante. El cliente estará más que agradecido y nos dará la recompensa.

Finalmente una se acercó y puso los labios en posición como para darle un beso a Ritsu. Se acercó tanto que sus narices se tocaron pero…

—AH! AZUKASHI! Ki-chan, hazlo tú. A mí me da mucha vergüenza el beso de la muerte.

—¿Qué? No, no seas tramposa, lo hicimos a la moneda y te tocó a ti. Yo no haré algo tan penoso.

—Pero Ki-chan, no puedo…

—Yo tampoco…

—Oye Ki-chan…

—¿Qué?

—Ya no están.

PATAPLOF!

—Damos pena.

Casa de Ritsu:

—¿Y ahora qué?

—Nos dividimos —dijo Ritsu con decisión. —Yo me encargo del club de la mafia, tal como pensé son unas verdaderas idiotas. Mugi, tienes algunas amigas en el coro, háblate un poco con ellas y averigua lo que puedas. Azusa, pon a Jun de nuestra parte y que sea nuestra espía en el coro. Con lo que admira a Mio seguramente acepta.

—¿Y yo? —preguntó Yui.

—Yui: tu misión es de las más importantes. Eres la más cercana a Nodoka, trata de estar más en el conejo o cerca de ella y ve si puedes memorizar o mucho mejor si consigues robarle otro documento que involucre al festival. Mientras más pistas tengamos y más terreno cubramos, más pronto podremos descubrir a nuestro enemigo. En cuanto a Mio, trataré de mantenerla tranquila, pero ni una palabra a nadie hasta que descubramos quién está detrás de esto.

Silencio, o eso parecía. Pronto una risita se coló por debajo de la puerta.

—Satoshi! —dijo la castaña muy molesta abriendo la puerta.

—Gomen, gomen nee-chan, pero es sólo que… jajajajaja… realmente se creen algo así como los chicos de Scooby-Doo.

—Yey! —dijo Yui y le colocó a Azusa sus orejas de gato.

—Yui-senpai!

—No tenemos un perro que habla, pero mira, me parece ver un lindo gatito…

Tanto Mugi como Ritsu pusieron los ojos en blanco y mejor ignoraron a aquellas dos. El hermanito de Ritsu se iba a ir cuando su hermana lo agarró del hombro con bastante fuerza.

—Nee-chan! ¿Qué te pasa, Nee-chan?

—Adivina: acabas de ofrecerte a ser nuestro oficial de apoyo.

—¿Qué? Nee-chan, yo ni siquiera voy a tu escuela, déjame!

—Por eso, ninguna de las posibles mentes maestras detrás de la gran conspiración…

—K-Onspiración.

—Bien, ninguna de las posibles mentes maestras detrás de la gran K-Onspiración te conocen, te hace el agente perfecto.

—Nee-chan.

—Está decidido, bienvenido al club, Satoshi.


¿Qué tal? Esta vez pensé variar un poco y presentar una comedia de detectives. Espero sea de su agrado y les aseguro que será una historia bien corta. Se supone está ambientada entre los caps 17 y 18. Espero sus reviews y como siempre:

Chao; nos leemos!