Los personajes de Zootopia no me pertenecen, sino al mismísisisimo Disney.

Hola!, estuve pensando bastante en varias ideas pero al fin tengo todo para traerles la continuación de "Corazón de zorro", si aún no lo han leído, deben hacerlo para entender de qué tratara esta historia, doy gracias de nuevo a todos los que leyeron y apoyaron la anterior parte y espero que esta también les guste, sin más me despido y les dejo el primer capítulo de esta historia.

Capítulo 1: Nuevo comienzo

El cielo nocturno estaba despejado, incontables estrellas podían verse, solo había un silencio relajante, algo que disfrutaba un animal, una oveja, que estaba recostada al borde de una de las pequeñas montañas del distrito Sahara, observando la belleza y tranquilidad de esa peculiar ciudad, siempre cubierta de arena, siempre en movimiento durante las calurosas mañanas, y siempre desolada durante las frías noches, se resguardo más en su chaqueta de cuero, puesto que aun con su caliente lana, sentía las brisas del viento frio que le causaban escalofríos, escucho la estática de su pequeño audífono pegado junto a su oreja derecha, indicando el inicio de una conversación.

-Carrie, cual es la situación?- pregunto una voz gruesa por el pequeño aparato, ella fijo su vista en los rieles, que se encontraban a solo unos metros de aquel abismo, mando una de sus patas a su oreja y presiono un pequeño botón.

-Sigo esperando- respondió ella, siguió el camino de rieles con su mirada, que terminaba en un oscuro túnel, una conexión del distrito a las afuera de Zootopia, encogió los hombros sintiéndose incomoda al pensamiento del nombre "Zootopia", una ciudad la cual no había vuelto durante años y que le traían dolorosos recuerdos, recuerdos que quemaban y destruían su corazón, una vida que nunca recuperara, y todo por un "loco", agito su cabeza intentando alejar esos pensamientos, y enfoco su mente en su deber, mirando fijamente aquel túnel, esperando la señal para iniciar con su misión, el pequeño aparato volvió a sonar, llamando su atención.

-Ya viene, prepárate- dijo otra voz, la de una mujer, una voz más suave y tranquila, ella frunció el ceño, sintiendo como el ambiente muy pronto se pondría "turbulento", se escuchó el sonido de algo acercándose, el ruido que poco a poco iba aumentando, como un auto al acelerar, solo que más estruendoso, distinguió dos pequeñas luces proveniente de aquel túnel, que a los segundos iban alumbrando y despejando la oscuridad, ella se levantó, asegurando el cierre de su chaqueta lanzo un respiro, preparándose para la acción, las luces finalmente llegaron a la entrada del túnel acompañado del estruendoso ruido, la oveja miro fijamente el tren, que se aproximaba velozmente, dio unos pasos atrás al tiempo que mandaba una pata a su bolsillo, un segundo después saco una pequeña esfera azul, le era extraño sentir esa textura suave, como si fuera un malvavisco, pero agradecía que fuera así, se llevó la pequeña esfera a la boca, y luego de masticarlo unos segundos lo trago, sintiendo los efectos que provocaría cerró los ojos, sentía como sus músculos empezaban a doler, sus sentidos se elevaban, como una descargar eléctrica recorría su cuerpo, como la adrenalina invadía su ser, escucho el tren a pocas distancias, era el momento, abrió los ojos, y luego de un segundo, dio sus primeros pasos, acelerando con cada uno, hasta que llego al borde y dio un gran salto, un salto que normalmente sería un suicidio, pero no para esta oveja, que velozmente interceptaba el tren, calculando perfectamente el tiempo, la distancia, el viento, todo lo que la rodeaba era ahora territorio de sus sentidos, se preparó para el aterrizaje, confiando en sus habilidades.

Pero no había logrado captar la presencia de un segundo individuo, al girar su cabeza, vio a otro animal interceptándola a ella, sin poder moverse en el aire se alisto para el feroz impacto, el segundo animal choco contra ella, cambiando la dirección planeada, el tren pasó y ambos cayeron 6 vagones antes de la locomotora principal, al chocar con el techo de acero ambos se separaron y rodaron, incorporándose unos segundos después, sintiendo los golpes, levantándose con dificultad y haciendo un esfuerzo contra la potencia del tren, sintiendo su cuerpo siendo empujado hacia atrás, miro al animal que tenía al frente, un lobo, este tenía una chaqueta con un símbolo cerca del corazón que parecía una "R", pero más curvada y con tres líneas de arañazos.

-Wolf!- grito Carrie, el lobo lo miro con una cara que demostraba estar fastidiado, gruñendo y frunciendo el ceño, levanto una pata y señalo a la oveja.

-Estoy harto de que "All Savage" interfiera con nuestros planes!- exclamo el lobo, la oveja contaba los minutos desde que trago aquella píldora, sin perder tiempo corrió contra el lobo lanzando una feroz patada que su oponente esquivo con mucha dificultad, debido a la velocidad del tren sumado a las curvas que daban los rieles, Carrie perdió el equilibrio, arrodillándose, el lobo logro soportar la turbulencia y salto sobre ella, atrapándola sobre el techo del tren, Carrie dio una feroz patada al estómago del lobo, tan fuerte que el lobo salió disparado, rodando sobre el vagón logro detenerse justo al borde del tren-

-Carrie que sucede!- volvió a decir la voz gruesa en el oído de la oveja.

-No es un buen momento!- grito ella, incorporándose y mirando a su oponente.

El lobo miro de reojo como otros tres animales de su misma especie entraban a la cabina principal, sonrió y fijo su vista de vuelta a la oveja.

-Si querías evitar que tomáramos el tren, pues debo decirte que fallaste!- exclamo mientras saltaba a un vagón delantero, Carrie intento correr contra él, pero se detuvo ante el repentino temblor que sentía, el tren se detenía de golpe, haciendo que pierda el equilibrio y cayera sobre el techo del tren de nuevo –hasta luego ovejita!- grito Wolf, que sin previo aviso uso el repentino movimiento del tren impulsándose contra ella, dando una certera patada al estómago de Carrie, ella salió disparada y callo del vagón, que estaba a varios metros de altura, no sin antes haber dejado caer un objeto que se pegó al vagón, de manera que el lobo no se dio cuenta, Carrie caía sin poder hacer nada, hasta que repentinamente alguien la intercepto, abrazándola en el aire y cambiando la dirección de su caída, el animal que la intercepto uso una pistola que tenía y lanzo un arpón, con un sonido de cuerda estirándose locamente, que se clavó cerca de la sima de la montaña, presionando el gatillo la cuerda los empezó a jalar, llegando hasta el borde, subiendo de nuevo, Carrie al llegar a la sima respiraba para poder calmarse, incorporándose lentamente mirando al animal que la salvo, una gacela.

-Gracias por la ayuda Rosa- dijo ella, la gacela la miro con una sonrisa, y puso una pata sobre su hombro.

-Descuida, estas bien?- pregunto la gacela mientras ponía una cara de preocupación.

-Sí, solo que no me gusta estar mucho tiempo en estado salvaje- respondió ella, un ruido de estática se escuchó, Carrie puso una pata sobre su audífono y presiono el pequeño botón.

-Que rayos sucede, infórmame de la situación!- grito por el audífono la voz gruesa.

-Aquí Carrie, el plan funciono- dijo ella, miro a la gacela y le dio una pequeña sonrisa –vámonos, estoy cansada- la gacela al escucharla asintió, mientras empezaba a caminar, Carrie volteo una vez más a ver la dirección a la que fue el tren, pensando en la suerte que tuvo de haber dejado caer ese rastreador, pero también pensando en la dirección en la que iba, el distrito Forestal, recordando varias cosas, algunas felices y otras muy dolorosas, dio media vuelta y volvió a caminar, alejando esos recuerdos, siguió a aquella gacela, de pronto se escullo la voz de una mujer por todo el distrito, o más bien por toda Zootopia, diciendo las palabras que todos los días escuchaban, ambas solo siguieron caminando, alejándose mientras escuchaban el siguiente discurso.

-Les habla la alcaldesa Emmeline, hace 3 meses alguien quiso destruir nuestra ciudad, pero gracias al esfuerzo de todos, ahora estamos a salvo, reconstruyendo nuestra ciudad, les hablo para recordarles que ahora somos uno, nuestra ciudad está más unida que nunca, todos podemos convivir en paz, y si hay alguien que se sienta perdido, ya sean presas, depredadores, cualquier animal que seas, si ahora escuchas el sonido de mi voz, quiero decirte que no estás solo, seguiremos creciendo y aprendiendo juntos, como dijo una heroína una vez, "Todos tenemos limitaciones, todos cometemos errores, lo que significa que vean el vaso medio lleno, todos tenemos algo en común, y entre más tratemos de entendernos entre nosotros, mas excepcionales seremos, asique no importa el tipo de animal que sean, les pido a todos que traten, traten de hacer de este mundo un lugar mejor, miren en su interior y reconozcan que el cambio empieza en ustedes, empieza en mí, empieza en todos nosotros"-

All Savage.

-Vamos Nick!-

Judy corría por el inmenso campo de Bunnyburrow, con una enorme sonrisa y su corazón acelerándose a mil por hora ante la inmensa felicidad que sentía, la tranquilidad y paz que disfrutaban, girando su cabeza para ver a un zorro que intentaba alcanzarla, pero los cientos de conejos sobre el impedía el movimiento de cualquier parte de su cuerpo, ni siquiera su cola se salvaba de los brutales abrazos de los hermanitos de Judy.

-Esto no vale zanahorias!- grito el –sujétense fuerte- volvió a decir mientras se ponía en cuatro patas, los conejitos se sujetaron aún más fuerte del zorro, cuando Nick repentinamente corrió, acelero con gran velocidad para alcanzar a la conejita, Judy dio una pequeña risa y activando su sentido de la competencia acelero el paso, los hermanitos de la oficial se sujetaban fuertemente del zorro, gritando y tambaleándose por la potencia con la que iba Nick, solo tomo unos segundos para que la alcanzara, saltando sobre ella y al atraparla comenzaron a rodar por el campo, para Nick era como una armadura de almohadas por todo su cuerpo, mientras giraban y gritaban, hasta detenerse y esparcir conejos por todas partes, de aquí a allá, al detenerse todos se quedaron quietos, sin una palabra y sin ningún movimiento, como si se hubieran congelados, Nick se detuvo justo en sima de Judy, alzo la vista y vio a los conejitos inmóviles, trago duro, "ahora si los mate" pensó, hasta que todos de repente se levantaron como si nada hubiera pasado, llenos de energía gritando "otra vez!", el zorro suspiro y miro debajo de él, Judy tenía los ojos cerrados y la lengua afuera, si no la conociera bien se asustaría, pero ella no lo engañaría, sonrió y con una pata toco el estómago de Judy, moviendo una de sus garras en círculo.

-Si no dejas de bromear usare mi técnica "especial"- dijo el, la coneja no reacciono por lo que inicio con su "ataque", con una pata comenzó a hacer cosquillas a Judy, no tardo un solo segundo hasta que ella abrió los ojos y empezó a reír.

-Y-ya, esta bi-bien - decía ella entre varias carcajadas, Nick por su parte no se detenía, usando la otra pata comenzó a torturarla más, ella seguía riendo a mares intentando empujar al zorro, cosa que no serbia, los hermanitos de Judy fueron al rescate, saltando todos sobre él, haciendo que caiga de espalda, Nick de nuevo quedo inmóvil.

Pasaron varios minutos jugando hasta que Bonnie llamo a sus hijos para tomar la siesta, con claro fastidio todos obedecieron a su madre, dejando a la pareja descansar un momento, ambos fueron a disfrutar del festival que había ese día, caminaban tomándose de las patas, admirando cada puesto, los artistas que venían desde lejos para exhibir sus artes, la gran variedad de comida, los accesorios, ropas, de todo un poco, la billetera de Nick sufrió ese día, cada compra era un dolor en el sueldo de Nick, pero realmente no le importaba, no si era para su conejita, con una sonrisa la seguía a todas partes, a comer, a tomar helados, a probarse ropa nueva, disfrutando de la tranquilidad del lugar, disfrutando de su compañía, disfrutando de su amor.

Luego de tal día, ambos se sentaron en una banca que estaba bajo un árbol, alejados de cualquier animal, solo ellos dos, disfrutando de las deliciosas ráfagas de viento, de la sombra que brindaba el árbol, Judy recostó su cabeza en el hombro de Nick, disfrutando cada pequeño momento con él, cuando inevitablemente se quedó dormida, el zorro cerraba los ojos para disfrutar el momento, el descanso que merecían, después de todo hace 3 meses pasaron por muchos problemas, agotando sus cuerpos al máximo, miro a su coneja, dormía tan tranquilamente, con una gran sonrisa, seguramente soñando cosas maravillosas, el la miraba con una sonrisa de lado a lado, viendo a la conejita que lo hacía tan feliz, cada momento a su lado era magnifico después de todo.

Su sonrisa desapareció lentamente mientras fijaba su mirada en el collar que ella traía, una pequeña zanahoria que brillaba unos momentos, un brillo que solo el podía ver, un brillo que desaparecía a los 5 segundos de aparecer, fijo su vista al cielo, no se lo había dicho, por no querer preocupar a Judy, pero él no estaba bien, y no es que estuviera enfermo, al contrario, se sentía lleno de energía y fuerza, eso era lo extraño, jamás se había sentido así antes, aun después de su entrenamiento en la academia, jamás había tenido tal sensación en su cuerpo, y cada consulta al doctor era la misma, "no tienes nada", si era cierto, entonces por que se sentía diferente, cerró los ojos, pensar todo ello solo lo mareaba, tantas preguntas sin respuestas, pero tenía la fe de que algún día encontraría lo que busca, las respuestas que necesita.

Abrió los ojos de nuevo, sintió que alguien lo zarandeaba lentamente, al fijarse vio a su conejita sonriéndole.

-Nick, vamos o no llegaremos para la cena- dijo ella, al mirar el cielo noto que ya era de noche, se habían quedado dormidos, sonrió y se levantó, estirando los brazos.

-Fue una buena siesta- dijo el, Judy solo asintió al tiempo que tomaba su brazo, ambos caminaron de vuelta, algo tristes, pues ese era su ultimo día de vacaciones, pero también felices, puesto que pudieron descansar lo que querían.

-Llegamos!- anuncio Judy al entrar por la puerta de su casa seguida de Nick.

-Justo a tiempo!- exclamo una vulpina que tenía un plato lleno de ensaladas –vengan que ya vamos a comer- volvió a decir mientras iba a la cocina, Nick tenía una gran sonrisa adornada, se sentía feliz de que su madre se llevara tan bien con los padres de Judy, aunque no lo dudaba, debido a que Bonnie y Elena tenían mucho en común, demasiado decía él.

Todos se encontraban comiendo en la mesa "infinita", Judy comía junto a Nick, comían creyendo que podían tener una cena tranquila, cosa que no pasaría gracias a sus padres.

-Y entonces ella callo dentro del inodoro- comentaba Bonnie entre carcajadas, la madre de Nick no se quedaba atrás, los demás solo intentaban ignorarlas, pero no era tan fácil, no cuando cuentan de la vez que Judy callo por el inodoro cuando era muy pequeña, ella solo se tapaba la cara muy avergonzada mientras Nick tapaba su boca con una de sus patas evitando dejar salir las carcajadas, después de todo incluso a él le daba gracia, imaginándose a una mini Judy cayendo dentro del retrete, pero eso cambio cuando ahora era el turno de Elena.

-Pues Nick una vez se sentó sobre una goma de mascar gigante, el salió vivo, pero sin sus pantalones- comento la madre de Nick, ambas no paraban de reír de las historias de sus hijos, mientras ahora Nick se cubría la cara con una pata, Judy solo reía de manera suave mientras revolvía su comida con su tenedor.

Así fueron todas las vacaciones, los padres contando anécdotas de sus hijos, prácticamente burlándose de ellos pero con cariño, Nick y Judy odiaban que hicieran eso, pero se sentían felices, pues la familia ahora era mucho más grande, en especial para "el tío Nick", pero ahora debían regresar, debían seguir con su deber de proteger la ciudad, y ahora se sentían mucho más confiados, pues si lograron detener a Carlie entonces detendría cualquier nueva amenaza que se presentase.

Ahí estaban ellos ahora, en la estación de trenes, Judy se despedía de sus padres mientras Nick estaba entre una montaña de peluches, que eran los hermanitos de su novia, Elena Wilde miraba a su hijo, gamas creyó verlo en una situación así, le sorprendió mucho saber que estaba enamorado de una coneja, pero a ella no le molestaba para nada, al contrario, estaba realmente feliz por él, noto que los padres de Judy venían hacia ella, a lo que sonrió.

-Bueno, fue un placer pasar estas vacaciones con ustedes, gracias por hospedarnos en su casa- dijo ella.

-Fue un gusto, espero que vuelvan a visitarnos pronto- dijo Bonnie, ambas se despidieron con un abrazo, se hicieron muy buenas amigas en poco tiempo, mientras Stu se ponía "dramático" de nuevo, empezando a sacar unas lágrimas, escucharon el anuncio de abordaje, Elena se despidió de nuevo y tomo un bolso que estaba en el suelo, Judy hizo lo mismo mientras Nick se despedía de los padres de Judy.

-Wilde más te vale que la cuides bien- dijo Stu con un tono autoritario.

-Descuide eso hare- respondió el, Bonnie lo abrazo como despedida mientras Stu le daba un fuerte apretón de manos, luego tomo dos maletas que estaban en el suelo y se dirigió al tren, los tres abordaron y se giraron una última vez para despedirse, luego de unos segundos la puerta se cerró y el tren comenzó a moverse con destino a Zootopia.

Luego de varias horas de viaje ya se encontraban de vuelta en la ciudad, al bajar del tren tomaron un taxi y la primera parada fue la casa de la madre de Nick, que ya estaba en mejores condiciones, se despidieron con abrazos y luego se dispusieron a ir a su nueva casa, debían descansar pues al día siguiente volverían al trabajo, de camino Judy miraba por la ventana las luces de la ciudad, era increíble como todo estaba volviendo a la normalidad tan rápidamente, la reconstrucción fue veloz, aún faltaban detalles, pero estaba casi como nueva, veía los carteles de la nueva alcaldesa, sonrió al hacerlo, pues ellas dos se habían hecho muy amigas, además de que era la voz de varios grupos que gritaban "alto a la discriminación", ella podía decir con seguridad que Zootopia es un lugar donde todos pueden ser lo que deseen, pues la vieja Zootopia desapareció, dando paso a una nueva con un mejor futuro.

Llegaron a una casa ni muy grande ni muy pequeña, era una casa "perfecta" como decía Judy, la alcaldesa se los había comprado como agradecimiento, además de que sus apartamentos habían quedado en cenizas, entraron y dejaron sus cosas tirados en la sala, ya podían acomodarlo todo al día siguiente, fueron directamente a la habitación y el zorro no tardo en tirarse a la cama, Judy lo imito y se acurruco en su pecho, quedándose dormida en tan solo unos segundos, Nick la abrazaba, quedándose dormido poco a poco, asegurándose de estar pegado a su coneja lo más que podía, cayendo dormido con ella.

Continuara…