Retillo de mi adorada Parabatai Blue :3 Iniciándome en el yaoi de dos personajes solos.


Su reto fue el siguiente en el Foro Proyecto 1-8:

Secuencia de actos, ya sea en un one-shot en con varios capítulos, ya lo decidirás tú, a base de las escenas (de la imagen de portada)


Datos del fic:

Título: Actos.

Pareja: Taishiro (Taichi x Koushiro)

Género: Romance/ humor.

Cantidad: 3 Capítulos.

Ranking: M

Advertencias: OOC, IC, Homosexualidad romance, sexualidad homoerótica.

Disclaimer: Digimon no me pertenece.


.

.Infancia.

.


Acto 1

—Oye, Koushiro.

El nombrado detuvo la taza de chocolate que llevaba hacia sus labios. Estaban sentados en el despacho del padre de Taichi, tras los problemas vividos en el mundo digital y más tranquilos, se volvió casi frecuente que el menor visitara el hogar de los Yagami. Koushiro daba ese aire de tranquilidad, mientras que Taichi, continuaba siendo un nervio. Moviéndose de un lado a otro, revolviéndose. Y de algún modo, pegado a él.

A Koushiro no le molestaba de sobremanera esa cercanía. Pero simplemente creía que Taichi preferiría estar apoyado contra una pared antes que contra su brazo como estaba. Sus ojos chocolate clavados en sus manos que sostenían la taza y una ceja alzada.

—¿Qué sucede? — cuestionó mirándolo de reojo.

Taichi colocó una mano sobre su pierna mientras con la otra, llevaba su propia taza hasta los labios.

—¿Cómo puedes comerte cada cosa que mi madre cocina?

—¿No debería? — Inquirió llevándose finalmente la taza a los labios y bebiendo el chocolate—. Está bueno.

—No todo— murmuró Taichi entre dientes—. La última vez tuviste que irte corriendo.

—Pero eso fue porque bebí mucho té. Me gusta el té.

Taichi entrecerró los ojos mirándole muy de cerca. Se percató de los restos de chocolate en la parte superior de su labio. Pero Koushiro continuó bebiendo, ignorando el repentino interés del otro por él.

Acto 2

Taichi removió las piernas mientras reía de algo tonto. Ambos boca abajo, esperando que pasaran las horas, simplemente así. Como dos niños que simplemente con ver una mosca se distraen. Taichi contaba experiencias, compartía futuras experiencias. Entre risas, mientras movía sus pequeños pies por encima suya.

Koushiro estaba cerca de él, boca abajo también, mirando muy de cerca el rostro del otro mientras hablaba, escuchándole en silencio mientras le llenaba el celebro de cualquier cosa que para Yagami fuera interesante.

Lentamente, Tai fue amodorrándose y Koushiro continuó ahí, mirando su cara de bobo mientras se dormía. Sus mejillas encendidas por el sueño y la baba resbalando por su boca.

Un pensamiento sacudió su mundo.

Ey, Taichi es bastante guapo.

Acto 3

—Koushiro sería claramente un perrito.

El nombrado arqueó una ceja, levantando las manos y girando levemente su cabeza. Taichi casi podía imaginárselo a la perfección. Empezó a reírse. Le hacían gracia sus pequeñas orejas, sus manotas levantadas.

—¿Guau? — expuso Koushiro inocentemente.

Taichi rio con más ganas, sujetándose con una mano la panza y levantando la otra para acallarlo.

—¡No sigas, Shiro, no sigas! ¡De verdad que te me antojas como un perrito!

El pelirrojo infló los mofletes.

—Tú te asemejas a un zorro, Taichi. O un perro muy travieso.

Itachi rio a carcajadas limpias, inocente, sin ver que de esa forma el corazón de Koushiro daba un respingo.

Acto 4

—¡Taichi!

El nombrado emitió una risita, retrocediendo un poco. Tenía las manos hacia atrás y Koushiro empezaba a hacer pucheros. Quería lo que él le impedía conseguir: Su ordenador.

Taichi estaba aburriéndose porque el otro chico solo prestaba atención al aparato. Tecleando, hablando de cosas que escapaban a su entendimiento. Sintiéndose celoso, por alguna inexplicable razón, se lo quitó y empezó a evitar que lo cogiera. Hasta el punto de llevarlo hasta su espalda, lejos de su alcance.

Koushiro insistía, alargando los brazos para cogerlo. Taichi dejó de avanzar, sorprendido y Koushiro pegó su mejilla a él, demasiado cerca. Olía a té y metal. Y era cálido y fresco.

Tai levantó la cara hacia él, sorprendido y su boca tomó el valor de sus actos.

—Si me das un beso, quizás te lo devuelvo.

Acto 5

Taichi dejó con cuidado el ordenador detrás de él. Koushiro le miró confuso mientras lo hacía. Cuando sus ojos se encontraron, Koushiro sabía que haber aceptado ese beso por tal de recuperar su ordenador, estaba siendo algo más que eso. Eran niños. Torpes. Tímidos. Confusos.

Nunca había visto a sus padres darse un beso, pero sabía perfectamente que era una muestra de afecto. Mucho más importante para algunos que para otros. Taichi le miró con decisión, ese valor que nacía de su corazón.

—Creo que los mayores se abrazan cuando lo hace — sopesó el niño castaño. Koushiro asintió.

Con una torpeza lógica de su edad, se liaron al intentar abrazarse y terminaron en una postura extraña, con sus cuerpos pegados con torpeza. Taichi fue el que se inclinó, sin necesitar más permiso.

—Ta… Tai…

La boca de Yagami interrumpió su perorata. Su beso, torpe, buscó sus labios. No era un beso de adultos. Ni mucho menos. Tan torpe que terminó con sus labios en lugares que no debían.

Pero al separarse, sus mejillas estaban cubiertas de vergüenza y sus corazones latían de una forma tan rápida para su edad, por los sentimientos que despertaron en esos gestos tan torpes de actos infantiles.

Actos, que solo darían paso al destino de sus caminos.


Notas de autora:

Es la primera vez que escribo algo de estos dos por separado y que sea un comienzo. Me gustó mcho el toque infantil, con su torpezas y por supuesto, no a más. El Raking M es para los próximos.

¡Gracias por leer y su apoyo!