[Estoy obsesionada con Scotty. Realmente adoro al personaje y, si leen bien, verán que no es un fanfic relacionado con historia ni mucho menos me refiero a los personajes como naciones. De cualquier forma, tenía muchas ganas de publicar algo que me diera ganas de continuar, porque en este momento me siento demasiado influenciada por la temática distinta de Yoneda Kou y sus mangas yaoi, así que, como no soy tan buena dibujante, prefiero escribir una historia sustanciosa de estos dos.
Siempre e tenido una fuerte atracción por la homosexualidad entre hombres de verdad (Fuera del habitual uke y seme) y que incluya a la mafia. Bien, de entrada es solo Scott, tal vez más tarde publique el otro pedazo.]
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Primer Capítulo: Como un buen perro.
Fumó un cigarro mientras esperaba que cesara la lluvia fuera de aquel puestecito de té anglosajón, le daba la impresión de que era el único con un aspecto diferente del de los demás, quizás era por su llamativo pelo rojizo y sus orbes verdes oliva que destellaban como dos jades entre las miradas curiosas de los ajenos. Era algo tarde, más o menos las cinco p.m., pero el sol se había ocultado entre las abultadas nubes, así que los minutos no podía distinguirlos por la escasa luz solar. Nunca traía reloj consigo, era absurdo, después de todo.
Frente a él, dos mesas más adelantes había un grupo de chicas inglesas que volteaban la mirada cada que buscaba observarlas y con ellas, estaba un muchacho de aspecto promedio que, parecía muy indiferente de lo que ellas cuchicheaban. Se daba cuenta de algo a sus treinta años, por mucho que la edad aumentara, había cierto encanto en su aspecto físico que siempre atraía la atención de algunas personas, más bastaba decir que, al estar fuera de su país y además, entre la multitud inglesa, la cual no terminaba de agradarle, por la xenofobia existente recluida en su interior desde niño, odiaba por mucho, Londres.
Al fin y al cabo, no le gustaba el té de los ingleses, ni el pan duro de los ingleses, pero había un motivo por el que estuviese allí, esperando alrededor de una hora y media, la cuestión fue que solo recibió un mensaje a última hora con el número de un remitente desconocido, anunciándole que ya no habría transacción y que tendría que marcharse solo a el hotel.
Malditos narcotraficantes.
Últimamente hacía encargos que, realmente no le gustaba hacer en persona pero su hermano se lo había pedido y él tenía que obedecer como un buen perro. Una sonrisa persuadió su amarga expresión, cuando de pronto sacudió el cigarrillo para continuar fumando.
'-Uno de mis informantes aseguró que para mañana tendría el trato hecho con los franceses. Asegúrate de que paguen bien y de encontrar alguien que la transporte y la pase por la aduana, de todas maneras Bonnefoy llamará cuando tengan la mercancía allá
-¿Qué hay de lo mío? El que tenga una mejor relación con el bastardo francés ¿No me hace considerar una buena recompensa, Arthur?
-Te daré el veinte por ciento, Scott.
-Quiero dinero, no la droga americana.
-Hnm…Exiges demasiado.
-No me gusta venderla ni pasarla a mi país'
El negocio de las drogas daba buen dinero, además, Inglaterra se beneficiaba de ellas aunque no lo pareciese y Arthur se beneficiaba de los adictos, así de fácil, era cuestión de eslabones, aunque él no estaba demasiado metido en aquella mafia, su hermano si, desde que supo administrar el discreto negocio del padre de ambos, porque sus madres eran completamente distintas.
Su historia era aún más dolorosa, todo lo contrario de Arthur que siempre tuvo una cama caliente en donde dormir. Si no necesitara el dinero, realmente se volvería a Escocia tranquilamente pero, desde que había perdido su empleo y luego, el anuncio de la muerte de su padre (que nunca se encargó de él) donde lo incluía en una herencia sucia, tuvo que aceptar por las condiciones degradantes en las que estaba viviendo, pero él era solo un perro más, no había mayor diferencia de los que acataban ordenes de su hermano.
La lluvia cesó, así que se levantó de la silla en la que se encontraba sentado y dejó una propina para tomar un taxi devuelta al hotel.
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