Uzumaki: Crónicas de amor y lucha

Actualidad.

Soundtrack: "Sunao na niji" de Surface.

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Han pasado tres años desde que la cuarta guerra terminó y dos desde que Sasuke Uchiha dejo la aldea para ver el mundo actual.

A pesar de las heridas causadas por las horribles batallas pasadas, las aldeas shinobi han prosperado y se han recuperado rápidamente gracias al apoyo conjunto de cada una de ellas.

Konoha, en particular, ya no mostraba ni rastro de la destrucción causada en el pasado, aunque, tristemente los daños eran más notorios en la gente que en la aldea.

Era un día tranquilo en Konoha, bueno, lo más tranquilo para una aldea shinobi, incluso en el hospital de la aldea no pasaba de accidentes, agotamiento, partos y una que otra herida leve de algún niño temerario jugando con sus kunais.

Hasta que repentinamente llegaron un grupo de genins cargando Shinobis de Kumogakure con heridas sumamente graves. Eran tres hombres, un Chunin con una herida en el pecho, otro Chunin con muchas sembons enterradas en la espalda y un jounin con una herida muy grande en el estómago. Estaban con vida pero no por mucho.

Por suerte para ellos, en Konoha se encontraban las ninjas médicos más conocidas en el mundo shinobi, consideradas como las mejores.

Después de horas y horas de operación, los shinobis fueron llevados a terapia intensiva pero estaban estables. Ya era cuestión de ellos y sus ganas de vivir para recuperarse por completo.

Para Ino Yamanaka y Sakura Haruno fue especialmente agotador, prácticamente tuvieron que reconstruir gran parte del intestino y el estómago del jounin, tarea no imposible, pero sí muy laboriosa para dos personas.

—Mis brazos están hechos pedazos. — Dijo Ino muy agotada saliendo de la sala de operaciones junto con Sakura.

—No exagerar Ino, no fue para tanto. — Respondió Sakura algo fastidiada siguiéndola.

— ¡¿Que no fue para tanto?! Fue un turno de 24 horas más 18 horas de operación extra, junto con la presión de Tsunade-sama, si no lo salvábamos nos mata. ¿Aun así me dices que no es para tanto?— Dijo Ino frustrada mientras llegaban a una habitación con una mesa y sillas. Ino se sentó en una de ellas pero Sakura solo se quedó recargada en una pared a un lado suyo.

—Es importante para la imagen de la aldea y el hospital, te recuerdo Ino que fueron ex-ninjas de Konoha los que los atacaron

—Todo era más fácil cuando solo estaba Shisune-sama, con Tsunade-sama no hay descanso.— Dijo Ino haciendo pucheros sin darse cuenta quien estaba justo llegando al lugar.

—¿Que dijiste Ino?— Se escuchó la voz más aterradora de Konoha. — ¿Te estas quejando de mí? —Preguntaba la Sannin Tsunade en persona de una forma que advertía que, si no le gustaba la respuesta, abría huesos rotos.

—Claro que no... Tsunade-sama... — Respondía Ino bastante asustada. —No me quejaba de usted, que sea estricta no significa que piense que es malo, al contrario, pienso que hemos mejorado con los años gracias a su tutela.— Siguió Ino muy nervios, sudando frío.

Tsunade le sonrió. —Me alegra que lo veas así, aunque ya no quiero que me vean como una maestra, aunque soy la jefa del hospital quiero que me veas más como una colega que como alguien superior.— Decía la sannin quitando su semblante que daba miedo. —Yo solo venía a felicitarlas por el desempaño de hoy, han mejorado mucho, no solo por mis enseñanzas, yo solo les di un empujón, lo que han logrado es gracias a sus ánimos y ganas de mejorar. — Después de lo dicho su cara se puso algo triste. —Pero tengo que decirles, sobre todo a ti Sakura, que su talento no se quede solo aquí, tienen el talento y fuerza de ninjas médicos excepcionales, se les necesita en misiones no solo entre las paredes de este hospital.

—Tsunade-sama... Yo...— Sakura trató de hablar pero Tsunade la interrumpió.

—Déjame terminar, me preocupa que has estado rechazando misiones de rango alto, se que para ti ya no son nada, no me meteré en tu vida ni haré demasiadas preguntas, pero quiero que sepas que me preocupo y si quieres hablar aquí estoy.—

Tsunade se veía preocupada pero aun así les sonrió a ambas. — Pero bueno, ambas tienen que descansar, han sido un turno largo.— Se despidió la sannin de ambas, dejando a Sakura decaída y a Ino muy intrigada.

—Tienes mucho que explicarme, vamos a comer algo, ¿Dango o anmitsu?— le decía Ino con una sonrisa tratando de animarla.

—Ino, no es necesario, tienes que...— Sakura trato de negarse pero Ino la interrumpió.

—No aceptaré un no, luego tendremos tiempo para dormir, no nos vemos tan mas ¿o sí?, nada que un retoque no arregle.— Exclamó la rubia antes de que Sakura dijera otra palabra.

—"¿Que es el día de no dejar hablar a Sakura?"— Decía para sí la inner de Sakura.

•~•~•

A las afueras de la aldea, horas antes, se encontraba en búsqueda de un grupo de shinobis peligrosos, un rubio de ojos azules, con tez bronceada y tres marcas características en las mejillas.

Se creía que había 3 ex-miembros de la ya extinta raíz a las afueras de la aldea, con antecedentes de desagrado y violencia ante el hecho de que la alianza shinobi se mantuviera con los años y que hacía poco tiempo habían robado un cargamento de armas.

Naruto se encontraba solo, no consideraba que necesitara ayuda, desconociendo lo ocurrido a los de Kumogakure, llevaban días de rastreo convencional y ya se había aburrido, así que tomo por mucho la delantera al equipo.

Naruto estaba buscando a los shinobos con el modo sannin, algo inquieto recordando una plática con el sexto antes se ir a la misión.

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El dia anterior en la oficina del hokage.

—Kakashi-sensei ¿Por qué no me manda a una misión más lejos por un tiempo? Tal vez a Iwagakure.— Decía el rubio en modo de súplica.

—Naruto, si te mando a esta misión es porque podrás terminarla rápido.— Le contestaba el Hokage ya harto..

–Entonces cuando termine me manda a otra misión más lejos.

–No Naruto, te dije que tenías muchos días libres y vacaciones acumuladas, si sigues así nos culparan por sobre explotación.

—Pero si les digo que fue mi...—Trato de replicar el rubio pero Kakashi no lo dejo terminar.

– Tomaras un descanso indefinido, No aceptaré mas quejas.— Término el sexto tajantemente

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No era la primeta vez que discutían por algo así.

Si bien Naruto Uzumaki ya era un shonobi excepcional y respetado en la aldea después del desastre provocado por Pain, ahora, siendo el salvador del mundo, ese respeto se difundió por las naciones. Por consiguiente admiradoras llegaban por montones con presentes, cumplidos y una que otra insinuación picante.

Aun el rubio no sabía con exactitud como consiguieron su dirección, fecha de nacimiento y lugar favorito para comer, ya que llegaban un montón se regalos de admiradoras en su cumpleaños, chocolates el día de San Valentía y cartas de amor casi todo el año, al igual que chicas presentándose en su casa y en Ichiraku para conocerlo.

Aunque era de esperarse que la gran mayoría fueran kunoishis entrenadas con experiencia para conseguir información, y aparte, solo sería cuestión de seguir a Naruto un rato para saber su lugar favorito para comer.

Ante esto el rubio trataba de rechazarlas de la forma más amable posible, para evitar conflictos que lleve a una confrontación violenta, no por que tuviera problema en defenderse, atacarlas es algo, que como caballero, jamás haría en esas circunstancias.

De a poco la cantidad de chicas acosadoras había disminuido gracias las múltiples misiones que el rubio pedía al hokage y la ayuda de una aterradora peli rosa.

Aunque la relación de ambos se mantuvo con los años, Naruto ya no insistió en pedirle citas a Sakura o molestarla, como creía el, con cosas así, pero meses atrás esa amistad empezó a fracturarse alejándolos cada día más, al punto de casi ni verse. Cosa que motivaba a salir de la aldea por un tiempo

De regreso en la busqueda. Naruto encontró a los shinobis no muy lejos. Corrió lo más rápido que pudo y llegó en poco tiempo cerca de ellos, se mantuvo observando sus movimientos a través de los árboles.

Los shinobis empezaron a lanzarle kunais y shuriken cuando se percataron de su presencia, que él solo esquivó, Naruto empezó a alcanzarlos uno a uno, parecían ser más de 20 hombres pero solo eran clones que con un golpe del rubio hacía desaparecer.

—Yo no debería de hacer esto, debería estar en otro pais, comiendo ramen y pateando a desconocidos ¡Dattebayo!— Pensaba Naruto quejándose de la misión y sus vacaciones obligadas.

Al llegar a un claro a un lado de un río, Naruto se detuvo y cuatro shinobis con pañuelos en la cara se colocaron alrededor de él, Naruto solo esperaba a que lo atacaran.

—Señores, no tienen que hace esto, hay mejores formas de arreglarlo dattebay.— Trató Naruto de convencer a los rufianes a las buenas.

—Uzumaki-san, lo respetamos, pero no sabe lo que sentimos. — Le contesto uno de los shinobis.

—Usted no sabe el dolor que vivimos— Le mencionó otro.

—Perdimos muchos amigos, hermanos, familia por culpa de esa gente, como cree que confiaremos en ellos después de eso.— Le decía con rabia el último de los shinobis.

—Sé que han perdido mucho pero ellos la han pasado igual, que no entienden que la guerra solo traerá más guerra. — Decía el rubio tratando de detener un conflicto, a final de cuentas ellos fueron shinobis leales a Konoha, pero aun así fue inútil.

—No esperamos que comprenda nuestro punto de vista, cuando fue usted quien inicio todo, no sabe que es lo que sentimos, fuimos los cimientos de Konoha y ahora no somos más que civiles que solo se pueden quedar viendo entrar shinobis de aquellas naciones que intentaron vernos caer.— Dijo uno de los shinobis con furia.

De repente uno de los shinobis desapareció y apareció encima de Naruto lanzando sembons.

—Creen que no entiendo— Decía Naruto mientas esquivaba las sembons velozmente. —Perdí amigos, gente que consideré mi familia en una guerra, que para mí, duró años, con gente que crei que eran enemigos y aprendí a conocer.— Continuaba Naruto mientras corría hacia los shinobis, ellos saltaron a los lados.—Pero, guardando rencores o deseando venganza no solucionan nada, sus amigos no revivirán ni su familia regresara. — Decía el rubio mientras se acercó y golpeó en el estomago a el shinobi que lanzó las sembons haciéndolo perder el sentido.

Los otros 2 shinobis se pusieron en guardia, uno sacó un ninjato y el otro sacó una cuerda con una guadaña en un extremo. El que tenía el ninjato se acercó a Naruto é intento cortar su pecho pero el rubio se defendió con una kunai que saco de la manga.

El rubio giró, trato de darle una patada en el hombro del shinobi, pero éste retrocedió mientras el otro ninja se acercaba girando la cuerda con la guadaña, éste lanzó la guadaña hacia Naruto haciendo que el rubio retrocediera. Aprovechando éstos, el shinobi del ninjato se movió a alta velocidad, se acercó por la espalda y trato de encajar el arma en la espalda del rubio, Naruto se dio cuenta, giró hacia atrás, se defendió con su kunai, lo tomo velozmente del brazo y lo lanzó en dirección al otro, dejándolos aturdidos por la velocidad del golpe.

—La venganza solo trae más dolor, en la vida nunca se gana con la venganza, si realmente quieren que sea diferente ustedes también tienen que hacer la diferencia y perdonar. — Terminaba Naruto serio y decidido a lo que los shinobis, por el cansancio, no pudieron replicar.

—Bonitas palabras— Decía mientras bajaba de un árbol cercano, un hombre apenas unos años más grande que él, con cabello grisáceo obscuro, ojos púrpura, con una camisa de botones blanca y un pantalón negro. —Pero la historia dice lo contrario niño.— Decía el hombre mientras se acercaba a Naruto.

— ¿Quién eres tú? ¿Estas con ellos?— Preguntó Naruto poniéndose en guardia.

—"Naruto, esto puede ser malo"— Le decía Kurama en su interior sonando tenso.

— ¿De qué hablas? No se ve tan fuerte— Le respondía el Jinchūriki.

—"No tiene un chakra normal."— continuo el zorro explicando su preocupación.

—Bien muchacho, demuéstrame que tu voluntad es tan grande como para que crea en tus palabras.— Le decía el peligris mientras se acercaba poco a pocos él.

De repente el hombre desapareció y apareció detrás de Naruto, clavando una espada muy delgada que emanaba un aura oscura y fría.

—Aunque con esto te estás viendo débil, pero veamos qué tan especial puedes ser. — Decía el hombre con un tono burlón a Naruto cerca del oído.

CONTINUARÁ...