Pues nada. El ocio trabaja de formas misteriosas así que lo siento de antemano.

En esta colección me centraré básicamente en Baku y sus interacciones con el mundo y otros personajes. Tentativas parejas, sí, aunque dudo adentrarme mucho en el tópico para que nadie se altere respecto a posible contenido homosexual. Si acaso un guiño tan implícito que apenas contaría, así que todo bien.

Boku no hero academia y sus personajes no me pertenecen, por suerte para el fandom.


Seven Deadly Sins

I

Greed


La nitroglicerina la lleva en las venas. Le palpita con violencia y se retuerce, ansiosa por destruir, carbonizar y vencer todo a su paso aun cuando no hay una competencia y, por ende, no hay nada que ganar.

Kacchan lo quiere todo. No importa a quienes o a cuantos deba aplastar en el proceso. De preferencia si debe aplastar a alguien en el proceso.

Sus puños exudan agresión, sus palabras están consumidas por una furia que se le arremolina desde el fondo del pecho y Bakugou Katsuki desea más, más, más

Y es que las victorias le saben a poco, a azufre y a ceniza. Se le consumen entre los dedos antes de poder disfrutarlas y es hora del siguiente reto. Más grande, más intrépido, más excitante, más. Sólo más, porque sólo eso es lo que está a su altura y porque sólo lo que supera lo esperable es lo que el mejor de los mejores debe considerar como un reto digno.

Porque él es fuerte, es asombroso, y nadie puede hacerle frente.

Bakugou Katsuki es un compuesto volátil, de sonrisas predadoras y ojos sagaces. Hace combustión aun cuando se le maneja con pinzas y la mínima provocación le lleva al borde del punto de fusión, porque para él es todo o nada, y entre ambas la elección evidente siempre es tirarse de cabeza al completo.

Kacchan es una bomba de tiempo, la chispa entre yesca seca y napalm escurriéndole entre comentarios al rojo vivo, consumiéndose en sus propias llamas y se acaba, se acaba, se acaba…

Él no se da cuenta pues tiene la mente llena de humo y explosiones y gritos y te haré pedazos, mierdecilla, pero hay una piedra en su zapato que le va desinflando algo que, quien sabe, parecía indispensable al principio.

El corazón se le llena de hollín aunque aún tenga la vista clara, siempre al frente, siempre hacia arriba. Y no nota (porque es impaciente y es un idiota y se olvida que enfrentar al mundo de frente a veces te deja expuesto como un nervio) que las garras perniciosas de la avaricia, que lo consume, consume, consume…

Y, de pronto, la llama se apagó.


Welp. Lo raro es primo hermano de lo feo pero qué se le va a hacer. Espero que les haya gustado y que en un futuro cercano las musas me vuelvan a sonreir para aportar con otro granito de arena.

See ya~