LA GENERACIÓN PERDIDA
Por Cris Snape
Disclaimer: El Potterverso es de Rowling.
Este fic participa en el minireto de Febrero "Doce meses, una historia" del foro Amor de Tercera Generación.
1
Roxanne
Perdida en el amor
Tiene doce años y lo único que desea es recibir una carta de San Valentín que no sea de sus primos o de su hermano diciéndole lo maja que es y lo bien que juega al quidditch.
Roxanne está sentada en su lugar habitual en la mesa de Gryffindor, viendo con envidia como todas a su alrededor cuchichean y se ríen mientras leen los mensajes recibidos. Se repite una y otra vez que no debería importarle porque San Valentín es una tontería que sólo le gusta a las niñas cursis. Y ella no es una niña cursi, no señor. Es una chica fuerte que vuela como los ángeles y que se va a convertir en la mejor jugadora de quidditch de su generación.
Pero le importa, así que cuando una lechuza entra volando y deja caer un sobre rojo frente a ella, el corazón le da un vuelco de la emoción. No se da cuenta de que en la mesa de Ravenclaw, un grupito de chicas de su curso se ríen con malicia. Extiende las manos para coger su carta y es entonces cuando se da cuenta de que es una howler.
Quiere salir corriendo o que se la trague la tierra, lo que ocurra antes. Ve como la howler entra en ebullición y se ve obligada a abrirla. No puede ser tan malo. ¿Cierto?
Pero lo es.
—¡Fea, gorda, fracasada! ¿Creías que era una carta de amor? ¡Ja! Tú nunca recibirás una porque nadie te quiere.
Y ya. La howler se consume hasta quedar echa cenizas. Roxanne sólo se mueve cuando escucha las risas procedentes de la mesa de Ravenclaw y sale corriendo. No se da cuenta de que sus compañeros de casa están indignados y dispuestos a defender su honor porque está demasiado ocupada buscando un lugar en el que meter la cabeza.
Corre y corre y solo se detiene cuando alguien la agarra del brazo. No ha escuchado a Fred llamándola una y otra vez. Desde que están en Hogwarts no le hace mucho caso por aquello de ser mayor y tener una reputación que mantener, pero ese día parece muy preocupado.
—¡Roxanne! ¡Para!
—¡Déjame!
—No te dejo. ¿Estás bien?
—¡No! —Aunque no quiere hacerlo, llora—. ¿Cómo voy a estar bien?
—Esas niñas son unas idiotas —Fred le aparta el pelo de la cara y la mira a los ojos—. Pero esto no va a quedar así.
—¿No? ¿Y qué vas a hacer?
—Ya lo verás.
Roxanne sabe que cuando Fred se lo propone, puede ser muy cabrón. Sabe que va a armar una muy gorda y asiente, reconfortada. Aunque a veces tiene sus dudas, la familia siempre estará allí para apoyarla, sea San Valentín o no. Y cuando una semana después a las idiotas de Ravenclaw les crecen orejas de burro, Roxanne es feliz.
Según Word, el texto tiene 468 palabras, así que no me he pasado. ¿Reviews?
