CAPÍTULO 1: NUEVOS... AMIGOS?
-¡Eeeehhh! ¡Ven aquí, mocoso! ¡Gallina!
En medio de la calle un grupo de chicos corrían y gritaban a todo pulmón tras otro notablemente más pequeño, aterrado y cansado. El pequeño se tropezó y cayó de bruces chocando con la acera. Los mayores le alcanzaron y formaron un círculo a su alrededor.
-No sabes ni correr.
-¡Torpe! ¡Imbécil!
-¡Mocoso de mierda! ¿Dónde piensas esconderte, eh? ¿Creías que podías escapar?
Al intentar levantarse recibió una patada en el estómago que le tumbó de nuevo. Cerró los ojos con tanta fuerza que le dolían.
-Eres un niñato debilucho. ¿Dónde está tu padre para protegerte? Ah, que no tienes familia.
-Seguro que te abandonaron porque nadie te quiere.
-Eres demasiado imbécil.
Esas palabras sonaron en sus oídos y abrió los ojos como platos. Con un gran esfuerzo se levantó. Paró la patada que iba a recibir en la cara con su antebrazo derecho.
-Haré que te tragues todas esas palabras que acabas de soltar por tu sucia bocaza -dijo el chico con una expresión de tremendo enfado. Su mirada se clavó en el más alto. La voz le temblaba.
-Ah, ¿sí? Inténtalo -dijo éste con chulería.
-Eres una nenaza, Kuro. Tienes que venir con tu pandilla de idiotas. No te atreves a pelear solo. Marica -la sonrisa burlona del chico se acompañó con un rápido puñetazo del alto que le tumbó. Un chorro de sangre brotó de la boca del niño.
-¡Eh! ¡Cretinos! ¿Qué estáis haciendo allí? -una voz lejana y fría se oyó gritando tras el círculo.
De repente la cara de los chicos cambió. Se miraron los unos a los otros nerviosos. Todos miraron a Kuro.
-Jefe, ¡es Sasuke!
-Yo no me quiero topar con él.
-Es demasiado fuerte incluso para ti, Kuro.
Este puso una mueca de rabia.
-¡Vámonos! -gritó y salió corriendo seguido del resto-. ¡Esto no acaba aquí, Uzumaki!
El chico rubio estaba desconcertado. Pero le dolía demasiado la cabeza como para poder levantarse. Le pitaban los oídos y veía borroso. Oyó pisadas acercarse y quiso moverse pero le costaba. ''Que puñetazo más certero, Kuro'', pensó el chico. Luego una sombra se posó sobre él seguido de la figura de un chico con pelo negro. Le costó enfocar su cara.
-¿Estás bien? -dijo la el chico.
-Sí, perfectamente -intentó levantarse otra vez pero un pinchazo en el costado se lo impidió.
-Ya veo. Vamos, tengo que llevarte al hospital -una mano le agarró por el codo y tiró de él hacia arriba hasta que estaba de pie. Le dolió pero reprimió el grito.
-No hace falta. Me voy a casa. Se me pasará en un par de días. No es como si fuera la primera vez que recibo una paliza -suspiró- y tampoco será la última.
El chico del pelo negro le ayudó a caminar despacio.
-Como quieras. Te llevo a casa, entonces -su voz era fría e indiferente-. Por cierto, ¿cómo te llamas?
-Uzumaki Naruto. ¿Y tú?
-Uchiha Sasuke.
Ambos se quedaron en silencio a medida que caminaban por la calle que se iba oscureciendo.
Naruto sabía muy bien quién era Sasuke. El chico más popular del instituto. Pero nunca había hablado con él. Le parecía demasiado engreído y egocéntrico. Siempre solo, con esa cara de pocos amigos y aire misterioso. Había oído tenía mucho talento en todo lo que hacía por lo que iba un curso adelantado.
A pesar de todo las chicas le adoraban. Cada semana se le declaraba una o dos. Pero él rechazaba a todas.
A Naruto le parecía un completo imbécil, por eso le daba bastante rabia que hubiese tenido que salvarle en aquella ocasión, pero no se sentía en condiciones de rechazar su ayuda.
Al llegar a su casa Sasuke le dejó en la entrada. Se alejó de él y con una sonrisa burlona dijo: ''Nos vemos'', antes de dase la vuelta y alejarse sin decir nada más, con postura e indiferencia y aburrimiento.
-Gracias... -susurró Naruto desenando que Sasuke no lo hubiese escuchado, y entró por la puerta cerrando de un portazo
