¡Hola! Aquí os dejo un nuevo fanfic que espero que os guste.
Hacía más de tres años que no pisaba Japón y por fin había vuelto. Durante todo este tiempo había estado pensando en ese momento y ahora que se encontraba allí, enfrente de su casa, no se atrevía a entrar. Sabía que no iba a ver nadie al otro lado de la puerta esperándole. Aquel pensamiento le provocó una presión en el pecho, la misma presión que le había acompañado desde el día en que se marchó.
Finalmente se armó de valor y se decidió a abrir. Observó el apartamento, estaba a oscuras y lleno de polvo. Suspiró al ver que sus temores se habían hecho realidad; Misaki ya no estaba ahí. Sabía que después de lo ocurrido era imposible que su pareja se hubiera quedado en ese apartamento, pero tenía la esperanza de que sí. Aquella esperanza se rompió en mil pedazos al ver el apartamento vacío y sin ningún rastro de Misaki.
Misaki. No había ningún día en que no pensara en él. Sin él sentía que su vida no valía nada. Sí, era un escritor multimillonario de 35 años, pero nada de eso importaba si Misaki no estaba a su lado.
No se sentía de humor para organizar sus cosas, ya pagaría a alguien para que lo hiciera. Se sentó en el sofá y sacó el móvil para llamar a Takahiro. Hacía mucho que no hablaba con él y si Misaki le había contado todo lo ocurrido, estaba seguro de que no iba a querer hablar con él nunca más. Marcó su número con miedo y esperó unos segundos a que respondiera.
- ¿Sí?
- Takahiro, soy Akihiko.
- Viejo amigo, hacía años que no sabía de ti. ¿Cómo te va la vida? Me pareció muy fuerte que me enterara de tu huida por Misaki…- Akihiko suspiró aliviado. Aunque le estaba reclamando el no haberle contado que se mudaba a Inglaterra, podía notar en el tono de voz de su amigo que se alegraba de volver a saber de él.
- Lo sé, siento mucho eso. Fue todo muy repentino.
- No te preocupes, ya me lo imagino. Por cierto, ¿cómo te van las cosas por allá? ¿Eres feliz?
- En verdad acabo de volver a Tokio.- Respondió el escritor. Se moría de ganas de preguntarle por Misaki pero debía contenerse. No sabía si Takahiro era consciente de todo lo que pasó entre ellos y no quería meter la pata.
- ¿De verdad? Eso es genial.- Exclamó alegremente.- Manami y yo volvimos el año pasado a Tokio, me volvieron a trasladar. Así que esto es genial, ¡volvemos a vivir el en la misma ciudad!
- En ese caso espero que nos veamos muy pronto.
- ¡Esta noche! Mi cumpleaños es el martes pero lo vamos a celebrar esta noche. Daremos una cena en casa, me haría mucha ilusión que vinieras.
- Bueno, acabo de llegar…- Comenzó a decir Akihiko pues no sabía si iba a ser una buena idea.
- Ven, será divertido y hace tanto que no nos vemos...será genial.
- Está bien, iré.
Aparcó su coche enfrente de la casa de Takahiro. Su amigo se había mudado a una casa familiar a las afueras de la ciudad. Sacó el regalo del maletero y se dirigió hacia la puerta de aquella casa. Takahiro le abrió con una sonrisa en la cara, se dieron un abrazo y el moreno le invitó a entrar. En el salón se encontraban Manami y Mahiro preparando la mesa para la cena. Mahiro ya tenía seis años y no se acordaba del escritor, así que volvieron a presentarse.
Akihiko y Takahiro estuvieron un rato hablando sobre todo lo que les había pasado en esos tres años, de pronto sonó el timbre y Manami fue abrir. El corazón de Akihiko comenzó a latir con fuerza cuando oyó la voz de Misaki. Estaba a tan solo unos segundos de volver a verle. Ya había pensado que era una posibilidad que Misaki acudiera al cumpleaños de su hermano y por eso había aceptado ir, sentía la necesidad de verle. Misaki entró en la sala junto a Manami y al ver al escritor quedó en shock. Su hermano fue a abrazarle pero no correspondió el abrazo, estaba concentrado mirando a su antigua pareja como si fuera una aparición. Akihiko tampoco apartaba la mirada de él, seguía siendo de baja estatura y sus facciones eran aniñadas pero algo en Misaki le hacía parecer algo más maduro o tal vez era la seriedad con la que le estaba mirando.
- ¿Has visto quien ha vuelto?- Dijo Takahiro alegremente.
- Sí.- Respondió Misaki saliendo del trance y acercándose un poco al escritor.- Qué sorpresa.
- He llegado esta mañana.- Dijo Akihiko sin saber muy bien qué decir, notaba que Misaki estaba tenso. Mahiro entró para darle un abrazo a su tío, lo que hizo que el ambiente en la sala se relajara un poco.
- Tío, se me ha caído un diente.- Le dijo el pequeño enseñándole el hueco que tenía en la boca.
- ¿De verdad?- Dijo Misaki fingiendo sorpresa.- ¿Cómo ha ocurrido?
- Comiendo.
- Pues hoy tendrás que acostarte pronto para que el Ratoncito Pérez te deje algo debajo de la almohada.- Le dijo Misaki acariciándole el pelo. El niño asintió y salió a decirle algo a su madre.
- Bueno, pues en nada estará lista la cena.- Dijo Takahiro sin borrar la sonrisa de la cara.
- Mako no cenará con nosotros porque tiene trabajo, pero me ha dicho que se pasará cuando acabe.
- Entonces perfecto.- Asintió su hermano.
- La cena estará en diez minutos.- Anunció Manami desde la cocina.
- Perfecto. Salgo un rato al jardín.
- Misaki, ¿ya vas a fumar?- Le preguntó Takahiro con una mirada de desaprobación, dejando muy sorprendido a Akihiko, para él era inconcebible que Misaki fumara.
- Hoy solo me he fumado uno de camino al trabajo. He estado tan ocupado que no he tenido tiempo de nada.- Le dijo Misaki y sin esperar una contestación salió al jardín.
- ¿Fuma?- Preguntó el escritor sin poder ocultar su sorpresa.
- Sí, desde que empezó a trabajar.- Respondió Takahiro con resignación.
- ¿En qué trabaja?- Akihiko necesitaba saber todo acerca de él, quería sentir que le conocía como antes y que el tiempo nunca había pasado.
- Trabaja en Marukawa, es editor.
- Ah, de manga, ¿no?
- No, de literatura.- Dijo Takahiro. Akihiko no podía estar más sorprendido, era como si estuviera en un universo paralelo, Misaki fumaba y leía libros, no solo eso, sino que los editaba.- Está muy contento con su trabajo, sobretodo desde que lo dejaron a cargo de un autor importante, creo que un tal Sumi-sensei.
- Sí, es muy bueno. Entonces Misaki sí que debe hacer muy bien su trabajo. ¿Te importa si salgo yo también a fumar un poco?- Preguntó para poder estar asolas con Misaki, ese muchacho era una caja de sorpresas.
- No, adelante.
Akihiko salió al jardín y no tardó en divisar a Misaki que se encontraba sentando en la hierba, miraba su móvil frunciendo el ceño mientras apuraba el cigarrillo.
- ¿Te importa si me uno?- Preguntó el escritor llamando la atención del menor quien le hizo un gesto para que se sentara a su lado. Akihiko sacó el paquete de cigarros y encendió uno llevándoselo a la boca.- Tu hermano me ha dicho que eres el editor de Sumi-sensei.
- Sí, desde hace unos meses. Sospecho que Sumi-senpai tuvo algo que ver en eso.- Dijo Misaki con una sonrisa fingida, se notaba que no se encontraba a gusto con la situación, pero Akihiko no se iba a dar por vencido.
- ¿Y te gusta ser editor?
- Sí, la verdad es que sí. Le he cogido gusto a la lectura.
- Me alegro de eso.
- Incluso me he leído tus libros.- Le dijo Misaki provocando que el escritor arqueara una ceja.
- ¿De verdad?
- Sí, he leído todos, incluso las BL.- Dijo riendo de verdad, haciendo que una sensación de calidez inundara el cuerpo de Akihiko.- ¿Volverás a escribir?
- No lo sé.- Respondió suspirando.
- Sería una lástima no volver a leer nada tuyo.
- Chicos, ya está la cena.- Anunció Takahiro y entraron de nuevo a la casa.
La cena transcurrió sin percances, conversaron de forma amigable y rieron de todo lo que decía Mahiro, era como si nada hubiera pasado y todos formaran una familia feliz. Akihiko se sentía feliz como hacía años que no lo hacía, buscaba con la mirada a Misaki y en varias ocasiones le pilló mirándole, pero el joven desviaba la mirada rápidamente con un leve sonrojo que solo el escritor percibía. Iban a sacar la tarta cuando llamaron al timbre, Takahiro se levantó a abrir y volvió con una muchacha joven, más o menos de la misma estatura que Misaki, y que tenía una larga melena morena.
- Hola a todos.- Saludó la chica y Misaki se levantó de la silla.
- Mako, ¿cómo ha ido?- Le preguntó el editor.
- Bastante bien, los padres no se han puesto muy pesados.- Respondió sonriendo y de pronto reparó en la presencia del escritor. Akihiko al verse observado se levantó y se acercó hacia ellos para presentarse.
- Mako, él es Usami Akihiko.- Le dijo Misaki.- ¿Recuerdas que te hablé de él?
- Claro que lo recuerdo.- Rió la joven.- Cada vez que habla de cuando vivía con usted se le ilumina la cara.
- No exageres.
- Es cierto, Misaki.
- Bueno, Usagi-san, ella es Mako.
- Es un placer.- Dijo el escritor.
- Pero hazlo bien, nunca me presentas bien.- Dijo Mako haciendo un puchero.- Siempre omites el detalle de que soy tu novia.
- Ella es mi novia.- Le dijo al escritor evitando su mirada. Akihiko notó que la boca se le secaba y un nudo se formaba en su garganta. Misaki tenía novia y eso era demasiado doloroso. Sintió el impulso de salir corriendo de allí pero sentía que sus piernas no le respondían. Se formó un silencio y Mako fue a hablar con Manami. Akihiko se quedó ahí plantado junto a Misaki, el menor por fin le miró a los ojos. Los ojos de Misaki irradiaban tristeza y eso fue lo que acabó de partirle el corazón a Akihiko.
- Venga, voy a cortar la tarta.- Dijo Takahiro.
- Pero aún no has soplado las velas.- Comentó Mako.
- Se nos ha olvidado comprar.
- Yo iré a comprar.- Dijo Misaki y miró al escritor aún con cara de tristeza.- ¿Vienes conmigo, Usagi-san?
- Claro.
Salieron de la casa en silencio y caminaron hacia la tienda que había a dos calles. Akihiko no entendía muy bien qué estaba ocurriendo, qué era lo que pasaba por la mente de Misaki. ¿Por qué era él quien estaba triste? Él era quien había rehecho su vida y no le culpaba, al fin y al cabo la ruptura fue culpa de Akihiko. Caminaron unos metros más y de repente Misaki paró en seco.
- Necesito contarte algo.- Dijo Misaki notablemente angustiado.- Puede que tú no seas la persona más indicada pero eres al único que se lo puedo contar y yo...yo ya no puedo más.
- ¿Qué ocurre, Misaki?- Akihiko se encontraba muy preocupado por el menor. Misaki tenía una expresión en la cara que jamás había visto, se veía desesperado y al borde de las lágrimas.
- Soy una mala persona.
- No, no lo eres, Misaki. Tú eres la persona más buena que conozco.
- Estoy engañando a Mako.- Murmuró y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Akihiko abrió los ojos sorprendido, no supo qué decir y simplemente acarició el cabello de Misaki, quien se estremeció ante el contacto.
- Todos cometemos errores.- Dijo por fin el escritor, rompiendo el silencio que se había formado entre los dos.- Seguro que lo puedes solucionar.
- Le he estado engañando desde que empezamos a salir.- Dijo Misaki limpiándose las lágrimas.- No se lo merece, pero soy incapaz de controlarme y todo es porque...porque soy un cobarde.
- ¿Qué es lo que ocurre exactamente? Me está costando un poco seguirte…
- ¡Soy gay! ¡No me gustan las mujeres, no me ponen nada!- Gritó Misaki sorprendiendo al escritor por el cambio de tono. Akihiko volvió a acariciarle la cabeza para que se tranquilizara un poco. Se notaba que llevaba tiempo con todo eso guardado y el escritor pensó que era mejor que lo soltase todo.- Nunca me he atrevido a contárselo a nii-chan. Él quiere que me case y forme una familia y yo lo intenté, de verdad que lo he intentado. Yo quiero a Mako, es una mujer increíble y me lo paso muy bien con ella, pero jamás podré quererla como debería.- Dejó de hablar durante unos segundos y luego desvió la mirada.- Él trabaja conmigo.
- ¿Le quieres?- Preguntó el escritor en un susurro y temiendo la respuesta.
- No.- Negó Misaki y Akihiko suspiró.- Eso es lo peor, que ni siquiera le quiero. Es solo sexo, es solo un momento en el que olvido esta vida de farsas que llevo y simplemente disfruto, porque es solo eso...no es nada emocional. Ya sé que suena patético.
- No pienso que sea patético, todos nos hemos sentido así alguna vez.
- Me siento como una mierda porque sé que le estoy haciendo a Mako lo que tú me hiciste a mí.- Dijo Misaki mirándole a los ojos y el escritor notó una punzada en el pecho, se sentía fatal.- Finjo que estoy enamorado de ella cuando en verdad no lo estoy…¿Por qué soy así? Lo pasé fatal cuando me dejaste y ahora le estoy haciendo lo mismo a otra persona…
- Misaki, en cuanto a eso hay algo que me gustaría contarte.- Dijo Akihiko.- Pero creo que ahora no es buen momento.
- Puedes contármelo ahora, dudo mucho que mi vida se pueda joder más de lo que ya está…
- Misaki, ¿te puedo dar un consejo?- Preguntó el escritor y el menor asintió aún con los ojos llorosos.- Sé sincero contigo mismo y con los demás. Jamás me he arrepentido de ser sincero y te aseguro que tú tampoco lo harás. ¿Sabes de qué me he arrepentido? De las mentiras. No hay día que no me arrepienta de haberte dicho que no te amaba.
- ¿Q-qué?- Misaki se encontraba muy confuso y el corazón le latía muy rápidamente, tanto que sentía que se le iba a salir por la boca en cualquier momento. Akihiko posó sus manos sobre sus mejillas mojadas y le obligó a mirarle a los ojos.
- Aquel día te mentí, Misaki. Te amé durante aquellos cuatro años, te he amado todo el tiempo que hemos estado separados, te amo ahora mismo que te tengo delante y te amaré hasta que me muera.- El escritor sentía como en sus ojos empezaban a acumularse las lágrimas y su cuerpo temblaba, por fin le había confesado la verdad.
- Por favor, no juegues conmigo…no podría soportarlo.- Murmuró Misaki encogiéndose.
- Te digo la verdad. Aquel día te mentí porque sentí que tenía que hacerlo para que pudieras ser libre, no me di cuenta de todo el dolor que te ocasioné y que también me ocasioné a mí mismo, porque estos tres años sin ti han sido una auténtica tortura.
- Me cuesta creerlo…
- Misaki, durante este tiempo no he estado con nadie.- Dijo Akihiko apresuradamente.- Porque si no es contigo el sexo ya no me interesa, solamente quiero estar contigo. Yo, Usami Akihiko, llevo tres años sin sexo.- Misaki rió levemente ante ese comentario y se secó las lágrimas. Apartó las manos del escritor que aún seguían en su cara y entrelazó sus dedos con los del otro.
- No creo que pueda olvidar todo así como así. Han sido muchos años pensando que no me querías, dudo mucho que pueda hacer como si nada de eso hubiera pasado.- Dijo Misaki con voz suave y mirándole con cierta tristeza.
- Lo sé y lo entiendo. Solo te pido que no me alejes de tu vida, Misaki, déjame ayudarte aunque solo sea como amigo.
- Usagi-san, me hiciste mucho daño. Necesito pensar en todo lo que ha pasado hoy, porque ahora mismo estoy hecho un lío.
- Lo entiendo, tómate el tiempo que necesites.- Asintió el escritor con el corazón en un puño. No le importaba esperar si el menor le aceptaba pero si no era así, sentía que no iba a poder soportarlo.- Yo te ayudaré en todo lo que necesites, Misaki.
- Gracias.- Dijo el menor y de repente recordó que estaban en medio de la celebración del cumpleaños de su hermano.- ¡Las velas!
- Cierto, vayamos a comprarlas antes de que Takahiro se preocupe.
Hola, ¿qué tal? Espero que os haya gustado el primer capítulo. Me ha quedado un poco empalagoso, ¿no?
Bueno, este fic va a ser corto, en un principio constará de cinco capítulos y no tardaré mucho en publicarlos, la idea es subir uno por semana (normalmente domingos).
Muchas gracias por leer, se agradecen los reviews así sé si os gusta o no, se aceptan todo tipo de críticas.
¡Un saludo!
