¡Primer fanfic en este fandom! Se siente tan bien~ Es uno de los fandoms a los que estoy más apegada, pero nunca he escrito nada -corazón roto-.
Este fanfic contendrá una que otra palabras altisonante, pero nada más.
Parejas: Creek, principal. Bunny, Style, Dip, entre otras como secundarias.
Disclaimer: South Park, por si no es obvio, no me pertenece, si así fuera no estaría escribiendo fanfics sobre eso y todas las ideas gays que tuviera las pondría directamente en la serie.
~~~ ┐(︶▽︶)┌ ~~~
—¿Adónde crees que vas?
—No es de tu incumbencia. —respondió la adolescente de coletas, haciendo la seña marca Tucker hacia su hermano mayor mientras cruzaba la sala de estar con destino a la puerta principal.
Más fue detenida por un largo brazo, que le impidió abrir la puerta principal de aquella vivienda.
—De hecho, lo es. Eres una mocosa de catorce años y mis papás no están, no sales sin mi permiso —devolvió el gesto, con su típico rostro en blanco—. Repito, ¿adónde crees que vas? —esta vez, su voz era más autoritaria, por lo que, si Ruby quería salir de ahí, tenía que hacer lo que Craig decía.
—Karen y yo iremos al albergue de animales que está a las afueras de la ciudad, el novio de su hermano está como voluntario ahí y nos invitó a ver el lugar. —intercaló su mirada entre la puerta y su hermano, quería salir de casa lo antes posible y no dejar a su amiga esperando en la parada del autobús.
—¿Planean salir de South Park? ¿En autobús? ¿Dos pubertas? —arqueó una ceja con duda en su mirada.
No le agradaba la idea, entendía que a los irresponsables padres de la mejor amiga de su hermana les diera igual si su hija decía que se iría de casa y que no regresaría en un mes, conocía un poco el ambiente familiar McCormick por tener una que otra charla con el segundo hijo de esa familia. Pero en su caso, sus padres lo mataban si algo malo le ocurría a Ruby; y Craig no podía morir aún, la próxima semana sacarían un nuevo episodio de Red Racer que no se perdería por nada del mundo.
Ruby sólo se encoge de hombros.
—Creí que McCormick era una especie de sobreprotector con su hermana.
—Está ocupado en uno de sus empleos, pero prometió que nos vería allá y nos acompañará cuando regresemos.
—Sabes que no te dejaré salir de la ciudad sola, ¿no? —vio con dureza a la menor, esperaba que con eso entendiera su negativa, pero al parecer no funcionó.
—Entonces ve conmigo, porque yo no planeo faltar. —Ruby apretó su agarre en la mochila que llevaba en mano.
El par de hermanos mantuvieron la mirada en el otro, azul contra azul, negación contra insistencia, ambas con la misma dureza y determinación. Sin embargo, fue Craig Tucker quien se rindió, esa discusión comenzaba a ser tediosa y él odiaba todo eso, así que volviendo a su mirada de "me vale la vida", respondió: —Bien, pero me debes una grande.
La pelirroja sonrió con satisfacción viendo a su hermano entrar a su habitación para vestir algo más decente que su vieja pijama de su programa favorito.
~~~ ┐(︶▽︶)┌ ~~~
El recorrido fue muy aburrido para Craig, pero no es como si se quejara de ello. Cuando llegaron a la parada del autobús, Karen ya se encontraba esperando, diciendo que acababa de llegar, y al parecer no le molestó que el mayor de los hermanos las acompañara en su salida. Cada quien pagó su entrada al transporte y Craig automáticamente se desconectó de la realidad, prefiriendo observar por la ventana el paisaje cubierto por una ligera capa de nieve por las fechas primaverales que apenas comenzaban.
—Convencí a Leo de que nos dejara ayudarle en el albergue, aunque él sólo quería que nos paseáramos por el lugar y jugáramos, pero no quiero que estorbemos. —comentó Karen a su amiga, algo emocionada por la idea de estar rodeada de distintas especies de animales y convivir con ellas.
—Genial, no puedo esperar. —y aunque sonara como si estuviera siendo sarcástica, también le agradaba lo que su amiga le decía, ella y su hermano eran fanáticos de los roedores y muchos otros animales pequeños.
Karen al ver que estaba siendo honesta sólo sonrió y siguió platicando con la apática pelirroja.
Se detuvieron en su parada y bajaron, estaban en la frontera de la ciudad, por lo cual sólo se apreciaban unas pocas casas y a unos cuantos metros veían el gran terreno que, suponían, era su destino.
Craig caminó por detrás del par de pubertas, sin prestar especial atención a lo que hablaban, preguntándose cómo sería el albergue. Desde afuera se veía algo soso, estaba rodeado de rejas de metal oxidado que impedían a los animales escaparse y se podía apreciar cómo el lugar estaba dividido por estas mismas rejas en distintas secciones, cada una con distintos elementos de acuerdo a la especie de animal, por ejemplo, grandes patios y juguetes regados por el suelo que supuso sería la sección de caninos. También veía que cada sección tenía una pequeña construcción que lo más probable era que ahí los animales durmieran, a excepción de una sección, que estaba cubierta totalmente por una gran construcción, cosa que le dio un poco de curiosidad. Admitía que el lugar no se veía mal y no parecía una prisión como el esperaba.
—¡Hey, Leo! —llamó la castaña, colocando sus manos alrededor de su boca como si fuera un megáfono.
Apenas escuchó el gritó, se dio cuenta que en la entrada del refugio había un chico alrededor de su edad, con cabello rubio pálido corto rapado de la parte inferior y que vestía una camisa verde olivo con el icono de una huella de perro en el centro de color café oscuro. Craig se abstuvo de hacer cualquier comentario grosero sobre el ridículo uniforme que obligaban a usar al voluntariado.
—H-Hey, Karen, me alegro que hayas venido —sonrió el anterior nombrado en forma de saludo cuando se acercaron—, ¿no viene Kenny contigo? —preguntó con decepción al no verlo por ningún lado.
—Hoy tuvo horas extra en el trabajo, al parecer está juntando dinero para algo, pero no tengo más información que eso. —contestó para tranquilizar a su "cuñado".
—Oh, no lo sabía —dijo ya repuesto de la pequeña decepción—. Pues, bueno, pueden pasar, le avisé a algunos compañeros que tendríamos una visita especial, así que se ofrecieron a limpiar y arreglar. —habló con una amable sonrisa en sus labios, luego dio media vuelta en dirección a la puerta de reja de metal y la abría, dejando espacio para que pudieran ingresar los cuatro al lugar.
El lugar no se veía nada de diferente a como Craig lo vio por fuera, claro que ahora tenía una mejor vista de todos los detalles, como que el suelo estaba cubierto de pasto de algunas partes mientras que otras sólo eran conjuntos de tierra y piedras o como vio algunas caras reconocida entre los voluntarios que anteriormente no había prestado atención, pero si se ponía a contarlos, podía ver que era un buen número de personas.
—Hay muchas áreas que pueden visitar. Muchos de los animales aquí fueron abandonados y los demás rescatados, ¡así que siempre están felices de tener visitas! —Leo, o Butters, como Craig lo conocía de cuando estaban juntos en secundaria, iba contando mientras mostraba a cada uno la parte de afuera de cada sección— Ahora, es el momento de separarnos, hay trabajo que hacer, pero si tienen una duda pueden decirme o a cualquiera de mis compañeros. —y tal como dijo, el rubio entró en un lugar algo alejado de los demás que recitaba la palabra "Enfermería" en lo alto de éste.
—¡Ruby, mira! ¡Están bañando a los perros, hay que ir! —tomó la mano de su amiga y ambas corrieron, Karen emocionada y Ruby más interesada en la sección de roedores que en la de caninos.
Si las chicas recordaban que Craig las había acompañado para cuidarlas, poco o nada les importó y lo dejaron atrás. Craig se mantuvo un corto momento pensando en porqué carajo había ido a ese lugar. Más, ni corto ni perezoso caminó por los lugares, activando la cámara de su celular y grabando a los animales en momentos que le parecieron divertidos, como el par de cachorros que se peleaban por un juguete en forma de hueso o el hámster que saltó desde una pequeña altura y su fallida caída se vio estúpidamente adorable. Mostró una imperceptible sonrisa, recordando cuando era pequeño y con la vieja cámara de su padre grababa a los animales desde ángulos cerrados para mostrarlos en la escuela, sorprendentemente, se hizo algo reconocido entre los salones por eso, poco después su fama del niño que graba animales se transformó en fama por ser un hijo de puta sin sentimientos y que sólo hablaba con un par de chicos e ignoraba a los demás.
Concentrado en sus pensamientos, llegó sin darse cuenta al área que le había llamado la atención desde que llegó. La construcción que abarcaba casi todo el espacio del área y tenía un pequeño patio. Algunas personas vieron cómo se acercaba al lugar, y al darse cuenta que nadie le decía nada, entró sin ningún pudor.
Rápidamente, el fuerte olor de los animales inundó sus fosas nasales, incomodándolo al principio, pero se acostumbró en un par de segundos. Miró el lugar con detenimiento, captando inmediatamente la sección que era.
Aves.
No era fan de las aves, pero bueno, ya estaba ahí, no le hacía mal caminar por el amplio lugar.
Unos ruidos extraños provenientes del fondo destacaban entre las aves trinando, parecían gritos agudos, obviamente no eran de ninguna de las aves que aclamaban la atención del visitante. Se acercó un poco más, sin hacer mucho ruido, y entre tantas jaulas pudo distinguir una mata salvaje de cabello rubio, así que se acercó más. Y más, y más, hasta estar a un metro de un chico que estaba de espaldas a él, era de figura delgada, pero no frágil, vestía la ridícula playera que vio en Butters y tenía unos jeans color marrón oscuro. El sujeto estaba temblando, parecía que en cualquier momento le daría un ataque, y Craig no quería ver eso. Tan sigiloso como llegó, intentó escapar de la escena, pero accidentalmente su hombro chocó con una de las jaulas, ocasionando que ésta chocara con otra y crearan un desagradable sonido, alertando a un cotorro y un guacamayo que se encontraban en sus respectivas jaulas, y por consecuencia, alertó al nervioso rubio.
—¡GHÁ! —exclamó, más exaltado de lo que se veía anteriormente—, ¿QUIÉN ERES TÚ?, ¿ERES UN SECUESTRADOR DE AVES O VIENES DEL GOBIERNO PARA HACER EXPERIMENTOS CON ELLAS? —el chico con serios problemas comenzó a jalar sus hebras y a murmurar cosas que no pudo entender por la rapidez con la que eran pronunciadas.
—Viejo, cálmate. No tengo ni puta idea de qué hablas. —hizo un vano intento de calmarlo.
—¡N-no me ha-hables como si me conocieras! —el chico hablaba en una extraña mezcla de tartamudeos y palabras dichas a la velocidad de la luz.
—Mira, sólo estaba caminando y llegué a este lugar, así que deja de actuar como si te fuera a violar, imbécil. —dijo con su gran delicadeza y fino vocabulario.
Al menos eso le bastó para que el rubio neurótico hiperactivo con serios problemas mentales dejara de acusarlo de todo lo que se le ocurriera. Dando otro pequeño vistazo, Craig analizó al otro de forma más minuciosa, se le hacía familiar…
Oh, espera.
—¿Vas a la universidad de South Park, no es así? Te he visto en los pasillos, siempre gritando y temblando. —dijo el azabache, reconociendo los molestos sonidos.
—S-sí… pero yo nunca te he visto a ti.
Y a Craig no le sorprendía, las pocas veces que vio al tipo se la pasaba en las nubes, hablando en voz baja con él mismo y sólo despegando la vista del suelo de los pasillos cuando alguien chocaba contra él. Nadie se le acercaba, ni siquiera los matones, había rumores de que estaba loco y que en cualquier momento los mataría a todos.
Pero, la verdad, a Craig no le importaba una mierda todo lo que decían o lo que ocurría ajeno a su persona. Puede sonar egoísta y todo, pero así era él.
El mayor de los Tucker no era hablador, prefería mantenerse callado y responder con monosílabos o gestos de "Finjo que te escucho, pero la verdad no me importa". No acostumbraba a iniciar la conversación.
Sin embargo, siempre hay una primera vez.
—Soy Craig Tucker, vamos a la misma institución, pero no compartimos clases.
—Yo… soy Tweek, Tweek Tweak… —se presentó, aún con algo de desconfianza.
—Así que… eres voluntario —se sentía algo incómodo, más con esos penetrantes ojos verdes con motas cafés que lo veían con intensidad—, ¿eres el encargado de las aves?
—Ghn, sí, todas están aquí porque están lastimadas, ya sabes… no es muy normal que alguien encuentre a un ave abandonada en la calle, ella se iría volando. —se encogió de hombros—. Me gustan mucho las aves, de hecho, tengo una, ¡GHÁ! Pero creo que me asignaron esta sección porque sólo las aves so-soportan mis gritos y yo los de ellas. —dijo eso último con algo de humor, y Craig no pudo evitar pensar que este chico era agradable cuando hablaba con normalidad, aún con alguno que otro grito.
Por lo tanto, decidió hablar con él por un tiempo más.
~~~ ┐(︶▽︶)┌ ~~~
¡Y bueno! Ese fue el… prólogo(? Aún no sé cuántos capítulos tendrá esto, pero aseguro que no serán muchos, será un fic corto ya que es mi primera vez escribiendo en este fandom y quería empezar con una idea sencilla de sobrellevar, este fanfic será toda dulzura y momentos cutes:´D
Espero que este primer capítulo les guste, yo disfruté mucho escribiéndolo Xd
Sin nada más que decir, Sayonara~
