Era un día soleado en la ciudad y como es natural, las personas salieron a pasear por el parque en tan hermoso día, cosa que fue aprovechado por una chica en particular que salió de su casa portando una sudadera con capucha para "ocultar" su identidad. En cuanto llegó al parque salió de la vereda para adentrarse en los arbustos. La chica permanecía oculta mientras tomaba notas en una pequeña libreta de bolsillo mientras sacaba conclusiones con cada nuevo grupo de personas que encontraba.

-¿Repíteme por qué estamos espiando a las personas en el parque? – Preguntó una vocecilla al lado de la chica.

- Para entender un poco más las relaciones humanas. – Dijo sin dejar de tomar notas.

- Pero eso ya lo estas aprendiendo con tus amigas. – Replico la voz.

- Si, pero no es lo suficientemente rápido, además, hay muchos otros tipos de relaciones. – Respondió dejando de tomar notas por un momento y mirando al perro de color morado que le hablaba.

- Aun así creo que esto de espiar es un poco… extraño. – Dijo el perro sin estar muy convencido de los métodos de su amiga.

- Sip. – Dijo una voz profunda y fue entonces que notaron a la persona que había estado ahí desde antes que ellos, leyendo bajo la sombra de un árbol que estaba al lado de los arbustos. La chica entro en pánico en ese momento, pues ese chico rubio de mirada tranquila los había oído hablar y por sobre todo, había escuchado hablar a Spike.

- E-esto no es lo que parece… es… ventriloquía, sí. Me gusta la ventriloquía. – Dijo con su cerebro trabajando a mil por hora. – Es imposible que los perros hablen.

- Nop. – Respondió el chico levantando la vista de su libro y mirando a la chica y el perro.

- ¿Qué? ¿Dices que es posible? – Dijo Twilight sin creer lo que escuchaba.

- Sip. - Fue la corta respuesta de aquel individuo.

- Si claro. – Dijo la chica comenzando a dudar de la cordura del chico aunque aliviada y preocupada de que el chico no viera extraño el hecho de que su perro hablara. – Bueno, ya me tengo que ir, adiós, un placer conocerte.

Dicho esto último la chica tomó a su perro, se levantó y salió rápidamente del parque dejando atrás a aquel chico tan raro.

Al día siguiente, en la preparatoria Canterlot, Twilight fue llamada a la oficina de la directora pues luego de destruir la estatua emblema de la escuela durante los juegos de la amistad, debía repararla, pues era un monumento histórico de sumo valor para la escuela.

-Por lo tanto Twilight, es tu trabajo reparar esa estatua, velo como un proyecto artístico a gran escala. – Dijo Celestia cuando vio la cara de angustia de Twilight.

- Pero yo no sé nada de escultura, mi campo es la ciencia directora. – Dijo aun preocupada Twilight.

- No te preocupes Twilight, no harás esto sola, te supervisara y te ayudara de uno de tus compañeros. Alguien adecuado para la tarea. – Dijo para calmarla la directora. – Tranquila, no es una persona difícil de tratar y dudo mucho que notes que está ahí mientras trabajas.

- Esta bien directora, hare mi mejor esfuerzo. – Dijo la chica ya resignada y un poco más tranquila.

- Empezaras mañana. Debes presentarte en el aula de trabajos manuales al lado del campo de futbol a las 4 de la tarde. – Dijo la vicedirectora Luna entregándole a Twilight una hoja con todas las instrucciones necesarias. – Trae un cambio de ropa cómoda, porque es probable que te ensucies, ¿de acuerdo?

- Entendido, Muchas gracias vicedirectora Luna. – Dijo Twilight guardando en su mochila la hoja y levantándose de su silla para salir de allí.

- Hasta mañana Twilight. – Dijeron cordialmente ambas directivas antes de que su alumna saliera de la oficina. Apenas dio dos pasos fuera del lugar, cuando el bombardeo de preguntas comenzó.

- ¿Qué querían decirte? – Preguntó Sunset Shimmer.

- ¿De qué te acusan ahora? – Preguntó Rarity.

- ¿Qué te dijeron? – Preguntó Rainbow Dash.

- ¿Te encuentras bien? – Preguntó tímidamente Fluttershy.

- ¿Estas castigada? ¿Te pusieron alguna tarea que solo tú puedes llevar acabo? ¿Llego el momento de que repares la estatua que destruiste y estas preocupada por qué no sabes nada de trabajos manuales pero la directora asigno a una persona para que te ayude pero no estas segura de poder trabajar con otra persona? – Fue la secuencia ininterrumpida de preguntas de Pinkie Pie.

- ¿Pinkie Pie volvió a acertar con su última pregunta? – Preguntó Applejack al ver como Twilight se quedaba boquiabierta con la última pregunta de la chica pelirrosa, a lo que la peliazul solo asintió. – Si, ella tiene esa… cualidad.

- Así que reparar la estatua, es un poco más difícil que mi castigo. – Comentó Sunset Shimmer reflexionando un poco. – Pero no es algo que no puedas manejar, te lo aseguro, además siempre puedes contar con nuestra ayuda.

- Muchas gracias chicas, pero yo cause todos estos problemas, así que yo los solucionare. – Dijo Twilight dirigiéndose a la biblioteca.

- Esta bien terroncito de azúcar, pero si necesitas que te demos una mano en eso, no olvides que estaremos aquí para ti. – Dijo Applejack en tono maternal, siendo apoyada con un "sí", por parte de sus amigas. La peliazul les agradeció una vez más y comenzó a ir por los pasillos hasta llegar a la biblioteca, donde comenzó a buscar títulos de escultura y reparaciones de obras de arte. Estuvo leyendo por varias horas y se sentía preparada para el trabajo, pero al recordar que habría alguien más ahí comenzó a preocuparse de nuevo mientras en su cabeza simulaba varios escenarios para presentarse y como esto siempre terminaba mal dificultando la labor de reparar la estatua, tan ensimismada estaba que no se dio cuenta de que tomó el camión equivocado. Para cuando se dio cuenta y bajó del camión ya estaba en un lugar del todo desconocido, con casas sin pintar y grafitis en ellas. El estrés se apoderó de Twilight y su cabeza se nublo con pensamientos negativos mientras trataba de encontrar algún punto de referencia. Considero pedir indicaciones, pero las personas con las que se encontraba en el caminó no le prestaban atención ensimismados en sus cosas. Las horas pasaban y la chica solo lograba perderse más. Con lágrimas en sus ojos se sentó derrotada en la entrada de unos departamentos.

- Tranquila Twilight, estaremos bien. – Trató de animarla Spike.

- Pero ya es muy tarde y pronto oscurecerá, ¿Qué tal si nos pasa algo? Mis padres deben estar muy preocupados. - Replico Twilight con sus lágrimas a punto de caer. – Además ya caminamos mucho, probablemente estemos muy lejos de alguna para de autobús.

- Nop. – Dijo una voz profunda cerca de ella.

- ¿Cómo lo sabes Spike?, además ¿desde cuándo te cambió la voz? – Preguntó la chica.

- Yo no dije eso. – Respondió Spike.

- Eres el único aquí Spike, es obvio que tú dijiste… - Tanto ella como su perro voltearon al mismo tiempo hacia un lado y notaron al chico rubio del parque.

- Nop. – Volvió a decir el chico. En ese momento Twilight se levantó de un salto.

- Qu-Qué coincidencia… yo… solo estaba… - Dijo nerviosamente la chica mientras buscaba una excusa, al tiempo que acariciaba un mecho de su pelo. – Paseando… si, eso es, estaba paseando por aquí y… - El chico la miraba tranquilamente mientras la chica intentaba excusarse. – me perdí y… oíste hablar al perro ¿verdad? jejeje – El chico asintió sin inmutarse, mientras la chica reía nerviosamente mirando a otro lado. Luego suspiró y miro al chico. – No le digas a nadie, ¿Puedes guardar mi secretó? – Pregunto la chica en tono de súplica.

- Sip. – Respondió el chico inmediatamente.

- ¿En verdad? – El chico volvió a asentir. – Muchas gracias. – El chico le indicó que lo siguiera y Twilight con algunas dudas opto por seguirlo. – ¿Vives por aquí?

- Nop. – Respondió el rubio. Las cortas respuestas del chico le causaban conflicto a Twilight, pues por un lado le preocupada no saber a donde la llevaba y por el otro le alegraba no tener que hacer platica. Finalmente el rubio se detuvo, escribió algo en un papel y se lo dio a la peliazul, la cual se percató de que estaban frente a una parada de autobús. La chica se giró para agradecerle a su salvador, pero este ya se había ido. En el papel encontró instrucciones simples sobre que camión tomar y donde bajarse para llegar al parque que estaba cerca de su casa, logrando estar en casa justo a tiempo para la cena.

Para no preocupar a sus padres decidió decirles que se quedó hasta tarde por un proyecto escolar, así que sus padres no preguntaron nada más, pues conocían bien el hábito de su hija por enfrascarse en sus proyectos sin medir tiempo o esfuerzo, aunque le pidieron que avisara por mensaje cuando eso ocurriera. Al volver a su habitación Twilight se sentó un momento en su cama mientras pensaba en todo lo ocurrido durante el día.

-Vaya día ¿No crees Twilight? – Comentó Spike Saliendo de la mochila de la chica.

- Ya lo creo Spike. De verdad espero que ese chico mantenga su promesa. – Soltó más para sí misma.

- Bueno, no parece hablar mucho, así que seguramente lo hará, además, nos ayudó. – Respondió Spike mientras iba a su cama para acomodarse a dormir. La peliazul sonrió, se puso su pijama, apagó la luz y durmió.