Quiero aclar
Hola a todos! Mi nombre es Paulina, pero antes quiero aclarar algo, y eso es que la historia no es mía, sino de la escritora xD MoonDragonLove
Esto tan sólo es la TRADUCCION, a mi me gusto mucho esta historia y quise traducirla para que ustedes la leyeran. Espero que les guste tanto como a mi.
Y como saben los personajes no pertenecen a mi u.u, sino a Bisco Hatori xD
~Capitulo 1~
"SE DIO LA VUELTA"
Esta es la primera vez que me emociono de ver al hombre con el que he soñado toda mi vida. No, no estoy hablando de mi "alma gemela" o el amor de mi vida, sino de mi padre. Durante toda mi vida tan solo ha sido un sueño, y una pesadilla para mi madre. Ella odiaba cuando le preguntaba sobre él, no sabía ni el nombre de mi padre. No fue hasta hace sólo una semana que escuché por primera vez su nombre siendo pronunciado de mi madre: Yuzuru Suou. No tenía ni idea de quién era ese hombre, sólo que él fue/es mi padre. Mi madre siempre me dijo que tenía su encanto.
Nada de lo que decía de él era agradable, hasta que una vez le pregunté por qué lo odiaba tanto.
Lo cual me dijo que él le rompió el corazón, ya que a pesar de que su matrimonio fue arreglado por sus padres, mi madre siempre lo amó. Luego, cuando él se fue en un viaje a Francia, tuvo un romance con una mujer que vivía allá. Lo cual dejó a mi madre devastada.
Sin embargo, a principio de la semana pasada ella falleció. Mi madre, mi mejor amiga, se ha ido para siempre. Ella se enfermó hace algunos años atrás, hasta que un día empeoró y tuvo que internarse en el hospital. Todos los días sin falta la visitaba después de la escuela, diciéndome que se sentía mejor, nunca me di cuenta de que era sólo una mentira.
Nuestra última conversación siempre la tengo presente en mi memoria, repitiéndose una y otra vez en mi mente como si no tuviera fin.
-Emiku, quiero que conozcas a tu padre- me dijo en cuanto me senté en mi silla que siempre colocaba al lado de la cabecera de su cama. Me agarró la mano y trató de apretarla, con el tiempo se había puesto muy débil.
Mire los ojos verdes de mi madre, los cuales te hacían sentir mejor de tan sólo mirarlos.
-¿Por qué quieres que haga eso mamá?
Ella me dio una débil sonrisa y una risa seca que se convirtió en una tos. Se inclinó hacia adelante y le froté la espalda, cuando la tos se detuvo, volvió a recargarse contra la pila de almohadas en su cama.
-Te he resguardado de él por razones egoístas.
Le tome la mano y le sonreí.
-Tú para nada has sido egoísta mamá.
Ella se echó a reír d nuevo, esta vez sin la tos.
-Claro que lo soy cariño. Yo no quiero perderte y mereces ir a su encuentro.
No había manera de decirle "no". Nunca he sido capaz de hacerlo.
-Ni siquiera sé dónde encontrarlo.
Ella sonrió y señaló a un pedazo de papel que se encontraba sobre la mesita de noche, escrito en el papel había una dirección y sencillas instrucciones. Miré de nuevo a mi mamá y por un momento vi aquella luz en sus ojos que tanto te hace sentir bien.
-Te amo Emi, siempre he estado tan orgullosa de ti...- dijo mientras sus ojos se iban cerrando poco a poco y el apretón de su mano se hacía cada vez más débil. Sentí mis ojos llenarse de lágrimas y seguido llamé a la enfermera para que ayudara a mi mamá. Más tarde me di cuenta esa noche que mi mamá finalmente se sentía mejor.
En mi mano sostenía el trozo de papel que contenía la dirección de mi padre. No tenía idea de cómo era este hombre en realidad, ¿era bueno? ¿A qué se dedica? ¿Qué tipo de hombre es? Baje la vista al trozo de papel para verificar la dirección.
-Dar vuelta a la izquierda en el siguiente semáforo- leí en voz alta para mí misma.
Mire hacia enfrente, estaba a una cuadra del dichoso semáforo. Mientras caminaba envolví uno de mis rizos color negro alrededor de mi dedo índice y me sorprendí mordiéndome el labio inferior, hábito que he adquirido con los años gracias a los nervios. Dejé caer mi mano al lado y me regañe mentalmente por estar tan nerviosa.
Llegué al semáforo y miré hacia la izquierda, luego volví a mirar la dirección en el papel. Esto es lo que estado haciendo durante todo el camino hasta el momento: mirar el trozo de papel con la dirección, seguir las indicaciones, volver al papel y seguir. Observe lo que me rodeaba y al parecer estaba en una zona residencial. Las casas a mi alrededor eran enormes, mucho más grande que la de mi mamá y yo vivíamos.
-Debí haberme equivocado de dirección- me dije.
No podía ser posible que me perdiera, tomé el camino correcto, según yo claro.
Oí que un auto se aproximaba, al voltear vi que no se trataba de un simple auto, sino de un gran
y lujosa limusina. No sabía que la gente realmente pudiera tener una de esas cosas.
-Si definitivamente he tomado el camino equivocado.
Estaba a punto de darme la vuelta, cuando vi la dirección que mamá había escrito. Sentí mi boca abrirse más de la cuenta, mientras miraba la gigantesca mansión que tenía delante. Baje mi vista hacia la ropa que tenía puesta: traía mi blusa favorita de tirantes color roja, encima tenía puesta una chaqueta blanca, una falda negra y un par de botines negros igual. Esta mañana creí que me había vestido bonito, pero al ver donde vivía mi padre, sólo me hizo sentir mal y algo avergonzada. Una vez que me relaje oí que alguien se acercaba. Miré hacia donde se oían los pasos y vi a una mujer mayor.
-¿Puedo ayudarte en algo?- preguntó ella sonando algo impaciente conmigo, como si lleváramos hablando un buen rato y tan sólo fuera yo una gran molestia.
Le sonreí y me incline un poco a forma de saludo obviamente.
-Lo siento, sé que vengo sin avisar, pero estoy en busca de Yuzuru Suou. Debí haberme equivocado de lugar ya que...- me callé en cuanto me di cuenta de cómo me estaba mirando. Me dio una mirada que se le podría dar a un perro que acaba de estar buscando el la basura.
Se apartó de mí.
-Sígueme- fue lo único que dijo antes de empezar a avanzar hacia la gran mansión.
Yo comencé a seguirla, pero pensé que si ella era una loca mujer homicida probablemente no tendría problema ya que es un poco anciana...
Dejé de pensar en eso, ya que me puse más nerviosa al saber que dentro de pocos minutos conoceré al fin a mi padre.
