Que onda como están espero que les guste mi fan fic y si no pues que lastima que los disfruten esta basado en un libro de Paulo Coelho espero que lo disfruten y gracias por tomarse la molestia de leerlo nn Adiosin.
Los personajes de SCC no son míos, son de CLAMP!!!
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A ORILLAS DEL RIÓ PIEDRA ME SENTÉ Y LLORE
Introducción: A orillas del rió piedra
Me senté y llore (escribía una hermosa chica de cabellos castaño claro y ojos verdes como esmeraldas preciosas y de mas o menos unos 20 años de edad sentada a orillas de un rió). Cuenta una leyenda que todo lo que cae en aguas de este rió – las hojas, los insectos, las plumas de las aves – se transforma en las piedras de su lecho. Ah, si pudiera arrancarme el corazón del pecho y tirarlo a la corriente; así no habría mas dolor, ni nostalgia, ni recuerdos.
A orillas del rió Piedra me senté y llore. El frió del invierno me hacia sentir las lagrimas en el rostro, que se mezclaban con las aguas heladas que pasaban por delante de mi. En algún lugar ese rió se junta con otro, después con otro, hasta que – lejos de mis ojos y de mi corazón – todas esas aguas se confunden con el mar.
Que mis lagrimas corran así bien lejos, para que mi amor nunca sepa que un día llore por el. Que mis lagrimas corran bien lejos, así olvidare el rió Piedra, el monasterio, la iglesia en los Pirineos, la bruma, los caminos que recorrimos juntos.
Olvidare los caminos, las montañas y los campos de mis sueños, sueños que eran míos y que yo no conocía.
Me acuerdo de mi instante mágico, de aquel momento en el que un si o un no puede cambiar toda nuestra existencia. Parece que sucedió hace tanto tiempo y, sin embargo, hace apenas una semana que reencontré a mi amado y lo perdí.
A orillas del rió Piedra escribí esta historia. Las manos se me helaban, las piernas se me entumecían a causa del frió y de la postura, y tenia que descansar continuamente.
"Procura vivir. Deja los recuerdos para los viejos" – decía el.
Quizá el amor nos hace envejecer antes de tiempo, y nos vuelve jóvenes cuando pasa la juventud. Pero ¿como no recordar aquellos momentos? Por eso escribía, para transformar la tristeza en nostalgia, la soledad en recuerdos. Para que, cuando acabara de contarme a mi misma esta historia, pudiese jugar en el Piedra; eso me había dicho la mujer que me acogió. Así – recordando las palabras de una santa – las aguas apagarían lo que el fuego escribió.
Todas las historias de amor son iguales.
Habíamos pasado la infancia y la adolescencia juntos. El se fue, como todos los muchachos de las ciudades pequeñas. Dijo que quería conocer el mundo, que sus sueños iban más allá de Japón.
Estuve algunos años sin noticias. De vez en cuando recibía una carta, pero eso era todo, porque el nunca volvió a los bosques y a las calles de nuestra infancia.
Cuando termine mis estudios me mude a Hong Kong y descubrí que el tenia razón. Japón era una ciudad pequeña y su único poeta famoso había dicho que se hace camino al andar. Entre a la facultad y encontré novio. Comencé a estudiar para unas oposiciones que no se celebran nunca. Trabaje como dependienta, me pague los estudios, me suspendieron en las oposiciones, rompí con mi novio.
Sus cartas, mientras tanto, empezaron a llegar con más frecuencia, y al ver los sellos de diversos países sentía envidia. El era mi más viejo amigo, que lo sabia todo, recorría el mundo, se dejaba crecer las alas mientras yo trataba de echar raíces.
De un día para otro, sus cartas empezaron a hablar de Dios, y venían siempre de un mismo lugar de Francia. En una de ellas, manifestaba su deseo de entrar en un seminario y dedicar su vida a la oración. Yo le conteste, pidiéndole que esperase un poco, que viviese un poco mas su libertad antes de comprometerse con algo mas serio.
Al releer mi carta, decidí romperla: ¿Quién era yo para hablar de libertad o compromiso? El sabia de esas cosas, y yo no.
Un día supe que estaba dando conferencias. Me sorprendió, porque era demasiado joven para ponerse a enseñar nada. Pero hace dos semanas me mando una carta diciendo que iría a hablar ante un pequeño grupo en Madrid, y que deseaba contar con mi presencia.
Viaje durante cuatro horas, de Hong Kong a Madrid, porque quería volver a verlo. Quería escucharlo. Quería sentarme con el en un bar y recordar los tiempos en que jugábamos juntos y creiamos que el mundo era tan grande que no se podía recorrer.
Quieren saber que pasa pues no se pierdan el próximo capitulo adiosin.
