LAS DOS CARAS DE LA LUNA
Era una fría noche de invierno en Lunnaris, un reino habitado por los seres más delicados y bellos de la tierra, y en donde su reina estaba a punto de dar a luz en forma de bebé, a "La luz de la Esperanza", un acuerdo entre su reino, Lunnaris y el reino Helios, dos grandes soberanías sometidas por separado a una guerra contra el reino de la malvada Beryl, que comprometería a la hija de Selene con el príncipe heredero del reino Helios, y así crear una alianza para en un futuro unir ambos reinos. Aunque... una maldición de milenios de antigüedad seguía corriendo por la sangre de los Lunnaris, y es que el primer nacimiento de la reina, éste tenía mellizas, una de las cuales era la reencarnación del bien y la otra del mal y durante décadas, ésta última era asesinada al nacer.
-Luna... –una joven doncella de largos cabellos negros se acercó a la cama donde se encontraba su reina - ...ya sabes lo que tienes que hacer...
-Pero... ya sabe lo que pasó con su hermana...
-Beryl no tuvo a nadie como tú que la educase Luna –la reina le sonrió.
-Si Señora –la doncella temblaba al hablar- Cuidaré de la pequeña, pero... ¿Cómo sabremos cual de las dos es? –preguntó mirando la cuna donde descansaban las recién nacidas.
-Luna –la reina aseveró su mirada –la sangre que brote más oscura delata la maldad del corazón de la princesa.
La joven doncella procedió, y con una fina aguja pinchó en el pie a cada bebé y vio con claridad la diferencia de tonalidad de la sangre de las niñas; ninguna tenía la sangre oscura, pero si una tenia la sangre más espesa, y la tomó en brazos acercándola a la cama donde reposaba la reina.
-Mi pequeña –dijo mientras brotaban lágrimas de dolor en sus ojos –Luna cuidará de ti y te educará sabiamente, de ti dependerá que tu sangre no llegue a corromper tu corazón...
-Señora, debo irme –murmuró la doncella – ¿-Le pondrá nombre a la pequeña?
La reina meditó varios segundos mientras su vista se paseaba de un bebé a otro, hasta que se posó en la joven.
-Serena –dijo suavemente –adiós mi pequeña Serena...
Así, Luna se marchó arropada por la penumbra de la noche con la pequeña Serena en brazos, mientras, en palacio el Rey y los consejeros más allegados, conocían a Stella, la princesa que se convertiría en La Luz de la Esperanza.
NOTAS
Se que fue corto, pero acaba de llegarme la inspiración y quise dejaros este "regalito" por San Valentín a todos los "enamorados" de Sailor Moon.
Me gustaría que esta historia os llegue al corazón, tanto a los amantes de Darien, como a los de Seiya, aunque no voy a desvelaros mucho más de momento.
Por favor dejen sus r/r. Gracias
Lots of love
