Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, le pertenecen a Masami Kurumada.
Este fic esta dedicado para conmemorar y celebrar el cumpleaños de mi Caballero favorito, Shun de Andrómeda. ¡FELICIDADES SHUN! :D
CAPITULO 1: UNA MAÑANA DE SEPTIEMBRE.
La fresca brisa se colaba por la ventana, agitando las cortinas. El cielo se pintaba de los primeros rayos del sol, dándole paso a un amanecer increíble. El paisaje parecía sonreír, celebrando un acontecimiento en silencio.
Shun dormía profundamente en su habitación. Un delgado rayo de luz ilumino su rostro, despertándolo. Abrió lentamente sus ojos, aun con sueño. Una hermosa sonrisa se dibujo en sus labios: Era 9 de septiembre.
Se incorporo con lentitud de su cama, frotando sus adormilados ojos. Se encontró con el espejo, que lo reflejaba.
—Feliz cumpleaños, Shun—le dijo a su propio reflejo, aun más sonriente.
Entre los caballeros de Athena no siempre había festejos. Pero cuando se trataba de sus cumpleaños, todos los celebraban con gran alegría.
Se levanto muy feliz, cantando la cancioncita esa de "Feliz cumpleaños a ti". Tomo su toalla y se dispuso a darse un baño. Quería ver pronto a sus amigos, no porque esperara regalos ni una fiesta ostentosa, sino para sonreír a su lado, y ser feliz aunque fuera solo por un instante.
Termino su ya acostumbrado baño por la mañana, se vistió y peino, aun cantando. Estaba feliz de la vida, dispuesto a salir de su habitación, cuando un objeto no identificado se estrello contra la ventana, haciendo pedazos el cristal y de paso, golpeándolo en la cabeza…
— ¡Auch! —dijo al momento en el que caía al suelo, por el tremendo golpe que recibió.
"¡Un enemigo!" fue su primer pensamiento. Se levanto como un loco y asumió una postura de batalla.
— ¡¿Qué es lo que quieres?!—grito, elevando su cosmos al octavo sentido, pero no recibió respuesta. Giro y a sus espaldas se encontró con el objeto más maligno que exista en este mundo, el objeto vil y despreciable que entro volando por la ventana. ¡Oh por Dios! Era un… era un…un… ¿regalo?
La expresión de Shun cambio por completo. "un regalo", pensó muy emocionado, y su sonrisa se volvió más grande. Se inclino para tomarlo pero pensó: "Espera… ¿Quién rayos entrega un regalo aventándolo por la ventana?". Miro el lindo regalo con desconfianza, pero no podía resistir las ganas de abrirlo.
El regalo envuelto en un lindo papel verde y con un moño blanco parecía que tenía un poder de telepatía que le decía "Ábreme ahora Shun, se que no lo puedes resistir". No pudo resistir más y lo tomo.
Pegada a la caja, había una flor y una nota que decía:
"¡Muchas felicidades Shun! Espero que la estés pasando muy bien.
Una disculpa por no entregarte este pequeño regalo personalmente, lo que pasa es que mis actividades no me lo permiten, además; aunque volara en el dragón mas rápido del mundo, no hubiera llegado a tiempo… ¡Pero no creas que olvide tu cumpleaños por eso! Te mando un abrazo gigante y muchas, muchas felicidades. Espero te guste este pequeño detalle, lo escogí para ti con mucho cariño
Atentamente, Ivi de Zafírus.
PD. Si de pura casualidad que espero que no, este regalo entro volando por la ventana, te pido una disculpa. Lo que pasa es que el pequeño dragón mensajero que envié recién comienza su entrenamiento, y tiene la manía de arrojar los paquetes por la ventana. Perdón :( "
"Si, ya lo note" pensó Shun mirando los pedazos de cristal a su alrededor. Por el ventanal roto, miro a un pequeño dragoncito que volaba a toda prisa de regreso a su hogar, con una cara de satisfacción de "Mi trabajo aquí, esta hecho". Regreso la mirada al regalo que tenia enfrente y se sintió tan feliz de tener amigas como Ivi.
—Muchas gracias Ivi— dijo mirando hacia el cielo.
Shun no recibía regalos frecuentemente, así que estaba muy,muy emocionado. Estaba dispuesto a abrir el regalito, cuando pensó que seria mejor esperar, así podría mostrárselo a sus amigos, aunque sentía que seria una espera eterna.
Después del pequeño incidente, salió de su habitación, corrió por el pasillo que conducía hacia el comedor y se detuvo en la puerta.
— ¡Buenos días!—saludo a todos los presentes con su mejor sonrisa, pero nadie pareció notar que estaba allí.
— ¡Buenos días!— volvió a decir, un poco desilusionado, pero nadie le contesto.
Todos estaban sentados en el comedor, desayunando como si nada. Seiya comía unos hot cakes con mucha mermelada de fresa, Hyoga un sándwich, Shiryu bebía una taza de café y Saori un té.
Shun miro atónito a todos los presentes. Después de unos minutos de estar ahí parado, Saori alzo un poco la mirada y le dijo seriamente:
—Hola, ya esta listo el desayuno.
Shun se sentó en la única silla que quedaba libre, un poco triste. Saori, que se dio cuenta del cambio de ánimo de su amigo, pero no se atrevió a preguntarle que le pasaba.
Shun no podía creer lo que pasaba. No era posible que todos sus amigos olvidaran su cumpleaños. Su alegría desapareció de repente. Busco con la mirada a su hermano, pero no estaba por ningún lado. Se sorprendió mucho, Ikki no acostumbraba levantarse tarde… bueno, no tan tarde.
Todos los presentes de inmediato notaron el cambio de actitud de Shun, pero como buenos cómplices no dijeron nada, tenían un plan maquiavélico que no podían arruinar…
Repentinamente, Saori comenzó a hacerle algunos gestos medios raros a Seiya, quien por mas que intentaba no lograba entenderle. Saori se harto y le lanzo una patada por debajo de la mesa, el pobre Seiya trato de ocultar el terrible dolor que sentía.
—Seiya ya es hora—le dijo Saori por medio del cosmos
— Hora de… ¿que?—le pregunto Seiya por el mismo medio.
— ¡De que cumplas la misión que te encomendé ayer! —la diosa comenzaba a fastidiarse.
— ¿Cuál misión?— Saori le dedico una mirada asesina— ¡Ah si!, esa misión… ¡Oye!, no era necesario tanta maldad :(.
Entonces Seiya se puso de pie y se acerco con una sonrisa media siniestra al pobre Shun, que estaba comiendo un sándwich muy desanimado, con la mirada al suelo y gesto triste.
—Shun…—le dijo Seiya sin borrar la sonrisa de su rostro.
— ¿Qué pasa Seiya? ¿En que te puedo ayudar? — le contesto Shun con una carita de tristeza que no podía ocultar.
—Necesito que me acompañes, amigo—le dijo Seiya al mismo tiempo que lo jalaba hacia la puerta de la mansión.
— ¡Espera Seiya!... ¡No me he acabado mi almuerzo!
—Es que es muy importante, es una misión de vida o muerte y es vital que tu me acompañes—le dijo Seiya sin soltarlo.
— ¿Que?...yo… ¿porque?—le dijo Shun con gesto preocupado, sinceramente la actitud de Seiya le daba miedo.
—Shun…—Seiya se detuvo a mitad de la sala y lo miro con seriedad— ¿No quieres ayudarme?
—Si pero…
—Entonces acompáñame—le dijo Seiya sacándolo a empujones de la mansión antes de que comenzara a hacer mas preguntas.
Todos los demás se miraron simultáneamente con una expresión de complicidad.
— ¡Bien! Ahora que Shun no esta, podemos poner en marcha nuestro plan—dijo Saori con una cara de psicópata. Todos los demás asintieron. — ¿Todos recuerdan lo que tienen que hacer? —todos se negaron.
Saori se dio una palmada en la frente. Había pasado casi toda la tarde de ayer explicándole a cada uno lo que tenía que hacer para llevar a cabo su plan secreto.
—Haber, repasemos—dijo Saori— Hyoga, tu misión es ir a la pastelería "Algodón de Azúcar" a las 2:30 p.m. a recoger un pasten de chocolate. Shiryu, tu misión es repartir todas las invitaciones que te entregue ayer, asegúrate de que sea antes de las 3:00 p.m.
Su plan tan misterioso y maquiavélico no era más que hacerle una fiesta sorpresa a Shun. Por eso habían prometido permanecer indiferentes para no arruinar la sorpresa que todos habían preparado, por nada del mundo dejarían que esta fecha tan especial pasara desapercibida.
— ¿Y que harás tu, Saori? —pregunto Hyoga, desconfiado de que Saori haría algo y no les dejaría a ellos todo el trabajo.
—Yo me encargare de la limpieza de la mansión, ya que di vacaciones a todo el personal. —dijo Saori, orgullosa de su misión.
Shiryu y Hyoga trataron de no reírse para no hacer sentir mal a su amiga, pero no podían negar que imaginar a Saori haciendo quehaceres domésticos no era gracioso, era lo que le sigue. Al notar las pequeñas risitas de sus caballeros, Saori los miro indignada.
— ¿Creen que no puedo encargare de la limpieza?
—No es eso Saori—dijo Hyoga ocultando una carcajada—lo que pasa es que imaginarte a ti, ¿limpiando?
—Pues aunque no lo crean lo hare, todo sea por alegrarle el día a Shun. —dijo Saori, cruzando los brazos y con una cara indignada.
—Es cierto, será mejor que nos apresuremos a hacer lo que nos toca Hyoga. —dijo Shiryu tan responsable como siempre.
Los tres amigos asintieron y se marcharon a cumplir cada uno su tarea. Saori esperaba que todo saliera como lo planeado, pero ¿Así sería?
Continuara…
Notas de la autora: ¡hola! Ya estoy de vuelta con otro nuevo fic, espero les guste, y por lo menos les saque una sonrisa este "intento" de humor.
Muchas gracias a las personas que se toman el tiempo en leer mis ocurrencias y un agradecimiento para los que se molestan en dejar reviews, de verdad, me inspiran a continuar escribiendo.
Con respecto a quien es Ivi de Zafírus, en mi otro fic (Cuando Tu Me Necesites) explico quien es ella, si alguien esta interesado en conocerla, lo invito a leerlo (y estaré agradecida por ello). Tampoco olviden que en el mundo de Ivi existen dragones, por eso es que ella esta tan familiarizada con ellos.
Y se que se preguntaran, ¿Dónde esta Ikki? Pues lo sabrán es los próximos capítulos ja ja ja ja (soy mala, lo se). Saludos :)
