Hola!
Mucho gusto a todos. Gracias por querer leer mi historia. Este es mi primer Mina-Kushi.
Disclaimer: obviamente Naruto es de Masashi Kishimoto y no me pertenece, de ser así estos 2 seguirían vivos, por supuesto.
Su cara era completamente redonda... ¿Y?
Su pelo era del color más peculiar del mundo mundial... Al menos para él. Rojo brillante.
Con sólo combinar esas dos características bien podrías pensar que habla de un tomate… Que nunca le atrape pensando eso.
No era la fémina más delicada de la aldea… ¿Oh, a quién intentaba engañar? De todo el mundo ninja, a sólo 2 días de su llegada a la academia su agresividad ya era casi legendaria.
No respetaba a los adultos, empezando por Hokage-sama… Vale, más bien no respetaba a nadie y punto.
Le era casi imposible hablar sin terminar sus frases con esa extraña muletilla… Ttebane, ttebane.
Y si todavía quedaba una persona en los alrededores que no se hubiera visto involucrada en sus bromas él mismo le llevaría una medalla al mérito… Ciertamente es un mérito escapar de esa mente traviesa.
Pero todo eso no importaba en lo más mímino. O quizás al revés, todo eso llegaba a ser fundamental para él, todo eso era lo que ella era, sólo que a él le gustaba interpretarlo de una manera más positiva: para él su cara era preciosa, con la forma indicada para la chica, adornada por esos 2 hermosos ojos violetas. Y si no fuera por el peculiar (porque para él peculiar no era una ofensa, era la palabra perfecta para definir a única mujer perfecta ante sus ojos) cabello fuego que enmarcaba su rostro, el violeta seguramente sería su color favorito.
Pero el rojo había ganado. Su larga cabellera roja lo había hipnotizado, o más bien, hechizado.
Tenía que estarlo para no haber podido sacarse a aquella chica de su mente desde el primer día que la había visto llegar a la academia. Su falta de feminidad no le importaba, al contrario, la hacía más especial para él. Única. Y qué si no decía –kun,-san o –sama, al diablo los honoríficos, que hablara como quisiera, ella podía hacer eso y más si con eso se sentía cómoda. Eso y más…
Las travesuras, bueno, eran parte de su explosiva personalidad, la cual rivalizaba arduamente contra sus hebras rojizas por el puesto número 1 de qué era lo que más amaba (¿amaba?) él de ella… Él de ella… Mmm… Ella de él… Sería bonito si fuera así (lo pensaba a menudo).
Pero no, por supuesto que no lo era. A pesar de todas sus "encantadoras" cualidades lo más triste/preocupante/traumatizante del asunto era que para ella él no existía, sólo una vez su hermosa mirada violeta se posó sobre él y pese a las mil y un posibilidades que había imaginado en innumerables y fantasiosas ocasiones lo que le había dicho no lo habría visto venir jamás:
–¿Qué miras afeminado? – prácticamente le escupió las palabras con sorna mientras su hermosa cara redonda se enmarcaba con sus cejas fruncidas y los dientes apretados, era su expresión número 6 (sí, él las conocía todas, bueno casi todas, aún no la había visto sonreír con dulzura, pero lo esperaba con ansias) la de enojo mortal (por supuesto había otras 3 previas a esta con niveles más ligeros de enojo).
–… –Ni siquiera supo que responder, simplemente puso la cara de sorpresa que era la única que hallaba disponible en esta situación. Afeminado… Afeminado… ¿¡AFEMINADO!?
¿Era enserio? ¿La primer chica que le gustaba en la vida y lo llamaba así? Bendita suerte Namikaze.
Afeminado. Ella no lo supo nunca pero esa palabra lo siguió de por vida…
Tras el pequeño y unilateral intercambio de palabras (él nunca encontró qué responder y de igual manera ella no esperó una respuesta, simplemente vio que había conseguido pasmar a su víctima y siguió arremetiendo contra el resto de los chicos de la clase que se burlaban de ella), él no pudo encontrar forma de despegar sus zapatos del suelo y modificar su estática posición.
Afeminado…
Inclusive hubo un momento en el que uno de los chicos voló por su costado derecho rozando su brazo.
Afeminado…
–Eh Minato, muévete o el Tomate tira a tí también – La voz seria de Fugaku acompañada de un jalón en su sudadera fue lo necesario para volverlo a la realidad.
–Ella no es un Tomate, y yo no soy un Afeminado –Su tono de voz había aumentado sutilmente poco a poco.
–¿Hmp? ¿Afeminado? ¿Te sientes mal? ¿Es acaso enojo eso qué detecto en tú voz Minato? –La ceja levantada del chico no combinaba para nada con su cara de preocupación, de hecho nada que no fuera seriedad y aburrimiento nunca combinaría con la cara de un Uchiha.
–Se lo voy a demostrar –volteó a ver a su amigo a la cara, el chico en cuestión por supuesto no entendía nada – Tarde o temprano –ahora era a ella a quien buscaba con la mirada.
Y por supuesto la encontró, sus ojos siempre la hallaban, era como si estuvieran diseñados para verla, sólo a ella. La chica ya estaba encima del único gamberro consciente en el aula, el pobre boca abajo, ella sujetando su brazo en una incómoda posición y aporreando su cabeza sin cesar mientras pronunciaba una y otra vez – ¿A quién llamas Tomate ahora eh? Ha ha ha… -La risa que muchos de sus compañeros podrían llamar malévola para él resultaba refrescante.
-Tarde o temprano, Kushina…
Muchas gracias si llegaste hasta aquí.
Hace tanto que quería escribir algo sobre esta pareja, y aunque se supone que es un one-shot, mi primer one-shot, siento que se resiste a serlo... No se, me gustan las historias largas y hacer una corta y "concisa" me costó trabajo.
Si ha sido de su agrado no duden en dejarme un comentario. ¡He visto que son gratis! :) E igual si no les gustó o sienten que podría mejorar en algo no duden en decirmelo, lo apreciaré bastante.
Saludos...
