Daiyaverse


Esta es una historia Omegaverse de multiparejas.

Suplico leer las advertencias antes de comenzar a leer la historia.

Cosas que encontraran:

*M-preg - Si te altera y disgusta el embarazo en hombres, entonces esta historia no será de tu agrado.

*Auto-lubricación en hombres. Específicamente en omegas y en betas.

*Sexo explícito. [18+]

*Nudos.

*Pueda que los personajes sean un poco ooc, para adaptarlos mejor a la historia. Esto lo digo en este momento porque será la primera vez que escriba un Omegaverse, sin embargo trataré de no salirme de sus personajes. Esta advertencia va en caso de que me vea obligada a cambiar algo para que encaje.

*Recuerden, es una historia AU( alternative universe)- omegaverse. Repito: no lean si les desagrada el m-preg.

*Final feliz. Sí, si deseas un final feliz este es tu lugar. No habrá muertes ni mutilaciones. ¿No es lo tuyo? Pues hay más fan fictions que leer en el sitio.

Parejas:

Pareja principal: [Miyuki x Sawamura]

Resto de parejas: [Kuramochi x Ryosuke] [Furuya x Haruichi] [Itsuko x Mei][Carlos x Shirakawa][Tetsuya x Jun][Sanada x Raichi] [Okumura x Seto] [Kanemaru x Tojo]

Estas son las parejas por el momento, no sé si añada otra más adelante, así que sólo me enfocaré en ellas de momento. Y no, no me gusta el Chris x Tanba. He tratado que me guste esta pareja, y aún sigue sin gustarme. No la pidan por favor, al menos no hasta que yo dé luz verde(?).

Iré desenvolviendo la historia de cada uno, no quiere decir que no vaya haber interacción entre personajes, sólo que cada una tendrá su momento.

Cualquier duda, pregunten.

Ahora, adelante.


En un modesto apartamento en el centro de Kyoto, un niño de once años jugaba en el pasillo del segundo piso del edificio.

Lamentablemente era el único niño del edificio, por lo que jugaba a solas con su pelota de béisbol. Lo hacía a pesar de las constantes quejas de los vecinos, pues solía quebrar las ventanas en un promedio de cinco a ocho veces al mes.

Siempre metía en problemas a sus padres porque siempre tenían que comprar nuevas ventanas para reponerlas. Sin embargo, no solían reprenderlo tan furiosamente puesto que, sentían remordimiento por no poder jugar con él gracias a sus trabajos.

Y obviamente ese día no era la excepción, Sawamura Eijun, el niño problemático; lanzó la pelota a través de la ventana. Por fortuna esta vez estaba abierta, el joven se inclinó para ver donde había caído el esférico, cuando vio que un niño de edad similar acariciaba su cabeza por un repentino golpe del cielo.

Sawamura se sorprendió al verlo, sus pequeños orbes destellaron de la emoción al verlo, aunque sabía que también estaba en problemas.

Se apresuró a bajar las escaleras del edificio, tratando de no caer gracias a sus cortas piernas.

Al estar afuera del lugar, trató de recuperar el aliento. No obstante, el otro niño ya no estaba y tampoco su pelota. Era la única que tenía. La buscó y la buscó, pero fue inútil al final. No había señal de ella. Sus ojitos se empaparon de tristeza. Apunto estaba por derramar la primera lágrima, cuando él ya estaba en el suelo, lloriqueando del dolor que le punzaba en la parte trasera de la cabeza. Vio que su pelota estaba rodando el suelo, alguien se la había lanzado.

"Jajajaja, apuesto a que fuiste tú quien me la habías lanzado. Dolió, ¿sabías?" Dijo el niño desconocido, quien estaba por la entrada del edificio.

Sawamura frunció el cejo, aún lagrimeando del dolor. Cogió la pelota y se puso de pie, aspiró la candela de moco que le colgaba de la nariz. "¡Y-yo no fui! ¡B-bien, quizás si fui, pero no fue a propósito!" Gritó llorando. Apretaba los ojos con fuerzas, pero luego los abrió y vio al niño de lentes. Éste sonreía ampliamente, obviamente disfrutaba ver su dolor.

"¿Acaso eres un omega para llorar así? Deberías de ver tus mocos saliendo, jijijiji."

"¡Calla! ¡Yo seré un alfa!"

"Jajajaja, entonces deja de llorar."

Sawamura cerró su boca, pero aún sollozaba. Mientras que el otro niño le miraba con sospecha.

"Ya, ya, puedes llorar. Sólo bromeaba." Dijo al empezar andar en dirección a Eijun. Puso ambas manos sobre los hombros del otro sin dejar de sonreír. Sawamura talló sus ojos, las lágrimas aún salían de las fuentes de sus ojos.

"¿Y quién eres?" Preguntó Eijun entre sollozos.

"Miyuki Kazuya, seré tu nuevo vecino. Nos trasladamos temprano el día de hoy."

Los sollozos y lágrimas de Sawamura cesaron al escuchar tal grata noticia. Finalmente habría otro niño con qué jugar y ya no se sentiría tan solo. "¿E-en serio? ¿Y serás mi amigo?"

Miyuki sonrió de lado, dándole la espalda. "Hmmm no lo sé, no sé si me gustaría tener un amigo llorón."

"¡¿Ah?! ¡N-no soy llorón! No estaba llorando, es solo que hoy tomé mucha agua y tomé tanta que empecé a sacarla por los ojos gracias a la caída." Se excusó Eijun con un notable puchero.

Los hombros de Miyuki temblaban por la risa contenida, esa excusa era la más tonta que había escuchado, pero había ternura en ella.

"Hmmm, entonces lo pensaré." Encogió los hombros sin encararlo. Miyuki se fue corriendo al interior del edificio, dejando a Sawamura con la duda.

Sawamura tenía tantas preguntas sobre el nuevo vecino, realmente quiso detenerlo, pero no quería obligarlo.

Otro día más para jugar a solas. Tenía muchas expectativas e ilusión por Miyuki. Inclusive le gustó el nombre y su actitud a pesar de la crueldad de haberle golpeado con la pelota.

El sol del verano se escondió otra vez y Sawamura se apresuró en ir al apartamento, sus padres estarían a punto de llegar. Tenía mucho de qué contarles, y ese mucho era su nuevo amigo. Bueno, él ya daba por sentado que sería su amigo.

Esperó a la cena para contarles. Y cuando ésta llegó, Eijun sonreía de oreja a oreja, algo que le pareció sumamente extraño a sus padres. Comúnmente lo encontraban sin expresión, ambos instintivamente supusieron que pasó algo bueno para que su pequeño retoño estuviera así.

"Hm, ¿nos dirás qué pasó hoy? Estas muy sonriente." Hizo notar la madre. Eijun asintió emocionado, moviendo sus cortas piernas de atrás hacia adelante.

"Hoy hice un nuevo amigo. Hoy llegaron unos nuevos vecinos al apartamento del tercer piso. Su nombre es Miyuki Kazuya, usa lentes y corre muy rápido."Explicó haciendo ademanes.

Los padres de Sawamura sonrieron por la grata sonrisa. "Oh, entonces después de la cena iremos a conocerlos y a darles la bienvenida. Así que termina tu plato de comida y luego ve a cambiarte. Estás sucio." Señaló su madre con un palillo.

Sawamura sintió una emoción que simplemente no cabía en el comedor. Lo vería otra vez, por lo que tendría que presentarle su juguete favorito. No dudó en asentir e inclusive devoró por completo toda su comida. La madre quedó fascinada porque nunca había pasado ni con el pastel de su cumpleaños.

Mientras Eijun se alistaba de prisa, los padres se quedaron en la cocina preparando una pequeña canasta con frutas y decidiendo cual botella de sake les llevarían, y mientras lo hacían empezaron a charlar.

Eijun había terminado tan rápido de cambiarse, que ya estaba a punto de unirsele a sus padres, pero se quedó tras la puerta al escuchar algo curioso.

"... Es seguro que Sawamura será un omega. Muy pronto tendrá doce años y he notado que no muestra una actitud de alfa." Dijo la madre.

"No es seguro, podría ser un beta. Y, dado al comportamiento de hoy, al parecer le gustó mucho el nuevo niño..."

Eijun se apoyó contra la pared, pensando en lo que habían dicho sus padres. En la escuela había una materia especializada para educarlos sobre su sexualidad.

En el mundo existían tres clases de personas: los alfa; quienes se encargaban de cuidar a los omegas y de preñarlos para construir una familia.

Los omega; quienes eran considerados débiles por su condición por algunos alfas. También eran quienes quedaban preñados.

Los beta; quienes podían hacer el papel de cualquiera dependiendo de la circunstancia, aunque no eran comunes.

Y todo esto sin importar su género, por lo que no era raro ver a un hombre embarazado en su sociedad.

Tanto los alfa, beta y omega son consientes de su condición hasta los quince, donde ya manifiestan un gusto específico por medio del aroma. Únicamente aquellos aromas que los vuelven locos de amor podrán ser compatibles. Aunque no les puede eximir de tener coito sólo por placer.

Sawamura reflexionó sobre lo que le dijo Miyuki en la mañana. Él siempre ha creído que será un alfa y que simplemente lo estaban juzgando sin conocerlo, pero apenas tenía once y, aún faltaban varios años para llegar a los quince.

Infló las mejillas, pero tuvo que dejar escapar el aire al escuchar que sus padres se acercaban. Corrió a la sala a esperarlos.

En menos de cinco minutos la familia Sawamura estaba frente a la puerta de los nuevos vecinos.

Eijun estaba inquieto, se balanceaba sobre sus talones, traía consigo su juguete predilecto y desde ya deseaba presumirlo.

Cuando la madre de Miyuki abrió la puerta, los recibió con una sonrisa.

"Buenas noches, venimos a darles la bienvenida." Dijo la madre de Eijun, quien jalaba desde ya el cuello de la camisa del menor porque quería entrar sin permiso.

Miyuki, curioso de ver a los visitantes, apareció tras la pierna de su madre mientras comía una jugosa manzana. Sonrió para Eijun, y de inmediato los padres de éste se percataron de la nueva presencia.

"Pasen adelante." Se hizo a un lado la mamá de Miyuki, quien obviamente se fijó en el inquieto Eijun. "Mientras vamos a la sala y les presento a mi esposo, los niños pueden ir a jugar." Empujó gentilmente a Miyuki por la espalda. "Así que ve a tu cuarto y jueguen un rato." Añadió.

Los niños no lo dudaron dos veces, Miyuki dirigió a Sawamura a paso ligero a su cuarto. No creyó que vería al niño llorón tan rápido.

"Al menos no vienes llorando." Dijo al cerrar la puerta de su habitación tras él.

Eijun infló las mejillas y encaró a Miyuki. "¡Es tu culpa! Esa pelota dolió, hmp." Señaló con el dedo índice.

Miyuki otra vez rió, ondeando una mano. "Eso mismo puedo decir yo... ¿Y qué traes en las manos, por cierto?" Interesado, estiró el cuello para ver si alcanzaba a ver algo, pues Sawamura escondía su juguete tras la espalda.

"E-es... un soldado de juguete. Pertenece al shogunato. Es genial. Tiene una espada de verdad y un casco." Dijo con orgullo, mostrando finalmente su preciado juguete favorito.

"¿Shogunato? Waaaa, eso es genial." Dijo maravillado el niño de lentes.

"¿Verdad que si?"

"Claro, ¿y qué es el shogunato?"

"Hm, no sé." Respondió Eijun, hizo un puchero. No esperó que le preguntasen eso. "Mi padre sabe, yo sólo sé que él me lo dijo."

Kazuya resopló. "Bueno, no importa. Juguemos. Yo tengo un soldado americano." Propuso antes de propinarle otro mordisco a su fruta.

Mientras jugaban y sus padres charlaban en la sala de estar, a Eijun le entró curiosidad por saber más sobre Miyuki. "¿Y vas a la escuela? ¿A cuál? Y también, ¿a qué grado vas? ¿Prácticas deporte? ¿Te gusta el béisbol?-"

Los labios de Sawamura fueron sellados por una almohada en la cara. Si Miyuki no lo detenía, se le olvidarían todas las preguntas.

"Te quedarás sin aire si sigues hablando." Señaló con su soldado en la mano.

"L-lo siento..." Hizo un puchero.

El otro gruñó, pero sonrió al final. "Apenas nos mudamos hoy, pero el lunes comenzaré clases en la escuela más cercana y como yo no lloro, pues soy mayor que tú obviamente. Muy pronto cumpliré doce, así que oficialmente soy un hombre maduro." Dijo muy orgulloso.

"¡Genial!" Exclamó Sawamura, muy emocionado y con ojos destellantes. No dudó en creerle a su nuevo amigo.

"Claro, otros años más y tendré quince y podré tener un omega."

"¿Eh? ¿Por qué estás tan seguro? Tú podrías ser el omega." Sacó su lengua.

"¿Ah? Simplemente lo sé, como sé que tú serás omega." Se ajustó las grandes gafas, sonriendo.

"Tsk, mejor dime si te gusta el béisbol. La pelota que te golpeó hoy era de béisbol, porque me gusta el béisbol. A veces mi padre me lleva al parque y juego béisbol con otros niños, ¿te gustaría? ¿Y qué posición te gusta? A mí la de pitcher. ¿Y te gustaría jugarlo profesionalmente cuando seas grande? Porque yo seré una estrella, ¿y-?"

Esta vez un peluche fue a parar contra la cara de Eijun. Miyuki no sabía cómo detener esa rápida lengua.

Sawamura mordió su labio inferior, reprimiendo sus ganas de llorar, porque no sabía cómo detener su curiosidad y no quería espantar al nuevo vecino. Miyuki parecía muy genial y no quería perder a un amigo que aún no es su amigo.

El chico mayor rodó los ojos, resopló al ver un Sawamura soportando sus ganas de hablar.

"Te responderé a todo: sí, o algo así. Ya ni recuerdo, pero simplemente no hables rápido, un día de estos te morderás la lengua."

"¡Lo siento!"

"No grites..."

"¡Lo siento otra vez!"

Miyuki dejó escapar un pesado suspiro.

X-X

El día lunes llegó, se había corrido el rumor de que en la escuela de Sawamura, llegaría un nuevo estudiante, o más bien Eijun se había encargado de hacer conocer las buenas nuevas por todas partes. Habló maravillas de su nuevo vecino, y de lo bien que se habían llevado.

Eijun hasta había llegado temprano para saludarlo, pero no lo vio. Tuvo que ir a su salón de clases un poco decepcionado después de que la campana de la escuela sonase. Como no iban al mismo grado, no iba a ser fácil verlo regularmente.

El asiento de Eijun estaba situado a la par de los ventanales. De vez en cuando dirigía su atención hacia afuera, esperando ver un cabello de Miyuki tan siquiera. No tuvo que esperar mucho, vio que Miyuki venía corriendo con una tostada de pan untada con jalea en la boca.

Eijun sonrió, y Miyuki ondeó una mano, saludándolo antes de desaparecer de su vista. No lo podía creer, Miyuki lo había saludado.

Me pregunto si los lentes lo hacen lucir genial.

Desde ya estaba impaciente por salir al receso.

El tiempo de las tres primeras horas de clase pasó, y Sawamura no hizo más que correr para ir con Miyuki, dejando a sus compañeros de curso quienes querían jugar béisbol. Ellos se cuestionaron la rareza de que Sawamura faltara a un solo juego de béisbol.

Eijun no hizo más que deambular por los pasillos, buscando en todas las secciones de los salones en los que podría estar Miyuki.

No lo pudo encontrar.

Él estaba tan emocionado e inclusive llevaba su única pelota de béisbol consigo para jugar con él.

De un momento a otro, se halló en la esquina de uno de los pasillos, prácticamente no había alumnos rondando el lugar. Elevó su pelota, jugueteando con ella, decidió que era mejor volver con sus compañeros, pero cuando se dio la media vuelta, un grupo de chicos no mayor de trece años estaban tras él. Eran tres en total.

Eijun ladeó la cabeza; y cuando apenas dio el primer paso para pasar de largo, el más alto de ellos, agarró al menor del cuello, acorralándolo contra la pared. El menor gimió de dolor, frunciendo el cejo. "¿Y tú que quieres? Suelta..." Sus labios fueron sellados por la mano libre del agresor. Éste sonrió maliciosamente. "Calla mocoso. Hiciste mal en venir por acá, hoy tendrás tu merecido."

Un coro de varios 'sí' por parte de los otros dos hicieron eco.

"Lo golpearás, ¿verdad Kaito?" Dijo uno de los observadores. "Este territorio nos pertenece y no permitimos mocosos por aquí." Agregó, viendo de mala manera a Eijun. Éste aún forcejeaba por escapar, pero sentía que las fuerzas se le escapaban gracias a la presión en su cuello.

"Hm, usualmente haría eso, pero mira esa cara y esos grandes ojos. Me pregunto si se verá bien llorando mientras me lo follo."

"¿Q-qué? ¿Has perdido la cabeza? ¿Quieres violarlo? Te meterán preso por violar a un omega." Dijo el otro sujeto presente.

"Pft, ya lo dijiste: un omega. Pero este mocoso aún no tiene aroma, así que-"

"¡Da igual! Pretendes violarlo y es un niño, nos meteremos en serios problemas, idiota." Dijo el otro, quien tampoco estaba de acuerdo.

Eijun al escuchar eso, empezó a derramar lágrimas. La pelota que sostenía en la mano, cayó al suelo, saliendo del borde de la esquina.

"Ustedes no dirán nada, ¿de acuerdo? Si no delataré que han golpeado a otros niños y serán expulsados también."

"P-pero..." Dijeron los otros dos al unísono, viéndose las caras. Se limitaron a asentir.

El tipo grande usó un pañuelo para amordazar a Eijun, y siguió haciendo presión en su cuello. Deslizó el cierre de su pantalón y... Un golpe en su cabeza lo hizo despabilar. La pelota de Eijun había sido la culpable.

"¡Me dan asco! Se atreven a atacar a un niño indefenso." Dijo Miyuki, rechinando su dentadura por la furia.

Sawamura al verlo, derramó más lágrimas, estaba feliz por verlo y avergonzado porque sus pantalones estaban a medio bajar. Nunca pensó en verse en semejante situación con Miyuki.

"¡Maldito! ¿Quién te crees para golpearme? ¿Acaso es tu omega?" Dijo burlón el agresor. Los otros tipos explotaron en carcajadas.

"¡Así es! ¡Así que déjalo tranquilo!"

Sawamura se quedó en blanco al escuchar semejante mentira.

"Bueno, entonces ven acá, grandote." Provocó el chico alto.

Miyuki no lo dudó dos veces para abalanzarse sobre el sujeto, quien se vio obligado a dejar caer a Eijun, quien cayó tembloroso al suelo. El pequeño terminó por desmayarse.

X.X

"Al parecer está despertando, Miyuki." Dijo el compañero que acompañaba al de lentes en la enfermería.

Kazuya reaccionó, pestañeando. Él estaba sentado al costado de Eijun.
Éste abrió sus casi doradas esferas lentamente. "¿M-Miyuki?" Se sentó de golpe.

Cuando vio al chico mayor, otra vez volvía a derramar lágrimas. No sólo lo hacía porque aún estaba asustado, sino porque Miyuki tenía muchos parches en la cara y brazos, así como moretones en la piel. Lo habían lastimado por su culpa.

"Tsk, ¿otra vez a llorar? ¿Ves Kuramochi? Te dije que lo haría."

¿Kuramochi?

Eijun desvío sus húmedas orbes al otro costado, sentado en una silla estaba otro niño muy peculiar.

"No llores, y dale las gracias a Kuramochi. Ambos te buscábamos en el recreo, y fue él quien avisó a los profesores cuando me vio pelear."

Sawamura hizo una reverencia, agradeciendo entre sollozos.

Kuramochi sonrió. "Vaya que sí es un llorón, Miyuki."

El de lentes asintió.

"Siento ser un llorón." Masculló Eijun, manteniendo la cabeza baja.

"Ya, ya. Esos tipos ya fueron expulsados y estás relativamente bien." Comentó Kuramochi.

Sawamura echó un vistazo con el rabillo del ojo a Miyuki nuevamente, tal vez él sí estaba bien físicamente hablando, pero Kazuya no y eso no hacía que sus ánimos mejoraran.

La puerta de la enfermería crujió al ser abierta, los tres dirigieron sus miradas hacia allí. La enfermera de la escuela venía a ver a Sawamura.

Hizo otro chequeo para la psicóloga de la escuela, pues con lo que sucedió, no deseaban que un niño y alumno tuviera algún trauma psicológico.

Luego volvió con Miyuki, le dijo que volviera a descansar en la otra cama que estaba próxima a la de Sawamura.

Kuramochi tuvo que retirarse y volver a clases, quedando Sawamura a solas con Miyuki después de que la enfermera volviera a su consultorio.

Sawamura sentía un ambiente tenso, o quizás sólo era su imaginación, pero Miyuki no pronunciaba palabras.

"Te preguntarás por qué estaba yo allí-" Murmuró Sawamura. Miyuki resopló. "Obviamente me buscabas."

El moreno hizo un puchero, claro, Miyuki es un sabelotodo al parecer. "... Exacto. Lo siento, por mi-"

"Hm, sí, por tu culpa ya lo decidí."

Eijun pestañeó varias veces, no entendiendo a lo que se refería el chico mayor. "¿Decidiste? ¿El qué?"

"Serás mi omega."

Eijun frunció el cejo, Miyuki sí que era confiado e insistente. ¿Cómo estaría seguro que sería un alfa cuando llegara a la edad de quince años? Además, también suponía que Eijun sería un omega desde ya. Algo en lo que Sawamura no estaba de acuerdo, pero que ahora, al verlo, lo aceptaba.

Kazuya se puso de pie, fue a sentarse otra vez a un costado del moreno. "Es en serio. Cuando sea más grande podré protegerte. Esta vez me vencieron, pero prometo ser un buen alfa." Expresó, decidido.

Sawamura escaneó cada facción de Miyuki, realmente estaba decidido. No pudo evitar apenarse.

"Pero sólo si yo me convierto en omega, de otra manera yo seré quien te proteja."

Miyuki estalló en una carcajada.


Reglamento Omegaverse:

Hay reglas generalizadas y cada autor es libre de usarlas como le plazca, así que atención a mi reglamento.

Sufrí pensando. XD

Aún no termino de pensarlas, pero las iré agregando en cada capítulo si es posible.

Por si no les ha quedado claro:

Las personas se dividen entre alfas, betas y omegas.

Alfa : quien tiene el rol de proteger y cuidar al omega, o beta. Éste último no es común puesto que generalmente el alfa tiende a tener una atracción más fuerte al omega. Además, los betas no son tan comunes.

Beta : quien puede cumplir el rol de un alfa u omega dependiendo del caso. El beta es una excelente opción para la mujer alfa. Eso será explicado más adelante.

Omega : quien cumple el rol de tener a los hijos, sea mujer u hombre. Puede emparejarse con un alfa o un beta.

Heats o época del celo: elegí que la época del celo fuera una vez al año. Esto siempre queda a consideración del escritor, por lo que fue mi opción que quedara así, dado a que sería molesto para los torneos de béisbol que la tuvieran cada tres o seis meses -como generalmente hacen otros autores-.

El sexo por placer siempre se puede tener, independientemente de la época del celo.

Los humanos se convierten en alfas, betas u omegas al llegar a la edad de quince años, exactamente cuando empiezan el primer año de bachillerato.

Hasta aquí con todo.

Sé que me tardé en escribirlo, pero el arranque de una historia no es sencilla a veces, y como no había visto el anime desde tiempos ancestrales... XD

En fin...

Si tienen dudas, pregunten. Espero sus impresiones del primer capitulo, en serio espero saber de ustedes esta vez. e é

Y quisiera agregar de pareja a Umemiya y Nao, pero no sé si ustedes opinan lo mismo. Me encanta. C:

De todas formas, muchas gracias por leer, likes, favoritos y reviews. Thanks a lot!

Nos leemos pronto. x3