Saludos gente bonita, luego de mucha meditación sobre si proceder con esto o no, pues bueno, heme aquí, este es mi primer fanfic, así que espero en los reviews sus opiniones al respecto, para saber si he de continuar o cortarlo en pedazos, quemarlo antes de que deje más capítulos.
Este primer capítulo lo base en el 1er capítulo de la 1ra temporada, espero les guste y de ante mano, gracias por leerme.
South Park y sus personajes no me pertenecen, es una serie de televisión estadounidense de animación, creada por Trey Parker y Matt Stone para el canal Comedy Central. Pero el resto de estas letras e historia sí, entonces, vamos a ello.
Un viernes tranquilo en South Park, los chicos se encontraban en el paradero del bus…
– ¡Carajo! Hermanito ¿Insistes en seguirme hoy también en la escuela?, Ike puedes despegarte de mí por un segundo, por favor –alegó Kyle exaltando ante la presencia de su hermano.
– Sí. Lárgate, vibrador –comentó Cartman.
– ¡Oye! No te metas, y no le digas vibrador a mi hermano, cretino –refutó Kyle.
– ¡Eh! Ike, defiéndete, vamos, ¿qué pasa?, te está sangrando mucho la vagina hoy y andas deshidratado –exigió Cartman buscando la mirada de Ike ignorando la de Kyle.
– Ya cállate cara de pija –respondió Ike escondiéndose tras su hermano, a lo que Cartman sonreía en aprobación, aunque era una lástima que Ike estuviera desanimado hoy como para seguir su juego de insultos.
– Igual sigues siendo un pequeño vibrador Ike –dijo Cartman, el cual al instante y sin advertencia recibiría un golpetazo por parte de Kyle, noqueándolo inmediatamente.
– Genial –alentó Stan. Perezoso, Cartman consiguió colocarse de pie nuevamente, bostezando y frotándose los ojos– Hey Cartman parece que no dormiste bien anoche –señaló.
– Es que he tenido pesadillas pesadas –comentó Cartman.
– ¿Sí? ¿De qué? –curioseaba Kyle.
– Pues… soñé que estaba acostado en mi cama en la oscuridad, cuando de repente un luz azul inundo el cuarto, la puerta se abrió lentamente, luego recuerdo que me arrastraban por un pasillo, después estaba sobre una mesa, y los extraterrestres querían operarme, eran cabezones con grades ojos negros… –relataba Cartman mientras sus compañeros lo miraban alarmados.
– Woah ¡Visitantes! –exclamó Stan interrumpiendo el relato.
– Seguro –comentó Kyle.
– ¿Qué? –replicó Cartman ahora luciendo asustado.
– Ese no fue un sueño Cartman, fueron visitantes –explicó Stan.
– ¡No! –protestó– fue solo un sueño, mi mamá me lo digo.
– Ellos son reales –continuó Stan.
– Si, secuestran a la gente y mutilan a las vacas –apuntó Kyle.
– Cállense pendejos, si me quieren asustar se quedaran con las ganas –proclamaba Cartman a lo que un auto aparcaba delante de ellos.
– Hola chicos –saludaba el personaje que se bajaba del automóvil.
– Hola Chef –saludaron todos al tiempo a su cocinero favorito.
– Y bueno chicos, ¿alguno de ustedes vio anoche la nave espacial? –Chef preguntaba como si nada.
– ¿Qué? –Cartman pasaba saliva aterrado.
– ¡Sí! El gordo la vio –manifestaba Kyle sin reparo.
– Eh-uh-no, no, fue solo un sueño. Y no soy gordo, soy fuerte –alegaba el robusto.
– Se lo llevaron en la nave –comentaba Stan.
– ¡Uh! ¿Te hicieron el examen del recto? –inquiría Chef. Mientras que en Cartman se desarrollaba las más profusa sensación de horror.
– ¿Y qué es eso? –consultaba Kyle.
– Es un tubo de metal grande que te meten por el culo –explicó Chef.
– ¿Qué? ¿Te hicieron eso a ti Cartman? –preguntaba Kyle mirando al implicado con cara de horror.
– ¡No!... digo… ¿Por qué iban a hacer eso? –ignoraba el gordo.
– ¡Te clavaron! ¡Eh! ¡Te metieron un tubo por el culo! –se burla Stan.
– Bueno, voy a volver a la cafetería, mejor vigilen al gordo, podría estar bajo control extraterrestre –concluyó Chef como despedida.
– Me cago en todo. No me tocaron el culo. Fue solo un sueño. –insistía Cartman a lo que el autobús llegaba, Ike, Stan y Kenny abordaron el vehículo, dejando a el par atrás.
– Entonces… ¿por qué caminas así Cartman? –Kyle pregunta burlón, continuando su discusión.
– Cállate Kyle, a mí no me tomas del pelo, mejor ve a joder a tu gorda y puta madre, judío de mierda –respondía Cartman tratando de hacerse el de la vista gorda.
– Cállate tú, puto gordo de culo perforado, y no te metas con mi madre, chupa bolas extraterrestres –bramaba Kyle ante la innecesaria alusión de su madre.
– Si, si, que broma tan bien planeada, poniéndose todos de acuerdo para jugar con mi cabeza, muy gracioso, pero sabes que Kyle, ¡Jodete! ¡Vete al carajo y muérete!... Ah!... AAAHHH! – gruñía Cartman arrojando pedos con fuego por el ano.
– Mierda Cartman, lo ves, ¿qué más pruebas necesitas?, esta no es una puta broma, lo que soñaste fue real –argumentaba Kyle ante tal evidencia.
– ¡Ah! ¡Mi culo! ¡Me salió fuego de culo! –Cartman gritaba aterrado– ¡No! ¡Fue solo un sueño! Yo estoy bien, no tengo nada en mi culo, así que cállate judío pagano –concluía.
– Joder Cartman, ¿seguro que estas bien? – preguntaba Kyle con un poco de angustia reflejada en su rostro, mas no recibió respuesta, tan solo observo como Cartman le daba la espalda y subía al bus.
A la hora del almuerzo volvían a reunirse, Cartman aparentaba total normalidad pero en el fondo se sentía bastante angustiado ante sus constantes gases incendiarios, y también irritado por la constante observación de sus compañeros más cercanos, en especial por la del judío, esa mirada inquisitoria y un poco asustada pero también furiosa por el hecho de querer tener la razón.
– ¿Los pedos de fuego te dan hambre Cartman? –volvía al tema Stan.
– ¡Cállate hippie! –no tenía argumentos para refutar tal pregunta.
– Mira allí, es Wendy –digo Kyle distrayendo a Stan para que no siguiera provocando a Cartman, ¿por qué lo hizo? Quizás un reflejo involuntario o tal vez algo más que hasta el momento no alcanzaba a comprender, solo sentía que el tema afectaba de verdad a su compañero, y casi podía imaginar que Cartman le miraba con agradecimiento luego de esta acción, una mirada algo particular en cuanto al tiempo, pues fue sostenida unos segundos hasta que Stan interrumpió.
– ¿Dónde? –esta era la oportunidad de Cartman para burlarse.
– Stan confiesa, ¿cuándo piensas follarte a Wendy de una vez para así dejarla por completo? Que maricada eso de estar terminando y volviendo –preguntó Cartman.
– Cállate gordo de mierda, no sabes de lo que hablas –este era el punto débil de Stan.
– No soy gordo, y es obvio que ese es tu plan, no comprendo cómo puedes soportarla, coño, sin nada de nada –comentaba entre risas mientras observaba como Stan se ponía enfermo con el tema.
– ¡No te importa! –alega Stan, acto seguido Wendy entra a la escena.
– Hola chicos –saludó efusiva.
– Hola Wendy –saludan Kyle y Cartman. Stan permanece en un silencio contenido.
– Toma Stan, esto es para ti –Wendy se retira dejando una pequeña nota en las manos de Stan.
– ¿Qué dice la nota? –demanda Kyle algo posesivo. Cartman lo nota y le mira extrañado a lo que éste desvía la mirada a Stan.
– ¡Ay Dios! Dice que quiere verme en el lago después del colegio –digo Stan con un tono de voz angustiado.
– Bueno… quizás te bese y todo vuelva a la normalidad –opinó Kyle.
– Sí, con la lengua y a la cama –complementa Cartman haciendo un gesto grotesco con la lengua mirando de reojo a Kyle y éste al darse cuenta responde frunciendo el ceño.
– Quizás son los visitantes los que quieren besarte con lengua y pasártela por el culo –dice Stan volviendo en sí.
– Déjalo Stan, a mí no consigues asustarme –responde bonachón el corpulento– ¡AH! ¡AAAHHH! ¡Chicos! ¡Mi culo, en serio! –de nuevo gases en fuego salen de su culo.
– Okey, Cartman, apaga ya el lanzallamas –Stan proponía entre risas.
– Lo haría si pudiera hijo de puta. –arremetía Cartman– Sé que solo fue un sueño, sé que no me trastearon el culo, y no estoy bajo el control de los seres extraterrestres, –parecía querer convencerse de ello– solo son bromas suyas hijos de puta. Al carajo, me voy a casa, no tengo porque seguir escuchando esta broma tan estúpida.
– Eso, vete a tu casa gordo cobarde –a Kyle no le quedaba ya ánimos de seguir insistiendo ante alguien tan testarudo como Eric Cartman.
– ¡Pendejos! –fue lo último que se escuchó del susodicho.
– ¿Hacia dónde vas Stan? –pregunta Kyle a su amigo que se alejaba en dirección al lago.
– Lo siento, tengo una cita con Wendy.
– No vayas, tienes que ayudarme con el culo gordo, lo van a secuestrar los visitantes –pedía Kyle.
– Como dijo el chef, tengo que hacer el amor mientras Wendy este caliente, nos vemos Kyle.
– ¡Carajo!
Más tarde en los alrededores del lago.
– Hola Stan –saluda Wendy, con una aparente felicidad al reunirse con el chico.
– Hola Wendy –respondió sin mucho ánimo.
– ¿No crees que deberíamos arreglar las cosas? –fue directo al grado, después de todo había sido su iniciativa.
– ¿Cuándo hacemos salsa de amor? –interpeló Stan.
– ¿Qué dices? –exigió Wendy encarándole.
– Eh… que quiero agradecerte Wendy –manifestó.
– ¿Agradecerme? ¿Por qué Stan? –le contemplaba confundida.
– Por dar el primer paso… ¡Eh!… ¡Claro que me gustaría arreglar las cosas! –exclamó maravillado tomándole las manos.
– Que bien –sus rostros empezaron a acercarse lentamente, para desgracia de Stan, el no poder resistir la emoción y terminar devolviendo el alma por la boca.
– Ewww –decía Wendy retirando el vómito de su chaqueta.
– Lo siento –comenta Stan mirando al suelo, incapaz de mirarle a sus ojos castaño claro, los cuales le volvían loco y provocaban en el este tipo de reacciones.
– Eh… mira, una papa frita –comento Wendy, señalando hacia el vómito, al parecer olvidando lo que había acabado de pasar, quizás de verdad le gustaba, por lo que era capaz de pasar este tipo acciones por alto, o hasta encontrarlas divertidas.
– Uh, que rico –fue lo primero que se le ocurrió responder entre los nervios a Stan.
– ¿Qué es eso? –siguió inquiriendo Wendy, tratando de tener algo para hablar.
– Creo que es queso –rieron juntos.
– Y ¿esto qué es? –Y así siguieron unos instantes hasta que decidieron partir pues ya estaba entrando la noche, Stan propuso acompañar a Wendy hasta su casa y esta gustosa acepto, pues eran estos los pequeños pasos que arreglaban esta relación.
Mientras tanto, Kyle le dio varias vueltas en su cabeza a la idea de si ayudar al culo gordo o no, a la final, termino dirigiendo sus pasos hacia la casa del culón, Kyle siempre tan buena gente, buscaría convencer a ese pedazo de testarudo de que necesita hacerse examinar el culo. Al abrirse la puerta de la casa, lo recibe una mirada incrédula.
– ¿Qué quieres? –demando frío.
– Ven Cartman, vamos afuera –propuso Kyle.
– No. No puedo.
– ¿Por qué no puedes?
– No quiero pasar el tiempo contigo, Kahl –respondió cortante.
– Mierda, no te hagas el difícil pendejo, sal de una puta vez culo gordo.
– ¡Agh! ¡Está bien! Lo que sea con tal de que calles esta puta boca judía y sucia.
Una vez se encontraban a unos pasos de la casa, caminando sobre la nieve, Kyle volvería a insistir y como es de esperarse Cartman a refutar.
– Cartman, creo que lo mejor sería que te hicieras revisar el culo, eso que haces no es nada normal.
– ¿Por qué? Si hace algo extraordinario, no es fácil expulsar fuego por el culo, pero solo es cuestión de jugo de manzana y un encendedor –comentaba entre risas, al parecer ahora le hacía un poco de gracia, quizás de ver la preocupación de Kyle en sus ojos, pero a todas estas, una nueva duda empezaba a ruñirle la cabeza mientras conversaban, ¿a qué se debía esta atención? Pues Cartman nunca ha sentido que Kyle y él fuesen los mejores amigos.
– He… hehe… No es gracioso, hehe… –Kyle no podía evitar reírse en compañía de Cartman al burlarse ante su misma desdicha– esto es muy enserio, –digo ahora borrando la sonrisa de su rostro, dañando también la sonrisa de su compañero que lo miraba fijamente– haz que te revisen.
– No quiero, joder. Carajo. Ya basta, estoy harto. Escucha, ¿por qué todo hoy tiene que ver con lo que me entra o me sale del culo? Como si te importara, o acaso lo hace Kyle, ¿te importa mi culo?, ¿lo quieres o qué? –todo fue silencio, Cartman permanecía a la expectativa, mientras Kyle parecía petrificado, algo de color empezaba a subir a sus mejillas, desviando la mirada al suelo evito que Cartman lo notara, pero esto solo lo hizo enojar más– ¡Contesta de una vez! ¡Coño! Por la puh... –una luz incandescente ilumino el sitio ubicándose encima de los chicos, Cartman empezó a levitar en dirección a la luz, sus gritos de horror se propagaron por el vecindario, pero nadie pareció enterarse, a parte de Kyle que trataba de hacer todo lo posible por socorrer a su compañero.
– Aliens hijos de puta, pendejos –gritaba mientras arrojaba hacia la nave espacial las pocas piedras que encontraba por el suelo– ¡Carajo! Desculados, ¿qué mierdas les pasa? –los insultos de Kyle y los gritos de auxilio de Cartman se mezclaban con frio de la noche– Vayan a chingar a su puta madre –la luz se interrumpió, no pudo hacer nada más, solo tratar de recuperar el aliento luego de todo ese revoloteo. Y luego de unos instantes, la ventisca que sopla fría, le recordó de su locación, habría de volver a casa y esperar, con su mente en blanco, sin saber que pensar.
Así paso la noche y llego el día, Kyle no podría sentirse más preocupado al llegar al paradero del bus y descubrir que Cartman se hallaba ausente.
– Hey Stan. Kenny.
– Hey Kyle.
– ¿Qué tal tu cita ayer con Wendy?
– Ha estado bien, creo que seguiremos saliendo.
– Genial –comentó sin mucho ánimo.
– ¿Dónde dejaste a Ike? –preguntó Stan.
– Al parecer ya dejó la manía esa de estar tras de mí todo el tiempo –explicó.
– Qué bueno. El bus está por llegar, ¿qué hay de Cartman, está resentido y ha decidido no venir a clases hoy? –acto seguido Eric Cartman caería del cielo estampándose contra la nieve a unos cuantos pasos de ellos, todos corrieron a su encuentro– Hablando del diablo.
– ¡Ay Cartman! Los seres te soltaron a tiempo para ir al colegio –fue lo primero que se le pudo ocurrir a Kyle ante tal escena.
– Eh… ¿Saben? Anoche tuve una pesadilla pesada. Estaba en casa y de pronto fui abducido por una nave extraterrestre, allí fue donde Tom Cruise me pego la conjuntivitis.
– No fue un sueño Cartman, en verdad paso –comentó Stan. "Otra vez la burra al trigo" pensó Kyle.
– ¿Ah sí? ¿Y por qué no tengo conjuntivitis? –arguyó Cartman.
– Cartman, mírate bien el ojo –señaló Kyle.
– ¡Ah! Hijos de puta –fue lo último que pudo articular Cartman antes de que su cabeza que clavara de lleno en la fría nieve. El sonido de las llantas frenando advirtió que el bus ya había llegado.
– Pendejo –comentó Stan para luego darse vuelta y encaminarse hacia el vehículo. Kenny le siguió.
– ¿Hacia dónde van? –les detuvo Kyle– ¿Qué no piensan ayudar al gordo? –exigió.
– ¿Por qué habría de hacerlo? –contesto Stan apurando el paso– Además tengo prisa, he de verme con Wendy antes de que comiencen las clases –una vez dentro, se giró sobre si para encarar a Kyle– ¿Qué no vienes? –no hubo respuesta y luego de unos instantes la puerta se cerró y el bus continuo su marcha.
Kyle volvió donde estaba Cartman, y girándolo sobre si, ubicándolo boca arriba, comprobó que había hecho bien el quedarse dispuesto a ayudarlo, estaba vuelto mierda, no tenía ni la fuerza suficiente para levantarse, por lo que tuvo que ayudarlo sujetándole por un costado y pasando su pesado brazo sobre sus hombros, como una gran cruz llena de grasa, o así se lo imaginaba Kyle, pero al menos al estar de pie, abrió sus ojos un poco consciente y se ayudaba a caminar arrastrando los pies. Fue así como a un paso lento pero seguro alcanzaron la casa de Eric, Kyle iba a llamar a la puerta, pero fue detenido por otra mano que hacia un gran esfuerzo por atajarle.
– Así… que si –digo en un susurro.
– ¿Qué sí que, Cartman?
– Que si… te… nada. Olvídalo. –le dijo mirándolo directamente y con los ojos tan abiertos como podía, Kyle no pudo evitar sentir algo de dolor ajeno al observar como tenía uno de sus ojos bastante jodido, y el otro empezaba a congestionarse.
– Sera mejor que entremos, tienes que descansar, pasaste toda la noche afuera en la intemperie –Kyle se fijó en su mano que continuaba atajada por la de Eric, con un movimiento suave la retiro para poder llamar a la puerta, pero en un movimiento brusco, Eric se zafó por completo de él, apoyándose en la puerta dándole la espalda a su solidario compañero, Kyle no supo que hacer o decir.
– A partir de aquí me encargo yo. Es lo mejor, si mi mamá te ve, te podría culpar porque fue contigo con quien salí anoche, de pronto podría llamar a tu mamá y meterte en un problema. –Kyle escuchaba atento mientras le observaba, se mantenía apoyado con la cabeza baja entre la puerta y su cuerpo, desde su perspectiva, se veía casi como si le hubieran arrancado o se le hubiera caído la cabeza.
– Esta… bien. Adiós Cartman. –no recibió respuesta. Un sentimiento extraño abordaba el cuerpo de Kyle mientras caminaba en el sentido opuesto a la casa de Eric, el que este se hubiese dejado ayudar de alguien; o quizás el hecho de haber esperado aunque fuera un pequeño agradecimiento; tal vez esa mirada y comportamientos fuera de lo habitual. ¿Sería esto natural, o un sucio experimento de esos malditos extraterrestres?, que ahora parecían jugar indirectamente con su mente. De pronto el tiempo lo dirá, puede que sea cuestión de esperar. Por ahora solo volvería a su casa con una falsa excusa de que hoy no habría escuela, o fingiendo sentirse mal culpando a alguna de sus dolencias y así tendría un día más de descanso en el fin de semana.
Eso es todo por hoy amigos, quedo esperando sus opiniones, hasta luego y que tengan un bonito día. :)
