¡Hola!
Pues... a ver. Esto es una cosa muy rara. Empezó como una coña por skype y sin comerlo ni beberlo adoptó forma. Y yo, que no puedo estarme quieta teniendo una idea y un teclado delante, pese a las veinte mil y una cosas que tengo que escribir, decidí meterme en un berenjenal más. Sí, sé que soy idiota. Pero voy tirando a base de cabezonería, así que... allá voy.
Voz
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PRIMERA PARTE
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Prefacio
No entiendes por qué se ha callado justo ahora. Lleva todo el día susurrando, siseando cosas en las que prefieres no pensar. Pero no sólo hoy. Está ahí desde siempre.
Nunca se lo has dicho a nadie. Supones que es normal. Para ti, escuchar lo que hay en tu interior, aunque sean razonamientos que se te antojan ajenos, es tan natural como jugar con tus primos y tus hermanos. Además, antes no hablaba tanto.
Pero últimamente no se calla. Está enfadado. Cuando tú sonríes al ver a tu madre, él gruñe y la insulta. Cuando haces una broma a la tía Hermione, te dice que una abominación como ella merece morir por el mero hecho de ser capaz de hacer magia. Cuando intentas dormir, él intenta convencerte de que su punto de vista es más correcto que el tuyo.
Ahora, sin embargo, está en silencio, expectante. Tanto como tú, que no sabes qué harás si por un casual el Sombrero decide que tu lugar está en Slytherin. Recuerdas la charla que te dio papá antes de ir al colegio, en la que te habló de Lord Voldemort y comprendiste del todo por qué Teddy es huérfano, por qué al tío George le falta una oreja y por qué el tío Bill tiene el rostro desfigurado por esas horribles cicatrices. Y, a pesar de lo que opinó la Voz de las palabras de tu padre, tú sí quieres estar en Gryffindor. Has oído decir a tus tíos que la gran mayoría de magos tenebrosos estuvieron en Slytherin y no quieres acercarte a esa casa. No quieres tentar a la suerte, no quieres ser malo.
Apenas escuchas la charla del Sombrero. Eres consciente de que dice algo sobre tu familia y sobre cómo eres, pero apenas te das cuenta. Lo notas a él enfureciéndose en tu interior, haciendo que tu pecho arda con una ira ajena a ti. Y tienes miedo, y te aferras con fuerza al taburete en el que estás sentado, temeroso incluso de pensar por si la Voz dirige su furia hacia ti.
—¡GRYFFINDOR!
El grito del Sombrero Seleccionador retumbando en tus tímpanos, junto a la rabia que se sigue acumulando en ti y no es tuya, consigue que te marees. Alguien te quita la harapienta prenda de la cabeza y ves a los miembros de la mesa de Gryffindor aplaudiendo y vitoreándote. Distingues a Victoire y Molly, que te sonríen de oreja a oreja y te hacen señas para que te acerques a ellas.
Te pones en pie y te diriges hacia allí. Pero, justo entonces, la Voz ruge en tu interior. El fuego que se acumulaba en tu pecho se expande por cada célula de tu cuerpo, y la ira de la Voz retumba en tu cabeza, en un fortissimo que hace que todo se quede en blanco.
Gritas mientras caes al suelo, tapándote los oídos. Escuchas a alguien llamándote, pero sus gritos son tan fuertes que no puedes prestar atención a nada más. Cierras los ojos y el mundo pasa del blanco al negro.
Luego, desaparecen los colores y los gritos. Abrazas la inconsciencia con la esperanza de quedarte completamente solo, donde la Voz no puede alcanzarte.
Notas de la autora: Aquí James tiene once años. No obstante, el fic propiamente dicho -esto es sólo un prólogo- está situado en su quinto año.
En fin, ¿qué tal? ¿Bien, mal? ¿Regular? ¿Reviews?
