Estoy tapada en pruebas, trabajos y cosas que leer para la Universidad. No debería estar aquí, peeeero… aquí estoy. Es un fic peculiar, pensarán que es un universo alterno, pero no lo es… Ya entenderán. Enjoy.


Sesshomaru

Capítulo I

—No te hagas ilusiones, no te hablará —Su voz escondía muy poco su desagrado. Le sostuvo la mirada unos segundos, esos ojos rojos la ponían incómoda— …No estoy tratando de desanimarte. Solo no te hagas ilusiones—.

No respondió, dejó que la sub-directora se sintiera en completa superioridad. Le había costado mucho que le permitieran ver a ese paciente, no cometería el error de abrir la boca, esa bendita boca que tenía.

—Así está bien, mientras más sepas tu posición, es mejor. —La sub-directora llevaba un impoluto delantal blanco, pero sobre el bolsillo superior izquierdo habían dos orificios minúsculos. Se dio cuenta— Nos quitamos las piochas antes de entrar, se molesta al ver nuestros nombres…—.

No le dio mayor explicación, sabía que no la conseguiría. En silencio se quitó su propia piocha y la guardó en su bolsillo. La sub-directora la invitó a pasar a la habitación con una falsa sonrisa de cordialidad. Le devolvió la sonrisa, pero apenas dio unos pasos inseguros le cortó el paso con su mano sobre la puerta. Se acercó a palmos de su rostro en clara amenaza.

—No sé cómo lo conseguiste, pero durarás poco. Nadie dura con él. Yo soy su Psiquiatra de cabecera, no lo olvides—.

Quería responderle, quería hacerle ver que no le temía, pero una palabra y le daría el motivo para quitarla del equipo de salud. No, no le daría esa satisfacción. Asintió con humildad y una sonrisa petulante se formó bajo los ojos rojos de la mujer.

—Me llamarás Kagura cuando estemos frente a él ¿entendido?—.

Sabía que no era su nombre, pero no preguntó. Otro asentimiento. La sub-directora la dejó pasar, pero no entró con ella, cerró la puerta y la dejó sola. Suspiró, al menos esperaba que la presentase. No importaba, ella era un as para romper el hielo, siempre le habían dicho que era una extraña dentro de la misma profesión; se tocó el moño que aprisionaba su largo cabello oscuro, estaba perfecto, ni un pelo fuera. Alisó su delantal y se dirigió al centro de la habitación, pero iba tan concentrada en la figura del final que tropezó con una mesa y una silla causando un alboroto.

—¡Auch…! Lo siento, ¿te asuste? —No recibió respuesta— Estoy bien, por si te lo preguntaste—.

Se tocó la rodilla reprimiendo un juramento, la verdad es que le había dolido, pero no tanto como la vergüenza que sentía. No había sido un buen comienzo, pero a su paciente parecía no importarle. A dos metros de distancia, la habitación se dividía por unos gruesos barrotes, tras ellos un hombre con largo cabello blanquecino estaba sentado sobre el suelo, deliberadamente dándole la espalda. Miró la silla con resentimiento, pero decidió sentarse, frente a ella estaba la mesa con el expediente, lo dejó a un lado.

—Podrías estar afuera si quisieras —Le dijo sin más, al ver que miraba por una ventana bastante grande, pero con barrotes— …Me refiero si no hubieses agredido al enfermero—.

Silencio.

—Se encuentra estable, no tienes de que preocuparte—.

Silencio.

—Si es que tenías esa inquietud…—.

Silencio.

—Bueno, hay un nombre en tu expediente, no sé si quieres que te llame así—.

Silencio.

—Entiendo que te identificas con otro nombre…—.

Silencio.

—No hay problema, puedo llamarte por tu nom…—.

—Sesshomaru—.

Tenía una tonalidad atractiva, pero seria. Había sido una palabra, un pequeño triunfo para ella. Sonrió, aunque no pasó por alto el que no quisiera escuchar su verdadero nombre.

—Sesshomaru… Es un nombre poderoso ¿de dónde viene?—.

Silencio.

—Significa pelota perfecta ¿no? —No lo dijo muy convencida, pero logró que se moviera ligeramente—.

—Es perfección —Le respondió con tono molesto—.

—Ah, estaba cerca. —Le dijo con liviandad— …Ya que sé tu nombre, ¿quieres saber el mío?—.

—Es irrelevante—.

La chica arrugó el ceño, la sub-directora quizás tenía razón, pero su objetivo estaba claro.

—¿Por qué? ¿Me llamarás Kagura también?—.

Silencio.

—Que bueno, porque no me agrada ese nombre—.

Silencio.

—¿Tampoco quieres saber qué hago aquí?—.

—Molestarme, claramente—.

Quiso reír, pero perdería el minúsculo avance que había logrado.

—Si, tienes razón, molestarte. No tienes mucho que hacer tampoco —No esperó una respuesta, sabía que no la habría— …Te seré sincera, no voy a prometerte sacarte de aquí. Solo quiero saber la verdad, tú verdad—.

Silencio.

—¿Qué gano yo con eso?—.

—Ver menos a Kagura, y mantenerte con menos fármacos para empezar—.

Estaba segura de una cosa: El tratamiento que llevaba Sesshomaru era prescrito por Kagura, por lo que algo de rencor debía de tenerle.

—¿Para empezar?—.

Sonrió, tenía su atención.

—No estoy aquí para convencerte de lo que crees es falso, si existe alguna posibilidad de que sea cierto… —Se calló sopesando sus propias palabras— Te ayudaré a probarlo—.

Sesshomaru giró levemente su rostro, pero la chica solo alcanzó a ver el contorno de su perfilada nariz. Por primera vez en esa sesión tuvo curiosidad por su rostro.

—¿Qué es lo que quieres?—.

—Molestarte, pensé que estaba claro —Esperaba escuchar una risa, por leve que fuera, pero nada— …Eres bastante serio—.

—Al parecer a ti te hace falta—.

—Me ha valido para sacarte más de 10 palabras—.

Silencio.

—Si no respondes a mi pregunta será lo último que escucharás —Respondió Sesshomaru en tono gélido—.

Abrió los ojos asombrada, la relación de poder siempre se inclinaba por el médico, pero Sesshomaru parecía no estar de acuerdo, lo había dejado claro.

—…Estaba en Alemania cuando supe de tu caso. Viaje de tan lejos solo para escucharte, tengo curiosidad—.

—Pierdes tu tiempo, detesto los psicólogos—.

—Soy psiquiatra… —Sesshomaru no replicó, pero a la joven no le pareció que le creyera— Puedo mostrarte mis certificaciones si así lo quie…—.

—Creen que estoy loco —Dijo de pronto Sesshomaru, pero se interrumpió. La joven entendió que por el solo hecho de ser médico-psiquiatra ya le daba un poco de respeto— …La confidencialidad médico-paciente me protege, nada saldrá de esta habitación—.

Ya no se sorprendió por su imposición, Sesshomaru ponía en manifiesto una condición y una amenaza. Se cruzó de piernas sopesando el carácter de ese hombre.

—Sigues siendo abogado después de todo —Respondió la chica, Sesshomaru no reaccionó—, y con tus facultades mentales intactas al parecer. Tienes mi palabra, nada saldrá de esta habitación—.

—…Seguiremos mañana, quiero estar solo—.

No le discutió, sabía que los fármacos lo estaban venciendo, apenas saliera de ahí caería dormido.

—Dejaré instrucciones de suspender tus medicamentos, al menos mientras te visite —Sesshomaru asintió levemente, no se giró en ningún momento— ¿Sigues sin querer saber mi nombre?—.

Nada, ni siquiera se encogió de hombros. No lo entendía del todo, pero sentía unas ganas tremendas por decírselo; quizás mañana lo haría. Cerró la puerta tras de sí.


Tengo que aclararles tres cosas: Primero, serán capítulos cortos, no más de 3, quizás más, depende de ustedes. Lo segundo es que, el que no se rebelen nombres tiene un por qué; por tal motivo construí los personajes de tal forma que no sea necesario nombrarlos para que los reconozcan. No hay OoC (los odio) por si llegaron a pensar eso. Cariños, y no se olviden del review, siempre, pero siempre háganme feliz.

C o r Ne L ia E s c i p I ó N