— Este OS participó del #MiniSongFic organizado por la página de facebook "Best Fanfic Awards"— Basado en la canción "Monster in me" de Little mix.

Me levanté de la cama incómoda en la que estaba, el olor a humedad y a cigarrillo inundaban la pequeña habitación de ese hotelucho barato en las afueras de Londres.

Me dirigí a la ventana y la abrí, el aire frío de la noche me dió en el rostro. Suspiré apesumbrada, este encierro me volverá loca, ser una fugitiva de la ley no es nada agradable.

Sin embargo, prefiero ser prófuga a estar en Azkaban pudriendome en una celda.

"Every time that we touch it's dangerousThis spark is more than chemistry..."

El crujido de la puerta al abrirse, me hizo voltear hacia ella, por dónde entraba la figura de un hombre. Se quitó el abrigo color marrón oscuro, dejando a la vista una camiseta blanca entallada a su cuerpo.

Sus ojos se conectaron con los míos y mi corazón saltó emocionado. Mantuve mi máscara de indiferencia hacia él...

— Por fin llegas, Potter, estoy muerta de hambre— dije poniendo los ojos en blanco.

— Disculpe, su majestad, no es fácil venir hasta aquí sin que nadie se entere...— comentó molesto dejando la bolsa con comida sobre la mesa de noche.

Se dejó caer sobre la cama y yo hice lo mismo a su lado, tomando la bolsa con comida. Ingerí la comida en silencio y de vez en cuando veía de reojo la figura de mi enemigo, con los ojos cerrado y el rostro tranquilo, parecía dormido.

Terminé la comida y me quedé absorta viendo a Potter, aún no podía creer que el gran héroe, mi enemigo Harry Potter, me estuviera ayudando.

— ¿Qué tanto me ves?— su voz sonó tan cerca de mi oído que hizo que se me pusiera la piel de gallina.

— Tu cara rajada...— dije levantándome para evitar algún roce— no creas que eres tan guapo, Potter.

— ¿Estás segura? Eso no es lo que piensas cuando te tengo debajo de mí...

— Eres un imbécil...— le dije entre dientes.

"Every night we fight and it's hot like hellBut it feels like heaven between the sheets..."

— Un imbécil que te hace disfrutar...— le dí la espalda y escuche como se dirigía hacía mí.

Me acercó a él por la espalda, de inmediato su perfume se coló en mis fosas nasales, embriagando todo mi ser de su olor... Su mano derecha comenzó a acariciar mi brazo hasta llegar a mi cabello. Lo apartó y dejó un beso en la curvatura de mi cuello.

Sentir sus labios sobre mi piel fue el detonante que necesite. Me dí la vuelta y busqué su boca... Un beso demandante y ardiente.

Ambos queríamos llevar el control, ambos estábamos ardiendo en deseo, ambos queríamos más...

Jamás imaginé llegar a conocer al Harry Potter real... Ese que tiene defectos, el que cometió errores, ese que es pura pasión...

Ese que asesinó, por defender a quien era su enemiga...

"Touch meWhy don't we kill each other slowly?...The monster in me loves the monster in you..."

Sus manos fueron hacía mí blusa, que arrancó sin miramiento alguno... Su boca recorrió voraz desde mi cuello hasta el nacimiento de mis senos... Un gemido involuntario salió de mi boca y pude sentir su sonrisa ladeada...

— No seas tan creído Potter...— dije mientras interrumpía su labor.

— Y tú no seas tan odiosa...— me volteó y me tiró sobre la cama.

Arrancó mi pantalón e hizo lo mismo con el suyo. Su cuerpo quedó cubierto sólo por su ropa interior y la camiseta blanca.

Se abrió paso entre mis piernas sin despegar un sólo segundo sus ojos de los míos... Cargados de deseo. Nuevamente nuestras bocas se encontraron...

"Hold meSqueeze a little tighter til we can't breathe...The monster in me loves the monster in you..."

Por fin, nuestras pieles se unieron... Cada roce, cada caricia era un fuego incandescente, que marcaba mi piel como suya...

¿Era amor? No, no lo amo...

¿Era deseo? Sí, un deseo que sobrepasaba cualquier límite...

Éramos enemigos, siempre lo seríamos y aún cuando aspirará a ser algo más, la sociedad no lo vería con buenos ojos...

Yo era la mortífago más buscada en todo Londres... Una asesina que se regocijaba con el sufrimiento de aquellos que no compartían mis ideales...

Era la villana, era la oscuridad, era el monstruo...

Entre estocadas fuertes y precisas, jadeos y caricias, el clímax llegó arrasador e intenso...

Una vez más había caído ante él y su fuego, un fuego que sólo yo conocía, un fuego que sólo yo podía apagar.

Nuestros ojos volvieron a conectarse. Los de él, aún con resquicios de la pasión y empañados por las lágrimas que se iban acumulando en esas esmeraldas que luego de una guerra y de las pérdidas se volvieron feroces...

Una lágrima descendió por su mejilla, se apartó de mí directo al baño...

Jamás podría aspirar a que él me amará porque su corazón se fue con Ginevra Weasley aquella noche en que fue asesinada por mí padre... Esa noche ví como el noble corazón de Potter se congelaba y cualquier buen sentimiento que pudiera tener se esfumó como agua entre los dedos...

Mi padre estaba completamente desquiciado, ser fugitivo lo enloqueció aún más y yo ya no podía más. Estaba cansada de huir, de vivir entre las sombras. Por eso, había avisado de manera anónima al Ministerio de Magia nuestro escondite.

Los hechizos volaron de un lado a otro, mi padre se defendió ágilmente, matando a tres aurores que iban con Potter y la Weasley.

Yo me dejé vencer por la Weasley, pues mi intención no era luchar, sin embargo, no conté con que mi padre leería mi mente dándose cuenta así de mi plan...

Con la rabia brotando por todo su ser, lanzó un avada kedavra hacía la pelirroja que cayó inerte al suelo... El grito desgarrador que salió de Potter, me heló la sangre. Mi padre aprovechó mi distracción y se lanzó a mí queriendo golpearme y gritando como loco.

Estaba fuera de sí, me dió una cachetada y aturdida por el golpe sentí como quería quitar mi ropa, alegando que siempre quiso probar mi piel...

Fue alzado por los aires y la voz sombría de Potter pronunció varios crucios seguidos... Los gritos de mi padre inundaron la estancia. Luego de no sé cuántos crucios, pronunció la maldición asesina...

La muerte de su novia provocó que emergiera un monstruo que habitaba en él... El dolor, el odio, la tristeza...

El me salvó, me escondió, declaró ante el Ministerio que yo había escapado... Sé que esto no será para siempre, incluso tengo la certeza de que algún día él recapacite y me entregará a las autoridades...

Pero mientras eso sucede, cada noche el monstruo en mí ama al monstruo en él...