Bien.. llevo escribiendo esto desde hace meses.. solo mi Parabatai lo leía.. creo que es hora de sacarlo a la luz.. veamos qué respuesta tiene..=)
Esta idea me vino a la cabeza mientras leía un fic llamado "Learning to be".. no me basé en él.. simplemente me dio la idea..
Me baso en los libros para que la historia tenga cierta conexión con la original.. pero la situación es diferente.. espero comprendan y les agrade..!=D
Por favor, lean las advertencias..! Estas comienzan a partir del capítulo 3..!
Warnings:
-Rated M
-Abuso físico y mental a un menor.
-Escenas de tortura y abuso sexual, no muy explicitas.
-Autolesión de un personaje en capítulos venideros.
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Falling in Love With Love..!
Valentine Morgenstern estaba en la cima de su poder. Habían pasado muchos años desde que había formado el Circulo, y hasta ese día, todos seguían leales a él. Tenía a los mejores Nefilim de todo Idris a su lado, y no solo eso, tenía mucha influencia sobre la Clave, sobre todos los Institutos. Conocía a toda persona importante que debía de conocerse. Los miembros originales del Circulo seguían junto a él, ahora casi todos tenían familia, y esperaba que sus hijos fueran tan leales como ellos. Quería que los Nefilim fueran una raza perfecta, y se esforzaba al máximo para lograrlo.
Valentine se las había arreglado para convencer a la Clave que los dejara abrir su propio Instituto en Idris, un poco lejos de Alicante. En donde solo los miembros del Circulo y sus familias eran aceptados para vivir. Solo los más fuertes que entrenaban para ser los mejores. Esos eran los seguidores de Valentine. Y si había algo que mantenía a su Circulo fuerte, era que sabía detectar las debilidades de todos y hacía hasta lo imposible por hacer que las superaran. Claro que había algunos que le daban mas problemas que otros, y en ese momento se le venía a la cabeza un problema en particular: Alexander Lightwood.
Alec Lightwood era el mejor arquero que había conocido, y él había conocido muchos buenos guerreros a lo largo de su vida. Pero Alec, con tan solo 14 años, era excepcional. Tal vez no era bueno en el combate cuerpo a cuerpo, pero podía defenderse. Esa era la primera razón por la que quería tener a Alec en el Circulo una vez que cumpliera la mayoría de edad. La segunda razón, era su madre.
Maryse era uno de sus mejores seguidores, siempre leal, siempre correcta, y siempre fuerte. Maryse era el ejemplo perfecto del guerrero que Valentine quería junto a él. Pero desde que había dado a luz a su primer hijo y se había convertido en madre, algo había cambiado en ella. Sus prioridades. Las prioridades de Maryse habían cambiado. Ahora lo principal no era el Circulo y sus ideales, sino sus hijos.
Valentine debía tener cuidado en como trataba el problema con Alec para no hacer enojar a Maryse. Tenía que pensar en algo que pudiera dejarlo a cargo del futuro de Alec. Así podría decidir por el chico, en lugar de sus padres. Y es que no era nada fácil informar a los padres que su hijo estaba perdidamente enamorado de su Parabatai. Mucho menos cuando ese Parabatai también era un chico. Robert Lightwood, el padre de Alec, tenía historial en esa área. Debido justamente a una situación igual, había perdido a un miembro muy bueno del Circulo. Michael Wayland ahora vivía en Alicante, alejado de todos ellos.
Estaba repasando varias cartas de Nefilim que solicitaban una audiencia con él para poder formar parte del Circulo. Pasaba las cartas una a una leyendo los nombres. Fue entonces que se le ocurrió una idea. Todos los nuevos reclutas eran jóvenes. Justo lo que necesitaba. Sería muy fácil para cualquier chico carismático conquistar a Alec. El chico recibía mucho cariño fraternal por parte de sus hermanos, pero nunca había sido cercano en otro sentido con nadie. Con nadie excepto Jace, y era su Parabatai. Cualquiera que le diera atención y le dedicara un par de palabras bonitas se lo ganaría al instante. Un plan comenzó a tomar forma en la mente de Valentine mientras escribía en respuesta a algunos seleccionados. Tal vez uno de ellos sería el correcto, solo debía asegurarse de pedirlo correctamente.
Días después, Valentine estaba en su oficina firmando algunas peticiones para conseguir armas nuevas para la sala de entrenamiento. La Clave siempre le enviaba todo lo que necesitaba rápidamente, de echo hacían básicamente todo lo que Valentine pedía sin cuestionarlo. Alguien tocó levemente a su puerta, murmuró un "Adelante" sin levantar la mirada de los papeles en los que escribía. La puerta se abrió pero no miró.
-Siéntate- dijo alguien a la puerta.
-Gracias- escuchó una voz que intentaba sonar firme. Su nuevo recluta. A lo largo de los años, decenas y decenas de Nefilim habían intentado unirse al Circulo. No todos lo lograban, Valentine elegía solo a los mejores, pero eso no significaba que los rechazados no formaran parte del Circulo de cierta forma. Valentine tenía una facilidad de convencimiento que dejaba a sus seguidores, a pesar de no pertenecer al Circulo, completamente leales a él.
-Buenas tardes- dijo una vez que escuchó que el chico nuevo se sentó en la silla frente a su escritorio.
-Buenas tardes, señor- respondió la voz firme pero insegura del muchacho.
-Eres uno de los nuevos reclutas?- preguntó Valentine sin levantar la mirada del papel en el que escribía.
-Sí, señor. Oliver Shadeland, señor- le respondió el chico.
-Oliver Shadeland- Valentine levantó la mirada y estudió al muchacho. Era joven, unos 21 años, alto, con el cuerpo de un Cazador de Sombras y el cabello castaño peinado formalmente hacia un lado. Sus ojos color miel reflejaban lo nervioso que estaba, pero lo disimulaba bien. Valentine recorrió al muchacho con la mirada y asintió, no importaba que no se pareciera a Jace, podría funcionar. Dejó lo que escribía y recargó los codos sobre su escritorio, mirando fijamente al joven- dime, Oliver, que es lo que te trajo hasta aquí?
-Durante los últimos años he escuchado sobre usted y el Circulo- dijo rápidamente, como si lo hubiera ensayado miles de veces- me parece fantástico todo lo que hacen. Tienen toda la razón en querer cambiar las leyes, en limpiar a la Clave. Todo lo que han hecho estos años es necesario, me gustaría contribuir también.
-Ya tienes 21 años, por que no viniste en cuanto cumpliste la mayoría de edad?- le preguntó Valentine.
-Estaba entrenando, señor- le respondió Oliver- no sentía que fuera apropiado mostrarme ante usted hasta sentirme al nivel que se requiere para pertenecer a su Circulo. He entrenado duro y he seguido sus pasos.
Valentine lo miró con ojos entrecerrados. Este era un joven que prometía mucho, pero estaba demasiado desesperado por pertenecer al Circulo, por pertenecer a algún lugar. Valentine había visto eso antes. Jóvenes que se sentían nadie y que iban a buscarlo para que les diera un lugar en la sociedad. Sería fácil hacer que lo ayudara, se mantendría firme y leal a lo que le dijera, sin importar lo mucho que lo presionaran los Lightwood si algo salía mal.
-Necesito saber si estás dispuesto a hacer lo que sea, por el bien del Circulo y de sus integrantes- le dijo Valentine seriamente. Oliver asintió con firmeza.
-Haré lo que sea que se me indique, señor- respondió con voz firme- creo en sus ideales y quiero demostrarle que soy un guerrero leal.
-Bien, muy bien- le dijo Valentine poniéndose de pie y rodeando el escritorio para acercarse. Oliver se tensó un poco, pero luchó por mantenerse tranquilo- tengo una misión sumamente importante, necesito a alguien en quien pueda confiar, pero que no sea conocido por los miembros actuales.
-Puede confiar en mí, señor- saltó Oliver rápidamente- juro que seguiré sus ordenes al pie de la letra y ni una palabra de mas saldrá de mi boca. Ni siquiera para los miembros del Circulo.
-Perfecto, eso es justo lo que necesito- le dijo Valentine sentándose sobre su escritorio frente a Oliver con una sonrisa satisfecha- ahora, Oliver, escucha con atención, necesito que la misión comience de inmediato.
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Alec estaba en su lugar favorito, la biblioteca. Usualmente los chicos evitaban entrar ahí a menos que fuera sumamente necesario para hacer alguna tarea o buscar entretenimiento de emergencia. Por eso Alec se perdía ahí, sentado en su sillón favorito junto a la ventana mientras leía tranquilamente. Ninguno de los adultos le decía nada, ni lo echaba como al resto de los jóvenes, porque él si se comportaba. Ese día estaba solo en la biblioteca, comiendo caramelo de regaliz mientras escuchaba a algunos de los chicos jugando cerca del bosque. Era un día bastante bonito, cielo azul, pájaros cantando, y unos lindos ojos miel lo miraban fijamente.
-Hola- Alec levantó la mirada hacia la persona que lo llamaba. No lo conocía, pero lo había visto antes. Era uno de los nuevos reclutas de Valentine, había llegado la mañana anterior.
-Hola- respondió Alec.
-Mi nombre es Oliver Shadeland- dijo el muchacho extendiendo su mano hacia Alec. El menor la tomó rápidamente.
-Oh, mucho gusto, yo soy...
-Sé quién eres- lo interrumpió Oliver, una sonrisa juguetona en sus labios. Alec lo miró perplejo- vi tus hermosos ojos azules ayer y no pude evitar preguntarle tu nombre a Valentine.
-Eh?- Alec enrojeció al instante. Oliver soltó una risita.
-Pero mira que sonrojado estas- le dijo acercándose al chico. Alec tragó saliva pesadamente. Oliver puso una mano sobre la frente de Alec y después la bajó, acariciando su mejilla- estás enfermo? Acaso tienes fiebre?
-N... no... estoy... estoy bien- tartamudeó Alec, sentía el rostro caliente y sabía que debía estar sonrojado hasta las orejas, pero aun así no se apartó. La caricia de Oliver se sentía tan bien. Esos sentimientos que había luchado por reprimir durante ese año, esas mariposas en el estomago que sentía al ver a Jace, ahora las sentía mucho mas alborotadas. Oliver pasó su pulgar por el labio inferior de Alec, haciéndolo jadear de sorpresa y sonrojarse aun mas.
-Eres tan adorable, Alexander Lightwood- le dijo Oliver, sonriendo tiernamente... y Alec estaba perdido.
-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
-Así está bien, pero no debes tensar tanto tu codo- decía Alec mientras le mostraba a Brandon como hacer un lanzamiento perfecto con el arco. Todo el Instituto del Circulo sabía lo bueno que era con el arco y flecha. Brandon lanzó otra flecha, esta vez dando en el centro, aunque le faltó algo de fuerza- eso es, casi lo tienes.
-Gracias por ayudarme, Alec- le dijo Brandon- papá me va a matar si vuelvo a fallar tres tiros seguidos frente a Valentine.
-Lo harás bien- le dijo Alec sonriendo amablemente. Brandon estaba por cumplir la mayoría de edad, tenía que presentarse ante Valentine para probarse digno de pertenecer al Circulo.
-Alexander- Alec se giró hacia la potente voz que lo llamaba. Se sorprendió al ver a Oliver de pie en la puerta de la sala de entrenamiento, de brazos cruzados y el entrecejo fruncido.
-Oliver!- exclamó Alec, girándose rápidamente para despedirse de Brandon, diciéndole que ya practicarían otro día. Oliver lo esperaba de pie en una esquina de la sala de entrenamiento, alejado de todos los demás. Alec dejó el arco de práctica y corrió hasta él- pensé que tu ya habías terminado de entrenar.
-Vine porque me enteré que estabas haciendo lo que te pedí que no hicieras- dijo con voz seria y fría. La sonrisa en el rostro de Alec desapareció.
-Como?- preguntó, sabía exactamente a que se refería.
-Alexander, si te pedí que no entrenaras con el arco frente a otros fue por algo- le dijo Oliver cruzándose de brazos. Alec lo miraba preocupado.
-Lo siento, me pidió que le mostrara mi técnica, no podía...
-Tienes idea de por qué te pidió que le mostraras tu "técnica"?- lo interrumpió Oliver.
-Porque... pues porque quiere mejorar- dijo Alec sin entender completamente a que se refería.
-Alec- dijo Oliver rodando los ojos- él es mayor que tu. No tiene nada que aprenderle a un niño.
-Pero...
-Solo quería verte- dijo Oliver entre dientes- seguramente le gustas.
-Qué?! Claro que no! Eso no es posible, Oliver, no pienses...
-Como que no es posible?- lo interrumpió Oliver- eres extremadamente adorable, Alec. Cualquiera podría enamorarse de ti.
-Que...- Alec se sonrojó a más no poder- de que hablas?
-Te está engañando para ganarse tu confianza y poder aprovecharse de ti- le dijo Oliver cruzándose de brazos- puedes ser tan ingenuo.
-No, te equivocas- le dijo Alec negando rápidamente con la cabeza- Oliver lo estas entendiendo todo mal...
-Lo entiendo mal? Tal vez sabes perfectamente que te desea y te le andas ofreciendo, no es así?- le preguntó Oliver, mirando a Alec lleno de furia antes de darse media vuelta y salir de la sala de entrenamiento. Alec tardó unos segundos en registrar lo que acababa de decir y después salió corriendo detrás de él, alarmado.
-No, no! Oliver, por supuesto que no!- alcanzó a Oliver y se paró frente a él, deteniéndolo- nunca me ofrecería a nadie, jamás! Sabes que solo te quiero a ti!
-Shh, Alec!- lo regañó mirando al rededor, no había nadie en el pasillo, nadie los había escuchado.
-Lo siento- se disculpó el chico nuevamente, imitando al mayor para verificar que no había nadie escuchándolos.
-Si eso es verdad entonces por qué no crees cuando te digo las cosas?- le preguntó Oliver, sacándole la vuelta y volviendo a caminar dando grandes zancadas, alejándose de Alec.
-Lo siento! Lo lamento, Oliver, por favor, espera!- Alec lo tomó del brazo rogándole que lo escuchara. Oliver se detuvo pero no se giró a mirarlo- perdón, juro que te escucharé siempre. No me dejaré engañar por nadie, te haré caso!
-No quiero que vuelvas a entrenar con ese chico, entiendes?- le dijo firmemente después de unos momentos de silencio. Alec asintió frenéticamente.
-No lo volveré a hacer, perdóname, por favor- suplicó Alec mirando a Oliver con los ojos llenos de lagrimas. La expresión de Oliver se suavizó.
-Te perdono, Alec- le dijo antes de darle un suave beso en los labios- pero no lo vuelvas a hacer.
-No lo haré, lo juro- le dijo Alec sonriendo aliviado.
-Demos un paseo- le dijo Oliver, pasando un brazo por sus hombros y llevándolo afuera. Alec sonrió ampliamente, Oliver lo había perdonado. Miró al rededor asegurándose de que no hubiera nadie en el vestíbulo y lo abrazó con fuerza, ocultando el rostro en su pecho. Oliver lo abrazó de vuelta antes de soltarlo y salir del Instituto, donde los más pequeños aprendían a cabalgar. Eso era lo que más le gustaba de Oliver, eran iguales, ninguno de los dos quería que nadie se enterara de sus preferencias y guardaban su secreto mutuamente.
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Isabelle corría por las calles de Alicante. Había acompañado a su padre a comprar un par de cosas que necesitaban y la había dejado afuera mientras él terminaba los asuntos en la tienda de armas. A la niña le encantaba visitar la ciudad, vivir en el Instituto y ver las mismas caras todo el tiempo la desesperaba algunas veces. Pero sabía que Alicante también era un lugar pequeño, las personas se conocían entre ellas. Y no era difícil toparse con conocidos.
La chica caminaba por la calle mirando al rededor, buscando alguna golosina para llevarle a sus hermanos, cuando lo vio. Era el chico que acababa de unirse al Circulo hacía apenas una semana. No recordaba su nombre, pero era el más joven del Instituto, claro, sin contar a los hijos. El muchacho de cabello castaño estaba en un callejón, hablando con una chica rubia y alta, ese tipo de chicas que Izzy sabía tenían la cabeza hueca y servían mas para quedarse en casa que para cazar demonios.
Entonces Izzy vio en el exhibidor de una tienda en la esquina del callejón. Caramelo de regaliz, el favorito de Alec. Se acercó rápidamente para comprar un poco. Antes de entrar pudo escuchar las risitas tontas de la chica rubia y dirigió una mirada hacia ellos para verlos besándose contra la pared del local. Izzy rodó los ojos y entró a la tienda.
Después de comprar dulces para Alec y Max, Izzy se apresuró a volver a la tienda de armas con su padre para poder regresar al Instituto. Se hacía tarde y había quedado de entrenar temprano con Alec y Jace. En cuanto llegaron al Instituto, ni siquiera esperó a que su padre llevara el caballo al establo. Corrió hacia la sala de entrenamiento. Pero no tuvo que llegar, hasta allá. Alec y Jace la estaban esperando al final del pasillo de sus habitaciones, al pie de la escalera.
-En dónde estabas?
-Llevamos media hora aquí- la regañaron Alec y Jace.
-Lo siento! Papá tardó más de lo esperado en la tienda de armas- se disculpó llegando junto a ellos- pero mira! Te traje algo.
-Mmm, delicioso!- dijo Alec tomando la bolsa- gracias, Izzy.
-De nada- dijo la chica.
-Meteré esto a mi habitación, esperen- les dijo Alec corriendo para guardar sus dulces antes de ir a entrenar.
-Y yo?- preguntó Jace cruzándose de brazos.
-A ti no te gusta lo dulce y yo solo se comprar dulces- le dijo Izzy encogiéndose de hombros. Alec corrió hasta su habitación, lanzó la bolsa de dulces sobre la cama y salió nuevamente, corriendo para encontrarse con sus compañeros de entrenamiento, pero justo cuando estaba doblando la esquina para subir las escaleras, sintió un brazo rodearle la cintura. Se tambaleó hacia atrás, chocando de espaldas contra el pecho de Oliver.
-Hola, hermosura- susurró Oliver a su oído. Alec giró la cabeza para mirarlo. Oliver le sonreía traviesamente.
-Oliver, que estas...
-Tenía ganas de verte- le dijo Oliver, girándolo para que quedara frente a él y agachando la cabeza para besarlo. Alec se alarmó al instante echando una mirada hacia las escaleras.
-Oli...- muy tarde, Oliver ya se había posesionado de los labios y dos jadeos se escuchaban detrás de ellos. Alec empujó bruscamente a Oliver para separar sus labios, ambos se giraron y también soltaron un jadeo sorprendido. Jace e Izzy los miraban con los ojos y boca muy abiertos, sin poder reaccionar ante la sorpresa. Alec palideció por completo y estaba seguro que de no haber tenido a Oliver sujetando su cintura, hubiese ido directo al suelo.
-Oh...- murmuró Oliver, soltando a Alec lentamente. El chico logró mantenerse en pie. Abría y cerraba la boca intentando explicar lo que pasaba, pero sus cuerdas bucales habían perdido toda funcionalidad. Todos se quedaron en silencio sin saber cómo reaccionar.
-Alec...- murmuró Izzy. El ojiazul soltó un suspiro entrecortado, bajando la mirada y cerrando fuertemente las manos en puños. Jace e Izzy miraron a Alec a punto de salir corriendo. Se miraron entre ellos, sabían lo inseguro que era el chico, tenían que asegurarle que no les importaba, decírselo claramente o Alec nunca lo captaría- Alec, no te preocupes. Está bien.
-A... Alec, te prometo que no diremos nada si no quieres- dijo Jace, aun no salía de su sorpresa, pero sabía que debía apoyar a su Parabatai. Oliver respiró tranquilo, esos chicos no dirían nada por el bien de Alec. El mayor le pasó un brazo por los hombros.
-Lo vez? Están bien con esto, no les importa- le dijo Oliver, pero Alec no se miraba muy convencido- Alec?
Alec levantó la mirada hacia Oliver, que lo miraba suplicante. El ojiazul pasó saliva y medio miró a su hermana y Parabatai. Si había escuchado lo que le habían dicho, pero no estaba nada seguro, ellos aun se miraban sorprendidos, tal vez decían esas cosas solo por hablar. Oliver le dio un apretón en su hombro y decidió probar algo mas, respiró profundamente antes de hablar.
-Chicos, él es... es... Oliver es...
-Soy su novio- dijo Oliver, pasándole un brazo por la cintura a Alec, quien se sonrojó a más no poder, sin poder mirar a su hermana y Parabatai a los ojos.
Jace e Izzy pasaron saliva pesadamente. En definitiva no se imaginaban eso. Observaron como Alec se removía incomodo con la mirada fija en el suelo. Ambos sacudieron la cabeza y se miraron, saliendo al fin de su trance. Tenían que decir algo antes de que Alec pensara mal.
-Wow, te lo tenias muy guardado- dijo Jace alzando las cejas.
-Sí, no veía venir esto- dijo Izzy, sonriendo. Alec aun no levantaba el rostro, seguía mirando el piso, derrotado. Isabelle se adelantó un par de pasos hacia él, tomándole la mano- escúchame, Alec. Eres mi hermano. No me importa como seas. Tus ideales, tus acciones, tus gustos. Como sea que seas, te amo. Eres mi familia, siempre te voy a apoyar en todo lo que hagas, entendiste? Solo por el hecho de que tengas novio no significa que algo va a cambiar entre nosotros. Seguimos siendo exactamente los mismos de siempre.
-Lo mismo digo yo- dijo Jace acercándose también y poniendo una mano sobre el hombro de Alec.
-Gracias- murmuró Alec sonriéndole a los dos menores. Jace asintió con firmeza e Izzy le sonrió de regreso.
-Lo único que me molesta- dijo Izzy, todos la miraron rápidamente. Oliver y Jace sorprendidos, Alec asustado- es que consiguieras novio antes que yo! Es inaudito!
-Isabelle- la regañó Alec mirando alrededor para asegurarse de que nadie más los escuchaba. Todos soltaron una risa.
-Desde cuando salen?- preguntó Jace. Estaba más que sorprendido, no había sospechado de Alec ni un poco.
-Desde que Oliver llegó al Instituto- le respondió Alec aun algo sonrojado.
-Una semana y no me habías dicho nada?!- exclamó Izzy, los demás la chitaron de inmediato- lo siento.
-No es como si fuéramos por ahí tomados de la mano y lanzando arcoíris por donde pasamos- dijo Oliver rodando los ojos- sería estúpido.
-Sí, supongo que tienes ra... un momento- dijo Izzy mirando fijamente a Oliver.
-Qué?- preguntó Alec mirando de su hermana a su novio una y otra vez.
-Tú- dijo Izzy- te acabo de ver en Alicante besándote con una chica.
Los cuatro se quedaron en un silencio mortal, los menores mirando fijamente a Oliver para estudiar su reaccion. El muchacho miraba pálido a Isabelle y después se giró rápidamente hacia Alec, negando frenéticamente con la cabeza.
-Yo creo que me está confundiendo con alguien más- dijo Oliver, sonriendo nerviosamente.
-No, eras tú- dijo Isabelle. Ella y Jace miraban al muchacho con el entrecejo fruncido- lo sé, conozco a todos los del Instituto.
-Oliver?- preguntó Alec separándose un poco de él.
-Alec, no es verdad...
-Fuiste a Alicante esta mañana- le dijo Alec retrocediendo un par de pasos. Jace e Izzy miraban todo atentamente.
-Sí, si fui a Alicante- admitió Oliver- pero no me besé con absolutamente nadie.
-Entonces, por que...
-Tu hermana debió de ver mal- se apresuró a asegurar Oliver.
-Tengo vista perfecta- dijo Izzy cruzándose de brazos.
-Nunca haría algo así! Solo te amo a ti, Alec- le dijo Oliver, mirando al chico, preocupado. Alec abrió mucho los ojos.
-Me amas?- preguntó el voz baja.
-Lo amas?- dijeron Jace e Izzy.
-Claro que lo hago- Alec olvidó por completo la acusación de su hermana. En su mente solo estaba Oliver. Oliver sonriéndole tiernamente. Oliver tomándole la mano. Oliver diciéndole que lo amaba. Sonrió tontamente, mirando a su novio- eres el chico más maravilloso que he conocido, Alec.
-Oh, por el Ángel, una semana y lo ama?- murmuró Jace. Isabelle le dio un codazo para callarlo al ver lo feliz e ilusionado que lucía Alec. Nunca había visto a su hermano así. Sabía que Alec era feliz con ellos, pero en ese momento, incluso tenía un par de lagrimas en los ojos.
-Oliver- Alec se lanzó a abrazar al chico. Izzy y Jace se miraron entre ellos sin atreverse a decir nada. Oliver devolvió el abrazo y besó la cabeza de Alec.
-Vayamos a dar un paseo- le dijo el mayor, tomándolo de la mano para dirigirlo a la salida. Alec se giró hacia Izzy y Jace, que aun lo esperaban para ir a entrenar.
-Pero iba a...
-Vamos, Alec- dijo Oliver con voz firme y Alec se giró hacia él- ven conmigo.
-De acuerdo- murmuró Alec después de unos segundos, luego se giró a su hermana y Parabatai- lo siento, entrenamos más tarde, si?
Jace e Isabelle miraron, con ojos entrecerrados, como Oliver se llevaba a Alec. Ambos soltaron un suspiro, no les importaba que a Alec le gustaran los chicos. Claro que les sorprendía, no se esperaban algo como eso, pero se habían contenido al ver lo asustado y preocupado que había estado Alec. No querían que creyera que lo dejarían por ser quien era. Oliver les dedicó una mirada de advertencia antes de girarse nuevamente, los dos chicos lo miraron con ojos entrecerrados.
-Odio como lo trata- murmuró Jace en voz baja a Izzy- los había visto antes, pero no saque estas conclusiones.
-Lo sé- dijo la chica. Alec casi trotaba para seguirle el paso a las grandes zancadas de Oliver- como si Alec fuera un objeto que le pertenece.
-Y lo controla- dijo Jace entre dientes- Alec tiene que recapacitar.
-No podemos hacer nada, Jace- le advirtió Izzy.
-Pero...
-Yo también odio el modo en que Oliver trata a mi hermano- le dijo Izzy- pero no quiero que Alec me odie a mi por odiar a su novio.
-Entonces qué? No puedo dejar que trate a Alec de ese modo- dijo Jace.
-Ya lo sé, pero no debemos involucrarnos en la relación de nadie- dijo Izzy- Alec es inteligente, se dará cuenta tarde o temprano.
-Espero que sea más temprano que tarde- dijo Jace dando media vuelta para ir a la sala de entrenamiento.
-Lo hará- le dijo Izzy, echándole una última mirada a su hermano, que estaba al final del pasillo. Luego siguió a Jace para entrenar, sin Alec.
-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Alec estaba en su habitación, llevaba dos horas encerrado, aprendiéndose casi completo su libro de armas. Al día siguiente tendrían un examen con Hodge, y los exámenes de Hodge eran duros. Se estiró en su silla y se talló los ojos para descansarlos un poco, y entonces alguien tocó a su puerta. Alec aprovechó la visita para mover las piernas. Se puso de pie y abrió la puerta lentamente.
-Ponte tus zapatos, vamos a trotar- dijo Jace en cuanto Alec abrió la puerta.
-Pero mañana hay examen- dijo Alec, aun así se giró hacia su cama para ponerse sus zapatos para correr.
-Eres un cerebrito, ya deberías saberte todo- le dijo Jace recargándose en el marco de la puerta para esperarlo.
-No soy un cerebrito- le dijo Alec. El ojiazul se puso sus zapatos rápidamente y ambos salieron hacia el bosque, hacia el sendero que a Jace le gustaba recorrer. Trotaron hasta el lago Lynn, aproximadamente media hora, antes de dar media vuelta y regresar al Instituto. Pero a medio camino, Jace se desvió y le indicó a Alec que lo siguiera. Soltando un suspiro, Alec siguió a su Parabatai por entre los arbustos hasta dar con un claro muy bonito, lleno de flores... y de una manta con una sesta de comida encima.
-Wow, preparaste un picnic?- le preguntó Alec mirando a Jace lanzarse sobre la manta.
-Nop- le dijo revisando la sesta- esto también me tomó por sorpresa, supongo que es de Brandon, lo escuché decir que le tenía una sorpresa a Lety.
-Entonces no deberíamos estar aquí, llegaran en cualquier momento y arruinaremos su cita- le dijo Alec mirando al rededor.
-Bah, ella nunca le hará caso, se está engañando solo- dijo Jace, teniéndole un bollito de arándano con crema de chocolate blanco a Alec y tomando uno de chocolate con crema de coco para él- uuhh, vino.
-Deja ahí- lo regañó Alec.
-Solo un traguito no hará daño- le dijo Jace sacando la botella y tomando las dos copas que había dentro de la sesta.
-Jace...- justo cuando el rubio estaba sirviendo la primera copa, escucharon ruidos acercándose por entre los arbustos- alguien viene..
-Corre, corre!- murmuró Jace antes de soltar una risa. Jace soltó el vino y Alec lanzó su bollito a medio comer sobre la manta antes de saltar entre los matorrales, corriendo sin mirar atrás. Escucharon un "Qué demonios?!" a lo lejos y los dos soltaron una carcajada. Volvieron al sendero y caminaron lentamente de regreso al Instituto mientras Jace terminaba su bollito de chocolate. Jace aprovechó el momento para conversar con su Parabatai- oye, Alec.
-Si?- caminaban uno al lado del otro, tranquilamente por el bosque.
-Quería hablarte de algo- dijo Jace pateando una piedra en su camino.
-Que sucede?- a Alec le sorprendió lo serio que se había puesto su Parabatai de repente.
-Es sobre Oliver- dijo Jace mirando al ojiazul de reojo.
-Que hay con él?- preguntó Alec poniéndose a la defensiva. Sabía que a Izzy y Jace no les agradaba Oliver.
-Escucha, se que te gusta Oliver- comenzó Jace, pateando la piedra nuevamente mientras caminaban- se que piensas que es una gran persona y que te ama de verdad.
-Me ama de verdad- dijo Alec deteniéndose y girándose para mirar a Jace de frente. El rubio suspiró.
-Bien, de acuerdo, no pelearé contigo por eso- dijo Jace levantando las manos a modo de rendición- pero hay algo en él que no me convence.
-Hay algo en él que no te convence?- le preguntó Alec, Jace asintió.
-Oliver no es de confianza, Alec- le dijo seriamente- tiene algo... no lo sé, me da mala espina.
-Oliver es un miembro más del Circulo- le dijo Alec- sabes que Valentine no confía fácilmente en las personas, y eligió a Oliver para que se uniera a él.
-Lo sé, pero...
-Nada, Jace- dijo Alec, sonaba molesto, pero no alterado- eres mi familia, y confió en ti. Y me duele que no confíes en la persona que amo.
-Lo amas?- le preguntó Jace seriamente, ya se esperaba una respuesta que sabía era solo una ilusión.
-Claro que lo amo!- exclamó Alec.
-Bien, de acuerdo- dijo Jace cruzándose de brazos- hasta el día que recapacites, no importa lo idiota que te pongas por tu amor al amor, aquí estaré.
-No estoy enamorado del amor, Jace- dijo Alec rodando los ojos- estoy enamorado de...
-Pero quiero que te quede en claro que no me agrada Oliver- le dijo Jace claramente, Alec soltó un largo suspiro- no me agradaba antes, no me agrada ahora y no me agradará en el futuro.
-Jace, Oliver es...
-Pero...- dijo Jace interrumpiéndolo. Alec lo miraba suplicante, no quería que su familia y su novio estuviesen en malos términos- solo por ti, estoy dispuesto a tolerarlo- le dijo Jace, no sonaba para nada convencido, pero era suficiente para Alec.
-Gracias, Jace- le dijo el ojiazul con una enrome sonrisa antes de abrazarlo. Jace devolvió el abrazo fuertemente.
-Alec- ambos chicos se giraron ante la seria voz a sus espaldas. Oliver estaba detrás de ellos, de brazos cruzados y nada contento.
-Oliver, que... que haces aquí? Pensé que estabas en Alicante- le dijo Alec soltando a Jace y acercándose rápidamente a él para saludarlo. Pero Oliver lo detuvo con un movimiento de la mano.
-Dijiste que hoy tenías mucho que estudiar y no saldrías- le dijo mirándolo fijamente a los ojos. Alec pasó saliva.
-Estaba estudiando, pero Jace quería que lo acompañara a trotar, así que...
-Así que, como siempre, dejas todo sin importar lo importante que sea para hacer lo que Jace quiera- lo interrumpió Oliver, mirando al rubio con mirada mortal. Jace alzó una ceja sin sentirse para nada intimidado.
-N... no, lo que pasa es...
-No me gusta que andes solo con él- dijo Oliver, señalando con mueca de disgusto a Jace.
-Pero Jace es...
-No me importa quien sea, pasas más tiempo con él que conmigo!- exclamó Oliver dando un paso hacia Alec. Jace se enfureció al ver que su Parabatai se encogía en su lugar, tomando el regaño de Oliver como si se lo mereciera.
-Lo siento...
-Te lo he dicho miles de veces, Alec- siguió Oliver y Jace tuvo que tragarse su coraje. No se involucraría en la vida amorosa de nadie- tienes que cuidarte, eres demasiado ingenuo, demasiado distraído.
-Es solo... Jace...- la voz de Alec fue tan baja que Oliver no le prestó atención.
-No quiero que salgas solo con otros hombres, entendiste?- le dijo seriamente y Alec bajó la mirada preocupado, sin saber que decir. Jace estuvo a punto de soltarle un puñetazo a Oliver- quien sabe que intenciones tendrán contigo.
-Soy su Parabatai!- saltó Jace sin poder contenerse mas, parándose frente a Oliver con los puños fuertemente cerrados.
-No te estoy hablando a ti!- le devolvió el grito Oliver. Alec se alarmó al ver que ambos chicos estaban por soltar el primer golpe.
-Basta! Esperen, deténganse!- les dijo Alec poniéndose en medio de ambos. Jace era menor que él, pero luchaba muchísimo mejor, y Oliver, por supuesto, tenía más experiencia que ambos. Así que batalló para poder mantenerlos a raya- por favor, chicos, esperen!
-Calma a tu novio psicópata! Él empezó!
-Cierra la boca, niño! Aléjate de Alec!- Alec logró empujar a Oliver hasta dejarlo pegado a un árbol, se giró rápidamente hacia Jace.
-Jace, podrías... nos das un minuto?- le preguntó Alec con la respiración agitada. Jace lo miró frunciendo las cejas y Alec le dedicó una mirada de suplica. Jace suspiró.
-Bien, te veo en la sala de entrenamiento- el dijo antes de dedicarle una mirada de pocos amigos a Oliver y darse vuelta para irse. Alec y Oliver se quedaron en silencio unos minutos. Alec se mordía el labio pensando en que decirle.
-Alec, por que se estaban abrazando?- dijo al fin Oliver. Alec levantó la mirada.
-Le... le estaba agradeciendo algo- dijo Alec enrojeciendo hasta las orejas.
-Que cosa?- preguntó Oliver, su voz era fría, estaba muy enojado.
-No... nada, no fue nada importante- dijo Alec bajando la mirada, era terrible mintiendo.
-Nada importante, eh? Nada importante merece un abrazo?- le preguntó el mayor, cruzando los brazos.
-Oliver, fue solo...
-Tienes crema en tu labio- lo interrumpió estirando la mano y limpiando la crema de la comisura del labio de Alec- Jace era el que comía un bollito, no tu. Porque tienes crema en tu labio.
-No... esa no es crema de coco! Es...
-Ni siquiera te gusta el coco- dijo Oliver limpiando su dedo en una rama, con coraje- entonces no le diste una mordida al maldito bollito, acaso fue Jace? Jace manchó tus labios con crema?!
-No, Oliver, por favor escucha...
-No, tú escucha, Alec- le dijo acercándose a él casi amenazadoramente, Alec retrocedió un paso sin darse cuenta- tu eres mío, entiendes? No quiero que nadie más te toque. No quiero que te hablen con tanta familiaridad y que te coqueteen. Y en especial no quiero que andes por ahí ofreciéndote a todo chico que vez!
-Oliver...- murmuró Alec algo asustado. El mayor se dio cuenta que estaba casi encima de Alec y se calmó un poco. Dio un gran respiro antes de volver a hablar.
-Tienes que ver cuáles son tus prioridades, Alec- le dijo Oliver seriamente. Alec lo miró con dolor- te he dicho miles de veces que no andes solo por ahí con otro hombre, no me importa si es Jace, o Brandon, o quien sea. Tienes que decidir quién es más importante en tu vida.
Alec lo miró sorprendido. Acaso Oliver lo estaba haciendo elegir? No le importaban los demás chicos, pero Jace? No podía hablar en serio. Bajó la mirada pensando desesperadamente en que decir o que hacer. Amaba a Oliver, sí que lo amaba, pero Jace era su Parabatai y... también lo amaba? Sintió que su pecho se comprimía y sacudió la cabeza para quitarse ese pensamiento. Levantó la mirada hacia Oliver. El muchacho lo miraba molesto, con el entrecejo fruncido y los brazos cruzados. Jace nunca lo miraría así, si se enojaba, pero eran enojos simples, nada importantes. Oliver no era como Jace. Nunca lo sería. Soltó un gran suspiro, bajando la mirada con dolor.
-Lo siento, pero Jace es mi Parabatai- le dijo Alec alejándose de él un par de pasos. Oliver lo miró con ojos entrecerrados, estudiándolo- él es tan importante para mí como mis hermanos. Oliver, no me hagas elegir entre ustedes porque siempre lo erigiré a él.
-Lo erigirías a él por encima de mi?- le preguntó Oliver. Podía ver lo difícil que era para Alec decirle eso, lo mucho que le dolía elegir entre ellos, pero también podía ver que estaba decidido. El mayor suspiró resignado, ese era su límite. Jace era tan intocable como Isabelle y Max- de acuerdo.
-Eh?- Alec levantó la mirada.
-Lo entiendo- le dijo Oliver soltando un suspiro- Jace es tu Parabatai y es una persona importante para ti.
-Lo es- dijo Alec. Oliver lo tomó por los brazos y lo acercó a él para abrazarlo. Alec se dejó hacer.
-Lamento haberme comportado de ese modo- susurró Oliver a su oído- es solo que... quiero que estés siempre conmigo, no me gusta verte junto a otros chicos. Me matan los celos.
-Oliver- Alec lo abrazó fuertemente también- no tienes por qué ponerte celoso.
-No?- le preguntó el mayor, separándose un poco para mirarlo a los ojos.
-Claro que no- le sonrió Alec- te amo solo a ti. A ti y a nadie más.
-Yo también, Alec- le dijo Oliver, dándole un pequeño beso en los labios- eso no quiere decir que no esté dolido contigo por elegir a Jace en lugar de a mí.
-Lo lamento- se disculpó Alec, preocupándose- es que yo...
-Ya, no importa- lo detuvo Oliver con una pequeña sonrisa en los labios- lo que cuenta es que ya dejamos las cosas en claro.
-Si- dijo Alec. Oliver se inclinó, poniendo sus manos en la cintura del menor y lo besó tiernamente. Alec levantó los brazos y se colgó del cuello del más alto.
-Quieres dar un paseo conmigo?- preguntó Oliver separándose un poco, mirando a Alec a los ojos.
-Debería seguir estudiando- murmuró Alec, mirando el sendero en dirección al Instituto. Jace había quedado de ayudarlo con la practica con las armas, según él así se le pegaría mejor la información.
-Vas usar tu estudio como excusa para no estar conmigo cuando claramente no te importó para irte con Jace?- le preguntó Oliver, molesto. Alec se apresuró a negar con la cabeza.
-No, no, está bien, podría dar otro paseo- le dijo rápidamente luciendo preocupado, no quería que Oliver se enojara con él.
-Bien- dijo Oliver con una sonrisa antes de darle un pequeño beso en los labios. Alec sonrió mientras el mayor lo tomaba de la mano y caminaban lentamente de vuelta al lago Lyn.
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Después de hablar las cosas claras con Oliver, el muchacho ya no se molestaba por que Alec entrenara con Jace, o que lo acompañara a trotar por las mañanas. Había sido muy comprensivo y Alec estaba encantado. Oliver era el mejor, a pesar de sus altos y bajos. Incluso sus continuos celos le encantaban, le hacían saber que Oliver lo quería y que se preocupaba por él. Se sentía querido de un modo que ni sus hermanos ni Jace podían quererlo.
Esa noche, Alec dormía plácidamente en su habitación. Al día siguiente tendrían un entrenamiento extensivo con Valentine y tenía que descansar. Desafortunadamente no tuvo mucho de su preciado descanso. Cerca de las tres de la amaña, sintió a alguien sentarse a la orilla de su cama. Se removió un poco, haciendo espacio, usualmente Max iba a su habitación cuando tenía una pesadilla, supuso que era él. Pero se dio cuenta inmediatamente que no era su pequeño hermanito cuando sintió una mano grande acariciarle la mejilla. Abrió los ojos de golpe, girándose hacia donde estaba el visitante desconocido. Parpadeó rápidamente intentando enfocar y que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad.
-Oliver?- preguntó Alec, mas que sorprendido. En efecto, su novio estaba recostado junto a él con una enorme sonrisa en el rostro.
-Buenas noches- dijo el mayor en voz baja. No era la primera vez que Oliver lo visitaba en la noche. Algunos días iba y llevaba frituras y golosinas y hablaban por horas y se besaban otras más. Pero ese día, Oliver no llevaba nada de comida chatarra.
-Que haces aquí?- le preguntó Alec, girándose hasta quedar de frente a Oliver, sonriendo al igual que él.
-Tenía ganas de visitarte- le dijo volviendo a acariciar su mejilla- hoy no te vi casi para nada.
-Estuve ocupado, tuvimos un examen muy difícil- le dijo soltando un suspiro.
-Lo sé- Oliver se acercó, sin dejar de sonreír, y besó a Alec. El chico respondió el beso rápidamente, besándolo gustoso. Oliver acariciaba su mejilla con una mano y había rodeado su cintura con el brazo que tenía libre. Alec se apresuró a rodearle el cuello con los brazos. Oliver se movió hasta que quedó sobre Alec, aprisionando su cuerpo contra el colchón. El corazón de Alec comenzó a latir acelerado, y no era de gusto. Sintió las grandes manos de Oliver posarse en su cadera.
-Que estas... Oliver...- murmuró Alec contra los labios de su novio, pero Oliver no le hizo caso. Siguió subiendo sus manos, metiéndolas por debajo de la camisa del pijama de Alec- Oliver?
-Tranquilo- murmuró Oliver, separándose de los labios de Alec y pasando a atacar su cuello. Alec ahora se aferraba a los anchos hombros de su novio. Intentaba empujarlo suavemente, pero Oliver no dejó de besarle el cuello ni de subirle la camisa. Alec intentó relajarse, eso era lo que quería hacer Oliver, no era algo malo. Soltó un jadeo al sentir algo duro y cálido presionarse contra su muslo. Oliver movía sus caderas restregándose contra él y Alec sentía que el corazón se le saldría del pecho. Cerró los ojos con fuerza intentando calmarse, pero al sentir los fríos dedos del mayor juguetear con sus pezones, empezó a entrar en pánico.
-Oliver! Oliver no, por favor!- Oliver se separó un poco, mirando a Alec a los ojos. El menor lo miraba con miedo- por favor, no estoy listo.
-Como que no estás listo?- le preguntó Oliver incorporándose, pero sin quitarse de encima de Alec.
-No puedo hacerlo- le dijo Alec, removiéndose incomodo- es... es un gran paso y... no creo...
-Pensé que me amabas, Alec- dijo Oliver, quitándose de encima de Alec mientras lo miraba con dolor.
-Te amo! Te juro que si- le dijo Alec rápidamente, sentándose sobre su cama y bajando su camisa- te amo muchísimo, Oliver. Pero no estoy preparado para...
-Bien- lo interrumpió Oliver poniéndose de pie y tomando la bata que había tirado al suelo.
-Oliver?- lo llamó Alec aun sentado en su cama, mirando como el muchacho se dirigía a la puerta.
-Olvídalo, Alec- le dijo el mayor, poniéndose su bata antes de abrir la puerta- está claro que no me amas.
-Claro que sí! Te amo! Oliver, espera!- Alec se puso de pie y corrió hasta el muchacho. Pero Oliver puso una mano sobre su pecho, deteniéndolo justo cuando iba a abrazarlo.
-Buenas noches- le dijo Oliver fríamente en voz baja, ya había abierto la puerta y no quería despertar a nadie. El joven salió de la habitación de Alec cerrando la puerta detrás de él. Alec se había quedado paralizado ante la brusca forma en la que lo había detenido, pero más que nada, su mirada. Los ojos color miel de Oliver, que usualmente lo miraban llenos de cariño, eran fríos y se notaba lo molesto que estaba.
Alec recargó su espalda en la puerta y se deslizó hasta el piso. Suspiró parpadeando rápidamente para quitar las lagrimas que se habían agrupado en sus ojos. Tenía que hablar con Oliver para que lo perdonara, pero no estaba listo para tener sexo, por mucho que amara a Oliver, no podía hacerlo. Soltó un suspiro entrecortado. Se la pasó el resto de la noche pensando en sus posibilidades. Oliver lo amaba, seguramente entendería una vez que hablara con él al respecto. O tal vez para recuperar a Oliver tendría que hacerlo. Oliver era mayor que él, y el sexo era una parte importante en toda relación. Se cubrió el rostro con las manos al sentir que se sonrojaba a más no poder. Como podría tener relaciones con Oliver cuando estaba por desmayarse de solo pensarlo?
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Bien.. primer capítulo no es tan interesante.. pero es la base del caos que se desatará después..! espero contar con su apoyo en este fic..=D Review..?
