Summary: Los amores de verano suelen ocurrir. Son bonitos, frescos y sin demasiadas presiones. Damon encuentra a su amor de verano pero, ¿qué pasaría si ese amor no fuera como cualquier otro? ¿Y qué si la chica tuviera una vida distinta a la que él creyó de primer momento? Porque Elena no es una muchacha igual al resto, ella no es como su amiga Caroline o alguna de las chicas que ven cada tarde en la playa. Elena tiene una vida especial detrás de esa sonrisa calmada e inocente. Una vida que para Damon será un auténtico y dulce desafío.

N/A: Hola! Bueno, esta idea la tenía hace mucho en mi cabeza, pero no sabía cómo iniciarla, hasta que simplemente las palabras surgieron y el capi se escribió solo. Es una historia un tanto distinta en un universo alternativo, todos humanos.


Disclaimer: La mayoría de los personajes pertenecen a la fabulosa de L.J. Smith y CW. La trama y algunos otros es de mi autoría.

TÚ ME CAMBIASTE LA VIDA

Capítulo 1

Las olas del mar se balanceaban hacia la desembocadura en la costa. Una hoja seca de un árbol cayó al agua salada, perdiéndose entre el inmenso caudal celeste. La playa estaba siendo ocupada por gente joven, cero problemática, y con ganas de pasarla bien y divertirse. Era el clima humano perfecto.

Allí se encontraban Elena y sus dos mejores amigas: Bonnie y Caroline. La morena más alta, Elena, vestía un bikini blanco con puntos negros, y un short de jean debajo, al igual que sus amigas. Caroline, radiante como ella misma, había optado por un traje de baño de dos piezas en un tono rosa flúor. Y Bonnie, apenas más relajada que su rubia amiga, se había colocado un bikini de color amarillo que contrastaba con su tostada piel.

Las muchachas eran la sensación en la playa. No había un chico que no se voltease a verlas pasar. Muchos de los ojos se centraban en el cuerpo de Elena, pero ella, con los suyos ocultos detrás de gafas negras, no prestaba atención. No tenía la mente puesta en conquistar hombres, sino en disfrutar de los últimos rayos del sol que comenzaba a ocultarse para dar paso a una luna ya presente en el cielo.

Mientras Caroline se detenía a comprar un helado del carrito que un hombre paseaba por la orilla, Elena se dedicó a observar el mar. El agua cristalina permitía ver con claridad las caracolas, algunas grandes y otras pequeñas, que traían las olas y se encasillaban en la húmeda arena. Le llamó la atención una tornasolada. Nunca había visto otra igual. Sin dudarlo, se inclinó al agua, dejando que su mano se mojara al tomar la caracola. Ésta tenía el tamaño de la mano, y le pareció más preciosa al apreciarla de cerca.

– Eres una afortunada, esas son casi imposibles de encontrar – apuntó una voz masculina detrás de ella.

Elena se incorporó al instante y lo miró con extrañeza. A cambio, recibió una sonrisa ladeada que la dejó sin aliento por un momento.

– Mi nombre es Damon – se presentó él, sin más. No aparentaba ser mayor de veintiséis años. Y era magníficamente atractivo a los ojos de Elena.

Ella se quitó las gafas, subiéndolas hasta su cabeza y dejándolas allí, sosteniendo los primeros mechones de su largo y lacio pelo, que querían caer a los costados de su cara. En ese momento todo se paralizó para ambos. La conexión de las miradas fue profunda e intensa. Elena se perdió en esos ojos azules como el mar que tenía detrás de ella. Tuvo la sensación de que sólo eran él y ella en la playa. Se olvidó del mundo entero, y de su vida, hasta que una risita coqueta llegó a sus oídos y la obligó a cortar el intercambio de miradas. Era Caroline, que se acercaba con Bonnie, las dos sonrientes. Un par de chicos las seguían. Elena creyó oír un pequeño gruñido saliendo del pecho de su compañero.

– Ey, guapa, ¿por qué no caminamos por la orilla un rato? – dijo uno a Caroline.

Ella le hizo esperar y presentó a los muchachos con Elena. El que había hablado era Tyler, un morocho sagaz y atrevido, con una sonrisa parecida a la de Damon, pero que a Elena se le antojaba menos atractiva. El otro, que intercambiaba fugaces miradas con Bonnie, era Matt, de cabello rubio y ojos verdes. A Elena le gustó para Bonnie, él tenía cara de ser un chico tranquilo y sin dobles intenciones.

– Así que Elena – murmuró Damon cuando ambas parejas los dejaron solos para irse a caminar, como había ofrecido Tyler –. Precioso nombre para una preciosa mujer. ¿Estás sola?

Elena miró a sus costados y se encogió de hombros.

– Supongo, mis amigas se han ido con tus amigos – respondió haciendo una mueca que alzaba apenas la comisura derecha de sus labios, como expresión de circunstancia.

– No me refería precisamente a la soledad – susurró él, en un tono más íntimo y cómplice.

– Entonces sí, estoy soltera – admitió Elena sin problemas, pero evitando cruzar la mirada de Damon. No quería perderse de nuevo.

Pudo ver la sonrisa satisfactoria del moreno, que colocó su índice bajo el mentón de Elena y lo levantó suavemente, obligándola a observarle.

Damon sí necesitaba que la chica uniera sus ojos a los de él. Las sensaciones de ese pequeño momento le habían revolucionado todo en su interior. Y quería más de aquello, porque nunca le había pasado algo tan fuerte y placentero con solo una mirada. Esa muchacha tenía un no sé qué especial. Un tanto peligroso, si se quería. Pero a Damon lo había hecho sentir bien y, nuevamente, pensó que precisaba más.

– Mami – gritó una vocecita dulce y alegre, que interrumpió las intenciones de Damon y lo hizo fruncir el ceño levemente.


Espero que les haya gustado. Dejen sus reviews, como siempre digo: son un mimo para el escritor

Nos leemos pronto!