Pareja: SasuSaku / NaruSaku

Rating: K

Género: Romance/Drama

Advertencias: Naruto-centric.

Disclaimer applied

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¿Hasta dónde eres capaz de llegar por un ser querido?

A pesar de todo, Sakura era feliz.

A pesar de todo…

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Me gustaba mirarla cuando tenía uno de sus ataques. Jamás había visto a alguien comportarse así. Era, hasta cierto punto, chistoso. Pero a mí me parecía de lo más interesante.

Ella hablaba sola con frecuencia. Se gritaba y reprendía así misma por comentario que "quién sabe quién" hizo, y a veces, hasta se sacudía desesperadamente mientras se tironeaba del cabello. Luego se calmaba, y murmuraba cosas por lo bajo.

Cuando estaba aburrida, se recordaba las cosas en voz alta. Y siempre le sonreía a todos.

Eso nunca se le olvidaba.

Recuerdo que una vez, la encontré tirada en el suelo. Me preocupé mucho así que corrí hasta donde estaba, pero cuando le pregunté qué le había sucedido, ella simplemente respondió "Es que olvidé recordarme respirar", se golpeó tontamente la frente con su puño, se levantó y se fue como si nada hubiese ocurrido.

Sakura era extraña, pero me gustaba su estilo.

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—¿Sabes, Naruto? Tu y yo nos parecemos mucho.

—¿Eh? ¿Qué quieres decir con eso, dattebayo?

—Yo también quiero a todo el mundo.

Me ilusioné al principio, pero luego, me pregunté qué significaría "querer" para ella.

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Sakura era una persona nerviosa. Se comportaba compulsivamente cuando no entendía algo, hacía muecas graciosas y movía frenéticamente sus dedos unos contra otros. Aunque era muy inteligente.

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—¿Cómo sabes cuándo quieres a alguien, Sakura-chan?

—Me doy cuenta de que quiero a alguien, cuando sé que sería capaz de llorar su muerte.

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Ella es impredecible. Antes pensaba que se comportaba así para no parecer vulnerable ante los demás. Como un mecanismo de defensa. Pero conforme pasaba el tiempo, me di cuenta de que lo hacía de forma natural.

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—¿En serio? ¿Llorarías si yo muriese, Sakura-chan?

—¡Claro que sí, tonto! ¿Cómo me preguntas eso?

—¿Y Kakashi-sensei, dettebayo?

—También.

—Hm… ¿Qué tal Shino?

—¡Ya déjalo, Naruto!

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Sakura era muy sensible. A veces chillaba, y lloraba por cualquier cosa. Era pequeña y le era imposible quedarse quieta. Tenía problemas para hacerse entender, porque pensaba y decía las cosas de forma poco común, pero hasta en ese entonces, no había visto a nadie de la aldea dejar de intentar comprenderla pacientemente cuando comenzaba con sus parloteos.

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—…¿Y Sasuke-teme?

—Yo amo a Sasuke-kun.

—Eh… ¿Cuál es la diferencia? ¿Llorarías con más fuerza?

—Si Sasuke-kun muriese, yo me suicidaría.

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En ocasiones, tenía una lucidez monstruosa. Hablaba tan segura de sí misma, que me encontré a mi mismo varias veces escuchándola embelesado.

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—Piénsalo un momento ¿De acuerdo?, ¿Qué harías tú?

—¿Si el teme muriese? Pues…

—No, tonto. Si la persona que más amas en este mundo, falleciera.

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Sakura era muy gruñona. Se enojaba con facilidad y muchas veces lo hacía con ella misma. Se victimizaba y culpaba por casi todo. No tenía orgullo, y se ponía muy testaruda cuando quería tener la razón.

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—Viviría cada día del resto de mi vida, por esa persona.

—No, Naruto…

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Aunque no necesitaba serlo, ella siempre tenía razón sobre mí, incluso cuando no se daba cuenta.

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Así, solo estarías viviendo esperando la muerte…

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En ese momento, no me di cuenta de qué tan en serio debía tomar mis conversaciones con Sakura.

Jamás volvimos a hablar del tema, y todo parecía haber vuelto a la normalidad.
Dos meses después de eso, unos ANBU trajeron la mala noticia a Konoha; Sasuke había muerto en batalla. Luchando contra su hermano Itachi Uchiha.

Pensé que lo lograrías, teme…

Esa tarde, fui al departamento de Sakura… después de todo, "hoy era ese día". Ni siquiera me molesté en golpear la puerta, simplemente entré y allí estaba; tirada en el suelo toda ensangrentada.

Un kunai en el corazón

Justo a su lado, estaba la fotografía del equipo siete, aquella que nos tomamos de más pequeños. Pero, estaba cortada y solo estaban Sasuke y ella. Sonreí inconscientemente para mis adentros;

Parece que al final… sí fuiste capaz de hacerlo

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Y hoy, con ciento seis años, me encuentro en mi lecho de muerte. No me sorprende estar recordándote una última vez… Tú eras, esa persona que más amaba en este mundo, y creo…

Creo que por fin estoy listo para dejar este mundo, Sakura-chan

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