¡Holitas!

Aquí el nuevo ff, yo para variar, como siempre, miles de ff por continuar y no me canso de empezar cosas nuevas ¬¬

Bueno, he subido este ff antes de actualizar los otros porque se trata de un regalo navideño que le prometí a mi amiga Carly, así que, como no pude escribirlo ni subirlo antes de Reyes, pues lo subo ahora que no queda demasiado fuera de lugar, y está cerquita aún de las navidades.

Antes de nada, decir que pretendo actualizar pronto los otros ff, así que tranquilidad ;-D Y espero que este ff le guste a la gente y tenga tanto éxito como Amores Perros (soy feliz con ese ff XDDD, así da gusto escribir)

Ahora, las advertencias y parejas varias del ff:

Este ff es básicamente Snape/Harry. No me entusiasma nada esta pareja, aunque la soporto, y como el ff es para Carly y esa es su pareja favorita, pues por eso la metí como pareja protagonista. Luego, como es habitual, habrá Sirius/Bellatrix XDDDD, pero advierto tanto para quienes les guste Bellatrix como para los que no, que Bellatrix va a estar un poco rara en este ff jejejeje, una parodia de sí misma, creo yo. Y luego, habrá menciones de Sirius/Remus también.

Advertencias: Bueno, pues ¿necrofilia? XDDDD Nah, no creo que sea para tanto, ya veréis que no es nada traumatizante, y de hecho, no creo que salga nada fuerte en el ff, ni siquiera lemon. También SLASH y SPOILERS del 6º libro. Así que estáis advertidos jejeje. Además, también advierto que este ff va a ser muy absurdo, mucho mucho, tanto que algunos personajes pueden quedar OOC debido a su absurdez XDDDD. Así que no sé muy bien como calificarlo, sería teóricamente Humor/Romance/Parody.

Luego, como podréis adivinar por el título, sí, la idea está sacada de la película "La novia cadáver" de Tim Burton, pero vaya, que solo es la idea general, salvo el primer capítulo, el resto no se va a suceder como en la película, así que si alguien ha visto la peli, bien hecho, sino, pues no hace falta. Aunque la recomiendo porque es muy bonita y es de Tim-dios-Burton XDDD

Disclaimer: Nada me pertenece, los personajes y ciertas partes de la trama pertenecen a JK, no gano nada con esto. Y la idea principal pertenece a Tim Burton.

EL NOVIO CADÁVER

Capítulo 1: Decisiones y desaciertos

Al amparo de la oscura noche y la densa vegetación del bosque, Severus Snape esperaba silencioso la llegada de Voldemort. No muy lejos de allí, se podía vislumbrar la destartalada casa de la familia Weasley, aún en la oscuridad se distinguían luces en el interior y un fino hilo de humo saliendo de la chimenea. Todavía estaban despiertos.

Sabía que Voldemort tramaba alguna misión importante concerniente a los Weasley, no había llegado a enterarse con certeza de lo que se esperaba que hiciera, pero todo apuntaba a que para esa noche, la muerte de alguno de los miembros de esa familia no tardaría en llegar. Snape lo intuía, por algo había sido uno de los más fieles mortífagos al servicio del Señor Tenebroso, pero no podía asegurarlo, no podía decir cual de ellos moriría a manos de su propia varita, porque desde la muerte de Dumbledore, nada había vuelto a ser igual.

Odiaba recordar cómo le insistió a Bellatrix, recordándole que él era en quien Voldemort más confiaba. Desde entonces, no soportaba encontrársela, ya que ella no hacía más que recordarle con ironía sus palabras. Voldemort no había vuelto a confiar en él como antes, ni siquiera hasta ese preciso momento en que esperaba la orden de atacar, había recibido ningún tipo de instrucción al respecto. Todo lo que sabía se debía a comentarios robados de conversaciones que cesaban en cuanto él aparecía.

Las luces de la casa se apagaron, ahora sólo la luna y las estrellas iluminaban el pequeño claro donde esperaba, y entonces, como si hubieran estado esperando el momento, dos figuras aparecieron entre las sombras.

En seguida descubrió que se trataba de Voldemort, como esperaba, y luego, torció el gesto al ver que la otra figura era Bellatrix, que sonreía con esa sonrisa de suficiencia que le crispaba los nervios.

- ¿Qué hace ella aquí?- dijo Snape, molesto por la presencia de la mujer.

- Es la hora de sacar a pasear a Nagini.- dijo Voldemort.

Snape bajó la vista hasta el suelo, y comprobó que Bellatrix llevaba en su mano una correa que estaba atada al cuerpo de la serpiente. Tuvo que contenerse las ganas de reírse de ella en su cara, de decirle que de qué le servía ser la más fiel al Señor Tenebroso ¿para sacar a su serpiente a hacer sus necesidades? Patético. Pero por la cara de felicidad de Bellatrix, se podía intuir que sacar a pasear a Nagini era la tarea más fabulosa del mundo.

- ¿A quién hay que matar?- preguntó Snape impaciente.

Bellatrix y Voldemort intercambiaron las miradas, miradas demasiado cómplices como para que Snape pudiera adivinar qué tramaban.

- Severus…- comenzó Voldemort, caminando alrededor del hombre que aún esperaba algún tipo de aclaración.- Como bien sabes, hemos estado estudiando la forma de devolver la vida a los muertos.

- He estado estudiando.- apuntó Bellatrix, recalcando su papel en tan interesante descubrimiento.

- Exacto.- secundó Voldemort.- Después de mucho tiempo, Bella por fin encontró la forma de resucitar a los muertos.

Snape estaba impaciente por preguntar qué demonios pintaba él en todo aquel tema de resucitar a los muertos, pero conocía a Voldemort y sabía que no debía interrumpirle cuando hablaba.

- Lo que hemos descubierto hasta ahora…

- He descubierto.- apuntó Bellatrix, de nuevo cortando la conversación de Voldemort.

Snape se quedó esperando la reprimenda por parte de Voldemort. Bellatrix estaba siendo muy descarada al actuar de esa forma.

- Sí, Bella, has descubierto.- afirmó Voldemort con signos de estar perdiendo la paciencia, y luego continuó dirigiéndose a Snape.- De momento, sólo se pueden resucitar las víctimas de un determinado hechizo, que deja a la persona en un estado aún peor que la muerte. Pero pronto esperamos…- Bella abrió la boca y Voldemort la cortó esta vez.- Bella encontrará la forma de encontrar la solución para cualquier tipo de muerte.

Bellatrix sonrió satisfecha, y Snape seguía sin saber qué tenía todo aquello que ver con los Weasley.

- ¿Qué quiere decir con un estado peor que la muerte?- preguntó Snape.

- El limbo, una dimensión intermedia entre la muerte y la vida.- explicó Voldemort.

Severus pensó que no encontraba la diferencia entre una cosa y otra, pero tampoco tenía mucha intención de averiguarlo. Si todo aquello conducía a que hubiera un Weasley menos en la tierra, bienvenido sea.

- Necesitamos comprobar que es efectivo, probar que la resurrección es completa.- dijo Voldemort.

Para Snape, las cosas se iban aclarando, pero aún así, no comprendía por qué matar a un Weasley para luego resucitarlo, quizás por si no era efectivo totalmente, pero habría sido mucho más práctico probarlo con otra persona…

Y entonces, entendió lo que se tramaba y cual era su rol en todo aquello. Antes de poder asimilar que él iba a ser el conejillo de indias de aquel experimento, un rayo anaranjado salió de la varita de Voldemort y le golpeó el pecho.

Y después de eso, no sintió nada más. Nada. Si hubiera tenido conciencia, como todos los muertos, habría podido entender cual era la diferencia entre estar muerto y estar en una dimensión desconocida.

Un choque de manos y un par de carcajadas.

- Y va y se lo cree, qué iluso.- rió Bellatrix.

- Maldito traidor.- murmuró Voldemort con rencor.- Creía que no me iba a enterar que nos espiaba. Fue tremendamente fácil hacerle creer que era mi mortífago más fiel.

- Tenía que haberlo visto aquella noche, trató de ridiculizarme.- dijo Bellatrix.

- Pero cumpliste muy bien tu misión, Bella. Como siempre.- guiñó Voldemort y Bella sonrió coquetamente.- Ahora, necesito que sigas investigando. Cuando podamos resucitar a todos los nuestros nadie nos podrá parar.

- Sí, ahora mismo me vuelvo a recluir para seguir investigando.- dijo Bellatrix haciendo varias reverencias. –Pero… alguien podría resucitarle…

- Imposible. Bien sabes que es necesario un acto de amor para resucitar a un muerto por este hechizo. ¿Tú conoces a alguien que le ame?- preguntó Voldemort convencido de que eso era inverosímil.

- ¡No!- rió Bellatrix.

- Pues yo tampoco, muajajajaja.- rió Voldemort.- Así que me temo que no nos volverá a molestar nunca jamás. Y para que te quedes más tranquila…

Voldemort apuntó al cadáver de Snape, que estaba totalmente rígido y con los ojos abiertos con espanto, y lo desilusionó, haciendo que fuera cubierto por un montón de maleza y ramas.

- Ahora celebrémoslo.- dijo Voldemort dando una palmadita en el trasero a Bellatrix por su gran investigación.

Nagini "correteaba", o más bien, serpenteaba eufórica alrededor de los pies de Bellatrix reclamando atención.

- Nagini aún no ha hecho pis.- comentó Bellatrix, preocupada.

- No importa, la dejaremos en el patio, luego que limpie Colagusano.- propuso Voldemort.

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CINCO AÑOS DESPUÉS…

Harry removía perezosamente su taza de té, a esas alturas ya debía estar frío y no había probado ni una sola gota. Con la mirada perdida en el líquido, intentaba no pensar en nada, pero le era imposible. Todo a su alrededor era alboroto y felicidad. Oía la voz de Ginny, histérica, desde el piso de arriba, a Hermione bufando por tener que subir las escaleras por enésima vez, Ron preocupado por si la túnica de Bill era más elegante que la suya, los gemelos ideando algo seguramente para el banquete…

Y él, era el único que no estaba feliz. Aquella boda iba a ser otra de tantas cosas que no había elegido, casi podía decir que ni siquiera había elegido estar con Ginny durante tanto tiempo. Recordaba cuando a final del 6º curso la dejó y apenas si podía recordar cuando volvieron a salir. Todos se sintieron muy molestos con él por abandonarla y al final acabó cediendo a las presiones. Tal vez porque era cómodo, tal vez porque no quería oír más reproches. Una vez más, no fue él quien decidió que Ginny era su pareja ideal.

Al final, seis años de relación había desembocado en lo inevitable. Ahora, mirando la taza de té, se preguntaba qué habría pasado si no hubiese dejado que la rutina lo hubiera llevado a esa situación. Quería reprocharse el haberse conformado con que esa parte de su vida fuera fácil y sencilla, pero algo en el fondo le decía que no debía sentirse desdichado por ello, su vida ya era suficientemente complicada como para complicarla con algo tan simple como el amor.

Decidió dejar el té intacto, no le apetecía. Necesitaba despejarse un poco y alejarse por unos instantes de todo aquel bullicio. Salió al jardín de La Madriguera, ya que sería muy descortés volver a su casa justo antes del ensayo de la boda. Se sentó en un banco a esperar la hora con resignación, al menos le daría un poco el sol y tomaría el fresco.

Llevaba un rato allí cuando oyó voces que provenían del cobertizo de las escobas. No había visto a nadie entrar allí, así que supuso que quienes fueran llevaban allí desde antes que el se sentara. Aguzó el oído.

- Esta boda va a suponer un gasto tremendo. Sólo pensar a toda la gente del Ministerio que hay que invitar… y claro, son del Ministerio, habrá que hacer algo medianamente decente si no queremos salir en Corazón de Bruja.- dijo Arthur.

- No seas tonto, Arthur. Vamos a salir en Corazón de Bruja pero como la boda más glamourosa del siglo. ¿No sabes lo que ha costado el vestido de Ginny?- dijo Molly.

- Lo sé. Muchísimo, no me lo recuerdes, que estamos en números rojos.- dijo Arthur.

- ¡No tienes que preocuparte tanto!- dijo Molly.- En cuanto Ginny se case con Harry ¡seremos ricos! Tú sabes tan bien como yo que Harry tiene una de las fortunas más grandes del mundo mágico, no sólo lo que heredó de Lily y James sino lo que heredó de Sirius y Dumbledore.- dijo Molly.

- Sí, pero hasta que no se case con Ginny no podemos actuar como si ya tuviéramos el dinero.

- Tú déjame a mí, que yo sé arreglar todo esto.- dijo Molly.

Harry, totalmente sorprendido, oyó que se disponían a salir del cobertizo y, para no llamar la atención, decidió irse de allí antes de que descubrieran que lo había escuchado todo. Corrió hasta la cocina de nuevo, y apuró de un trago el té ya frío. La taza temblaba en su mano. Y en ese momento, Molly y Arthur entraron con sonrisas hipócritas.

- Harry, cariño, ¿preparado para el ensayo?- dijo Molly cogiéndole del brazo.

Harry balbuceó, aunque hubiera querido decir que no, Molly Weasley lo habría tomado como un sí.

- Oh, mi amor, ¡estás pálido! No te preocupes, son los nervios de la boda, todo va a salir perfecto.

Y Harry sentía cómo sus mejillas tomaban color, pero por la rabia y la sangre que le hervía en su interior. En seguida, toda la familia Weasley y Hermione estaban reunidos en el comedor, para dirigirse al ensayo de la boda.

Durante el camino, Harry no escuchó los comentarios de nadie, a cualquier cosa que le decían asentía o negaba sin pensar demasiado. Lo único que tenía en ese momento en su mente era que ahora comprendía el interés de los padres de Ginny en el noviazgo con su hija, por qué insistían en que debían casarse cuanto antes, que vivir en pecado no estaba bien visto en el mundo mágico y que no lo consentirían…

La iglesia estaba cerca de La Madriguera, entre ésta y el pueblo más cercano, Ottery St Catchpole. Era un edificio bonito, más aún cuando la tarde comenzaba a caer y el cielo se empezaba a cubrir de estrellas. Aunque pareciera idílico, inserto entre la naturaleza, Harry sentía que se aproximaba a la guillotina.

El sacerdote ya esperaba a la comitiva, y sin darse cuenta, Harry se quedó parado justo antes de llegar al altar, un empujón hizo que avanzara los pocos pasos que le separaban de donde esperaba Ginny.

Todo comenzó tal y como estaba previsto. Ron leyó un texto, que tenía poco preparado y recibió algunos chasquidos de reprobación por parte de sus padres. Hermione, en cambio, como madrina de boda, llevaba su papel perfectamente aprendido, como no podía ser de otra forma. Ginny, dijo sus votos, y a Harry se le encogió el corazón al ver los ojos ilusionados con que le miraba. Él no podía corresponderle de la misma forma. Se estaba aventurando a algo parecido a un matrimonio arreglado, sólo por su falta de decisión. Ginny le sonreía, y él sólo podía ver que no la amaba, que no deseaba con todas sus fuerzas pasar toda su vida junto a ella. Y entonces, ante la mirada impaciente de su prometida, se dio cuenta de que era su turno. Le tocaba decir sus votos.

Los había estado repasando la noche anterior, pero sin tampoco demasiado interés, como todo lo que envolvía a aquella relación.

- Con esta mano yo disiparé…-se quedó atascado, con la mente en blanco. Oyó a Hermione susurrarle la continuación.- tus penas. Tu copa nunca estará vacía pues…

Otra vez en blanco. Se volvió nervioso y vio a Ron haciéndole un gesto de que debía seguir, Molly y Arthur le miraban con cara asesina, pero Harry sólo podía ver en sus ojos el símbolo de los galeones.

- No… no me acuerdo.- murmuró algo avergonzado.

El sacerdote le miró con rabia.

- Potter…- no era un apelativo, sino una orden.

Harry alzó la vista, angustiado. Hacía tiempo que no oía su nombre con ese deje de antipatía. Por suerte, aquel desgraciado había muerto hacía varios años, aunque nunca se encontró su cuerpo. Ese sentimiento vengativo le hizo recobrar fuerzas. Snape mató a Dumbledore y él no pudo hacer nada para evitarlo, no pudo porque ya habían decidido por él que no debía actuar. Había tantas cosas que no había tenido la oportunidad de decidir…

- Con esta mano yo disiparé tus penas. Tu copa nunca estará vacía pues yo seré tu vino. Con esta vela iluminaré tu camino en la…

Otra vez, todos los ojos se posaron en él para ver cómo proseguía su voto. Pero esta vez, Harry, aunque sabía como continuaba, decidió no terminar la frase. Sin decir nada, salió corriendo, huyendo hacia un destino que él sí decidiría.

Corrió tan rápido, que cuando los gritos y los llantos se apoderaron de la iglesia, estaba demasiado lejos para escucharlos. Sin aliento, internado en el bosque, se apoyó contra un tronco a recuperar la respiración. Acabó sentado en el suelo, solo, como siempre debía haber estado. Desde allí se veía La Madriguera, vacía, y supo que tenía que huir lejos. Se dio cuenta de que aún agarraba con fuerza el anillo, tenía ganas de romperlo.

Con una sonrisa de satisfacción en el rostro pronunció su voto, como cruel remedo de lo que debía haber hecho y decidió no hacer.

- Con esta mano yo disiparé tus penas. Tu copa nunca estará vacía pues yo seré tu vino. Con esta vela iluminaré tu camino en la oscuridad. Con este anillo, te pido que seas mía…- y lo colocó sobre una rama seca, dispuesto a dejarlo allí para siempre y marcharse a donde nadie pudiera encontrarle.

Sin embargo, algo ocurrió y Harry retrocedió unos pasos tropezando y cayendo al suelo. Sus ojos verdes desorbitados y una expresión de total desconcierto. La rama seca se partió al rellenar algo el hueco del anillo. Un dedo blanquecino, y al dedo siguió poco a poco el resto de un cuerpo.

El cuerpo de Severus Snape.

Harry resbaló intentando escapar de allí. Sus peores pesadillas se hacían realidad, aquel que creía muerto ahora aparecía ante sus ojos, de la nada, y… vivo.

En cuanto la transformación de Snape concluyó, éste tampoco reaccionó de forma agradable.

- ¡Potter!- exclamó sorprendido y asqueado.

- Tú… tú estabas muerto.- fue lo único que alcanzó a decir Harry.

Aquellas palabras hicieron recordar a Snape la última escena de su vida. Para él era como si no hubiera pasado el tiempo.

- Ya no. ¿Descubriste el hechizo para resucitar a los muertos?- preguntó Snape.- ¿Te lo dijo ella?

Harry, que habría preferido huir de allí cuanto antes, decidió quedarse un instante ya que lo que Snape decía podría ser interesante.

- ¿Qué hechizo? ¿Quién se supone que me lo ha dicho?- preguntó Harry.

- El hechizo que descubrió Bellatrix para resucitar a los muertos.- dijo Snape, como si Harry tuviera idea de qué iba todo aquello.

- No sé de qué me hablas. ¿Existe un hechizo para resucitar a los muertos?

- Sí, Potter, ya te lo he dicho.

- Pues….- Harry sacó la varita de su bolsillo y apuntó a Snape.- Volveré a matarte y esta vez nadie te resucitará.

Snape se palpó el pecho. Estaba frío y su corazón no latía. Eso significaba que aún seguía muerto pero con vida, algo extraño, una especie de muerto viviente. Seguramente algo había salido mal, quizás Potter no hizo el hechizo de resurrección correctamente, o quizás, el hechizo descubierto por Bellatrix no funcionaba como debía.

- Puedes intentar matarme, pero creo que no servirá de nada. Sigo muerto…

- ¿Entonces qué me estás contando? ¿No voy a poder librarme de ti nunca más?- protestó Harry, aún apuntando con la varita.

Deseaba matarlo, o al menos intentarlo, pero ese hechizo… si averiguaba algo quizás pudiera devolver a la vida a tanta gente que no merecía estar muerta… sus padres, Sirius, Dumbledore, Cedric…

- ¡No lo sé, Potter! Sólo sé que me mataron y ahora por alguna razón soy un muerto viviente. ¡Tú sabrás lo que has hecho para resucitarme!

- ¡Yo no he hecho nada! Y lo habría hecho menos aún si hubiese sabido que ibas a resucitar.

- Algo debiste hacer, aunque fuera por accidente.

Harry se quedó pensativo. Snape estaba muerto y no sabía cómo volver a matarle definitivamente, y algo había ocurrido para que resucitase. Tenía que averiguar qué era…

- El otro día Bellatrix y el Señor Tenebroso… Él me mató, decía que había un hechizo para resucitar a los muertos pero no hicieron nada, me engañó y me mató.- dijo Snape, intentando que así Harry descubriera qué había hecho que volviera a la vida.

- ¿El otro día?- rió Harry, escéptico.- Hace cinco años que te dieron por muerto. Y me alegré, no sabes cuanto…

Snape estaba tan impresionado que no se paró a pensar en el alarde de Harry.

- ¿Cinco años? ¿He estado cinco años muerto?

- Eso parece… Además, según El Profeta, fue un auror quien te mató aunque nunca se encontró tu cuerpo.- explicó Harry.

- Eso es mentira. Fue el Señor Tenebroso. Descubrió que era un espía para Dumbledore y me castigó probando su nuevo hechizo.

- No me lo creo. Tú mataste a Dumbledore ¡estabas de parte de ellos! No vas a engañarme.- gritó Harry sujetando con fuerza la varita.

- ¡No seas necio, Potter! ¿Por qué crees que dijeron que nunca encontraron mi cuerpo? Fue él quien me mató. Si tu corta inteligencia es capaz de adivinar qué has hecho para resucitarme podrás preguntarle al mismo Dumbledore en persona. Le resucitaremos y él te contará que prefirió sacrificar su vida para mantener a un miembro de la Orden entre los mortífagos. Se estaba muriendo, desde que destruyó el horcrux del anillo, no podía hacer nada por su vida y decidió morir sólo por darte una oportunidad a ti.

Harry bajó la varita, derrotado. Quizás Snape estaba mintiendo. Todo era demasiado confuso. Pero no podía dejar de creer que todo tenía algo de sentido, Dumbledore habría sido capaz de hacer algo así. Una vez más, había decidido por él, pero para asegurarle la vida…

Y recordó lo que había decidido esa misma noche.

- Yo sólo dije mi voto nupcial y coloqué el anillo, no creo que eso signifique nada.- murmuró Harry.

- Debiste hacer algo más ¡Piensa!

- No, nada más, sólo eso.

Si Snape hubiera estado vivo, habría perdido todo color en su cara, pero estaba muerto y su piel ya de por sí era totalmente blanca.

- ¿Qué pasa?- preguntó Harry al ver la expresión de horror de Snape.- ¿El hechizo para resucitar a un muerto es pronunciar el voto nupcial y colocar el anillo? Si es tan fácil…

- Potter, me temo que… Estamos comprometidos.

- ¡¡NOOOOOOOOO!

Bueno ¿qué os ha parecido? Espero que bien y que alguien lo lea, porque según tengo pensado, va a estar divertido jejejeje. No tengo ni idea de cuantos capítulos va a tener, así que mejor no digo nada porque luego al final nunca acierto.

Si alguien me va a decir que soy muy mala por hacerle eso a Ginny, pues sí, muajajajaja, todo el mundo sabe que odio la pareja Ginny/Harry así que si Harry tenía que tener una novia que sufriera, elegí a Ginny ;-P

Así que, como siempre, espero vuestros comentarios y no seáis malos conmigo T.T ¿Vale?

Nos vemos pronto.

Besitos

Ak