Que esta vez va enserio lo del drama, por el final del manga, mañana empieza el final. Aunque lo interesante irá apareciendo paulatinamente.

Los flasbacks estarán en negritas, en cursiva se encontrarán algunas cosas que podrían ser importantes más tarde.

La amable raya indicará cambio de personaje.

Advertencias:

La historia tendrá algunos cambios significativos y todos los personajes serán del sexo opuesto

Mención del uso de drogas para distintos fines

Dos parejas principales, insinuación de una tercera.

Bleach no me pertenece. Que, madre mía que se acaba en Agosto

Voy a llorar T.T

Le pregunté a un ángel cuál es el peor castigo y él respondió: "Amar, y no ser correspondido".
Anónimo

Lo besó, todo seguía acorde al plan; Rangiku correspondió con suavidad. Nada importaba, solo el honor de cada uno. Tantas veces ensayadas, ningún error era aceptado.

—Byakuya-san. Eres tan dulce— canturreo el teniente al abrazarla. Hundió su cabeza en el cuello de la mujer como parte de la escena.

Ella simplemente podía ver los celos de su hermano. La satisfacción surgió en el alma de la capitana, fingió ignorar a Ryu para volver a fijar sus ojos en los grisáceos del shinigami quien sonrió como respuesta.

El joven se marchó molesto de su oficina, cuando su energía desapareció Rangiku dejó el juego. —Capitana Kuchiki ¿Es necesario todo esto?— comentó el teniente antes de sentarse en la orilla del escritorio —Recuerde que es peligroso jugar al gato y al ratón. Mucho más si Ryu-kun verdaderamente siente algo por usted.

También era su culpa, pudo negarse desde el principio a realizar esto pero, ya era demasiado tarde.

—No hay alternativa— Byakuya tomo el rostro del hombre con suavidad, la tersa piel hacia juego con sus ojos grises y cabello rubio anaranjado —Por lo menos no ahora— agregó antes de quitar unos mechones del rostro de su amante.

Rangiku se acercó de nuevo para volver a probar los suaves labios de ella, odiaba la textura de ellos y como se hacia adicto con cada beso.
Con su mano redujo la distancia entre sus cuerpos, ansiaba el calor de ella, podía sentir el suave cabello negro llegar hasta la mitad de su espalda, aquel aroma dulce de Byakuya llegó lentamente a su nariz. De nuevo rompió el contacto antes de perderse por completo —Me marchó, mi capitana estará más enfurecida si llego tan tarde— le dedicó una sonrisa cálida a la mujer. Ya no había nadie cerca —¿Paso por usted para comer?

—Sí, le espero a las dos teniente Rangiku

El hombre rió divertido al escuchar su apellido —Por supuesto capitana Kuchiki— dicho esto y con una reverencia se marchó.
Byakuya negó ante la caballerosidad del teniente.

Tuvo suerte al encontrarlo tan indefenso, solo así pudo convencerlo de aceptar.

—¿Puedo saber que hace aquí?— cuestionó al verlo. Rangiku estaba frente al árbol de cerezo de su mansión.

Él ignoró la amenaza latente en esa voz seria —Los cerezos son bellos cuando florecen, es lamentable saber que son tan frágiles— menciono sereno, con suavidad se giró. Su mirada gris se posó sobre la azul —Capitana ¿Le agrada esta época del año?— preguntó con una leve sonrisa de cortesía.

Pese a oler ligeramente a alcohol, aun mantenía la elocuencia de siempre. Byakuya simplemente no contestó, su estado de animo no era apropiado para el momento tan casual.

Al shinigami parecía no molestarle su actuar —Ryu la aprecia mucho, aunque no de la forma que desea. Y si se lo pregunta, no se necesita ser un genio para entenderlo— agregó sin culpa alguna. La sonrisa se ensanchó al percatarse de estar en lo correcto, solo bastó mirar con detalle y percatarse de una respiración más agitada —Se lo que se siente un amor no correspondido.

Quizá él escucharía el plan, aunque no era seguro que aceptase. —Escuche que has peleado con tus compañeros. Y por eso has sido suspendido esta semana — comentó con calma a la par de acercarse al hombre —¿Tan grande es tú soledad?— agregó para tocar con suavidad el pecho del rubio.

Odiaba actuar tan vulgar, pero esta era una oportunidad que no desperdiciaría.

El cálido tacto rompió sus defensas gracias al sake especial que tenia encima. Se alejó un paso al sentir como su corazón comenzaba a latir, por eso no deseaba tener a nadie a su lado. Fue eso lo que provoco la pelea con Ise en primer lugar. No deseaba ser una carga

—Lo es— respondió tratando de no ceder a los sentimientos.

Odiaba haber caído en la trampa de Aizen y con ello terminar matado a Ichimaru. Verla desangrarse en sus brazos mientras ella le decía que estaba bien.

—Rangiku— lo llamó con suavidad —El pasado te sigue atando.

Lentamente perdió la noción del tiempo, solo podía concentrarse en el azul profundo de la noble. Quien se mantenía silenciosa.
Percibía como él reducía la distancia, reconocía que era una falta grave, pero ella no lo rechazaba. Cuando pudo sentir su aliento se detuvo, aunque el alcohol y las drogas comenzaran a actuar, aun estaba a tiempo de evitar un problema mayor.

—Te quitaré esa soledad Matsumori... A cambio de actuar un tiempo— el susurro de la capitana lo desconcertó

¿Realmente estaba hablando con Byakuya?

—Quiero que Ryu sea mio— respondió a su duda, su mano recorrió la orilla del uniforme, ella también comenzaba a ceder ante los nervios.

Rangiku maldijo cuando pudo reconocer su aroma, por un instante recordó a quien fuese su amiga y amada.
—Saku...ra— murmuró, la nostalgia trataba de apoderarse de nuevo, pero...

Ya era suficiente

Debía superar a la mujer que amo, ya no era sana esa tristeza. Quizá solo era una distracción, pero Kuchiki Byakuya le ofrecía algo para olvidar ese dolor. Y no caer en depresión.

Sintió los labios de la capitana apenas rozar los suyos, inmediatamente aceptó. Jugaría a su lado por un tiempo.

La calidez de ella era agradable, poco a poco profundizo el beso, perdiéndose en la sensación.

Había aceptado el trato

Desde los incidentes de la Guerra de Invierno algunas relaciones entre los integrantes del Goitei se habían fracturado. La tensión era grande, aunque disminuyo con el regreso de los poderes de Ichigo.

Pasaron las horas sin gran demora. Un par de golpes se escucharon atrás de la puerta. —Byakuya-san, ¿Estas lista?— la voz calmada de Rangiku apareció junto a una rosa.

—¿Abarai te dejo pasar? — cuestionó mientras el hombre abría la puerta.

Recibió como respuesta una carcajada, el teniente entró a la oficina como si de la propia se tratase. —Esa mocosa no puede derrotarme en batalla ¿Crees que lograría detenerme?— dijo antes de colocar la flor sobre el escritorio —Por favor, tu misma has visto mi potencial— una sonrisa picaresca apareció mientras comenzaba a reducir la distancia —Podría tomar el cargo de capitán en cualquier momento.

Sentía el aliento mentolado del teniente en su rostro, los ojos mostraban un aire felino.

—¿Y porque no lo tomas?— respondió, no estaba dispuesta a jugar sin un publico al cual mostrarse. Pese a ser un gran actor, a Matsumori le gustaba practicar.

Usualmente en los momentos menos indicados Solo sacando a la luz un tema complicado se podía quitar de encima a Rangiku.

La sonrisa se desvaneció, mostrando una mueca de desagrado —No puedo dejar a Hitsugaya sola. Aun necesita recuperarse de la guerra de invierno, las heridas por culpa de Hinamori no desaparecen. Y él junto a Aizen siguen prófugos.

—Eres un buen hombre. Aunque tu imagen es distante a la de Ichimaru— mencionó la capitana, podía observar el dolor en el gris de sus ojos.

El teniente desvió la mirada, no hablaría más del tema —Vamos, que hoy pedí curry del Mundo Humano. Se que le va a gustar— dijo antes de darle la espalda y empezara a dirigirse a la puerta.

Quizá solo actuaban por conveniencia, pero fue imposible no sentir un poco de empatia por alguien parecido a ella.

Solitario... orgulloso...

Sin decir una palabra lo siguió por las calles del Goitei, el silencio predominaba mientras estaban juntos. Aunque no es como si hubiesen muchos temas que hablar; la sola presencia del otro bastaba. Tomarse de la mano era parte de la escena, las miradas ya no mostraban la sorpresa de años atrás, pero no significaba que ya estuviesen libres.

Muchas veces estuvieron a punto de ser descubiertos, pero el tiempo los acostumbró a parecer cercanos.

—¿A donde vamos?— preguntó la cabecilla del clan Kuchiki al notar que se desviaban del camino usual.

—Ya florecieron los cerezos

Aquella respuesta fue simple, pero significaba mucho. Era un lugar donde realmente podían estar a solas, gracias a su manejo del shumpo llegaban en cuestión de minutos.

Muchas veces conversaron de como actuarían frente a todos, cada uno de sus movimientos estaba medido.
Desde actuar de forma cariñosa en presencia de Ryu, Kyoraku y Ukitake; hasta dejar que Ichigo estuviera a punto de descubrir el secreto de ambos. Y así hacerla sentir incomoda.

Otras, simplemente almorzaban sin decir nada.


Sus ojos violáceos miraban con detalle cada movimiento de la pareja más inusual del Goitei —¡Idiota!— la voz de Ichigo lo sacó de sus pensamientos —Te he estado buscando desde hace horas— reclamó antes de soltarle un golpe en el estomago.

—¡¿Que te sucede?!— respondió molesto

La mirada de la joven se tornaba afilada —Estabas espiando a Byakuya de nuevo— el tono que utilizó denotaba enojo —Ya te dije que es mejor olvidar a esa estirada— respondió con altanería.

—No la llames así, ella es mi hermana

—¿Hermana?— preguntó con sarcasmo la joven —Se muy bien que la deseas como amante. Incluso ante la muerte de tu hermano comenzaste a enamorarla— se cruzó de brazos a espera de una respuesta.

—¡Eso es mentira!— rugió furioso.

Las miradas curiosas aparecieron por toda la calle, Ryu suspiró pesadamente antes de cargar a su compañera como si de un costal se tratase.
Ichigo guardó todas sus opiniones, tampoco era que desease aparecer en la siguiente entrega de la revista oficial. Los minutos pasaban, pronto llegaron a la torre de la penitencia.

Miró la esencia del edificio, ese del cual rescató al muchacho que la llevaba a cuestas. Ahora tan solitaria era esa área, la guerra realmente había dejado heridas.

—Aquí podemos hablar— dijo el teniente antes de bajarla —No sé de donde has obtenido eso, pero la historia muy distinta Ichigo.

—Ryu, se directo. O no te voy a creer— respondió. Quizá tenía razón, pero las palabras no deseaban desaparecer de su mente.

El susodicho asintió —Mi hermano quiso una relación cercana entre Nee-sama y yo. Algunos de los sirvientes creyeron que la incitaba a cometer una infidelidad, sin embargo, ella me pedía ser un sustituto de Haru pues fue el único hombre quien la hizo sentirse nerviosa— alzó una ceja ante la mirada que Ichigo le regalaba —¿Sucede algo?

Ella mordió ligeramente su labio, dudando por un instante si responder o no—Me pregunto como era él. No es fácil enamorarse y más para las personas como Byakuya— se rascó la nuca. Ahora se sentía como una loca, conocía a Ryu demasiado bien, pero todo indicaba que deseaba conocer el lado más oscuro de ese shinigami.

Siempre que eso sucedía él se alejaba. No importaba que cruda fuese la situación.

Ryu suspiró —Era alguien amable, sin embargo sus valores eran lo principal— cerró sus ojos haciendo memoria— Tal vez Nee-sama se sintió atraído eso y por los detalles que él tenia siempre para ella.

—Y por eso no te agrada Matsumori-san ¿Verdad?— cuestionó. De inmediato se percató de la oscuridad que emergía de Ryu —Lo conozco mejor que tú, no es tan imbécil como aparenta

—Me preocupa que la lastime— se defendió el azabache —Cuando murió Nii-sama, ella entró en una depresión. Nadie parecía percatarse de ello, fue por eso que comencé a entrenar, hacerla asistir a los eventos de la academia la distraía.

La mano de Ichigo le dijo que se agachara, obedeció en espera de no recibir un golpe. En cambio ella acaricio con suavidad su cabello.
—Eres un buen hermano Ryu, pero no deberías preocuparte tanto. Byakuya es fuerte, no por nada es capitana.

—No es tan difícil animar a alguien. Ya te lo había mencionado, cualquiera podría levantarte de la tristeza— dijo con una leve sonrisa —Vamos, te invito a comer. Es mi agradecimiento para Kurosaki-chan.

—Guarda esas palabras Kuchiki, o tu rostro terminará debajo de mi pie.

El moreno rodó los ojos —Siempre tan amable zanahoria.


Observó con detenimiento cada movimiento de la capitana. Tenía la certeza de que ella no reconocía el verdadero peligro de su juego, y él era un idiota por seguirla.

Lentamente comenzaba a desear más tiempo con la noble, dejar de actuar y ver si entre ellos podría existir algo más.

Sonrió ante ese deseo absurdo. —¿Te gusto el curry?— preguntó con calma

Los ojos azulados se posaron sobre él, maldijo cuando su corazón se atrevió a latir nervioso —Sí, gracias Rangiku

Asintió al escucharla, sin agregar más rompió el contacto visual para continuar almorzando. Esto debería acabar pronto o él se enamoraría perdidamente.