Todo por una hermana
¡Sloane!¡Sloane, ¿te has vestido ya? Se nos va a hacer tarde!- dije ya exasperada. Como mi hermana siguiese mucho más rato en el baño tiraría la puerta abajo. Sin embargo casi al momento se abrió la puerta y una niña de no más de siete años salió de ahí tendiéndome un peine y una horquilla con forma de hoja.
Es que no me sale...-dijo casi sin voz. Yo suspiré y me agaché frente a ella tomando la horquilla y pasándole la pequeña trenza que le había hecho antes en la frente y sujetándola con el broche de la hoja al otro lado. Ella me sonrió levemente y no pude evitar devolverle la sonrisa y darle un suave beso en la cabeza. Me incorporé y ella miró detrás de mí como si buscase algo.- ¿Hoy no viene Kendrik, Enya?- preguntó curiosa. Yo apreté la mandíbula. Aquel estúpido de Kendrik...
Hacía prácticamente una semana que Kendrik me parecía el chico más guapo y atractivo que existía en la tierra. Era tierno, guapísimo, cariñoso, detallista...pero por lo que había descubierto hacía nada no lo era solo para mí. Y el muy imbécil para excusarse no se le ocurre otra cosa que decir que no sabía que nuestra relación fuese cerrada...gruñí levemente y Sloane me miró de medio lado. Y debía ser estúpida porque a día de hoy estoy segura de que si me dijese que todo había sido un error y que estaba arrepentido volvería a caer en sus brazos. Yo le negué con la cabeza.
-No. No creo que venga. Ni hoy ni dentro de mucho tiempo...
-Bien...-respondió mi hermana.- Tampoco me caía muy bien...era guapo, pero muy tonto...
No; si aun tendrá mi hermana mejor ojo para los hombres que yo...me retiré mi rojizo pelo hacia atrás y me maquillé de una forma discreta. Apenas algo de brillo, un poco de rimel y ya estaba. Me estiré un poco el vestido para colocarme bien el escote y me miré una última vez al espejo. Bien, sería suficiente. Me había comprado un vestido nuevo para la ocasión. No era necesario, tenía el de mi madre pero...no quería ni estaba preparada para ponérmelo.
Le coloqué una capa marrón sobre los hombros a Sloane y le dejé ponerse un poco de brillo de labios. Estaba preciosa.
Sloane se parecía mucho a mí cuando yo era pequeña. Claro que cuando yo tenía su edad no iba cada año al festival medieval; pero era una excusa para "disfrazarnos" y aun que ella lo negaba, yo veía que cuanto más se acercaba la fecha más se le iluminaban a ella los ojos. Le encantaba que toda la familia compartiésemos el día en el mercado medieval viendo justas, tomando un picnic junto al lago y escuchando a algún bardo tocar. Claro que eso era antes del accidente de avión que tuvieron...Fue muy duro para mí pero sobre todo para ella. Lo tenía todo y de repente apenas tenía nada...y yo no podía (ni quería) que la separasen de mi lado; y como ya era mayor de edad decidí que viviese conmigo. Apenas tengo 19 años; pero nos apañamos como podemos. E intento que sea lo más fácil para ella; siguiendo las rutinas que seguíamos antes. Por eso decidí este año llevarla de nuevo al mercado medieval. Porque con todo lo ocurrido, se merece disfrutar un rato.
-Iremos a buscar a Vess y cuando lleguemos ahí te compraré una empanada de pollo. Y si te portas bien te compraré ese laúd de madera que tanto te gustaba el año pasado.
-Prefiero una espada. O un arco. El año pasado vi unos arcos muy bonitos. A mi amiga Sarah le compraron uno y era muy bonito, ¿puedes comprarme un arco, porfi?
Suspiré. Esa niña iba a acabar conmigo. No sabía decirle que no. Al final la conversación quedó en un "ya veremos" y fuimos a buscar a Vess para dirigirnos hacia el festival.
-¿Y bien?
-Yo...me...me temo milady que no hemos tenido éxito. Sabemos que se encuentra en Camelot o en los alrededores pero...no hemos podido dar con él...
Morgana se puso los dedos en las sienes de la cabeza, recurriendo a la poca paciencia que le quedaba.
-Pues claro que está en los alrededores de Camelot...¡¿Dónde narices iba a estar si no?!- hizo un aspaviento y convirtió a aquel hombre en polvo. Los otros dos hombres que había acudido con él se miraron con miedo y cautela para después volver a posar la mirada en la maga.- ¿Qué pasa? ¿Se os ha perdido algo aquí? Largaos antes de que cambie de opinión y os haga sufrir el mismo destino que vuestro compañero.- finalizó mientras los hombres corrían hacia la salida de la casa donde se encontraba tropezándose el uno con el otro por salir el primero.
Morgana se levantó y se dirigió hacia la pila de agua que tenía a un lado de la habitación y se refrescó un poco el rostro y el cuello. Llevaba ya más varios años de búsqueda. Y aun así seguía sin una mísera pista. Un pequeño sonido la hizo salir de sus pensamientos y pronto unas patas de posaron en su hombro. Morgana sonrió y le acarició la cabeza a la pequeña dragona que hacía unos días se había convertido en su leal amiga. Desde la muerte de su hermana, apenas había dejado que nadie se acercase a su lado. Pero aquella dragona...le brindaba fidelidad por nada a cambio.
-Tranquila Aithusa. Te aseguro que ese tal Emrys no podrá esconderse eternamente de nosotras. Y en cuanto lo encontremos; nos desharemos tanto de él como de Arturo. Y el trono de Camelot pertenecerá por fin a quien se lo merece.
Se oyó un carraspeo en la puerta y Morgana se dio la vuelta. Junto al que ahora era su sirviente, se encontraba un hombre de pelo negro como el ébano y fracciones serias. Vestía una túnica algo ajada y ropas aterciopeladas de un color rojizo. Le hizo una reverencia a Morgana y ella dejó con suavidad a la dragona en el suelo. Le hizo una señal al sirviente para que les dejase solos y se quedó mirando al hombre, apoyada en la mesa de al lado de la pila de agua.
Milady...permitid que me presente. Mi nombre es Gorveral. Vengo de muy lejos. Oí vuestro problema y...supuse que quizás os interesara oir algo que quiero proponeros.- miró hacia la mesa junto a unos sillones con tapicería estampada, donde había una jarra de vino con unos vasos a los lados.- ¿Puedo...?
Morgana asintió y se sentó en uno de los sillones. Gorveral le llenó su copa y luego se rellenó una para sí mismo. La bruja dio un sorbo y le miró con profundidad.
-Y...decidme...¿cual es vuestra propuesta?...
-Veréis...no sé si sois consciente pero...la magia ha avanzado mucho fuera de los límites de Camelot y Avalon. Allá donde no está prohibida, no deja de expandirse, de crecer y aumentar de poder...durante estos últimos años, he estado perfeccionando un hechizo. Y ahora que lo he dominado casi del todo, podría ser beneficioso para vos...
-Entiendo...¿podríais ser más conciso? Tengo mucho que hacer...y no me estáis aclarando nada...
-Os lo explicaré.- dijo el hombre.- Debéis saber que; al igual que hay líneas temporales en nuestro mundo, como el pasado, el presente y el futuro; también hay otras dimensiones con otras líneas temporales en cada una de ellas.- Hizo una pausa para ver si la chica lo había entendido. Al ver que le seguía y que estaba esperando a que continuase; él siguió.- Sé que estáis intentando acabar con el rey Arturo. Y sé que aun con vuestros esfuerzos y vuestro poder, no lo estáis consiguiendo.- vio como Morgana entrecerraba los ojos desafiante y el mago alzó las manos.- No os estoy juzgando. Me remito a los hechos. Si estoy aquí es para ayudaros a conseguirlo. Bueno, como iba diciendo. Vuestros hechizos mágicos no lo están consiguiendo, y tampoco...ejem...-señaló hacia las cenizas esparcidas por el suelo que anteriormente habían sido un hombre...
Ella chasqueó la lengua.
-Oid Gorveral; si estáis aquí solo para criticar como mantengo negocios lo mejor es que os marchéis ahora que podéis...
-Puedo conseguir que seáis la reina de Camelot en apenas dos semanas y puedo encontrar al hombre que buscáis.- dijo él sin pausa. Morgana alzó levemente la cabeza mirándole.
-¿Y qué me va a costar eso según vos? Además...¿cómo pretendéis hacerlo? Yo...
-Solo quiero que una vez que alcancéis el trono; no olvidéis que fue gracias a mí que lo tenéis. Me contentaré con un trabajo en la corte a vuestro lado como consejero. Y plena autorización para consultar los libros de la biblioteca real así como los instrumentos mágicos. Eso es todo.- Morgana alzó una ceja. "Eso era todo"...ya puestos...¿Por qué no lo pedía también parte del reino?. Al ver que dudaba el brujo le tendió una daga.- Es una apuesta segura. Dos semanas, y si en ese tiempo no lo he conseguido, podréis matarme con ésto.- Ella se quedó mirando la daga y después volvió a mirarle a él. ¿De verdad era así de simple..?
-¿Cómo pretendéis hacerlo?
-¿Tengo vuestro pleno apoyo? ¿Carta blanca en el asunto?.- Morgana asintió y el hombre sonrió de medio lado.- Al contrario que vos; no me gusta acabar con la gente. Hay maneras más eficaces de conseguir lo que queremos sin necesidad de matar a nadie, Bien...antes os he hablado de las dimensiones...gracias a mi hechizo puedo traeros a un guerrero fuerte, y ágil de otra dimensión donde van bastante más avanzados que nosotros; al que le sea fácil adentrarse en terreno enemigo sin ser descubierto y letal al mismo tiempo; pero con la ventaja de que sea bastante manipulable en las manos indicadas...- miró a Morgana con confianza.- Puedo traeros a la mejor herramienta que podáis encontrar. Un ser del futuro que trabaje para nosotros. A nuestra merced, y que estoy seguro que puede acabar con Arturo y encontrar a ese hombre que buscáis...
Morgana suspiró y se frotó el cuello. Ya lo había probado todo, ¿no? No había nada de malo en ver si lo que decía ese hombre era cierto. Y dos semanas...realmente era una oferta muy atractiva.
Sloane...¡Sloane!.- comencé a caminar junto al lago mirando a los lados. Sabía que ésto iba a pasar, pero daba igual lo que hiciese, siempre que le decía que no se moviese de mi lado, se iba a buscar niños con los que jugar o se distraía con cualquier puesto del festival. - ¡Sloanne!-Llegué junto la amiga con la que había ido mientras seguía mirando a los lados.- Vess, ¿has visto a Sloane?...-Ella negó con la cabeza mirando a los lados también. Vess era una chica mulata, muy guapa un par de años mayor que yo que me conoció en el bar que frecuentaba y donde ahora trabajaba. Nos llevamos bien casi al momento de conocernos y desde entonces prácticamente éramos inseparables. Además me ayudaba mucho con Sloane cuando yo no podía hacerme cargo y se lo agradecía muchísimo. Sloane...¿Dónde se habría metido esa niña...?
-Mira a ver junto a la callejuela. Recuerda que cuando ocurrió...bueno, ya sabes...ella se pasaba ahí sentada horas mientras lloraba...
Suspiré y asentí, podría ser una posibilidad...me despedí de Vess y seguí buscando a Sloane de lado a lado dando saltitos cortos buscándola. Por el amor de Dios, esa niña era más rápida que una libre y se escondía mejor que un camaleón...y encima estoy segura que lo hacía sin mala intención...pobre de aquel que saliese con ella más adelante. Lo iba a pasar francamente mal. Llegué hasta la callejuela oscura que estaba apenas a unos pasos del límite del festival y me adentré con precaución al ver una figura al fondo.
-Sloane?- casi murmuré. La pequeña figura se volvió hacia mí sonriendo y se puso un dedo en los labios, señalando algo que tenía delante. Yo fruncí el año al ver lo que me señalaba. Era una especie de...no sabría definirlo con otra palabra que no fuera la de "portal" de un color amarillento. Daba vueltas sobre sí mismo, y tenía una forma similar a una estrella. Sloane se acercó con precaución y yo me acerqué hacia ella.- Sloane no toques eso. No sabes lo que es.
-Tranquila, no voy a hacer nada...- dijo ella. Eso hizo que me acercase más. Nada en una niña de siete años significa todo lo que mis manos me permitan.
Lo que ocurrió en esos momentos podría haber sido menos de un segundo; aun que a mí me pareció mucho más tiempo. Sloane rozó aquella cosa con un dedo; y al hacerlo, eso se agrandó.
Una oscuridad casi absoluta se creó dentro del portal y comenzó a succionar el cuerpo de mi hermana. Logré tomarla de la mano y al segundo siguiente ya no estábamos ahí.
