Nuestro primer beso.

Era una tarde de verano en las montañas Paoz, el sol brillaba con intensidad y la brisa era fresca. El día era hermoso, ideal para ir a nadar o disfrutar en familia.

Debajo de la sombra de un árbol, recostados en el suelo y en total silencio, se encontraban un par de jóvenes con sus ojos cerrados. Videl, harta de tanto estudio, le sugirió a su amigo tomarse un respiro.

Dejando los libros de lado, Gohan estaba a punto de caer entre los brazos de Morfeo. Y la justiciera más feliz no podía estar, si se encontraba disfrutando la silenciosa compañía del chico que ama en secreto.

Bien, no tan en secreto. Su padre, su mejor amiga, y los amigos y familiares de Gohan ya se habían percatado hace mucho de los sentimientos de la chica. No podía ocultar sus sonrojos al estar a su lado, y mucho menos esa gran sonrisa en combinación con una mirada perdida.

Pero Gohan al parecer desconocía aquellos sentimientos.

Porque Videl había intentado de manera sutil demostrarle cuanto lo quiere, no comprando costosos y ostentosos obsequios sino con pequeños detalles, como abrazarlo cada vez que tenía una buena calificación (Lo cual pasaba con frecuencia) o regalarle galletas hechas por ella misma.

Pero, como había dicho su amiga Ireza "Si te quiere, el vendrá por ti", empezó a creer que tal vez, el la veía como una amiga y nada más ya que él no hacía nada al respecto.

La muchacha suspira, pensando cómo sería besar los labios de Gohan, mientras el joven abre lentamente sus ojos, lo primero que encuentra al girar la cabeza es el rostro sereno de su amiga. Se veía tan hermosa, llevaba un vestido azul y sencillo, no necesitaba maquillaje ni joyas llamativas para llamar su atención. No pudo apartar sus ojos de ella, pues era una imagen encantadora para él.

Gohan estaba enamorado de Videl, él lo sabía, sus padres y amigos lo sabían. Ella era la única que aún no se había percatado.

No podía evitar que sus manos temblaran ante su cercanía.

Y como había aconsejado su amigo Shapner "Si la quieres, déjala ir".

No tenía que presionarla, o eso es lo que había entendido, todo surgiría por sí solo.

-Creo que me quedare dormida. –Replica la ojiazul riéndose mientras ambos giran sus rostros.

-Si te duermes tendré que jalarte el cabello a ver si despiertas. –Dice el joven con humor.

-Si claro, como si fueras capaz.

Ambos riéndose, Videl inconscientemente posa su mano sobre la de Gohan y este, entrelaza sus dedos. Ella amaba que dejara de lado su timorata actitud solo para hacerla reír.

-Entonces, recurriré a las cosquillas. –Comenta el semisayajin y antes de poder decir algo más Videl se abalanza para hacerle cosquillas.

Y él amaba, que ella cambiara su ceño fruncido por una dulce sonrisa.

Cuando terminaron de jugar, ambos se miran directo a los ojos. Que importaba lo que digan los demás, si se amaban querían demostrarlo.

Acercando sus rostros, Gohan toma delicadamente las mejillas de la chica sintiendo su nívea y sonrojada piel. La justiciera cerrando sus azulados ojos siente unos cálidos labios posarse sobre los suyos. Apenas fue un delicado roce, empero los dos sentían sus cuerpos agitados y nerviosos.

Al separarse nadie dice palabra alguna, no hacía falta, después de todo ya tendrían mucho tiempo ahora que son más que amigos.

No muy lejos de la pareja, dos pequeños escondidos detrás de una gran roca habían sido testigos de aquella escena.

-Oye, Trunks! Videl ahora va a ser mi nueva hermana los viste? –Comenta emocionado el hijo de Goku.

-Ah que envidia, no solo tendrás a Gohan ahora también a Videl. –Dice el ojiazul un tanto disgustado.

-La compartimos, Videl será una gran hermana.

Bueno, no solo Gohan y Videl estaban felices por su unión, en realidad todos estaría más que encantados.

Fin.