CAPÍTULO 1: UNA DIVERTIDA BARBACOA.
La barbacoa había sido un éxito.
Eran las hamburguesas más ricas que había tomado nunca, aseguró Booth. Y él era un experto en la materia.
Hasta Brennan se había animado a probarlas. Aunque Ángela estaba segura de que no había sido por la tentación de la carne, literalmente hablando, sino por la que suponían los dedos que sostenían el pequeño bocado.
Booth se lo había ofrecido en broma, esperando que lo rechazara pero, sorprendentemente, Brennan inclinó la cabeza hacia él, y mordisqueó el trozo de bocadillo directamente de su mano, rozándole los dedos con los labios.
Al pobre Booth casi le da un infarto. Y Brennan sonrió traviesa.
Ángela empezaba a sospechar que su amiga ya no era la chica inocente que ella había conocido. Que poco a poco estaba despertando y, en cierta manera, jugaba con ellos aprovechándose de la situación.
Pero no pensaba descubrirla. Era divertidísimo ver las caras de Booth cada vez que ella lo ponía en esos pequeños aprietos. Estaba claro que el hombre maldecía el día que le había hablado de la dichosa línea.
