¡Hola a todos! Bueno, esta es mi primera historia. Comenzó como un tonto 'one shot' para mi entretención personal (ya sabeis, durante las vacaciones uno se aburre mucho) pero después de ver la pelicula: 'El Ataque del Dragón'... Las ideas locas corrieron por mi cerebro.
No sé con cuánta frecuencia podré subir. Únicamente, espero que os agrade y cumpla su cometido: Haceros pasar un buen rato. Dejen sus comentarios si lo decean, ya que acepto de todo, y más, sus recomendaciones... Porque como ya dije: Soy nuevo en esto. Espero vuestras preguntas, animos, criticas (tanto como si son constructivas como si no, etc) Gracias.
P.D.
Muchas de las cosas que salen en esta historia son sacadas de el capítulo 288 de DBZ. Las fechas son sacadas de una cronologia que encontré por internet. Aviso que no desé poner lemon tan pronto... Ya que es sólo la introducción. Además, ya que es el primer capítulo, deseé ser más explicito en lo que era la relación que tenían ahora V&B... Ya saben, eso de que ahora están más unidos y tal ... Bueno...
Que os vaya bien y que disfruteis de ésta mi creación.
...Todos los personajes pertenecen a Akira Toriyama...
¡SaRu!
Capítulo I: Un 'pequeño' fallo técnico.
-¡Demonios!-Gritó Bulma cuando su computadora se auto reinició por segunda vez-.
Seguramente tendría una descompostura, pero lo peor era perder toda la cantidad de información que había estado redactando aquel día. Había llegado a ser casi estresante. Se levantó de la silla con una pereza infinita. Bostezó y miró al techo algo pensativa.
Sí, su único problema no era la computadora. Ni tampoco redactar los informes de sus nuevos inventos, ni la obsesión de su padre por alargar la vida de Tama, o la diarrea verbal de su madre alardeando a sus amigas o a la dueña de su pastelería favorita sobre las hazañas de 'su yerno, su nieto y los amigos de su hija'… No, nada de eso. Si había algo que la descolocaba por completo era la noticia que cada año se volvía una pesada carga para ella.
Tenía al menos 364 días para prepararse mentalmente para 'su cumpleaños' y desde hacía ya diez años que se estaba convirtiendo en todo un reto mantener el control sobre sus emociones llegada la fecha. Era horrible.
-"Ni que pudiera compararlo con una pelea contra Cell o Majin Buu"-Rió Bulma mientras pasaba una mano por su cabello intentando quitarse las ideas de la cabeza y saliendo de su laboratorio-.
-¡Hija!-La llamó su padre, a lo que ella no atendió con facilidad-¿Dónde vas…?-La detuvo, confuso de que no hubiera reparado ya la computadora si tantos problemas le causaba-.
Bulma suspiró. No estaba lista para tratar con la inteligencia o la perspicacia de su padre al reconocer a la legua que tenía un problema. Había sido de gran utilidad cuando era pequeña, ya que el Dr. Brief, aunque no era un hombre de muchas palabras o de acción, era sabio y comprendía a su hija a la perfección, por difícil que pueda parecer eso. Pero con los años se había convertido en una autentica pesadez. La infancia y la adolescencia pasan demasiado deprisa y cuando no te has dado cuenta, deseas que cada una de tus emociones pasen desapercibidas; exactamente lo que ella deseaba ahora.
-He recordado… que tengo un compromiso, papá…-El Dr. Brief captó en seguida el tono que su hija estaba utilizando. Era el mismo que utilizó el día que le dijo que sus mareos y vómitos eran producidos por un virus extraño, cuando en realidad estaba embarazada de Trunks. El mismo que utilizó el día que Vegeta se fue del planeta para entrenar en el espacio y convertirse en Súper Saiyajín y ella le había dicho "que no le importaba en lo más mínimo lo que hiciera ese simio retardado." Mentiras. Con Bulma y los problemas siempre eran mentiras.
-Entiendo, hija…-Le sonrió para tranquilizarla y hacerle ver que su interrogatorio había concluido-Que tengas suerte con eso…-Y desapareció detrás de la puerta del laboratorio-.
Bulma quedó clavada en el sitio por largos segundos-"¿Qué habrá querido decir?"-Supuso que la última frase de su padre se refería al presunto asunto que tenía pendiente y no al claro problema que parecía rondar la cabeza de la peli azul-"Si, seguro es eso…"-Dio media vuelta y se dirigió a su habitación-.
Entró con una pesada alma rogando por descanso, aunque en verdad, no había hecho casi nada en todo el día. Al menos no gran cosa, comparado con el día anterior o cosas semejantes.
Se tiró sobre su cama. Con un suave movimiento de sus pies, se descalzó, y el sonido de sus zapatos pareció hacer eco en la gigantesca habitación de matrimonio. Cerró los ojos. Agradeció que el ventanal del balcón estuviera abierto y así poder sentir como la brisa de primavera daba un poco de tranquilidad a su cuerpo.
-Cuarenta y un años…-Suspiró. Habían pasado tres días desde que la batalla contra Buu había acabado de una manera exitosa. Por fin todo parecía estar en su lugar. Todo menos…-.
Se giró a la izquierda sobre la suave cama. No quería pensar en eso.
Gokú por fin estaba en su hogar. Podía imaginarse a Chi-chi cocinando la mayor parte del tiempo para esos hambrientos Saiyajín, mientras Goten no paraba de hacerle preguntas a su, ahora, nuevo padre y Gohan reía atento a las preguntas del benjamín. No importaba cuantos años habían pasado, Gokú seguía igual. Volvió a suspirar como si esa idea le provocara un gran pesar.
Luego estaba su familia… El pequeño Trunks estaba cada día más ilusionado con el entrenamiento. Deseaba ser más fuerte-"Eso lo ha heredado de Vegeta"-Sonrió para sí misma.
Entrenaba sin parar. Perseguía a su padre allá donde iba. Si Vegeta detenía su entrenamiento para comer, él le seguía dispuesto a hacer lo mismo. No se despegaba ni cuando cenaban, momento en que Bulma aprovechaba para ver más claramente el comportamiento de ambos, ya que era el único instante en que los cinco integrantes de la familia se reunían. Trunks buscaba una silla junto a su padre y clavaba sus ojos en Vegeta de vez en cuando, hasta que éste le dedicaba un gruñido de hastío y el niño comenzaba a hacerlo más disimuladamente. Si antes Vegeta era el ídolo de Trunks, seguramente ahora era más que su héroe.
-¡Pobre Veggie!-Rió Bulma para sí misma recordando los comentarios de su marido al respecto-.
-Vegeta…-Habían acabado una de sus excitantes sesiones nocturnas. Vegeta normalmente se habría quedado dormido después de haber conseguido su 'objetivo' pero lo cierto es que desde su sacrificio frente a Majin Buu las cosas habían cambiado… bastante-¿No tienes sueño?-Bulma intentaba encontrar su voz entre tanto jadeo-.
-¿Tu sí, mujer?-Rió el Saiyajín mientras se movía peligrosamente hacia la peli azul-.
-No, la verdad es que no-Bulma se encontraba divertida con el cambio de comportamiento de su marido-En realidad… Quería hacerte una pregunta…-Vegeta arqueó una ceja un poco molesto viendo que su compañera no tenía las mismas intenciones 'malignas' que él-¿Qué sucede últimamente con Trunks?-Vegeta sólo le dedicó un corto "Hmp" y se separó de Bulma para mirarla a los ojos y confirmar que no se estaba burlando de él con tal absurda pregunta-.
-¿Y me lo preguntas a mí?- Se sentó en la cama contra el respaldo sin intención de acabar con la conversación. Sinceramente, Bulma estaba más que complacida con el comportamiento de su Veggie-Escasamente conozco los motivos. ¿Supongo que es una herencia tuya la de estar pegado a mi?-Dijo Vegeta con malicia mientras su típica sonrisa remarcaba la 'pegada' posición que había tomado Bulma segundos antes de que él soltara su comentario. Ésta, viendo que se refería indirectamente a que lo estuviera abrazando con la cabeza apoyada contra su bien formado pecho, se separó con un profundo ceño fruncido-.
-¡No seas idiota!-El sonrojo de Bulma demostraba que esa ofensiva exclamación era todo lo que su mente había podido generar ante la obvia vergüenza que sentía al verse descubierta en sus deseos por no alejarse de Vegeta, a quien, esto, le hizo carcajearse-¿Sabes que le pasa o no?-Se relajó un poco al ver que su contraparte se tornaba serio-No es que me preocupe, pero me da curiosidad saber… Sólo eso-Vegeta asintió entendiendo su punto-.
-No lo sé, mujer-Suspiró-Estoy igual de impresionado que tu…-Miró hacia otra parte no pudiendo mantener más contacto visual con Bulma. Pese a los años junto a ella, aún le costaba ser fuerte contra esos puros y bondadosos ojos azules-.
-¿Pasó algo mientras luchabais contra Majin Buu?-Vegeta volvió sus ojos a ella intentando recordar-.
-¿Aparte de lo que ya sabes?-Bulma asintió. Vegeta continuó pensando el motivo por el que su primogénito se comportaba de aquella manera. Quizás la edad, quizás el escuchar que había destruido a Majin Buu, no, no tenía sentido. Tal vez… De pronto lo vio claro-Hmp…-Bulma supo que había encontrado la respuesta, estaba dispuesta a escuchar cada palabra que tuviera para decirle y así lo demostró en su mirada-Quizás… Porque le abracé…-.
Había sido complicado imaginar a Vegeta abrazando a Trunks. Ocho años teniéndolo a tan solo unos cuantos metros de él y jamás lo había hecho. Aunque comprendió mejor cuando le dijo que había sido justo antes de inmolarse.
Sonrió ante el recuerdo. Bueno, no es que le haya causado mucha felicidad saber que Vegeta había muerto; más bien el recuerdo de saber que no sólo les amaba al punto de dar su vida por protegerlos, sino que ahora era considerado 'bueno'. O al menos esa había deducido cuando dijeron que ShenLong había revivido sólo a las personas consideradas buenas.
Su corazón volvió a dispararse. Siempre le sucedía cuando recordaba el hecho.
Pero no era eso le que ahora le preocupaba…
Ni siquiera la felicidad de sentir la tan anhelada paz sobre la tierra, o la hermosa estadía de su amigo de la infancia junto a su familia o la nueva y tierna forma de ser de Vegeta (si es que se le podía llamar así), era suficientes para quitarle esa incomodidad de su cabeza. Sí, bien, era normal. Seguro que si fuera contando sus penas por ahí todo el mundo se reiría de ella por sentirse mal por algo tan vano como: Estar más vieja.
¿Pero quién podría entenderla de verdad? ¿Quién podría internarse en su corazón y saber cómo se sentía saber que envejecía? Era una de las cosas más difíciles para una mujer.
¿Y cuanto más si ella era la mujer más bella, inteligente y cotizada de la tierra (entre otras cosas)? Los años pasaban, y como dice el dicho, no lo hacen en vano.
Vegeta seguía casi exactamente igual que cuando vino a la tierra. A excepción de sus sentimientos, su comportamiento y algunas marcas simples que demostraban la rudeza de los años sobre su rostro. Nada más… Mientras ella, aunque aún con un cuerpo que podría catalogarse en perfectas y casi imposibles condiciones para sus cuarenta años, tenía algunas arrugas y la gravedad había afectado en su cuerpo, aunque en mucho menos calibre que en el resto de las mujeres del mundo. Claro, podría considerarse más hermosa que Chi-chi pese a que ella era mayor… Pero, nada de eso quitaba el malestar de su corazón. Quizás mañana serían cuarenta y uno, pero dentro de poco serían cuarenta y cinco y luego cincuenta y luego sesenta y así sucesivamente.
Y si Vegeta no mentía, su raza ¡Casi no envejecía! ¿¡Qué sería de ella cuando fuera vieja y arrugada como una pasa, y presentara a su joven marido!
-"¿Y si Vegeta se cansara de mí al verme vieja y fea?"-La simple idea le rompió el corazón. Una lágrima surcó su mejilla como si ese destino fuera inevitable, como si estuviera a las puertas de su muerte con tan sólo pensarlo-.
Por suerte, alguien entró en ese preciso momento para ver el peligroso estado en el que se encontraba.
-¿Qué haces ahí tirada? Eres una vaga…-Bulma no se giró para verle. Seguía dándole la espalda y dejando que sus lagrimas recorrieran su rostro hasta humedecer la cama en la que estaba-¿Mujer…?-Vegeta, al ver que su comentario no había obtenido los frutos que esperaba (hacerla enrabiar y reírse en su cara de lo fea y tonta que se ponía cuando le gritaba) caminó un par de pasos para ver el rostro de su mujer-.
Sintió que el corazón se le apretaba y que le era imposible respirar. Bulma estaba… llorando.
-¿¡Qué demonios te pasa!-Gritó entre enfadado por verla llorar y preocupado por el motivo que podría haber detrás de su condición-"No puede haber sido por lo que le dije ¿verdad? No… ella… ¡No le dije nada malo!"-Suspiró, agradeciendo que la 'llorona' mujer ahora tirada en la cama tuviera un oído tan 'inferior' al suyo y no haya oído esa gota de preocupación en él-
Pensó en dos cosas. Uno: sentarse en la cama a esperar que ella se levantara y se dispusiera a contarle qué le pasaba, o Dos: Cogerla de la cintura y zarandearla hasta que entrara en razón. Optó por la segunda-"Al fin y al cabo, es más típico de mí…"-Pensó con gracia, no creyendo posible que hubiera, siquiera, pensado en la primera opción-.
La cogió de la cintura como si se tratara de un muñeco y la levantó a su nivel visual. Bulma se dejó llevar, sabiendo dentro de su corazón que lo estaba preocupando. No fue capaz de mirarle a los ojos, y rogaba porque la volviera a dejar en la cama.- ¿¡Qué demonios te pasa, mujer loca!-Mala idea… Su pregunta no resolvió nada. Ella seguía callada, mirando al suelo y llorando silenciosamente-"No puedo creer lo que voy a hacer… ¡Demonios, odio a esta mujer y lo que me hace hacer!"-Aguantando un gruñido y dispuesto a convencerse de que estaba por hacer lo que haría para no tener que lidiar con los problemas de la baka onna en una circunstancia menos esperada o que la pagara con sus preciosos oídos Saiyajín más tarde-.
Suspiró, rendido, al darse cuenta de que su orgullo esta vez no funcionaba. Cerró los ojos y apoyó a Bulma contra su pecho esperando que dejara de llorar.
Bulma abrió los ojos sorprendida. De verdad lo estaba preocupando. La felicidad de verlo intentar consolarla abrió un rio de lágrimas más y más dolorosas. ¿Se merecía de verdad esto? ¿Merecía que el indomable Saiyajín de sangre real se preocupara por ella, cuando lloraba por algo tan estúpido? Prefirió no pensar en las respuestas… No parecían muy alentadoras.
-Mujer…-Susurró a su oído-… ¿Qué sucede?-Si había alguien que pudiera controlarla, ese era él. Sin duda. Con ese tono tan demandante, y a la vez, tan tierno-.
-Yo…-Intentó, lo que hizo que Vegeta quisiera suspirar de alivio al ver que la primera fase ya había pasado-…Mañana es…-Él esperó. Las palabras no parecían llegar a la boca de la mujer y ciertamente, se estaba impacientando-Mañana es… es… Mi cumpleaños…-Vegeta la separó de su pecho para mirar una vez más sus llorosos ojos y, mientras los limpiaba con su pulgar, frunció el ceño-.
-¿Estás llorando porque mañana es tu estúpido cumpleaños?-Otra vez… Mala elección de palabras. Ella apretó sus puños y le miró con una incendiaria mirada-.
-¿¡Cómo que por mi estúpido cumpleaños! ¿¡Quién demonios crees que eres maldito mono híper desarrollado! ¿¡Acaso quieres que patee ese trasero tuyo! ¡O, ya sé! ¿¡Quieres quedarte sin tus ejercicios nocturnos! ¿¡Eso es lo qu-. –Vegeta detuvo las disparatadas ideas de Bulma con un beso. Era consciente de que quizás la habría herido, pero la razón seguía siendo estúpida. Y ¡Oh, Dende! Le encantaba verla así de enfadada…-.
-¡Idiota!-Se quejó ella cuando Vegeta se alejó ofreciéndole un tiempo para tomar aire-.
-¿Algo que no hayas dicho antes? Honestamente, mujer, dices tener un gran intelecto, pero tus insultos siguen siendo los mismos-Le ofreció una de sus sexys sonrisas mientras se aproximaba lentamente para reanudar su beso, pero ella le detuvo-.
-Vegeta, francamente… ¿No te importa lo que me pase?-El príncipe frunció el ceño-.
-¡Si no me importase no estaría perdiendo el tiempo aquí, mujer!-Ella asintió con algo de enfado por la manera en que lo había dicho. ¡No le costaba nada ser un poco más amable si lo que intentaba era consolarla!-.
-Bien, pues entonces escúchame y no te burles de mí-Vegeta gruñó al ver como Bulma se separaba de su abrazo y se bajaba de la cama dirigiéndose al balcón-.
-¿¡Y bien!-Preguntó, al ver que no decía nada-.
-Pues… Yo…-Vegeta se cruzó de brazos y ante la espera comenzó con impaciencia un característico golpeteo de sus dedos índice y corazón-Yo… ¿Te parezco vieja, Vegeta?-.
Vegeta dejó caer su quijada ante la sorpréndete pregunta. ¿A qué venía eso? Dejó caer sus brazos a cada lado de su cuerpo mientras esperaba por algún tipo de confirmación o que ella se riera por creer que se lo preguntaba en serio o algo de ese estilo.-"Que pregunta más ridícula… Además, ya sabe la respuesta. No cabe duda que esto es por juntarse demasiado con la arpía de Kakarotto. Seguro le habrá pegado su estupidez y ahora soy yo quien tengo que cargar con esto"-Pensaba-.
-¿No piensas responderme?-En un acto de clara desesperación, Bulma se giró para dejar ver a su marido las dolorosas lágrimas que siempre rogaba por detener. Pero no ahora. Ella necesitaba saber-.
-Yo…-Sintió un deseo de acercarse a ella, abrazar, besarla y sumergirse en ella demostrándole la verdad. Que no, que ella siempre sería hermosa-¿No eres tú la que siempre presume de ser la mujer más bella de esta planeta?-Bulma asintió viendo su punto-Entonces ¿a qué viene esa tonta pregunta?-.
-Vegeta, estás evitando la respuesta ¡No puedes contestarme con una pregunta! ¡…Y mucho menos con dos!- Vegeta giró su rostro a un lado. Era cierto, no se atrevía a decirlo-¡Ya se! Lo que pasa es que ya no me quieres, me ves vieja y fea y no quieres decirme la verdad para que no te eche de la casa ¿no es cierto?-Nada había sido dicho con rabia, sino con dolor, lo que asustó más al príncipe. Quién al oír su declaración apretó sus puños y se encaminó hacia ella-.
-¡Eres tonta!-Dijo, mientras la abrazaba otra vez-¿¡Como puedes decir esa clase de ridiculeces!-La miró una vez más, pero manteniendo el contacto de sus cuerpos, esperando el instante apropiado para que fueran ellos los que se demostraran la verdad y olvidarse de las palabras-Primero, no me podrías echar de esta casa porque yo tampoco quiero irme, segundo ¿Quién te ha metido esa idea absurda de que estas vieja? ¡Eres más joven que yo! Y tercero, mujer, ¿Qué te hace pensar que yo ya no te… no te...? ¡Bueno, eso!-Lo ultimo no necesitaba explicación, y Bulma lo sabía-.
La peli azul, viéndose convencida de cada una de sus palabras, atrapada en la mirada de sus profundos ojos ébanos, y valorando cuán difícil debió haber sido para él cada una de las declaraciones que hizo; miró al suelo avergonzada una vez más por su estupidez.
-Yo… pensé que…-Vegeta la detuvo. No estaba dispuesto a oír otra vez la manera en que Bulma buscaba razones para no darse cuenta de cuán valiosa era. Cuán única y especial. Claro que eso jamás se lo diría… Al menos eso creía-.
La discusión acabó entre suaves besos, caricias y una promesa infinita que sólo sus cuerpos podían hacerse. La unión perfecta entre dos almas necesitadas.
El día siguiente llegó sin avisar. Al menos así lo sintieron marido y mujer; mientras que en sus mentes archivaban tan sólo cuatro horas de sueño, el reloj marcaba las ocho de la mañana del día 9 de Mayo del año 774. Bulma cumplía cuarenta y un años y su primer regalo fue ver el tranquilo y 'casi' pacifico rostro de Vegeta durmiendo junto a ella. Sonrió para sí misma y acarició el rostro del príncipe. Era increíble lo dulce y tierno que se veía sin ese profundo ceño fruncido.
La caricia de su mujer lo despertó. No recordaba otro momento en su vida en el que despertara más cómodamente que en la cama de Bulma. Adiós a los años de sufrimientos, a las noches donde se forzaba a estar semiconsciente, esperando el ataque enemigo. Le sonrió a su mujer y la besó.
-Buenos días, Vegeta-Le devolvió el beso con el mismo cariño-.
-Sí, son buenos…-Dijo, mientras comenzaba a halarla más cerca de él y sus manos comenzaban a trazar ardientes caminos por su cuerpo-.
-Vegeta…Hm…-Gimió-No, ahora no… Estoy cansada-Rió con el efecto que provocaba su lengua en su oído-Vegeta, enserio, ¿no te cansas nunca?-Él negó con la cabeza no viendo la necesidad de usar palabras-Está bien, está bien…-Le dejó hacer-Lo tomaré como un regalo de cumpleaños, entonces…-Rió de su propio chiste-.
-Lamento decirte que esto no es ni por asomo tu…regalo de cumpleaños…-Sonrió contra sus labios y continuó su viaje. Al ver la mirada confusa de su mujer, decidió hablar-¿Crees que soy lo tonto suficiente? Mujer, creí que después de tantos años… habías llegado a conocer mi retorcida mente estratégica…-Ella sonrió, pero aun sin entender-Sólo es una probada de lo que te espera esta noche…-Volvió a sus labios y dejó a su lengua enloquecerla-.
-¡Mamá, mamá!-Oyeron gritar fuera de la habitación. Los gritos fueron seguidos por unos insistentes golpes a la puerta-Mamá… ¿estás ahí?-Ambos volvieron a mirar el reloj. Normalmente, estarían desayunando a esa hora. Se lamentaron por no tener en cuenta ese detalle antes-¿Mamá…?-.
-Maldición…-Susurró Vegeta mientras dejaba a una insatisfecha Bulma y se dirigía a la ducha-No le digas donde estoy, mujer… Si no, capas que también me siga-Rieron del comentario y Vegeta cerró la puerta tras de sí-.
-Trunks, entra, estoy aquí-La presencia del niño no se hizo esperar. Levitó sobre la cama de su madre y se sentó en la cama. Besó a su madre y le puso un paquetito sobre su regazo-¡Feliz cumpleaños mamá!-Gritó lo fuerte que pudo mientras reía y la abrasaba-Espero que te guste…-.
Bulma asintió. Las lágrimas deseaban bajar por sus ojos ¿Cuántos hubieran imaginado que tendría tan hermosa familia? Desenvolvió el paquete con lentitud, mientras observaba la impaciencia en los ojos de Trunks-"Otra herencia de Vegeta…"-.
-¡Ay, Trunks, me encanta!-Bulma sacó del paquetito el marco de foto y sus ojos se clavaron con cariño en la fotografía-Es… maravillosa-No pudo aguantar más las lágrimas y abrazó a su hijo-.
El día de la fiesta en la que celebraban la victoria de los guerreros Z, la señora Briefs había estado descubriendo su nueva obsesión: Las fotografías. Bulma creía que era la primera vez que estaba tan orgullosa de su madre cuando supo la clase de imagen que había logrado pillar.
En la escena aparecía Vegeta de brazos cruzados con esa ropa terrícola que hacía algunos años se había reusado rotundamente a usar. Pero había algo diferente en esta fotografía… Vegeta estaba apoyado en una pared y… sonreía. Y eso no era todo, Bulma se le venía acercando por el mismo lado al que él estaba mirando, como si desde el principio hubiera clavado sus ojos en ella. Trunks, viéndose apartado, tiraba del pantalón de su padre para decirle algo… Algo que, ahora que miraba la foto, jamás descubriría si seguía mirándola de esa forma. Era una foto maravillosa. Indirectamente y sin saberlo, habían aparecido los tres, como en esa clase de fotografías familiares que hacía mucho había descartado tener… Y no sólo eso, ella estaba radiante, espléndida; con ese vestido verde que tanto le gustaba a su Saiyajín preferido. ¿Cómo se le había ocurrido pensar que estaba vieja y fea… si su Saiyajín aún la deseaba?
-Gracias, Trunks…-Volvió a abrazar al niño-Pero tendremos que esconderla de tu padre- Le guiñó un ojo-Si no, podría destruirla de la vergüenza-Hijo y madre rieron seguros de que así sería, sin saber que desde la ducha un enfurecido Saiyajín gruñía por el comentario-.
-¿¡Que tanto están riendo!-Gritó el príncipe en cuanto salió de la ducha ya vestido y dispuesto a ver ese regalo de Trunks que tanto furor estaba causando-.
Trunks se congeló al ver a su padre descubrirlo tan dolorosamente. Seguro que luego le catalogaría como un 'débil mocoso' y, si descubría la foto, se descargaría en su entrenamiento.
-Mamá, mejor voy a ver si la abuela necesita ayuda con el desayuno…-Bajó de la cama de un salto y se dispuso a correr hasta la puerta-Adiós, papá…-Y cerró la puerta tras él-.
-¿Va a enseñarme eso o qué?-Vegeta se acercó a su mujer y estiró la mano con curiosidad-.
-Eres un metiche, ¿verdad?-Dijo Bulma, con una graciosa cara de 'te pillé' y una gotita en su cabeza-.
-¿¡Que dijiste!-Gruñó, apretó sus puños y se cruzó de brazos mientras miraba para otro lado-Hmp, no me importa, mujer…-Se separó de Bulma y salió de la habitación-.
-¡Jajá…! ¡Caíste en la trampa!-Sacó la lengua en dirección a la puerta por donde se había ido su marido-Será mejor que por ahora la deje en el armario escondida-Y así lo hizo. Luego se duchó y se colocó el vestido rojo que tanto deslumbraba a Vegeta, dispuesta a pasárselo bien el día de su cumpleaños-.
-Que recuerdos…-Suspiró una Bulma melancólica-.
Sus planes le habían salido por la culata cuando, creyendo que estaría divertido reírse con las fotografías de sus antiguos años, se sintió triste al recordar cuánto hacía ya de eso. El álbum que tenía ahora en sus manos, era el mismo que días antes el maestro Roshi y Yamcha habían estado ojeando durante la fiesta que había hecho para celebrar la victoria de los guerreros.
-Desearía volver a aquellos años maravillosos…-Dijo, mientras observaba detenidamente una fotografía que había sido tomada por Oolong después del Torneo de las Artes Marciales donde Chi-chi y Gokú se habían comprometido. Rió ante el recuerdo-En aquel tiempo tenía veintitrés años… Como pasa el tiempo-.
Suspiró una vez más. Recordó las aventuras que había tenido con Gokú buscando las esferas del dragón y también la forma tan graciosa en que lo había conocido. Su mente fue vagando sobre los recuerdos con pasividad. No podía arrepentirse de absolutamente nada de lo que había pasado-"Bueno, tal vez de haber perdido tanto tiempo con Vegeta… Ya sabes, eso del orgullo y de fingir que no nos importaba lo que hacía el otro… Hm, aunque, ha tenido su lado positivo. Gracias a eso nos conocemos mejor…"-Aunque en su mente seguía habiendo una posibilidad de que las cosas podrían haber sido mejores-.
-Desearía volver a aquellos años maravillosos…-Repitió. Y entonces, la luz se encendió-¿¡Y porque no!-Se levantó de un salto y fue corriendo a su laboratorio. Buscó y buscó, bajo la atenta mirada de su padre y algunos empleados que estaban extrañados de que el día de su cumpleaños la jefa estuviera dando vueltas en los cajones de su laboratorio-.
-Bulma, ¿Qué buscas?-Le preguntó su padre. Pregunta que no recibió respuesta-¿Bulma…?-.
-Ahora no, papá. Estoy buscando la capsula que contiene la máquina del tiempo que encontramos antes del torneo de Cell ¿recuerdas?-El anciano asintió, aunque su hija no lo vio. Ella seguía dándole la espalda y revolviendo cajones frenéticamente-Hija, ¿no lo dejaste encima de la estantería que tienes delante, porque pensabas que el día que la buscaras removerías los cajones como loca sin encontrarla…?-Bulma se detuvo en seco. Sí, él tenía razón-.
Salió una gota en su frente y le sonrió tontamente a su padre. Alargó la mano y cogió la capsula. Jamás había pensado en la necesidad de repararla y menos, de usarla-Gracias…-Le dijo al Dr. Briefs, y sacó la máquina de la capsula-.
Pronto, la máquina estaría reparada. Estaría lista para viajar al pasado como espectadora. Mirar aquellos años desde otras perspectivas, con su mentalidad adulta y… ¿Madura? Bueno, eso no importaba… Total, no haría ningun daño el ir al pasado si no hablaba con nadie ¿verdad?
Eran las doce de la noche y Vegeta salía de la cámara de gravedad dispuesto a darle 'el regalo de cumpleaños' a su Bulma. Fue a la cocina para un rápido bocado y luego a su habitación. Bulma, para su repentina furia, no estaba. Rechazó la idea de que ella lo hubiera olvidado y tomó una ducha para ir aclarando la mente y trazar el plan de ataque. Sonrió ante la idea.
Al salir de la ducha Vegeta gruñó al no encontrar a su mujercita-"¿Me estará evitando?"-Pensó, creyendo en la posibilidad de una tortura por parte de su mujer-.
Descartó la idea y decidió ir a buscarla…
Recorrió la corporación al menos dos veces. ¿¡Donde demonios estaba su mujer! Hasta que fue al laboratorio. Las luces estaban encendidas y escuchaba unos ruidos de metales y golpes bruscos. Luego un olor a quemado y después un berrinche de rabia. Sin duda, su mujer estaría dentro.
Abrió la puerta con lentitud para observar a la perfección qué era lo que tanto la entretenía. La abrió unos diez centímetros y miró.
Bulma estaba de perfil a él, absorta en su trabajo, con la máquina para soldar en su mano derecha y subía el casco de protección con la izquierda. Suspiró. Limpió el sudor que creaba el calor del fuego de la máquina de soldar y luego tiró el casco al suelo. Rodeó la máquina del tiempo y la observó cuidadosamente-Sólo un poco más…-Dijo en voz alta, sin saber que un par de ojos ébanos no se separaban de cada movimiento suyo-.
Vegeta observaba absorto. Primero, se dio cuenta de la máquina del tiempo-"La loca mujer se pone a arreglar eso justo ahora… ¿Qué se traerá entre manos…?" Recordó la conversación de anoche y descartó cualquier posibilidad de que la baka onna deseara viajar al pasado para ¿hacerse más joven? –"No lo creo…"-Continuó mirando… Y esta vez calló en la cuenta de la clase de ropa que Bulma estaba usando. Llevaba unos pantalones cortos de color negro muy apropiados para la grasa de la máquina del tiempo. Luego, una camiseta de tirantes blanca… Y todo ese excitante conjunto era completado por las toscas botas negras de seguridad y el sudor que bañaba su cuerpo. Sin mencionar lo atractiva que le hacían esas manchas de polvo y aceite en su cara…
No pudo resistirse las ganas de entrar y subirla sobre ese escritorio suyo y…
Pero entonces recordó una frase: "Eres un metiche, ¿verdad?" La pregunta resonó en su mente… Él no era un metiche. Sólo… era desconfiado, y sabiendo que en cualquier momento algo imprevisible podía suceder, prefería tener completo control sobre cada acontecimiento.
Así que, como debía saber todo lo que pasaba bajo su techo y estaba en pleno derecho mientras se tratara de su casa… Entró dispuesto a llevarse a la baka onna a su cama para hacerla suya de una vez por todas.
-¡Bulma!-Gritó Vegeta, haciendo que ésta se asustara y pegara un pequeño bote, acompañado por un chillido que hizo que el Saiyajín no ouji se tapara los oídos-.
-¡Vegeta, no me asustes así!-Gritó nuevamente, Bulma-¿¡Eres idiota o que te pasa!-Volvió a su máquina del tiempo, pasando del estúpido mono que la había asustado-.
Pero el estúpido mono no estaba dispuesto a dejarla hacer y deshacer a su gusto. Se acercó a ella peligrosamente y la cogió de la cintura.
-¡Ah!-Fue lo único que pudo articular Bulma mientras era alzada y cargada cual saco de patatas-¡Suéltame ahora mismo, gorila!-Golpeó la espalda del Saiyajín sin recibir mayor respuesta que una carcajada y ver cómo su Vegeta la cargaba hasta la salida del laboratorio y apagaba la luz tras de sí-¡BAJAME AHORA MISMO, MALDITO! ¡Que me bajes! ¡Hazlo si no quieres que…!-.
-¿Si no quieres que qué?-El Saiyajín estaba divirtiéndose con los comentarios de la onna, pero deseaba, necesitaba saber, qué tan salvaje era la mujer que había escogido para él-.
-¡Si no quieres que te siga pegando!-Vegeta rió al descubrir lo falta de palabras que estaba Bulma-.
-¿Enserio? Bueno, entonces no te soltaré, ya que dudo mucho que tus golpes me hagan mucho-Continuó subiendo las escaleras hasta su cuarto-.
-¡TE ODIO MALDITO MONOOO!-Vegeta continuó riendo. Desde que ella había descubierto que le molestaba, no paraba de decírselo… Pero ahora, escasamente estaba en condiciones como para que algo tan simple le molestara. Ella estaba excitándolo con cada grito, cada demostración de fiereza. Esperaba que fuera igual en la cama esa noche-¡Vegeta, si no me bajas, juro… juro…!-.
-¿Qué juras, onna?-Bulma siguió rabiando y pensando en qué le diría. Hasta que recordó algo que su queridísimo amigo Gokú le había dicho-.
-¡Te meteré un montón de gusanos en la comida cuando estés muerto de hambre!-Vegeta se detuvo en seco, a lo que Bulma sonrió. Vegeta tenía el rostro azul del asco… Seguramente, se estaría imaginando la escena- ¿Cómo te has quedado, eh? ¡Si no quieres que lo haga, bájame ahora mismo!-Vegeta lo pensó dos veces-.
-"Hmp… Aunque lo hiciera… Destrozaría el plato y luego…"-Una sonrisa ladina apareció en sus labios…-"La haría pagar por hacerlo"-Sí, era un buen plan. Así que rio como en sus tiempos de mercenario y siguió caminando-.
-¡Aaah!-Bulma no dejaba de patalear y gritar, casi poseída-.
-Enserio, mujer… ¿Creías que me ibas a convencer con algo tan simple? He peleado contra Freezer, Cell, Majin Buu, entre otros miles… ¿Algo tan simple como unos gusanos iban a detenerme?-Estaban llegando a su habitación-.
-¡Te dan asco! ¡Por eso llamas a tus rivales gusanos, porque para ti es lo más asqueroso de éste mundo! ¿Verdad?-Vegeta asintió complacido de las observaciones de su mujer-.
-Ahora…-La tiró sobre la cama y cerró la puerta-Descarga esa furia conmigo, onna…-Bulma cerró los ojos cuando Vegeta comenzó a asaltar su cuello-Onna…-Volvió a decir, y Bulma sintió un escalofrío de deseo bajar por su espina-.
Siempre la llamaba así. Al principio no lo entendía… Luego, después de preguntarle, supo que era la forma de decir 'Mujer' en Saiyajín. Aunque, seguía sin llamarla por su nombre, el hecho de que lo dijera en ese idioma tan sensual, y que le hiciera el amor utilizando esas palabras contra su oído, estimulándola con frases enteras en un idioma que no conocía, la volvía literalmente loca.
-Te odio, Vegeta…-Y se dejó llevar-.
El sol les despertó tarde aquella mañana. Agradecieron que Trunks no haya encontrado excusa para importunar. Los saludos matutinos fueron rápidos y antes de que Bulma se diera cuenta, Vegeta ya había bajado al salón diciendo que: Esperaría por su desayuno…
-"Maldito holgazán…"-Bulma se levantó y mientras se vestía, la rabia la consumía-"Le doy una casa, un hogar, máquinas para entrenar, robots, comodidad, amor, una buena cama para dormir … ¡Y pese a todo, sabiendo lo cansada que estoy por lo de anoche, me exige un desayuno!"-Se vistió con ropa apropiada para continuar trabajando en su laboratorio y salió-.
Eran las cuatro de la tarde del día 10 de mayo. Sería divertido ver cómo funcionaba. Quizás ella podría declarar ser la primera mujer (o, incluso, ser humano) que ha viajado en el tiempo. Rió para sí misma. Se acercó a su ahora reparada computadora y se dispuso a dar los últimos acabados a su informe sobre la máquina del tiempo. Era costumbre redactar la información exacta de lo que había hecho e iba a hacer… Así, si surgía un problema, podía arreglarlo luego.
Se sonrió por su gran inteligencia.
Escribió los cambios adheridos a la máquina del tiempo. Ahora, no necesitaba días u horas para recargar la batería de la máquina. Podría aguantar una ida y vuelta con tan sólo cinco minutos de por medio y si se necesitaba hacer antes, estaba recargada con una carga extra-"Soy la mejor…"-La carcajada maniática que se le había pegado estando tantos años cerca de Vegeta vino a su boca. El personal que la rodeaba la miraba aséptico y un tanto asustado-.
-¡Por fin lo he acabado todo…!-Dio un salto de alegría y se dirigió a la sala donde guardaba los trajes 'especiales'-.
Tenia de todo. Desde ropa para astronauta, hasta equipamiento submarino. Todo catalogado y creado por la Corporación Capsula. Escogió unos pantalones cortos, creyendo que tendría que recorrer algunos lugares un tanto peligrosos, una camiseta de manga corta verde y sus preciadas botas de protección-"Perfecto…"-Se dijo-.
Colocó en su cintura las 20 capsulas que siempre llevaba encima cuando salía. Nunca se sabe cuándo podría utilizarlas.
-¡Ay, cierto!-Sacó una capsula de su estuche y la depositó exactamente en el lugar donde lo había estado la antigua máquina del tiempo-No veo la necesidad de llevarme las dos…-Porque Bulma Briefs había construido una segunda por si la primera tenía algún tipo de desperfecto, ya que tanto tiempo por ahí a la intemperie (recordando cómo la había encontrado) y además, encapsulada y abandonada… Podría pasarle algo, ¿no?-"Bueno, es sólo por seguridad… No creo que pase nada"-Se acercó a la máquina del tiempo y apretó el botón que encapsulaba la máquina-Será mejor que vaya al jardín…-Sí, y también tendría que quitarse esa manía de hablar consigo misma-.
Una vez fuera del laboratorio, pasó frente a la cámara de gravedad de su marido. Se asomó con curiosidad por el pequeño agujerito de la puerta. Siempre le gustó verlo entrenar… Bueno, excepto cuando se lastimaba. Pero esas imágenes de su perfecto y sudado cuerpo cubierto nada más que por esos shorts negros…
-¿¡Que haces ahí!-Bulma dio un brinco al oír la voz de su marido detrás de ella. El susto de su mujer provocó una risa de burla en los labios del príncipe-Sin duda… no puedes mantenerte lejos de mí un solo instante…-Bebió de su bebida. Bulma se giró y lo vio exactamente como le gusta, igual que se lo estaba imaginando y sonrió-¿Qué me miras tanto?-.
Ella sonrió coquetamente y lo besó-Veggie, no es culpa mía que seas tan irresistible-Éste se sonrojó. No por lo que había dicho, sino porque en cualquier momento alguien podía pasar por ahí y verlos-.
-Bueno… ya sé que lo soy-Su orgullo le gritaba que la apartarse, pero no su mente. Él quería mantenerla cerca. Más cerca-¿Qué hacías?-Quiso cambiar un poco el tema, a menos que ella deseara acabar lo que su beso había empezado, dentro de la cámara de gravedad-.
-Oh, iba rumbo al jardín para probar la máquina del tiempo… Pero al pasar por aquí sentí la tentación de saludarte-Lo besó otra vez- Y como ya lo hice…-Se separó y se encaminó al jardín sin decir más-.
-¿Máquina del tiempo?-Y como Bulma esperaba de su curioso Saiyajín, éste le siguió los pasos al jardín-.
-Así es… La probaré ahora mismo-Vegeta observó las vestimentas de su mujer y asintió. Dio otro trago a su bebida-Aunque, no sé si funcionará correctamente-.
-Si lo has hecho tu, seguro que no…-Bebió una segunda vez. Observó a la peli azul y vio lo que quería: Un claro ceño fruncido-"Demasiado fácil…"-Se sonrió-.
-Bueno…-Bulma apretó la capsula y extrajo la máquina-¡Tarán…!- Ella giró alrededor de la máquina-¿Me ayudas a subir?-Vegeta arqueó una ceja-.
-Hmp, ¿la has hecho tu y no has ideado una manera para subir sino es con un gran salto?-Bulma asintió un poco avergonzada-Eres tonta…-.
-¡Esta máquina la hice en el futuro para Trunks! ¡Él podía entrar sin problemas! ¡Yo no!-Vegeta meneó la cabeza con hastío y se acercó a su mujer-Gracias…-Dijo ella, antes de que él actuara-.
-Hmp…-Él puso una mano en su trasero y de un empujoncito de nada Bulma había alcanzado el borde de la máquina, estando ya casi dentro de ésta-.
-¡Aprovechado!-Grito la peli azul una vez dentro-Bueno… a ver…-.
-¿¡Como que aprovechado!-Vegeta gruñó-"¿De qué otra forma quería que lo hiciera?"-Se cruzó de brazos y esperó-.
-Bueno… creo que ya sé donde iré…-Escribió las coordenadas en la máquina-Mmm. ¡Cuando conocí a Gokú!-Vegeta bufó-.
-Onna… De todas las cosas que podrías ver ¿perderás el tiempo yendo a ver a Kakarotto?-Bulma lo miró sabiendo que tenía razón. Vegeta levitó y se asomó al tablero de la máquina-¿Por qué la hiciste tan pequeña? … sólo es para un tripulante-Bulma se encogió de hombros-Baka…-.
-¡Ya deja de insultarme!-Jamás lo diría, pero le divertía saber cuánto le gustaba ver a Vegeta intentando hacerla rabiar-.
-Hmp…-Tecleó algo en la máquina-Esos eran buenos tiempos…-.
-¿Eh?-Miró la fecha-Año 756 del dragón… Mmm, ¿el torneo de las artes marciales, Vegeta?-éste gruñó-.
-No sé lo que pasó en la tierra aquel año… Pero ese año pasó algo distinto para mi…-Se volvió a cruzar de brazos-.
-¿Qué cosa?-La curiosidad la comía por dentro. Vegeta no solía hablar de su juventud-.
-Bueno…-Miró a otro lado no pudiendo soportar sus ojos-Sólo una gran conquista…-Bulma no le creía. Sabía que lo más posible es que no se lo quisiera soltar. Frunció el ceño-¡Ya vete!-Un sonrojo cubrió las mejillas de Vegeta al sentirse observado-.
-¡Bien, pues me voy!-Apretó un botón y la tapa de la máquina comenzó a bajar dándole en la cabeza a Vegeta-¡Quítate de en medio, mono!-.
-¡Maldita mujer…!-Le había dolido. No sabía cómo, pero le había dolido-¡Espero que un dinosaurio te coma y me dejes en paz de una vez!-.
-¡Pues a ver si es cierto y dejo de verte! ¡Seguro que en el paraíso está lleno de hombres guapos y atractivos que se morirían una segunda vez por conocerme!-Vegeta gruñó celoso-.
-¡Estás tan loca como tu madre, onna!-Ella hacía que no le escuchaba mientras le sacaba la lengua y le enseñaba su dedo corazón-¡Sal ahora mismo de ahí! ¡Vamos, no seas cobarde!-La tapa había bajado completamente y a Bulma tan solo le quedaba apretar el botón que la llevaría a su destino-.
-Adiós, Vegeta…-Susurró ella con cariño. Nunca le diría que se sentía mal por enfadarse, aunque también hacía un poco de gracia-"Te quiero, nos veremos luego"-Pensó en las mil formas bonitas que podían haber acabado eso, pero no. Era demasiado pedir-.
Vegeta seguía rabiando fuera de la máquina y observó cuidadosamente el momento en que Bulma había apretado el botón y la máquina había desaparecido-"Ni siquiera me dice adiós…"-Bufó por segunda vez y se dirigió otra vez a la cámara de gravedad maldiciendo escoger una compañera tan chiflada-"Aunque… Si no fuera como es…"-Deseo no pensar más. Bastantes problemas tenía con su debilidad como para, encima que ella no estaba en casa, añorarla y recordarla con tanta pasión-.
Habían pasado unas cuantas horas, cuando Trunks golpeó la puerta de la cámara. Vegeta la abrió esperando que fuera Bulma. Que ya hubiera vuelto y estuviera dispuesta a reanudar la discusión-"Se cómo acabar esto…"-Pensó, imaginando lo divertido que sería ducharse juntos-.
-¿Trunks?-Respondió algo sorprendido al ver a su primogénito y no a su mujercita-¿Qué pasa? Sabes que estoy entrenando-Trunks asintió. Pero hubo algo que estaba mal en el niño. Tenía el ceño fruncido. Un claro reflejo de la actitud paterna-¿Qué pasa?-Preguntó otra vez y algo más serio-.
-Hmp-Dijo, imitando la postura de su padre-¿Dónde está mamá? ¿Ya te has peleado con ella?-Vegeta levantó una ceja esperando que eso fuera una broma-.
-¿Aun no ha vuelto?-El primogénito negó con la cabeza-Ya volverá…-Iba a cerrar la puerta pero el niño lo detuvo-.
-No, papá, no lo entiendes. Son las once de la noche-Vegeta se sorprendió-Dime, ¿qué pasó? He llamado a casa de la mamá de Goten, pero no está ahí. También a casa de Krilin. ¡Hasta he llamado a la casa de Yamcha! Ya sabes cómo es mamá con los horarios… Ella nunca viene tarde para nada…-Vegeta asintió-Los abuelos tampoco la han visto…-Algo parecido a la preocupación apareció en el rostro de su padre, lo que asustó más al niño-.
-"¿Y si tuvo problemas allá donde haya ido?"-Vegeta salió fuera de la cámara de gravedad. Buscó a Bulma en silencio con su hijo pegado a él, también en silencio. Asumió que estaría pensando, igual que él, en dónde podría estar Bulma-"No lo entiendo… Dijo que sería una simple ida y vuelta… Y aunque tuviera que recargar la energía… Tan solo serían unas pocas horas…"-Vegeta se paró en seco lo que hizo que Trunks callera al suelo al tropezarse con su padre-No puede ser…-Dijo Vegeta-.
-¿Qué pasa, papá?- Trunks había rodeado a su padre y ahora le miraba a los ojos-.
-No…-Fue un doloroso susurro-"Ella… ¿Cambió la fecha de la máquina antes de irse?"-Espero recordar un movimiento semejante. Pero no… Bulma había cerrado la máquina y por culpa de la discusión, se había largado sin mirarlo siquiera-¡Kuso…!-Vegeta apretó sus puños-Mocoso ¿Dónde está tu abuelo?-Trunks ladeó la cabeza sin entender ni lo que su padre había dicho, ni porqué preguntaba eso-.
-Pues… estará durmiendo…-Vegeta frunció y se encaminó al laboratorio-.
-¡PUES DESPIERTALO! Dile que vaya al laboratorio… Es urgente-Vegeta no detenía su paso rápido-.
-Pero, papá, ¿Qué pasa?-Vegeta gruñó una vez más-.
-¡Deja de hacer preguntas y tráelo, tu madre podría estar en peligro!-Trunks abrió los ojos perplejo y salió corriendo a buscar al Dr. Briefs-"Mierda, mujer… Porque de las miles de cosas que siempre ideas, porque no pudiste ser un poco más lista y cambiar las coordenadas del tablero"-Entró al laboratorio y encendió la computadora de Bulma. Debía averiguar todo lo posible-"Maldita sea…"-Susurraba su mente-"De todos los lugares a los que podría haber llegado… Bulma…"-Recordó las coordenadas que había escrito y golpeó la mesa con sus puños. Los datos hacían eco en su mente. Podría haberla enviado a la mismísima muerte… Y si aun no había vuelto… No, no podía ser-…Tengo que ir a buscarla-.
Recordó una vez más los datos. El simple recuerdo dolía.
-¡Papá, ya está aquí el abuelo!-Vegeta se giró para mirarlo-.
-¿Podrías construir otra máquina del tiempo?-El Dr. Briefs recibió la información con sorpresa-¡Responde!-.
-Mmm, bueno. Debería mirar los planos de Bulma y leug-.
-¿¡Puedes o que!-El Dr. Briefs asintió-Bien, ¿Cuánto tardarías?-El padre de Bulma comprendió la preocupación del asunto. Pocas veces había visto a su yerno así de preocupado-.
-Dos días como mucho…-Vegeta sintió una especie de Energy-ha atravesando su pecho-.
-¡Es demasía tiempo!-Vegeta comenzó a pasearse de un lado a otro del laboratorio-.
-Aunque… creo que Bulma podría haber creado un segundo prototipo…-Miró hacía la estantería y vio una nueva capsula en el lugar de la anterior. Apretó el botón y de ella salió una nueva máquina del tiempo. Vegeta suspiró aliviado-Pero… seguro que le falta batería-.
Vegeta gruñó-¿Y cuanto tardará en recargarla?-El Dr. Briefs dudó. Era diferente cargarla desde el principio, como primer invento que era,… a… recargarla-.
-Cuatro horas a lo sumo. No más-Vegeta bufó nervioso. Al menos era mejor que dos días. Pero… Cuatro y otras siete horas desde que se había ido… Hacían un total de once horas-.
-Once horas…-Susurró Vegeta con frustración-¡Maldición!-No había otra salida. Debía rogar para que estuviera bien durante ese tiempo-Bien, comienza ya…-El Dr. Briefs asintió-.
-Papá…-Le llamó su hijo-¿Qué le pasa a mamá?-Vegeta suspiró-¿Dónde está ahora? ¿En qué tiempo?-Vegeta no fue capaz de mirarle mientras soltaba la información que él mismo había introducido tiempo atrás-.
-En el año 756 del Dragón-Trunks hizo cálculos-…Yo tenía 24 años…-Trunks asintió-Pero… no está en la tierra-El niño abrió los ojos como platos-.
-¿Dónde está, papá?-Temió por la respuesta. Si su padre había creído importante decir su edad cuando habló de la fecha… Entonces… ¡Oh, oh!-.
-Planeta #79 de Freezer…-.
CONTINUARÁ
NOTA DE AUTOR: Bueno, ¿y ahora que pasará? Parece que todo es culpa de Vegeta pero… ¿Por qué Bulma no ha vuelto? ¿Estará bien esas 11 horas? ¿Cómo se tomará esta sorpresa nuestra temperamental amiga? Todo esto y mucho más en el próximo capítulo…
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO
