Título: My soul, your beats
Pairing: Harry/Draco con menciones de Albus/Scorpius.
Warnings: Theodore/Draco y Harry/Ginny
Género: Slash
Clasificación: M
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc.
Quizás los personajes estén un poco OOC, aunque intentaré que eso no suceda :)
Autora: Sui Felton
Beta: Cydalima Faëlivrin
My Soul, your beats...
Harry suspiró con resignación mientras se pasaba una mano por su ya desarreglado cabello. Una parte de él se encontraba aliviada de encontrarse lejos de casa: Paris le parecía bastante acogedora, en especial después de la última pelea con su esposa; en ese momento lo que realmente necesitaba era un poco de tranquilidad.
Tranquilidad que lo había abandonado desde el primer momento en que puso un pie dentro de ese enorme auditorio, pues se sentía completamente fuera de lugar. Miraba con nerviosismo hacia ambos lados de la sala, deslumbrándose con la elegante arquitectura. No estaba acostumbrado a esta clase de eventos, y mucho menos a vestir de esta manera. Le hacía sentirse como un estúpido snob y eso lo molestaba de sobre manera.
―Por el amor a Merlín, Potter― dijo Blaise Zabini con frustración―. Deja de moverte así y deja en paz el nudo de tu corbata.
―Oh, como lo lamento― contestó Harry con el mismo tono―. Pero si no mal recuerdo yo te dije que estas cosas no me gustan, pero aun así insististe en traerme contigo.
―¿Qué esperabas?― Preguntó Blaise mientras fruncía el ceño―. Se supone que ambos estamos en un viaje diplomático, es obvio que tenemos que asistir juntos a todos los eventos.
Harry se mordió la lengua para no soltar algún comentario mordaz; sabía que discutir no lo llevaría a nada bueno. Además, Zabini tenía la razón, aunque por supuesto eso jamás lo admitiría.
―Veo que no has cambiado nada, Potter.
Harry abrió los ojos con sorpresa, tanto, que casi podía jurar que sus cejas llegaban hasta donde comenzaba a nacer su cabello. Theodore Nott estaba de pie, frente a él, con la misma sonrisa que lo caracterizaba, un tanto burlona y divertida, pero con un extraño y melancólico brillo en los ojos. ¡Lo miraba con pena, por todos los dioses!
―Nott― saludó con voz neutra mientras intentaba disimular la naciente frustración que le recorría las entrañas.
El rubio bufó en respuesta y sonrió mientras dirigía una rápida mirada a su amigo.
―En serio, Potter, trata de no dormirte durante el concierto― dijo y sonrió de lado mientras acomodaba su túnica de gala.
En otras circunstancias Harry podría haberse ofendido por el comentario, sin embargo en esa ocasión sólo le ofreció una sonrisa como respuesta y lo observó un momento mientras se despedía de Zabini para después desaparecer agraciadamente entre la multitud.
―Pareces sorprendido― dijo Blaise mientras tomaba asiento junto a él.
―No esperaba verlo por aquí, es todo― contestó distraídamente mientras las luces del auditorio se apagaban y los primeros músicos salían al escenario.
Trató de despejar su mente, pero los pensamientos sobre sus últimos meses en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería eran demasiado insistentes cómo para poder ignorarlos.
En aquel entonces, casi un año después de la caída de Voldemort, la vida en el mundo mágico transcurría con relativa normalidad. La vida escolar no fue la excepción. Aun cuando asistía a muchos eventos del ministerio ―obligado, para su mala fortuna―, su vida comenzó a tomar un ritmo mucho más tranquilo del esperado. Su relación con Ginny Weasley prosperó rápidamente y llenó, en parte, aquel extraño sentimiento de vacío que lo atormentaba desde hacía unos meses.
Vacío que logró incrementarse en el momento que la casa de Salazar Slytherin anunció con emoción la fértil relación que sus ídolos, Theodore Nott y Draco Malfoy, comenzaban en aquel entonces. Recordaba con claridad la ira que sintió en aquel momento, e inesperadamente, un enorme sentimiento de pérdida. Se sintió traicionado, abandonado, pero no tenía la más mínima idea del porqué.
Suponía que tenía que ver con las intensas y melancólicas miradas que Malfoy le había dirigido en sus primeros encuentros después de la batalla. En aquel momento las atribuyó al pésimo momento por el que pasaba su familia y no le prestó más atención. Ambos, en un acuerdo tácito ―o eso pensaba él―, simplemente comenzaron a ignorarse.
Sin embargo, la mirada del rubio era algo que, incluso en el presente, no podía sacarse de la cabeza. El anhelo, el dolor, y la angustia que sintió en aquel entonces fueron tan tangibles, que algo en su interior gritaba por apaciguar ese sentimiento. Sin embargo, para cuando finalmente había adquirido el valor para tratar de hablar con Malfoy, se dio cuenta de que su ayuda ya no era necesaria en lo absoluto, pues Theodore Nott le había devuelto la sonrisa.
El grito de una soprano le hizo dar un pequeño e involuntario salto en su asiento, haciendo que Blaise lo mirara con una ceja arqueada, a lo cual, Harry solo contestó con una pequeña y nerviosa sonrisa. Había estado tan ensimismado con sus pensamientos, que no se había percatado de que ya había pasado casi la mitad del programa.
Observó a la cantante y trató de concentrarse en otra cosa. Se repitió mentalmente lo mismo que se dijo en aquel entonces, que nada de lo concerniente a Draco Malfoy tenía nada que ver con él.
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Cuarenta minutos después, con el culo un tanto entumecido y los ojos ardiéndole, Harry Potter contuvo un nuevo bostezo. Sólo dos actuaciones más y seria libre de semejante tortura; al menos en parte, porque lo siguiente era el banquete, aunque eso era lo de menos; la buena comida nunca se despreciaba.
Las luces se apagaron y la gente guardó silencio total, un joven rubio, ataviado en una elegante túnica negra, salió al escenario. Harry ahogó su sorpresa. Theodore Nott sonrió cortésmente hacia el público y tomó asiento frente al elegante piano que apareció detrás de él. Cerró los ojos uno momento y dejó que sus manos se movieran con libertad sobre las teclas del piano.
Harry observó con asombro la enorme habilidad con la que Theodore interpretaba la melodía, la mayor parte del tiempo haciéndolo con los ojos cerrados y moviéndose al ritmo de la sonata.
―Bueno, su estilo no ha cambiado en lo absoluto― comentó Blaise con una sonrisa mientras se relajaba en su asiento.
―No tenía idea de que Nott fuera uno de los participantes de este recital― murmuró Harry para sí mismo mientras se dejaba envolver por la suave melodía que tocaba el rubio.
Si bien Theodore no estaba haciendo una interpretación mágica ―en la cual los instrumentos encantados seguían la melodía según las habilidades del intérprete―, la sonata deleitaba a todos los presentes.
Harry cerró los ojos, relajándose con el suave sonido que inundaba el auditorio y una extraña paz le recorrió de pies a cabeza. Aún cuando él no era un experto en música ―y menos de la música mágica―, podía percibir a la perfección el mensaje de la pieza. La sensación de cambio, de inicio. Abrió los ojos justo antes de que la melodía llegara a su fin, y vio la cálida y satisfactoria sonrisa que adornaba el rostro de Nott. Sin duda alguna él mismo disfrutaba de lo que hacía, y eso lograba que el resto de los presentes también lo hiciera.
El rubio sonrió ampliamente mientras se ponía de pie y recibía con una reverencia la cálida ovación del público. Sin embargo, no se retiró del escenario.
Harry frunció el ceño y abrió el programa que, hasta ese momento, había permanecido sobre sus piernas. Pasó directo hacía la última página. Si no mal recordaba, únicamente faltaba una actuación para que el concierto llegara finalmente a su fin. Leyó con cuidado el último párrafo del panfleto, y su corazón casi se detiene.
" 11. Debussy, Suite Bergamasque – Primer Movimiento: Prélude
Interprete: Theodore Nott (Piano)
12. Debussy, Sonata para Violín en G Menor: Allegro Vivo
Interpretación a Dúo: Theodore Nott (Piano) y Draco Malfoy (Violín)
Quince minutos después del cierre del concierto, se les invita a una cena exclusiva para los asistentes a este evento. Los asistentes se encargarán de guiarlos hacia las chimeneas de la Red Flú indicadas.
Para mayor información, favor de contactar a Gabrielle Dupont en la oficina de…"
No pudo seguir leyendo, puesto que los murmullos y exclamaciones lo trajeron rápidamente a la realidad. Nuevamente alzó la mirada hacia el escenario, e inmediatamente después, el panfleto entre sus manos fue arrugado con fuerza. Theodore Nott sonreía con calidez mientras extendía la mano hacía el joven rubio platinado que lo veía desde el otro lado del escenario. Draco Malfoy, vestido en un hermoso traje blanco con bordes dorados, bufó desde su lugar mientras sus blancas mejillas se teñían levemente de rosa.
―Malfoy…― susurró Harry mientras observaba como ambos rubios quedaban a escasos centímetros de distancia.
Nott tomó la mano izquierda de su acompañante y la besó con suavidad, haciendo que este diera un pequeño e involuntario respingo mientras sus mejillas se ruborizaban aun más. Después de eso, Draco frunció el seño y le dio un pellizco en el hombro.
―Esos dos...― murmuró Blaise con diversión mientras observaba a sus dos amigos.
Harry no podía alejar la mirada de Malfoy, era como si su mente y cuerpo quisieran grabar cada pequeño detalle del rubio. Al parecer no había crecido mucho mas desde su graduación, pues Nott lo sobrepasaba fácilmente con unos diez centímetros. Estaba delgado, pero su cuerpo se había estilizado en gran medida, seguramente no practicaba muchos deportes. Pero lo que más llamó su atención fueron sus ojos. Del mismo color gris plateado que podía recordar, parecían tener un brillo que nunca antes había visto. Parecía feliz, realmente feliz. Aún cuando dirigía miradas indignadas hacia Nott, era obvio que entre ellos había mucho más que sólo una amistad.
Draco cerró los ojos y juntó las palmas de sus manos, estas comenzaron a brillar levemente, mientras las separaba, un hermoso y reluciente violín apareció entre ellas, admirando a todos los presentes. Momentos después, Malfoy colocó el instrumento en su hombro y dirigió una mirada cómplice hacia Nott, quien le correspondió con una sonrisa.
Theodore inició la sonata con un suave movimiento de teclas, seguido casi de inmediato por Draco, quien había cerrado los ojos casi de inmediato, dejándose llevar por la melodía. Su interpretación era suave pero enérgica en los momentos precisos, gracias a la perfecta sincronía que compartían los dos jóvenes.
Harry estaba extasiado. Sin saber el por qué, su mirada no podía despegarse de los suaves movimiento de las manos de Draco Malfoy, con las cuales sostenía el arco con delicadeza y firmeza. Manos que deslizaban sus largos y finos dedos por las cuerdas mientras el arco las tensaba para poder emitir el hermoso sonido que inundaba sus sentidos. Todo en los movimientos de Draco le hacía sentir al borde del éxtasis, cómo si no fuera la primera vez que escuchaba la hermosa melodía que el rubio era capaz de tocar.
Durante el primer crescendo, un fuerte dolor le atravesó la cabeza. Trayendo consigo un sinfín de imágenes de sucesos que desconocía por completo. Pero que lo tenían a él, y a Draco Malfoy cómo sus protagonistas.
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Las manos de Harry subieron hasta el fino rostro de Draco, quien cerró los ojos ante el tierno e íntimo contacto. Ambos suspiraron a la vez.
―Por favor, Draco…― murmuró el pelinegro con preocupación mientras acomodaba las finas hebras plateadas detrás de las orejas del rubio―. Sé que es peligroso, pero voy a estar bien… ―Besó con ternura la frente del Slytherin mientras este solo dejaba escapar un pequeño suspiro―. Necesito que te quedes aquí.
―Eres un mentiroso, Potter― murmuró Draco con voz trémula mientras se mordía levemente el labio inferior―. Sabes perfectamente que necesitas toda la ayuda posible para poder derrotar a ese demente.
Harry dejó escapar una pequeña risa.
―Sé mejor que nadie, de lo que eres capaz, Draco― acercó su boca a la del rubio, hasta que sus labios estuvieron rozándose, causando que los corazones de ambos comenzaran a latir a un ritmo ansioso y desesperado―. Por favor… ―Suplicó―. Quédate aquí.
Los labios rosas de Draco temblaron ligeramente. Sabía que Harry lo encerraría bajo un sinfín de protecciones., que sería prácticamente imposible para el sólo poder romperlas. Suspiró. Debía resignarse, el permanecería en Grimmauld Place le gustara o no.
―Prométeme que…― jadeó al sentir la respiración de Harry sobre sus labios― …que vendrás en cuanto todo esto termine.
Harry sonrió levemente y asintió, para finalmente sellar los labios de Draco con los suyos.
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Abrió los ojos, angustiado, sintiendo que su corazón estallaría en cualquier momento. ¿Qué significaban esas imágenes? En el escenario, Theodore y Draco seguían tocando la sonata de manera armoniosa, la única diferencia era que Draco, se había recargado levemente en uno de los costados del piano. Nott sonreía, claramente complacido de que el otro rubio buscara su cercanía durante la interpretación. Draco abrió los ojos ligeramente, para dirigir una cálida mirada hacia su acompañante.
Un fuerte nudo en el estómago dejó a Harry sin respiración al darse cuenta de la intensidad de esos ojos grises. Pero sobre todo, una gran angustia le recorrió el alma entera. Él ya había visto esa mirada antes, y no sólo una vez. Se mordió el labio inferior mientras se preguntaba por qué tenía la sensación de que había perdido algo importante.
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El esbelto y delicado cuerpo de Draco cayó irremediablemente sobre la cama. Harry contempló la desnudez del cuerpo que había anhelado tanto, que había invadido sus sueños y sus más locas fantasías de adolescente. Porque no, ya no era Ginny… ni Cho, las protagonistas de sus sueños y deseos.
Desde hacía un par de meses era el cuerpo de Draco Malfoy con el que soñaba por las noches. Eran sus gemidos los que deseaba escuchar. Era su cálido interior el que deseaba probar.
―Draco…― jadeó Harry con deseo mientras acariciaba con ternura la suave y sonrojada mejilla de Malfoy.
―Por favor…― dijo Draco con voz agitada y temblorosa―. Aún puedes…― gimió al sentir el roce de su miembro con el de Harry―. Aún puedes detenerte…
Harry sonrió levemente mientras se llevaba la blanca mano del rubio a los labios.
―El problema es…― lamió sensualmente la punta de su dedo índice―. Que yo no quiero detenerme, Draco.
Sin decir más, dirigió su dedo hacia la rosada y apretada entrada de Draco, quien arqueó levemente la espalda ante el íntimo roce. Ambos gimieron, para después entregarse en un apasionado beso.
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Jadeó, sintiéndose increíblemente pleno ante el vivido recuerdo; pero al mismo tiempo se sentía confundido, y de una manera que no lograba comprender, también sentía una fuerte opresión en el pecho. Era increíble, él, Harry Potter, había hecho el amor con Draco Malfoy; pero sobre todas las cosas, el sentimiento que experimentó en aquella ocasión le había proporcionado una increíble felicidad. Una dicha tan grande, que no podía compararla con alguna otra.
Los fuertes aplausos del público interrumpieron sus pensamientos. Dirigió su mirada nuevamente hacia el escenario, donde Theodore y Draco hacían una leve reverencia hacia su audiencia, quienes completamente fascinados, aplaudían y alababan su interpretación.
Harry observaba a Draco completamente extasiado, como si con la mirada quisiera beber hasta el último detalle del joven. Mas la realidad le golpeó dura e implacablemente, pues Theodore Nott tomó la mano de Draco y besó con suavidad la palma de su mano mientras le sonreía cálida e íntimamente. Eso, sumado a la pequeña sonrisa con la que Draco correspondió al gesto, le devolvió inmediatamente la razón.
Él y Draco no estaban juntos.
Aun cuando su amor fue inmenso en el pasado eso no contaba en lo absoluto ahora: ambos habían tomado un camino diferente. Draco sostenía una tierna relación con Theodore Nott y él…
―Estoy casado… con Ginny Weasley…― murmuró para sí con voz ahogada mientras se llevaba una mano a la frente. Angustiado, dirigió su mirada hacia el escenario, Draco caminaba hacia la salida del mismo, de la mano de Nott.
Sentía que se ahogaba. En un intento por calmar su angustia, se retiró rápidamente. Empujando sin querer a algunos de los invitados, quienes le veían escandalizados por su comportamiento, se dirigió rápidamente a la salida. Escuchó que Zabini lo llamaba y que algunas personas salían detrás de él. Sin embargo nada de eso le importaba en ese momento; necesitaba paz, necesitaba aire. Pero sobre todas las cosas, necesitaba saber.
¿Por qué Draco no estaba a su lado? ¿Qué había sucedido con su relación? Y más importante: ¿por qué lo había olvidado todo?
Para leer una versión más decorada y con hermosas ilustraciones, , por favor diríjanse al siguiente link:
h t t p : / / sui-tan . livejournal . com / 10526 . html
También podrán encontrar los links a las canciones interpretadas por Theo y Drake.
Bien, he aquí el primer capítulo de mi primer longfic en el fandom de Harry Potter, estoy muy emocionada ^/^
Quiero dar las gracias a mi awesome beta, Cydalima Faëlivrin. Sin ella, este fic no se leería de manera decente ;3;
Te quiero, Cyda! Mil gracias por el apoyo que siempre me brindas! *estruja*
Espero que les haya gustado este primer capítulo. Realmente no sabría decir de cuantos capítulos va a consistir esta historia, sin embargo, no será muy largo, pues tengo otros proyectos en puerta. Realmente les recomiendo visitar el link del Lj, pues las ilustraciones que acompañan mi fic son en verdad hermosas. De hecho, pienso que le dan un tono completamente diferente xD
Bueno, eso es todo por ahora, tengo que ir a casa xDDD
Recuerden que los comentarios, son amor 3
Mil besos! ^ ^/)
