Capítulo 1: monólogo de dolorosos recuerdos

Una gota… ¿qué somos? …Solo materia… otra gota… energía contenida en un bolso de carne y hueso… gota… un ser… ¿Por qué nos definimos así?... ¿que nos da el derecho?… gota… y sobretodo ¿qué es un ser?... ¿Dónde estoy?... veo pura penumbra, bueno, ni siquiera sé si tengo visión… gota… ¿un animal se le puede llamar ser?... ¿Qué somos si no un animal de dos piernas… gota… ¿Cuánto tiempo?... ¿desde cuándo estoy aquí... o así? … gota… civilizados, una especie clasificadora, presos de sentimientos, intereses y sueños… gota… sueño… yo alguna vez soñé, ahora solo duermo… gota… ¿o no duermo?... gota… el animal vive por instinto, sus acciones se basan meramente en sobrevivir… y nosotros una especie dominante, nosotros que nos ponemos en la cabeza alimenticia… nos guiamos por deseos… gota… desear… yo nunca desee nada para mi… solo una vez y… gota… y termine… ¿qué somos?... gota… ¿Quién soy ahora?... escucho un ruido que acompaña al goteo habitual, no sé qué signifique, me ha acompañado a largo de mi existencia o la que recuerdo, también es normal escuchar algún sonido hueco, se escucha un corto tiempo y luego desaparece, no lo comprendo ni lo podré comprender… pero algo nuevo acompaña este ruido… una brisa que me recorre completamente y me eriza la piel… tengo piel, es un alivio saberlo… es la primera sensación desde… no se… ¿Cuánto tiempo?... ¿qué soy?... un murmullo se hace presente, ese sí que no es normal… nunca había uno tan cercano… pero ¿cercano a qué? … me llamaba… o al menos creo eso… ¿Quién me llamaba?... sentí un pequeño pellizco en mi busto. Mi mano reaccionó y golpeo a una masa que se encontraba sobre mí… abrí los ojos.

Agarre aire como si hubiera durado mucho sin subir a la superficie, mis ojos se encendieron registrando el lugar, mi respiración no se calmaba. Era un cuarto, pero no uno normal, las paredes eran blancas, el piso era de un azulejo reluciente y limpio, en una esquina una pequeña maseta acompañada de un sillón beige, la luz en el techo alumbraba con focos largos que hay en los hospitales… estaba en un hospital, sentada en una camilla, palpe mi rostro y después vi mis manos, estaban tan delgadas, de la mano derecha colgaba un catéter, al parecer el goteo que escuchaba en mi inconsciente era un suero que me mantenía con vida, en la otra mano tenía una pulsera, ahí decía paciente Akane Tendo… Akane ese era mi nombre… hija de Soun Tendo dueño del dojo Tendo, ¡ahhh! Una punzada me dio en la cabeza, un reflejo me hizo llevar ambas manos a mi cráneo, mis dedos tocaron mi cabellera, los deslice con miedo, mi pelo que antes me llegaba a mitad de mi cuello ahora estaba hasta mi cintura… ¿cuánto tiempo estuve aquí?, ¿qué me paso?... ¿Dónde está él?... No pude evitar llorar, mis lágrimas caían en la sabana que cubría mis piernas.

-AKANEEE- Una pequeña persona saltó a la cama, era el maestro Haposai, antes de esto nunca me dieron tantas ganas de verlo, lo abrace tan fuerte, no lo quería dejar ir, él era una pequeña migaja de la realidad que yo conocía, lo solté solo para obtener respuestas,- preciosa Akane que bueno que por fin despertaste, te he extrañado tanto- salían lágrimas como cascadas de su enormes ojo.

-no, no, no entiendo… ¿Dónde estoy?.. ¿Qué fue lo que paso?

-baja la voz niña, por el momento no te puedo decir nada, tenemos que salir de aquí, corres un gran riesgo.

-pero…-intente moverme- no puedo. No me responden las piernas.

-tranquila yo…- se escuchó un silbido acompañado de unos pasos, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo.- ya es tarde- con un movimiento me cargo en su hombro, como pude me arranque el catéter y salimos por la ventana, alcance a ver a una mujer vestida de enfermera que se asomó por la ventana viendo como escapábamos, mi sorpresa fue al ver a esa mujer seguirnos por los techos de la ciudad. No solo nos perseguía, aventaba grandes ampolletas con un líquido rojo adentro, haposai las esquivo sin problema, y respondió con unas bombas enormes, la mujer era demasiado ágil, pero el maestro logró dar una en el blanco. La persona cayó en la explosión, la pude ver…, su rostro no podía ser de alguien más, la persona que nos atacaba vestida de enfermera no era otra más que Kodashi. ¿Qué estaba pasando?

Nos detuvimos en un callejón donde estaba estacionada una camioneta de carga, el maestro me colocó en la caja.

-sé que no tienes idea que está pasando, te contare todo una vez que salgamos de aquí, por el momento mi prioridad es tu seguridad- nunca había visto al maestro tan serio, me daba la impresión de que la situación era muy crítica.

-espere… -dije antes de que cerrara la puerta de la caja- solo… quiero saber… cuanto tiempo… yo…

Me miro con algo de lastima- has estado 5 años en coma- cayó como un disparo en mi pecho, ¿5 años?, el cerro la puerta mientras yo me ahogaba en un mar de preguntas sobre mi existencia y mi miseria ¿qué fue lo que paso?, sentí que la camioneta comenzó a andar y mi respiración se agito sin poderla controlar, era como si me ahogara… ahogara esa palabra. Mi mente dio muchas vueltas, recordando todo lo ocurrido una imagen tras otra se acumularon en mi cabeza no, no podía ser cierto, esa era una pesadilla, no, no podía ser. Ahogué un grito con ambas manos y me desvanecí.


Hace más de 7 años Salí de mi casa con la esperanza de encontrar una cura para Ranma, ambos ya sabíamos de nuestros sentimientos, para él seguía siendo importante la maldición que lo aprisionaba, por eso viajar para encontrar una solución y juramos casarnos un día después de hallarla. Recorrimos todo china sin ningún logro, al regresar nos encontramos que un viejo amigo de haposai cuidaba unas fosas sagradas, las cuales se conectarían en poco tiempo con un rio subterráneo donde habían quedado agua de las ahora inexistentes fosas de jusenkyo. Aunque no se nos prometía tener una cura, teníamos que ir.

Las nuevas fosas se encontraban en una costa del país, el terreno era rocoso y despoblado. En el camino se nos unieron shampoo y mousse, no me agradaba tenerlos cerca pero también tenían derecho de saber si encontrábamos una cura. Después Ukyo, con la excusa de que podía ser de ayuda para nosotros y por último la loca de Kodashi con Sasuke de niñera. No me gustaba que se entrometieran ellas en este viaje, más porque Ranma y yo ya éramos una pareja, habíamos vivido como una por ya dos años. Me enojaba que aún no se dieran por vencidas y se acercaran con la excusa de querer ayudar.

Al llegar nos encontramos con el amigo de Haposai, era un sacerdote ya viejo, solo un poco más alto que yo, su nombre era Hanzo, tenía un pequeño templo del dios de la guerra, un dojo muy maltratado y cerca cuatro cabañas. Nos recibió muy bien, dejó que nos acomodáramos en las cabañas de paja pues ya era de noche y pidió reunirnos en el dojo después de esto.

Al estar todos reunidos escucho la historia de cómo fue que cayeron uno por uno a los estanques de Jusenkyo, el fumaba en silenció una enorme pipa, así estuvo por un largo tiempo. Se paró y nos dio la espalda. -"¿Qué tanto están dispuestos a sacrificar?"-por fin dijo después de su enorme pausa. Nos miró a todos.- "lo que sea necesario"- respondió Ranma en nombre de los tres malditos, el Sacerdote solo abrió mucho los ojos, se sentó enfrente de todos y dijo "espero que no, jovencito" y comenzó a explicar…

… el agua de estas fosas ya se ha conectado con el agua que quedó de Jusenkyo, en poco tiempo trabajaran de la misma forma como lo hacían en china, no obstante para que eso pase tiene que suceder algo.- nadie comprendía a lo que quería llegar- díganme… ¿cómo es que las antiguas fosas maldecían convirtiendo a la persona que cayese en un ser diferente?... ¿de dónde creen que copiaban esa nueva forma? Estas fosas son nuevas nadie se ha ahogado en ellas y por lo tanto no surten efecto si se introducen a ella. Para poder obtener una cura es necesario que ahogaran a un hombre y en otro estanque a una mujer ¿serían capaces de eso?- me mordí los labios al escuchar eso. ¿De verdad tenía que ser tan drástica la solución?- hay otra manera… pero no creo que sea la mejor- levanto su brazo y me señaló- ella, ella podría ser la cura. Estos estanques también contienen agua sagrada, la cual funciona cediendo lo que más quieras.- me dio un escalofrió de escuchar la sentencia- la historia de ustedes tres malditos está ligada. Dime mousse que es lo que más quieres en tu vida- él volteo su cabeza para ver a Shampoo- ella no sirve, esta maldita y tu niña, te pregunto lo mismo,- Shampoo bajo la cabeza, de sus ojos salían lágrimas, se notaba que estaba reprimiendo no romper en llanto, de repente sus ojos giraron a Ranma.- él tampoco sirve. Continuo con Ranma.- y tu… bueno eso es obvio- ahora me miraba a mí- Mousse cayó al estanque al entrenar para ser el mejor y vencer a Ranma, Shampoo para ganarse el corazón de este último. Si los tres quieren romper la maldición solo tienen que entregar a las fosas lo que más quiere en el mundo Ranma. ¿Y díganme lo harán?...- un silencio inundó el dojo- eso espero… - caminó a la salida- se pueden quedar lo que quieran por mí no hay problema.

Salió del dojo. Todos nos quedamos en silencio, yo solo veía a como Ranma apretaba muy fuerte sus puños me acerque un poco a él, pero se giró y salió corriendo, los demás tenían la cabeza hacia abajo y con la mirada perdida. Corrí a seguir a Ranma, no podía dejarlo así, tantos años buscando un remedio y ahora… lo encontré en el piso, parecía que estaba llorando-"Ranma…"-al llamarlo se reincorporo, me pareció que se limpió unas lágrimas y se dio la vuelta, tenía la mirada triste. Me abalance a abrazarlo, él tardo en responder. Me vi tentarla a decirle… tal vez lo alegraría pero, al ver su rostro al despegarme creí que no era el momento.

"Akane"- me miró a los ojos-"quiero que mañana por la mañana te despiertes temprano y te pongas tu vestido de novia, quiero casarme contigo a primera hora"- renegué al instante, ¿por qué quería hacer algo como eso? – "Yo te prometí casarnos una vez que encontráramos la cura, ya lo hicimos y aunque no acepto su precio", "ahora ve a dormir, quiero estar un momento solo, cuando regrese le pediré al sacerdote Hanzo que nos case mañana." –me daba miedo dejarlo solo, pero sabía que en ese momento tenía que darle su espacio. Fui hacia la cabaña donde se encontraban mis cosas y las de él, lo espere un momento pero el sueño me venció.

Desperté poco antes de que amaneciera, volteé al otro lado de mi cama, no estaba, pero parecía como si si hubiera llegado anoche, últimamente mi sueño se había hecho más pesado. Tocaron a mi puerta.

-"Akane tu estar lista"-era Shampoo

-"no, pasa Shampoo."

-"no yo solo decir que te apresures, Ranma ya estar listo, el esperar te"

-"Si, ya voy, gracias"

- "yo regresar en un momento"- y se fue

Me levante de la cama a desempacar mi vestido y ponérmelo, era el mismo que el de la boda de hace más de dos años, lo cargaba con la ilusión de usarlo, aunque Kasumi decía que era de mala suerte volverlo a usar. Con trabajo me lo puse, era demasiado bromoso, arregle mi cabello y me pinte la cara. Poco tiempo después regreso Shampoo como lo prometió, le dije que ya estaba lista y abrí la puerta. Tenía una cara llena de furia y resentimiento, tenía los dos brazos extendidos, en eso sentí un golpe en mi nuca y caí…

Regresó mi visión, me estaban arrastrando por todo el empedrado, escuche la risa de Kodashi, mi cuerpo me dolía, parecía que me habían dado una paliza, mi ojo derecho no lo podía abrir y sentía el sabor de la sangre en mi boca. Como una muñeca sin vida me lanzaron a un estanque ahí pude ver el rostro de todos, Shampoo, Mousse, Ukyo y Kodachi, los cuatro intentando ahogarme mientras Sasuke solo observaba desde lejos, yo luche para zafarme de ellos. "Ranma" alcance a decir.

-El ser quien lo planeo…-dijo la Amazona-…solo que no tiene los suficientes pantalones para verlo- ahora hablaba Mousse- caíste redondita con lo de la boda- Ukyo termino junto con una gran risa de Kodashi. No lo podía creer… Ranma. No pude luchar más con los cuatro y mi vista se nubló lentamente…


La camioneta se frenó de golpe y con eso desperté, al parecer viajamos por mucho tiempo. El maestro Haposai abrió la puerta de la caja, apenas comenzaba a amanecer.

Buenos días linda Akane, ten será mejor que te pongas algo de ropa- me dio ropa doblada- por cierto ahí van unas piezas de mi colección de ropa interior, son de mucho valor para mí así que pórtalas con orgullo.

Me dio risa lo que dijo, tal vez antes me hubiera enfadado pero en esta situación solo logro sacarme una sonrisa, el volvió a cerrar la caja para que me cambiara. Algo tenía razón el conjunto que me dio era muy bonito, se notaba que estaba hecho de seda fina, como pude me cambie, me había dado un kimono ligero color negro con una cintilla roja. Al termino el me cargo por la espada junto con una mochila de equipaje. Me dijo que a donde nos dirigíamos no podía entrar la camioneta caminó por montaña abajo hasta llegar a un pequeño edificio de arquitectura antigua que parecía unas aguas termales. Entramos a lo que parecía el salón principal, no parecía que ahí habitara alguien hasta que lo vi.

En la entrada de la puerta estaba el Sacerdote Hanzo- "hola Akane"- ¿qué asía aquí?- se acercó y sentó enfrente de nosotros, nos ofreció algo de té, haposai respondió si por los dos.

-Dime- me extendió la taza de té- que es lo que recuerdas.

-todo.- respondí, Haposai se sorprendió al escucharlo- todo desde un principio hasta perder el conocimiento en el agua.

-está bien, te contaré lo que se- dio un sorbo a su té- por supuesto si es que lo deseas saber- asentí con la cabeza- lo recuerdo perfectamente. Ese día me despertaron unos gritos, Salí de mi cabaña y corrí para ver que ocasionaba tanto alboroto. Vi la horripilante escena donde te estaban ahogando, cuando me acerqué era demasiado tarde tu cuerpo lo había succionado el estanque. Al verme los otros chicos me atacaron, caí al estaque cerca del tuyo, por suerte entre consiente y aguantando la respiración nadé hacia abajo, sabía que si salía a la superficie me matarían, de repente una corriente de agua me arrastro a lo más profundo por poco pierdo el conocimiento. Esa corriente me llevó a una costa donde estaba tu cuerpo, tenías un gran golpe en la cabeza, te di respiración de boca a boca y logré que respiraras, pero no volvías en sí, entonces él apareció y te salvo.

-¿Quién?- mi corazón palpitaba rápidamente

-Kuno Tatewaki.- mi sorpresa no pudo ser mayor, la persona en quien menos pensaba era mi salvador.

-Akane.- habló Haposai- al parecer Sasuke se contactó con Kuno a escondidas de Kodashi, y él de camino a donde le indicó el ninja los encontró en la costa. Él te llevó a un hospital de su familia a escondidas de todos, no nos quiso decir tu paradero porque era muy arriesgado si alguien más se enteraba, le consiguió un lugar a mi amigo Hanzo y se llevó a Nabiki y a tu padre fuera del país para que no corrieran peligro.

-Y kasumi…

-bueno ella ya tenía su vida hecha con el doctor tofu, entonces no ha dejado Nerima , Genma y su esposa se habían ido de viaje mucho antes de que nos explicara de lo sucedido y nunca más volvieron, Akane… ya nadie vive en el Dojo.- sentí que algo se quebró dentro de mi pecho, una sensación de angustia se apoderó de mí, se agitaba mi respiración.

-tengo que… preguntar, donde esta Ranma…

Haposai me vio con algo de lastima- no se sabe nada de él- eso se encajaba como un cuchillo en mi alma, no quería hacer la siguiente pregunta pero era necesario.

-ese día… - me dirigí a Hanzo- ¿le dijo algo de la boda… le pidió que la oficiara?

El sacerdote hizo una mueca de confusión, sin querer respondió antes de hablar- niña… yo ni siquiera comprendía por que estabas vestida de novia ese día.

Varias lágrimas recorrieron mi cara, casi pierdo el equilibrio pero el maestro me sostuvo, otra duda se cruzó en mi mente.

- y Kuno ¿Dónde…- se me dificultaba hablar.

-él tenía un plan de emergencia con Hapi- continuo el sacerdote- si alguien se enteraba o le pasaba algo a él… nos lo haría saber para poder ir por ti, sería la única situación extrema para revelar tu ubicación… - ambos viejos se vieron, Hanzo caminó a una cajonera y sacó algo envuelto y arriba de un cojín. Me lo entrego – esto estaba encajado en el patio hace dos días.- desenvolví el objeto… era la katana de Kuno, estaba llena de sangre y tenía una pequeña nota que decía "salven a Akane"- él…- dije, ambos ancianos afimaron con la cabeza, agarre la katana y la abrace a mi cuerpo. Deje salir un grito desesperado. Ellos me arrebataron todo, a mi familia, mi hogar, a la persona que amaría más que nada en este mundo, y todo por…. Una estúpida maldición.

Me paré con las piernas temblando, ambos viejos me veían boquiabiertos, camine casi arrastrando mis pies hasta fuera del salón a un patio enorme.

Yo… Akane Tendo, Juro por mi honor, ¡QUE ME VENGARE DE TODOS¡ ¡Y SOBRE TODO DE TI RANMA SAOTOME!- me deje caer clavando la espada en el patio.

Continuara.


Hola, esta es una historia completamente diferente a la que estado escribiendo, bueno como habrán visto tendrá casi la misma temática que la película de Quentin Tarantino, espero que les agrade esta propuesta y no me odien por matar a muchos personajes. Y es que de verdad de verdad tenía muchas ganas de hacer una adaptación así.