Primer encuentro:
—Oye Azusa, ¿ya decidiste en qué vas a especializarte? — preguntó Jun a su amiga.
—Sí —respondió Azusa muy decidida. —En Supervillanía.
—¿Qué? —se sorprendió Jun. —Pero he escuchado que la doctora Hirasawa tiene muy altas expectativas. Dicen que muy pocos logran entrar a su curso y mucho menos son los que pasan.
Azusa sonrió aún más. Ambas habían estado juntas en el área común desde que comenzaron la universidad, pero la diferencia de notas era enorme. Mientras Azusa era de las más altas de su clase, Jun apenas si logró pasar.
—Tranquila Jun, estaré bien. Soy de las mejores estudiantes que existen. Además entré a esta universidad sólo porque quería recibir clases con la doctora Hirasawa. Es increíble que haya logrado tanto siendo apenas un año mayor que nosotras.
Jun le dio la razón. Yui Hirasawa era famosa en todo el mundo como una genio del mal. Con tan sólo quince años, sacó el famoso "Doctorado en Ciencias Malignas" y comenzó a dar clases a los dieciséis. Igualmente era uno de los miembros fundadores del temido grupo HTT: horda de tiranos y traidores. No cabía lugar a dudas, Yui Hirasawa era una verdadera genio y recibir clases con ella era todo un honor.
Tras dos semanas de vacaciones, que a Azusa se le hicieron eternas, finalmente llegaron las clases y fue de las primeras en llegar al salón a su primera clase: "Introducción a la Supervillanía" que era dada por nadie más que por la famosa Yui Hirasawa. El salón poco a poco se fue llenando de bulliciosos estudiantes que murmuraban ansiosos a que empezara la clase. Azusa no hablaba, pero era la más emocionada de todos. Pasaron unos cinco minutos y entonces sonó la campana.
Yui entró majestuosamente al salón.
Azusa no pudo evitar pensar que además de inteligente, era bellísima. Se miraba increíblemente sexy con su bata de laboratorio, pantalones beige y unas gafas colgando del cuello de su camisa. Pasó una mirada evaluativa a sus estudiantes y comenzó su clase.
—Muy bien. Clase, yo soy Yui Hirasawa, conocidísima genio del mal. Ahora: podrán ver que debajo del escritorio de cada uno hay una lata de gaseosa, un bombillo y una batería AA. En manos de una persona común y corriente esto no es nada; pero en manos de un verdadero genio del mal, hay rayo mortal esperando a ser armado. Comencemos!
Y así no más. En cuanto comenzaron, Azusa se dio cuenta que el curso sería diez veces más difícil de lo que pensó. Yui anotó las instrucciones en el pizarrón y esperó a que los alumnos resolvieran el ejercicio por su cuenta. Fue una hora agotadora para Azusa, la que se vio forzada a armar y desarmar su intento de rayo mortal, hasta que Yui dio unas palmadas. Todos pararon sus proyectos.
—Muy bien, basta. La clase está por acabarse — dijo Yui mientras comenzaba pasearse por el salón.
Azusa se quedó congelada cuando se Yui se quedó mirando su proyecto por bastante más rato que a los demás.
—Decepcionante — dijo por fin Yui mientras hacía una mueca de disgusto. Azusa se sintió morir mirando su intento de proyecto. —De toda la clase, sólo ella logró avanzar más de la mitad. Se supone que esto es para hoy — remató Yui tomando el proyecto de Azusa y mostrándolo a todos. —¿Y se hacen llamar aspirantes a súper villanos? Dios, parece que si ustedes son los súper villanos del mañana; el mundo estará más que a salvo. Todos menos esta jovencita parecen indignos. ¿Cómo te llamas, niña?
—Azusa. Azusa Nakano.
—Bien, espero grandes cosas de usted, señorita Nakano — sentenció Yui mirando fijamente a Azusa. —Es todo por hoy. Fuera de mi salón. Para la próxima clase me traen terminado ese rayo mortal y su nombre de villano. ¿Qué esperan? Fuera de mi vista!
El salón se vació en menos de un minuto. Una vez sola, sacó un termo y se sirvió un poco de té maligno hecho por su amiga Mugi y comenzó a beber con una diabólica sonrisa.
—Bien... eres lista Nakano. ¿Y quién sabe? Juntas haremos grandes cosas, terribles, sí, pero grandiosas. Jajajajajajaja...
Y bueno, he aquí un experimento mío. Espero terminar esto en menos de cinco cortísimos capítulos. Espero les guste y ya saben:
Chao; nos leemos!
