Notas Importantes: Antes de empezar a leer, porfavor, tomen en cuenta que... Neji, Asuma y Jiraiya, no están muertos. El primero, porque sólo sirve para torturar a Saku y los otros dos, como ejemplo de algo que podrán ver más adelante o al menos eso tengo planeado. Así que, siéntanse felices, no planeo dejar que los Hyuuga ni el equipo Gai esté triste, ni que Shikamaru -por sobre todo él- sufra junto a Ino, Chouji y Kurenai, y que Tsunade y Naruto se lamenten la pérdida del Sannin más pervertido de la historia.
La historia se situa varios años después de lo que ocurre en la actualidad en el manga (cuarta guerra ninja) aunque no voy demasiado informada, estoy un poco atrás.
Y si hay otras cosas que deban saber... se las iré diciendo en cada capítulo. Al final, bien abajito, estarán mis notas de autora.
Disclaimer Apply: Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.
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SENSEI
Capítulo 1: Noticias desconcertantes
By: Lost Jigsaw
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—Así que eso es lo que quería decirte —dijo Tsunade con los codos apoyados en el escritorio, las manos entrelazadas y el rostro oculto tras ellas, dejando sólo sus penetrantes ojos mirándola a ella— ¿Crees que estás lista?
Sakura la miraba boqueando como un pez fuera del agua quitando cualquier rastro de sueño que tuviera hace algunos instantes. Decir que estaba sorprendida era poco, estaba pasmada, en una especie de shock sin poder creérselo. Era imposible que fuera tan pronto, pensaba que sería en unos años más, era pronto, demasiado pensó con nerviosismo. Tomó aire, cuando sintió que estaba mareada y los llenó de ese elemento vital para vivir hasta que estos mismos le ardieron al inspirar tan profundamente.
—¿Qué me dices, Sakura? —dijo Tsunade sacándola de sus pensamientos— ¿Estas lista para... ser sensei?
¡Claro que no! quiso gritarle, pero las palabras no salieron y de todos modos no estaba segura de que si hubiesen salido gritar fuese la mejor opción, tal vez su maestra la golpearía. Volvió a tomar aire cuando se sintió ahogada de nuevo. ¿Cómo era posible? Habían muchas personas mejores que ella para eso. Desde luego ella estaba casi al último para ser sensei. Personas como Naruto, Sasuke, Neji...
Ella no podía, simplemente no podía hacerlo. Era incapaz de mentalizarse y verse así misma con tres niños a su alrededor llamándola 'Sakura-sensei' con sus voces, imposible. ¿Cómo es que su maestra no lo veía? ¿Es que estaba ciega o qué? Ella era débil, lo venía sabiendo desde siempre, pero se había permitido mentirse muchos años simulando que era fuerte.
Tenía la fuerza bruta de un elefante con súper fuerza, si, lo sabía, pero eso no era nada y además tal vez también era buena en el campo medicinal y ya sabía que la combinación era bizarra, pero ambas cosas no eran nada... Esas habilidades comparadas a las de esos dos, no eran nada. Uno del clan Uchiha y el otro del clan Uzumaki emparentado con el clan Senju, ambos fundadores de la gran aldea de Konohagakure. Aún se preguntaba cómo es que había podido llegar hasta ahí a la asombra de esos dos.
Y no sólo eran ellos, todos venían de clanes importantes y reconocidos, ella era la única de su generación que era una don nadie.
Joder! Si hasta Hinata, la tímida Hinata, era mejor candidata que ella. Después de todo era una Hyuuga.
Miró con desesperación a su maestra, con las manos temblándole de la rabia que tenía consigo misma por todos esos pensamientos que sólo lograban hundirla más.
—Yo...Yo no creo que... yo... es... shishou —balbuceaba caminando hasta quedarse a los pies del escritorio.
Tsunade la miraba y por un momento pensó que tal vez había sido una decisión demasiado precipitada... ¡Tonterías! pensó desechando el pensamiento rápidamente como si fuese algo estúpido. Ella confiaba plenamente en las habilidades de Sakura, sabía de lo que era capaz y realmente creía que ella podría hacerlo.
Sakura apretó los labios angustiada por la mirada de su maestra. Se mantenía fuerte, imponente sobre ella. Se sentía atrapada, inevitablemente atrapada en su mirada.
¿Qué debía hacer? ¿Cómo es que había llegado hasta ese punto?
Si no fuese tan débil, este no sería un problema, pero no, era una completa inútil y lo peor de todo es que su maestra no se daba cuenta para nada. Quiso arrancarle los ojos y ponerle unos nuevos igual de bonitos como los que tenía, para que pudiese ver bien, pero eso no lo consideraba una buena idea. ¿Realmente no había nadie más de su generación que fuese un Jounin y estuviera a la altura? Lo dudaba, había muchos, por eso no entendía a su maestra.
¿Qué hacer? Finalmente suspiró.
—Lo siento, shishou —hizo una reverencia— no puedo hacerlo, realmente no puedo, pienso que hay mejores jounin que yo para esto, lo siento.
Se sintió mareada y negó con la cabeza, cuando abrió de nuevo los ojos se sintió avergonzada, apenada y dolida por partes iguales. Antes lo había sentido, años atrás, esa expresión. Los labios encorvados hacia abajo, las cejas arqueadas en una forma extraña, el ceño fruncido y ese brillo... oh, ese brillo. Todo el rostro de su maestra gritaba una sola cosa.
Decepción
Tomó aire sintiéndose repentinamente ahogada de nuevo y volvió a inflar sus pulmones una vez más, hasta que no le cupió ni una partícula más de aire dentro de ellos.
Era precisamente eso lo que no quería ver en su maestra. ¿Por qué todo le salía mal? Sakura sintió que el corazón se le encogía y sintió sus ojos arder. Lo último que quería era ver a la que era la Hokage, su maestra y a la vez la mujer que había tomado el papel de su madre en su vida, totalmente decepcionada y no quería que la cosa se pusiera aún peor, cuando esa decepción se pudiese transformar en desprecio. Eso sería lo último y terminaría por hundirla, haciendo que sus ánimos y autoestimas que ya estaban por los suelos, fuesen enterrados dentro de ellos.
Apretó los labios hasta convertirlos una fina línea y se inclinó en una reverencia
—Con su permiso, me retiro, Hokage-sama —dijo rápidamente aclarando su garganta en repetidas ocasiones.
Sin mirarla se dio media vuelta y prácticamente corrió hasta la puerta para largarse de una vez por todas de allí. Cuando estaba saliendo del despacho se detuvo al oír la voz de su maestra, insistente.
—Debes pensarlo —a su parecer eso no fue una pregunta, si no una afirmación— Te daré tres días, Sakura, cuando acabe el tercer día será el mismo día que acaben las graduaciones y se empezarán a escoger a los maestros de cada equipo de los chiquillos que hayan aprobado, espero para entonces una respuesta.
No la volteó a ver, porque si lo hacía, terminaría haciendo algo patético como empezar a llorar y lo sabía, así que sólo asintió y cerró la puerta.
Afuera del despacho todo estaba callado y vacío, no había nadie por los alrededores y no tenía idea de dónde podría estar Shizune. No le extrañó no ver ningún alma por esos lados, después de todo quién andaría por ahí a esas horas de la madrugada.
Caminó unos pasos hasta unos asientos en el mismo pasillo y se dejó caer, dejando la cabeza colgando casi entre sus piernas.
No hay forma pensó frustrada si aceptaba o no aceptaba terminaría decepcionando a su maestra de todas formas.
Se agarró el pelo con frustración y jaló de sus cabellos hasta que sintió su cuero cabelludo arder, pero le importó un pimiento. Eso sólo hacía que estuviera más consciente de que era débil, aunque pensar en ese argumento era un poco patético, especialmente cuando siempre tuvo un cuero cabelludo delicado.
Despachó esos estúpidos pensamientos y se mordió el labio cerrando los ojos fuertemente. Su maestra, seguramente ya decepcionada por haberse largado sin darle una respuesta concreta, estaba sólo a unos pasos y ella estaba preocupada de su estúpido cuero cabelludo. Por supuesto, alguien como ella era tan débil que no podía preocuparse de algo más que por eso, se volvió a tirar de los pelos siempre volviendo al mismo lugar.
La decepción de su maestra. Si, daba igual, si aceptaba o no aceptaba. La terminaría decepcionando de todos modos.
Si no aceptaba se vería como una cobarde y desobediente al no acatar uno de las órdenes de su líder, además, de que todos al ser la pupila de la mismísima Tsunade Senju esperaban que ese "reto" fuera pan comido, cosa que era absolutamente lo contrario. ¡Ella no estaba preparada para enfrentarse a tres críos!... y si aceptaba, de igual forma la decepcionaría y tal vez no sólo a ella, su maestra, si no que a los que fuesen sus alumnos también los decepcionaría, sin saberlos entrenar bien, sin poderlos guiar por el buen camino y sin poder reaccionar en una situación en la que requieran de su ayuda y astucia en medio de una misión... y decepcionarlos a ellos, llevaría a decepcionar a la familia de los niños.
—Maldición —masculló apretando los dientes.
—Esas no son palabras para una chica, Sakura-chan
Sakura se sobresaltó, soltó rápidamente su cabello intentando acomodarlo como pudo -dado que no tenía un espejo a mano y se sentiría demasiado observada si sacaba el espejito de bolsillo en su chaqueta Jounin- y miró abochornada a los cinco mejores ninja veteranos de su aldea. Se sintió avergonzada e intimidada por partes iguales al verlos mirarla fijamente. La habían visto hecho hacer el ridículo ¡Estupendo! lo que le faltaba... y la seguirían viendo hacer el ridículo si no cerraba su estúpida bocota abierta y no decía algo.
—B-Buenos días —dijo y su voz le salió más chillona de lo que pretendía y la aclaró disimuladamente aún más ruborizada por la verguenza— Iruka-sensei, Gai-sensei, Asuma-sensei, Yamato-sensei, Kakashi-sensei.
El de la cicatriz cruzándole por el rostro moreno le sonrió alegremente con algo de pena. De pronto, Sakura se sintió nuevamente como una chiquilla de la academia y no entendía por qué, pero siempre que Iruka le sonreía volvía a aquellos despreocupados días de academia. Y entonces sintió que sus músculos que antes no había sentido tensos se relajaban inevitablemente y se permitió sonreírle devuelta al hombre.
—Sakura-chan, yo ya no soy tu sensei —replicó Iruka como si la regañara en un tono suave y alegre, como si presintiera que aún estaba tensa y acongojada como seguramente la había visto sobre ese asiento.
—Pues yo ya no soy una niña como para que me llame Sakura-chan, sensei —le respondió ella enarcando una ceja con una sonrisa divertida.
—Touché, Sakura-chan —replicó él, riendo con las manos en alto.
Definitivamente eso era lo que le gustaba de Iruka, desde que lo conoció en la academia, tenía ese aire de jovialidad y firmeza que hacía que se sintiera relajada, pero al mismo tiempo dispuesta a obedecer todas sus ordenes, como el sensei que era. Por un instante se sintió conmocionada por la noticia, como si nunca antes se hubiese dado cuenta de que él era, efectivamente, un sensei.
Lo miró unos segundos fijamente, hasta que Iruka le devolvió la mirada tal vez incómodo por su inspección hasta que pasó su vista a Gai y así sucesivamente, hasta llegar al peliplateado sensei que le habían asignado una vez salió de la academia.
—Kakashi-sensei —paladeó su nombre lentamente, con la boca repentinamente seca por el descubrimiento.
¿Cómo no se había dado cuenta antes?
Se levantó de su asiento frente a los cinco hombres que la miraban como si tuviese dos cabezas y se inclinó ante ellos, tensa nuevamente, recordándole lo que definitivamente debía pensar seriamente. No era algo que se tenía que tomar a la ligera, desde luego. Definitivamente no quería hacerlo, pero si su sensei le había, básicamente ordenado que lo pensara, lo haría y tomaría su decisión.
—Debo irme —anunció a los hombres— muchas gracias, sensei's —dijo para enderezarse.
—¿Gracias de qué, Sakura-chan? —preguntó Iruka con desconcierto, habiendo hablado por los otros restantes hombres.
Es verdad, no sabían nada y probablemente seguiría haciendo el ridículo. Pero qué mas daba, peor no podía ser.
—Me recordaron un asunto importante que debo... pensar, bueno, adiós —dijo y se giró rápidamente.
No deseaba que ninguno le preguntara sobre ello, aún no sabía que pensar y deseaba tener la boca cerrada hasta aclarar un poco todo lo que tenía dentro de ella. Sus inseguridades, sus deseos, todo...
—Buena suerte, Sakura-chan
La voz de Kakashi-sensei le llegó a los oídos, con sospecha le miró por sobre el hombros mientras seguía corriendo por el pasillo hacia su casa sin detenerse. ¿Por qué tenía la sensación de que él ya sabía sobre eso? Bueno, tampoco es que le sorprendiera mucho, si algo había aprendido con los años, es que él estaba enterado sobre todo lo que les pasaba a sus alumnos y la respuesta es que se escondía y escuchaba las conversaciones ajenas. Y si lo había hecho... Kami-sama, por favor, que se lo dejara justo en la puerta, porque aunque fuese su despreocupado Kakashi-sensei el que debiese darle un consejo, lo aceptaría gustosa, después de todo lo necesitaba para dejar de navegar sin rumbo a la deriva.
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¡Hola! Bueno, he querido empezar con este... como llamarlo, pequeño proyecto. Obviamente como se señala por ahí es un Kakashi/Sakura. Como podrán ver, este es mi primer fic sobre esta pareja, pero aunque sea la primera vez siempre he tenido divagaciones con esta pareja, así que, me he animado al fin a hacer este fic.
Como el título, Sensei se trata sobre el rango de Sakura Jounin y el cual conlleva a las obligaciones de este, tomar a tres críos... o en mejores palabras, guiar a tres inexpertos ninjas salidos de la academia hacia el camino de un buen shinobi a servicio de su aldea, o algo más poético. Y kakashi tiene gran participación en esta parte de la vida de Sakura.
No quiero dar más detalles, pues será aburrido si les cuento y después leen :( así que me niego a soltar información clasificada!
Como sea, ojala le den una oportunidad y aclaro esto antes...
sobre ACTUALIZACIONES, realmente soy un ALIEN con respecto a las actualizaciones, hay veces que tengo bloqueos enormes que pueden durar meses y después continuo las historias, pero realmente he tenido en la cabeza esta pareja y una situación como esta, así que por eso, a pesar de que me pueda demorar en actualizar en subir los capítulos, lo haré si o sí, pero por lo mismo, no prometeré prontas actualizaciones...
por eso, les dejo a su elección seguirme o no en esta "aventura"
Jajaja como sea, eso es todo. Nos vemos en la próxima actualización :) en donde le seguiré rompiendo la cabeza a Sakura por más rato... y de aquí hasta el final del fic supongo.
Eso es todo. Un saludo y gracias por leer!
Un beso, L.J.
