Hola, queridos lectores. Esta es una historia que escribe hace unos cuantos años que decidí modificar, el concepto es un poco cliché, pero espero le den una nueva oportunidad.
Aclaraciones: Fairy Tail pertenece a Hiro Mashima.
¿A o B?
[Post Edoras arc].
Lucy frunció el entrecejo, indecisa, tenía una duda rondándole la cabeza y no estaba segura si debía preguntarle a Natsu. Mientras lo meditaba, su rostro se pintó de un color carmín. Definitivamente, nunca más haría caso a las palabras de Mirajane.
—Lo siento —la aludida le sonrió divertida, mientras limpiaba los tarros—, creo que lo volví a hacer. Pero creo que deberías preguntárselo o nunca lo sabrás.
—Lo sé —respondió echando la cabeza hacia atrás, en el interior moría de vergüenza—. Pero es Natsu, es tan tonto que no sabrá de lo que hablo.
—No pierdas la concentración, Lucy —Mira le guiñó un ojo—, estoy segura que Natsu te entenderá.
—Eso espero.
Ante la sutil insistencia de su amiga, se levantó del banco para acercarse a donde sus compañeros. A escasos pasos de ellos se detuvo, temblaba de pies a cabeza; el Exceed la notó, por lo que Natsu volteó a verla también.
—Oh, Lucy.
—Ho-hola —saludó indecisa.
—Te gggggusta —Happy se cubrió con una de sus patitas, mirándola con burla.
—Silencio, gatito —refunfuñó.
—¡Ah! —exclamó—, ¡Lucy me dijo gatito, ella tan cruel! —chilló dramáticamente, volando a la barra donde Mira comenzó a consolarlo.
Después de que Happy acusara la maldad de Lucy, Natsu regresó la mirada hacia ella.
—Lucy está rara —puntualizó—, ¿qué te sucede?
—¿Me tiene que suceder algo para que quiera venir contigo? —rebatió, sentándose frente a él.
—Por tu rostro se ve que algo quieres.
—No es que quiera algo —desvió la mirada incómoda—, solo tengo una duda —dijo bajito.
—Entonces solo dilo —respondió.
Esperaba algo más interesante, como una misión o algún reto.
—Es sobre Edo Lucy —comenzó, apenada—, ¿crees que ella sería mejor compañera que yo?
—Esa Lucy sí era aterradora —recordó con escalofríos—, ¿por qué lo dices?
—Ya sabes, es muy distinta a mí y de alguna forma muy genial —respondió—, por eso, me preguntaba si tú… bueno, eh… la preferirías.
—Lucy A tiene sus cualidades y Lucy B las suyas.
—¿Y cuál se supone que soy yo? —inquirió.
—¿Cuál eres? —meditó confundido—, no, ¿cuál eras?
—Como sea, solo sigue con lo que estabas diciendo —refunfuñó—, ¿por qué no la preferirías a ella? —preguntó, poniendo mirada infantil.
—Porque es una mujer ruda —suspiró enfadado—, no me gustaría que me estén aplicando llaves de lucha a cada momento, tengo una reputación que mantener, ¿sabes?
—¿Y qué más?
—Es más divertido estar contigo, además, eres más linda —comentó inocentemente.
Lucy se sonrojó.
—Estoy segura que Edo Lucy y yo somos exactamente iguales —mencionó.
—No lo creo —se rió—, tú las tienes más grandes.
—¿Las qué?
Natsu solamente comenzó a reír. ¿Qué otra cosa podía tener más grande que su contraparte? Cuando se dio cuenta, su compañero ponía toda su atención en su pecho, inmediatamente se sonrojó con violencia.
—¡Natsu! —chilló abrazándose—, eres un pervertido.
—Eras tú la que quería saber.
En la barra, Mirajane comenzó a reír. Esos dos eran únicos.
