TRADUCCIÓN del fic homónimo de arts and letters: Anthea. Ese era el nombre que Mycroft Holmes usaba cuando le hablaba. Y ese era uno de los motivos por los que ella le quería.
Disclaimer: Nada me pertenece, yo solo me limito a traducir esta maravilla que Arts and letters ha creado. Ojalá escribiera igual de bien. Ojalá tuviera la mitad de ingenio que Moffat y Gatiss.
¡Espero que guste!
Capítulo 1: Anthea
Siempre odió su nombre de pila. Tan sencillo, tan aburrido.
Aunque sus padres nunca se lo dijeron –y ella nunca preguntó- sabe sin lugar a dudas que lo eligió su madre.
Era importante para su madre elegir el nombre de su primera y única hija, y su padre estaba más que feliz de dejarla hacerlo. Nunca se le hubiera ocurrido interceder, sabiendo lo mucho que su mujer disfrutaba con esas cosas.
Pero si su padre hubiera escogido su nombre, jamás hubiera elegido algo tan soso ni común. Le hubiera puesto un nombre único, llamativo y lleno de significado.
Un nombre como Anthea. Un nombre digno de una diosa.
Y es por eso que cuando conoció por primera vez a Mycroft Holmes y le preguntó su nombre, mintió.
Debía saber que Anthea no era su verdadero nombre. Y aun así, cuando se lo dijo, él simplemente sonrió y comentó "qué nombre más bonito".
No hablaron nunca de ello, la mentira con la que comenzó su relación.
Incluso después de contratarla—para un trabajo que consistía en hacer papeleo, revisar antecedentes y diversas trabas burocráticas—nunca dijo nada.
Anthea. Ese es el nombre que Mycroft Holmes usa cuando le habla.
Y ese es uno de los motivos por los que lo quiere.
OoOoO
Sabe que es bonita. Si necesitara que se lo recordaran, lo único que tendría que hacer sería verlo en los ojos de los hombres que la miran atravesar las salas.
Se creen que son discretos, pero lo serían más si se lo gritaran desde los tejados. Y como bien sabe, no importa lo mucho que ascienda en su carrera; lo primero que ven cuando la miran es una cara bonita.
Excepto Mycroft Holmes. Sabía desde el primer momento en que se conocieron que, cuando la miró, él no vio una mujer bonita
Cuando entró en la habitación y él alzó la vista, la vio a ella, no al envoltorio.
Él ve su mejor versión. La parte que le muestra a él y solo a él.
Él ve a Anthea.
Y ese es otro motivo por el que lo quiere.
OoOoO
Es el hombre más brillante que ha conocido nunca.
Una vez pensó que nadie podría ser más brillante que su padre, hasta que conoció a Mycroft Holmes. Con él, se rompió el molde.
Por supuesto, su hermano menor le seguía de cerca. Y no había ninguna duda de cuál de los dos era más atractivo, como sus amigas no dudaron nunca en señalar.
Pero eso no le importaba.
¿Por qué debería importarle el atractivo del objeto de sus deseos? Después de todo, ella podía ser suficientemente bella por ambos.
Pero en inteligencia -bueno, sabía que era lista y competente, trabajaba muy duro- nunca sería brillante.
No como su padre y, ni mucho menos como Mycroft Homes.
OoOoO
Echaba terriblemente de menos a su padre pero, de alguna manera, se alegraba de que no estuviera allí para verla así.
Adoraba su trabajo y estaba contenta con su lugar en el mundo. Su lugar en su mundo. Bien es verdad que no era donde se había imaginado que terminaría, pero poca gente consigue vivir de la forma que sueña para sí misma.
A veces sentía que quizá le faltaba algo, pero la mayor parte del tiempo estaba satisfecha y nunca llegaba a ser más que un ligero dolor de cabeza en lo más profundo de su ser.
Porque su padre lo sabría cuando llegara el domingo para comer, cuando abrieran los regalos el día de Navidad… él lo vería y le rompería el corazón verla conformarse con algo menos que todo.
Aunque en realidad, su padre lo entendería. Después de todo, su futuro no tuvo límites hasta que se enamoró, creó una familia y se conformó con la vida que siempre creyó demasiado banal para él.
Pero que mereció la pena (o eso le dijo siempre).
Había sido feliz (o eso le hizo creer siempre).
Y ella también es feliz.
OoOoO
Su madre… bueno, la única preocupación de su madre era que sentara cabeza y empezara con la empresa de crear una familia.
Eso nunca iba a suceder así que, en vez de decirle la verdad –que le rompería el corazón-, mentía.
De vez en cuando, daba a entender que estaba viendo a un hombre, porque algún día su madre faltaría –como ya lo había hecho su padre- y no quería que se fuera creyendo que dejaba a su hija sola en el mundo.
Porque, aunque vive en un apartamento de una habitación y casi nunca tiene visitas, no está sola. No realmente. Después de todo, tiene su trabajo. Y tiene a Mycroft.
Con eso le basta.
Pero no era algo que su madre entendería.
Nunca podría explicarle que solo había un hombre al que podría entregarse –completamente y sin reservas- y que, incluso ofreciéndose, él nunca aceptaría.
Y puede que justamente sea ese otro motivo por el que lo quiere.
OoOoO
Bienvenido de nuevo, señor Holmes.
No es que se alegrara de que Sherlock se fuera por dos años a los confines del globo—porque no lo era— y no es que estuviera decepcionada al verlo de vuelta de nuevo, claro que no.
Es solo que, mientras estuvo fuera, se encontró de un día para otro teniendo acceso al mundo de Mycroft Holmes de una forma en la que no había tenido nunca.
No es que estuviera solo. Un hombre como Mycroft Holmes no conocería jamás lo que supone la agonía de la soledad—pero la ausencia de Sherlock había dejado un hueco en su vida, que ella estaba más que contenta de llenar.
A veces, tan solo se sentaban juntos, por la noche en su oficina. Él miraba el fuego, pensativo, y ella su blackberry, tecleando discretamente, para no perturbar su concentración.
Otras veces cenaban juntos para hablar de trabajo. Siempre era sobre trabajo.
Pero aún así, eran ellos dos solos, hablando y comiendo, y cuando era así —solo ellos—él dejaba caer su máscara, solo un poco. Y ella comienza a entrever los muchos matices que conforman a Mycroft Holmes.
(Mycroft, le diría. Llámame Mycroft.)
Y por eso no podía dejar de quererlo, sin importar lo mucho que lo intentara.
OoOoO
Sherlock Holmes había vuelto y ella se había desvanecido otra vez en las sombras.
Y aquello estaba bien. Estaba dispuesta a conformarse con las cosas así, tal y como siempre habían sido. Aunque le hubiera dado a Mycroft Holmes cualquier parte de ella, si se lo hubiera pedido.
Pero no lo había hecho y no lo haría.
Si hubiera sido cualquier otro hombre… pero no lo era. Él no era como el resto.
Y es por eso por lo que lo quiere, de lejos.
Porque es de la única forma que puede.
OoOoO
A veces, piensa que quizá podrían tener algo más que eso. Podría hacerlo feliz; sabe que podría.
Ella podría ser guapa y él brillante.
Lo cree con más fuerza los días así, en los que viajan en silencio, el uno al lado del otro.
Y se pregunta, contra su voluntad, por qué no puede verlo él, cuando está tan claro para ella. Después de todo, Mycroft Holmes es el hombre que lo ve todo.
Pero ya sabe la respuesta.
Mycroft Holmes es el hombre más brillante que ha conocido jamás pero, cuando se trata de asuntos del corazón, está completamente ciego.
Hasta aquí el primer capítulo. Espero que haya conseguido engancharte como me pasó a mí del original.
Si no es así… bueno, para gustos colores, pero a lo mejor es por mi traducción. ¿Debería corregir algo más? Toda crítica es bienvenida.
Muchas gracias.
